
¡La adquisición no entradas no cesa! Nadie quiere perderse la cita estival en territorio oceánico.
Hace unos años se nos ocurrió que era buena idea repasar la Historia de todos los Mundiales de Fútbol desde Uruguay 1930. Así que era de justicia que hiciéramos exactamente lo mismo con la Copa Mundial Femenina de Fútbol.
Repasaremos cada uno de los Mundiales Femeninos que ha habido hasta ahora, haciendo especial hincapié en los hitos que pudieron ocurrir en cada una de las ediciones que han tenido lugar hasta ahora.
Desde la década de los 70 del siglo pasado, se fueron organizando distintos campeonatos internacionales, no oficiales, de fútbol femenino y a finales del años ochenta, la FIFA comenzó a pensar en la posibilidad de organizar un Mundial Femenino de Fútbol Oficial, similar al organizado para los equipos masculinos.
Había dudas sobre el posible éxito o no de un evento de este tipo, así que en 1988 se organizó un torneo de prueba. Ese año se cumplían 58 desde Uruguay 1930, la primera edición del Mundial de Fútbol.
Dado que Dado que China ya era un país donde el Fútbol Femenino tenía relevancia, se hizo una invitación para que organizase un torneo entre 12 selecciones internacionales. Con un formato similar al de la Copa Mundial Masculina, Noruega se alzó con la victoria venciendo a Suecia en la gran final.
Una vez finalizado y revisados los resultados, el campeonato se consideró todo un éxito. Inmediatamente se iniciaron los trámites para organizar el que sería el primer torneo internacional de naciones de la historia.
Como agradecimiento por haber acogido el torneo experimental, se eligió a China como anfitriona para la Primera Copa Mundial Femenina de la FIFA, nombre oficial del campeonato.
El torneo se llevó a cabo en 4 ciudades de la provincia de Guangdong, del 16 al 30 de noviembre y en el que tomaron partido hasta doce selecciones: China, China Taipéi, Japón, Brasil, Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Italia, Noruega, Suecia, Nueva Zelanda y Nigeria.
La selección local estableció los dos primeros hitos. El primer gol de la Historia del Mundial Femenino de Fútbol y la primera «hoja limpia» de una portera. Fue en el partido inaugural contra Noruega, que China ganó por 4-0.
Como es evidente, en esa misma edición existieron otros muchos hitos, como el primer penalti en un Mundial Femenino o el primer partido decidido en la prórroga. No obstante, uno de especial relevancia no tiene que ver con las jugadoras, sino con el equipo arbitral.
En aquel primer Mundial Femenino hubo 20 árbitros. Sólo 6 eran mujeres e hicieron básicamente de asistentes. Sin embargo, en el partido por el tercer puesto entre Suecia y Alemania, la brasileña Cláudia Vasconcelos se convirtió en la primera mujer que arbitró un partido oficial FIFA.
USA fue el primer gran campeón de una fiesta mundialista tras imponerse a Noruega por 2-1.
Tras el éxito de la 1ª edición del Mundial, el Fútbol Femenino fue incluido en los Juegos Olímpicos Atlanta 1996.
En la segunda edición, Suecia se convirtió en el primer país europeo que organizaba el Mundial Femenino. Y en el primer país que albergaba tanto la edición femenina como la masculina (1958).
En China 1991 los partidos sólo duraron 80 minutos. Muchas voces salieron a defender la posibilidad de alargar esta duración, y finalmente en Suecia 1995 los encuentros pasaron a desarrollarse en dos tiempos de 45 minutos.
Australia, Inglaterra y Canadá participaron por primera vez. Y la anfitriona cayó derrotada en cuartos, ante China, en la que fue la primera definición por penaltis de un Mundial de Fútbol Femenino.
Noruega llegó a su segunda final para conquistar por fin el Título, en esta ocasión ante Alemania.
La sueca Ingrid Jonsson fue la primera mujer que arbitró una final y en 1999 el “boom” de los dos primeros mundiales se optó por clasificar a 16 equipos a la fase final en lugar de los 12 habituales.
De esta manera, Ghana, Corea del Norte, Rusia y México pudieron participar por primera vez. El torneo varió ligeramente para iniciarse con 4 grupos, en los que clasificaban los 2 mejores equipos.
