
(Fuente: @ChampionsLeague)
¡Triunfo bávaro! Los dirigidos por Flick, en un partido por el título muy parejo, se impusieron por 0-1 al PSG para alzar la Liga de Campeones por sexta vez en su historia.
La UEFA Champions League 2019/2020, una de las más atípicas de la historia, crisis sanitaria del coronavirus mediante, busca poner el broche de oro en una final inédita a la par que atractiva que enfrentaba al Paris Saint-Germain y el Bayern de Múnich en el Estádio Da Luz (Lisboa).
La contienda tuvo un arranque marcado por la paridad. En los compases posteriores al pitido inicial los muniqueses, que actuaban como visitantes, ejercieron una presión elevada sobre la salida de balón de los parisinos que sufrieron de lo lindo para hilvanar acciones asociativas frente al campeón de la Bundesliga.
Toda vez que se hubo superado el primer cuarto de hora de juego el combinado galo se sacudió la presión bávara de encima y generó la primera ocasión de peligro digna de ser reseñada. Corría el minuto 18 del choque cuando Mbappé asistió a Neymar que en un mano a mano con Neuer no supo definir en primera instancia y tras recoger su propio rechace y tratar de asociarse con Di María, contempló atónito como el guardameta germano volvía a realizar una intervención de mérito con el pie para conjurar el peligro al desviar el balón a córner.
Prácticamente a renglón seguido, el Bayern tuvo su réplica cuando Robert Lewandowski recibió de espaldas a portería en el punto de penalti, se giró con gran habilidad y le propinó un beso envenenado al esférico que impactó con virulencia en el palo del arco defendido por Keylor Navas, era el minuto 22 de un partido por el título que comenzaba a dinamizarse por momentos.
A partir de ese momento, lesión de Boateng de por medio, el respeto inicial que ambos equipos se tienen en una final europea se desvaneció y esta se convirtió en un intercambio de golpes en el que el PSG, con muy poco, era capaz de crear peligro sobre el marco germano y pudo haberse adelantado en el marcador con sendos disparos de Di María, Ander Herrera y Mbappé, este último fue frustrado de nuevo por Manuel Neuer, que sin lugar a dudas fue el mejor jugador en clave teutona antes de alcanzar el entretiempo en territorio lisboeta.
Los 22 protagonistas ganaban el túnel de vestuarios con el electrónico aún por inaugurar, todo habría de decidirse en el segundo acto sobre el verde de Da Luz.
Tras la reanudación, la contienda vio como su ritmo vertiginoso de la recta final del primer periodo se frenó en seco y dejó paso a unos minutos repletos de imprecisiones que, por momentos, propiciaron que la final se tornase en soporífera para el espectador neutral.
Poco antes de alcanzar la hora de juego se inauguró el tanteador. Corría el minuto 59 del duelo cuando Kimmich, que ya ejerció de asistente en la semifinal ante el Olympique de Lyon en el tercer tanto bávaro, envió un centro medido desde el lateral diestro hacia el corazón del área parisina que encontró la cabeza de Coman, quien apareciendo desde atrás, conectó un frentazo certero lejos del alcance de Keylor Navas para abrir la lata y firmar el 0-1 en el luminoso que desequilibró la balanza en favor de los alemanes con algo más de media hora de partido por delante.
La diana del que fuese canterano del PSG hizo enloquecer al graderío donde los suplentes muniqueses estaban ubicados, todo ello, al tiempo que las esperanzas galas de conquistar la Copa de Europa empezaban a desvanecerse.
Los minutos pasaban lenta pero inexorablemente sin que el conjunto galo, que fue perdiendo gas al verse por detrás en el marcador, encontrase la fórmula necesaria para someter al Bayern de Múnich y asediar la portería de Neuer en pro de establecer un empate que forzase la prórroga.
A veinte minutos para alcanzar el noventa, mientras el partido estaba lleno de interrupciones, algo que favorecía al conjunto germano, Marquinhos tuvo la oportunidad de marcar, sin embargo, el chut del zaguero se topó con la enésima parada del guardameta visitante con el pie.
Agonizaba la contienda y todo parecía estar visto para sentencia cuando, casi a la desesperada, Choupo-Monting, que fue el héroe de los franceses en la eliminatoria de cuartos de final ante el Atalanta al firmar el 1-2 que les llevó a las semifinales, ejecutó un centro chut que se marchó desviado prácticamente sobre la bocina que sirvió para clausurar la gran final de la Liga de Campeones.
Así las cosas, la trabajada y merecida victoria muniquesa hace posible que los pupilos de Flick se adjudiquen, habiendo ganado todos los partidos que han disputado en la Copa de Europa en la presente campaña, la sexta ‘orejona’ de su historia para suceder al Liverpool en el trono futbolístico del viejo continente.
Goleadores:
0-1 Coman 59′ ⚽️
Vídeo:
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