
(Fuente: @Laliga)
¡Triunfo gijonés! Los pupilos de José Alberto López, salieron victoriosos en el derbi asturiano por 1-0.
El Real Sporting de Gijón sigue creciendo. Los del Molinón acumulan su 4º triunfo consecutivo y se quedan a dos puntos del Oviedo.
Los prolegómenos del encuentro estuvieron marcados por el gran ambiente que se vivía en el graderío del Estadio El Molinón-Enrique Castro ‘Quini’ con banderas rojas y blancas que eran ondeadas con furor por los aficionados locales.
La 31ª jornada de Laliga 1/2/3, que se cerrará mañana lunes con el duelo entre el Real Club Deportivo Mallorca y el Real Zaragoza en territorio balear, tenia marcado en rojo el derbi del Principado de Asturias entre sportingistas y carbayones.
Si echamos la vista atrás, caeremos en la cuenta de que en el partido de la primera vuelta celebrado allá por el 17 de noviembre de 2018 en el Carlos Tartiere los ovetenses ganaron por 2-1.
La contienda se inició con superioridad local. Prácticamente desde el pitido inicial los de Jose Alberto se hicieron con el control del esférico en la línea medular y asediaron el arco defendido por Nereo Champagne con acercamientos peligrosos Traver o Molinero. Bajo este contexto de partido, favorable para los locales, se superó el primer cuarto de hora de juego en Gijón.
Media hora después de que el balón echase a rodar se inauguró el tanteador. Corría el minuto 30 cuando Nacho Méndez filtró un pase en profundidad sobre el desmarque de Djurjevic que tras recibir el cuero puso un centro al corazón del área donde Alex Alegría le propinó un beso envenenado al esférico que tras tocar Levante en Bolaños se introdujo en las redes visitantes para abrir la lata, 1-0.
A partir de ese momento, empujado por su hinchada los de Jose Alberto López buscaron sin fortuna duplicar su renta ante la aparente apatía ofensiva de los visitantes .
Los 22 protagonistas ganaban el túnel de vestuarios con mínima ventaja para los de Gijón, todo habría de decidirse en el segundo y definitivo acto al norte de España.
Tras la reanudación, el enfrentamiento siguió la misma hoja de ruta que en los cuarenta y cinco minutos iniciales, léase, dominio local ante el combinado de Anquela que no fue capaz de poner en apuros a Diego Mariño.
Los minutos pasaban lenta pero inexorablemente sin que el marcador se alterase y de hecho los rojiblancos rozaban el segundo tanto en cada aproximación a la meta del Real Oviedo. Esta situación fue posible Gracias a la actuación estelar de Álex Alegría. El que fuese canterano del Real Betis Balompié resultó decisiva en el devenir del derbi asturiano.
A diecinueve minutos para alcanzar el noventa, cuando las espadas estaban en todo lo alto, el ariete era golpeado en el rostro por Bolaño en el interior del área pequeña. Esta acción no pasó desapercibida por el colegiado que decretó la pena máxima.
Djurdjevic asumió la responsabilidad de ejecutar y errar el lanzamiento desde el punto fatídico y posteriormente el atacante balcánico fue sustituido por Pablo Pérez.
Agonizaba el encuentro y la estrechez del resultado invitó a Real Oviedo a adelantar sus líneas en pro de firmar las tablas, caso del testarazo de Toché que fue atajado por el guardameta sportinguista en la penúltima acción ofensiva de los visitantes.
En el minuto noventa, cuando todo parecía estar visto para sentencia Ibrahima Baldé ajustició a Diego Mariño, sin embargo, la diana del futbolista criado en las categorías inferiores del Club Atlético de Madrid no subió al marcador pues el colegiado apreció falta en el momento en el que se ejecutó el remate.
Así las cosas, la duodécima victoria del Real Sporting de Gijón en el presente curso futbolístico en la categoría de plata del fútbol español permite a los de José Alberto López acumular un total de 45 unidades en su casillero particular. Estas cifras dejan a los asturianos a tan sólo cuatro puntos de las eliminatorias por el ascenso a LaLiga Santander que actualmente marca el Cádiz Club de Fútbol.
Goleadores:
1-0 Bolaño (P.P.) 30′ ⚽️
Vídeo:
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Me gustaría dedicar esta crónica a todos los aficionados del Sporting de Gijón, especialmente a mi amiga Sílvia Fernández Sánchez.
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