Por primera vez en la Historia del Mundial de Fútbol Femenino, todo el equipo arbitral estuvo formado por mujeres, hecho que se repite desde entonces en cada edición.
No hubo prórroga tras el empate a cero en el partido por el tercer puesto, entre Brasil y Noruega. Dado que no hubo goles durante el tiempo reglamentario, fue el primer partido que finalizó con un empate a cero.
En la final, las locales se impusieron a China para ganar su segundo Título Mundial. La selección norteamericana se convirtió así en la primera que recibió el Trofeo de la Copa Mundial, que desde ese año se entrega al equipo vencedor.
Una vez más, Estados Unidos ejerció de Rey Midas del deporte y convirtió esta final en el Evento Deportivo Femenino con más asistencia de la Historia: 90.185 espectadores acudieron al estadio Rose Bowl para ver triunfar a su país.
La cuarta edición del Mundial Femenino FIFA debía celebrarse en China. Sin embargo, a finales de 2002 se produjo un brote de SARS (Síndrome Respiratorio Severo Agudo, en su traducción al español), una enfermedad vírica tremendamente grave y muy contagiosa.
Para evitar riesgos, la FIFA decidió trasladar el Mundial. Quedaban pocos meses para su inicio, así que el organizador de la última edición fue considerada la mejor opción para tener todo preparado a tiempo.
China conservó su plaza como organizador, por lo que ese año hubo dos equipos clasificados directamente. Corea del Sur, Francia y Argentina acudieron por primera vez.
Fue en esta Copa Mundial donde se jugó el que está considerado por muchos expertos como el Mejor Partido de Fútbol Femenino de la Historia. Fue la semifinal entre Estados Unidos y Alemania. Las europeas llegaron al descanso con sólo un gol de ventaja, pero antes del fin de partido pudieron rematar a las locales para terminar 3-0.
También se impusieron en la final, donde tuvieron que remontar ante Suecia. Alemania se convirtió en el primer país que conseguía proclamarse Campeón Mundial de Fútbol tanto en mujeres como en hombres. Por aquellas fechas, Alemania contaba con hasta tres trofeos masculinos.
Tras la cancelación en 2003, China fue automáticamente elegida como sede para el siguiente Mundial.
A pesar de batirse el récord de participación en las eliminatorias, con casi 120 selecciones buscando su plaza mundialista, ninguna selección nueva logró la clasificación.
Todos los participantes de esta edición habían estado ya en algún Mundial anterior y por primera vez, el torneo se inauguró con el campeón vigente en vez de con el equipo anfitrión. También por primera vez el marcador alcanzó los dos dígitos, precisamente en ese partido. Alemania se impuso 11-0 a Argentina, convirtiéndose así en la mayor goleada de la historia, un récord que estuvo vigente hasta 2019.
Las sudamericanas también firmaron el peor resultado de los Mundiales en diferencia de goles, hasta que en 2019 Tailandia les arrebató ese dudoso honor. Terminaron últimas en la fase de grupos con 18 goles en contra y sólo 1 a favor, marcado a Inglaterra en un partido que acabó 1-6.
Suecia no clasificó a cuartos, así que fue la primera vez que el Subcampeón no superó la primera ronda. También fue la primera vez que no se jugó ninguna prórroga, ya que todas las eliminatorias se resolvieron en el tiempo reglamentario.
Y fue la primera vez que aparecieron los premios en metálico. Todos los equipos que alcanzaron los cuartos de final recibieron un mínimo de 200.000 dólares americanos.
En cuanto a jugadoras, la estadounidense Kristine Lilly y la noruega Bente Nordby se convirtieron en las primeras jugadoras que disputaron 5 Mundiales. Y la alemana Birgit Prinz, en la primera mujer que jugó tres finales de un Mundial.
Alemania volvió a jugar la final, en esta ocasión ante Brasil, para quien era la primera vez en esta fase. Las germanas ganaron, convirtiéndose en el Primer Equipo que ganaba 2 Títulos consecutivos. También se convirtió en la primera selección que se proclamaba campeona sin haber encajado ningún gol.
Excepuando a Estados Unidos 2003, que en realidad debería haberse disputado en China, este fue el primer Mundial Femenino organizado por el campeón vigente. La FIFA aumentó la dotación económica y, en esta ocasión, todos los equipos clasificados recibieron, al menos, 250.000 dólares, además de 75.000 adicionales para la preparación del torneo.
Aunque se habló de incrementar el número de participantes, el resultado del partido inaugural anterior había dejado patente las grandes diferencias de nivel. Se temió que la inclusión de nuevos equipos con un nivel insuficiente restase interés al torneo, así que volvieron a ser utotal de 16 selecciones, Guinea Ecuatorial y Colombia se estrenaron en esta edición. Por el contrario, China quedó fuera del torneo por vez primera Las anfitrionas cayeron en cuartos de final, tras 15 partidos invictas. Esto las dejó también fuera de los Juegos Olímpicos Londres 2012, ya que la UEFA utilizó este torneo como clasificatorio.
Tras dos ediciones sin alcanzarla, Estados Unidos por fin jugó su tercera final en la que empezaron con ventaja, pero Japón consiguió forzar la prórroga para acabar imponiéndose por penaltis y convertirse en el primer equipo asiático en levantar el trofeo.
En la séptima edición del Mundial Femenino de Fútbol se produjo el incremento a 24 participantes que se había barajado cuatro años antes.
La FIFA lo defendió como una vía para promocionar el balompié femenino a nivel mundial.
Este aumento dio lugar al mayor número de estrenos hasta el momento: España, Países Bajos, Suiza, Ecuador, Costa Rica, Costa de Marfil, Camerún y Tailandia participaron por primera vez.
Esto permitió que al fin hubiera un enfrentamiento entre dos equipos hispanohablantes. Curiosamente ocurrió en dos partidos simultáneamente: España – Costa Rica y Colombia – México.
También tuvo una repercusión directa sobre la mecánica del torneo. Los partidos pasaron de 32 a 52 y los grupos de la primera fase a 6 y además se jugaron los octavos de final.
En el aspecto tecnológico, esta Copa Mundial Femenina contó con el debut de sensores para evitar los goles fantasma.
Fue un torneo con mucha polémica por la decisión de la FIFA de permitir los estadios con césped artificial. Varias jugadoras remitieron una carta al organismo internacional y a la Asociación Canadiense pidiendo que se replanteasen este punto, debido al mayor riesgo de lesiones. Sin embargo, no sirvió de nada y el campeonato se jugó por primera vez sobre este tipo de terreno.
Los premios vieron un nuevo incremento y la selección ganadora pasó a recibir 2 millones de dólares. A pesar de ser el doble que hasta ese momento, todavía estaba muy por debajo de los 35 que Alemania recibió en Brasil 2014.
Por primera vez, el gol que abrió el marcador del torneo fue de penalti y durante el tiempo de descuento.
Hasta ese momento, nunca se habían dado ninguna de las dos circunstancias e incluso la suiza Fabienne Humm anotó el Hat-Trick más rápido en la Historia de los Mundiales Femeninos ante Ecuador. Lo hizo en 274 segundos, poco más de 4 minutos, superando con creces los 458 segundos que necesitó el húngaro László Kiss para establecer el récord masculino en España 1982.
La final del torneo fue una repetición de la anterior, Estados Unidos – Japón. Fue la primera vez que una final se repitió de manera consecutiva y la primera que enfrentó a dos campeones mundiales.
Estados Unidos pudo resarcirse de la edición previa y convertirse en la primera selección con tres estrellas, una por cada título.
En Francia 2019, la 8ª Copa Mundial Femenina de la FIFA fue la segunda con 24 equipos. El césped artificial pasó al olvido y volvieron a aumentarse los premios, llegando a los 4 millones de dólares para las ganadoras. El doble que en Canadá.
Chile, Escocia, Jamaica y Sudáfrica compitieron por primera vez en un Mundial, cuya final se jugó en el Parc Olympique Lyonnais, con capacidad para 59.186 espectadores.
Igual que un año antes en Rusia, el videoarbitraje (VAR) llegó al Mundial Femenino. Su primera intervención fue para anular un gol de las anfitrionas durante el partido inaugural.
Se estrenaron reglas FIFA. Por ejemplo, cuando se produce una sustitución, las jugadoras deben abandonar el campo por la línea más cercana. Aunque sin duda, la más polémica fue la referente a los penaltis. En ella, la portera debe mantener un pie sobre la línea de gol en el momento del disparo (física o imaginariamente si salta). Este cambio y la actuación del VAR, que avisaba de cualquier incumplimiento, obligó a repetir un gran número de penas máximas.
No obstante, fue uno de los Mundiales donde menos partidos se decidieron en tanda de penaltis. Sólo el Noruega – Australia de octavos necesitó llegar a esa fase para conocer al equipo ganador. Se impusieron las nórdicas por 4-1.
Esta edición dejó anécdotas como la tormenta que obligó a suspender el Chile – Suecia durante cerca de 40 minutos, y la amenaza de Camerún de retirarse del partido en el que enfrentaba a Inglaterra y esta última se produjo durante los octavos de final. Las africanas llegaron a plantarse en el campo hasta en 2 ocasiones, por considerar que las decisiones arbitrales las estaban perjudicando intencionadamente. En ambas ocasiones, el VAR dio la razón a las inglesas, primero concediéndoles un gol que había sido invalidado en el campo, y luego, anulando uno a Camerún por fuera de juego. A pesar de las lágrimas y las acusaciones de racismo contra la FIFA, las imágenes demostraron que las camerunesas se equivocaban
La selección estadounidense llegó a su 3ª final consecutiva, convirtiéndose en el primer equipo que consigue esta hazaña. Su rival fue Países Bajos, que jugaba el torneo por segunda vez en su historia. Las norteamericanas hicieron valer su papel de favoritas y ganaron el Mundial por 4ª vez. Es la primera selección que alcanza ese número y la 2ª que revalida el Título, tras Alemania en 2007.
Aunque seguramente el mayor hito de este Mundial Femenino ha estado fuera de los campos. Gracias a la labor de FIFA, organización y patrocinadores, tuvo una difusión y repercusión que no había conseguido nunca hasta este momento. Sólo el tiempo dirá si Francia 2019 supuso un antes y un después en la historia de este deporte.
El Mundial de Fútbol Femenino tendrá su novena edición en 2023: Australia y Nueva Zelanda recibirán a un torneo que por primera vez se realizará en Oceanía (algo que tampoco sucedió en su versión masculina), que por primera vez tendrá a dos países albergándolo y que por primera vez contará con 32 equipos participantes.
La decisión de la FIFA de expandir el torneo de 24 participantes a 32 abrió el juego para que más equipos llegaran a su primera o segunda participación en la Copa Mundial sin que las grandes potencias continentales estuvieran en riesgo de perder su habitual lugar.
Después de definirse las tres plazas de los repechajes intercontinentales que se disputaron en febrero, quedaron confirmados los 32 países que jugarán el Mundial Femenino 2023.
Australia
China
Japón
Filipinas
Corea del Sur
Vietnam
Marruecos
Nigeria
Sudáfrica
Zambia
Canadá
Costa Rica
Haití
Panamá
USA
Argentina
Brasil
Colombia
Nueva Zelanda
Dinamarca
Inglaterra
Francia
Países Bajos
Alemania
Italia
Noruega
República de Irlanda
Portugal
Suecia
Suiza
España
Pero por qué nos gusta tanto el futbol, este deporte en el que prácticamente participan todos los países del mundo, a diferencia de otras prácticas; un deporte tan democrático. Tengo aquí algunas hipótesis que van vinculadas con nuestras emociones.
Refrenda nuestro sentido de pertenencia. Al ser aficionados a un equipo, y en especial a una selección nacional, hay una identificación de grupo que nos dice que pertenecemos, que no estamos solos, que compartimos valores y sentimientos con otros. Eso es fundamental para el ser humano, que de naturaleza es gregario y no tolera el aislamiento.
Racional e irracional. Muchos estudios ya nos hablan de lo catártico que puede ser experimentar, como espectador, un partido de futbol: se puede gritar, llorar, insultar al árbitro y derrochar toda clase de emociones en una especie de anonimato que nos protege, esto es parte de lo irracional de vivirlo con tal pasión. Aunque también lo amamos porque tiene reglas básicas y, prácticamente, fáciles de entender en cualquier idioma.
Metáfora del mundo y de la vida. Una copa mundial de futbol es el reflejo de la geopolítica y, en general, el mundo que habitamos; tiene una enorme capacidad para sublimar conflictos que, tal vez, sin el futbol desatarían más guerras o sería más peligrosos. El trabajo en equipo, el esfuerzo, el lograr una meta (gol), el trabajar duro, etc. Fácilmente pueden explicarse y ejemplificarse con el deporte. ¿Quién no ha hecho un paralelismo de la vida con algún partido de fútbol?.
Porque es milagroso. Aun el ser más escéptico o agnóstico se somete a lo extraordinario cuando su equipo va a cobrar un penal. Y cuando se sucede una jugada en la que lo esperado era por mucho imposible, ahí está el milagro. Nos conforta la posibilidad de que, por más difícil que algo pueda parecer, “milagrosamente” sucede. Algo que suele ser motivador para todos “sí se puede” se escucha en las gradas y se lleva la frase a la vida cotidiana.
Es una fiesta y nos da alegrías. ¿Quién no quisiera que la vida fuera siempre festiva? Un partido de futbol nos da motivo para reunir a los seres queridos y hacer una fiesta, comer, beber, convivir. En esta fiesta nos hacemos de alegrías: de la alegría de estar unidos, de que nuestro equipo gane o incluso, si pierde, de encontrar consuelo en los amigos.
Une a las personas. El escenario deportivo en un Mundial ha sido motivo de proclamas antirracistas, solidarias con países en desgracia, a favor de causas humanas. En un equipo se unen los más diversas personalidades y en un partido se enfrenta para jugar países que en algún tiempo fueron enemigos. Al final del juego todos se abrazan.
Podemos soñar. El futbol invita a las personas a soñar con algo y que eso les ayude a evadirse un poco y les genera nuevas ilusiones.
Promueve la empatía. Tendríamos que ser muy duros de corazón para no conmovernos con una dramática derrota aún del equipo contrario. El cúmulo de emociones que corre en un partido de futbol o, más aún, en un Mundial, nos ayuda a empatizar con otros.
Nos ayuda a socializar. Los tímidos siempre tienen oportunidad de decir “¿viste el partido?” para comenzar una conversación sin riesgos. Se sepa poco o mucho al respecto se puede hablar del tema para abrir charlas o sentirse integrado en una reunión.
Permite establecer conexión entre generaciones. Aun cuando el padre no sea muy expresivo emocionalmente, siempre tendrá la oportunidad de llevar a sus hijos a un partido de futbol y convertir esto en una experiencia inolvidable para todos; un momento casi íntimo en el que padre se vuelca al hijo sin decirle nada.
Ahora, tras cuatro años de larga espera en todo el mundo, especialmente en los Países Bajos, su nación perdió la gran final con Estados Unidos, todos los combinados tienen la opción de hacer historia y aquí vamos a dejarnos la piel para relatarles lo que suceda en Australia y Nueva Zelanda.
Mas allá de lo que explicado hasta ahora, la competición ha suscitado un interés inusitado y cuando restan menos de un centenar de días para que el OCEAUNZ eche a rodar, todos lo deseamos, entre el 20 de julio y de 20 de agosto, los países anfitriones han desvelado un gran dato.
Actualmente, se llevan vendidas 650.000 entradas a falta de tres meses para el inicio del torneo, primero debemos clausurar las ligas nacionales.
“La misión de la FIFA es organizar la Copa Mundial Femenina más grande y mejor de la historia este año”, sentenció secretaria general de la FIFA, la senegalesa Fatma Samoura.
Además de tener como objetivo la venta de 1,5 millones de entradas, los organizadores predicen que el torneo de un mes de duración atraerá a una audiencia televisiva mundial de 2.000 millones de espectadores.
La FIFA espera que más de 100.000 aficionados asistan al día inaugural del evento en general, cuando Nueva Zelanda juegue contra Noruega, en el Eden Park de Auckland, con capacidad para 50.000 personas, y Australia enfrente a República de Irlanda en el Estadio Australia de Sídney, con aforo para 83.500 espectadores.
El presidente de la FIFA, el ítalo-suizo Gianni Infantino, pronosticó que la edición de 2023 será la «mejor de la historia» después de que se amplió de 24 equipos en Francia 2019.
La venta de entradas para la Copa del Mundo ha tenido un gran comienzo y no sólo los aficionados locales en Australia y Nueva Zelanda compran entradas. Los aficionados que residen en los Estados Unidos, Inglaterra, Qatar, Alemania, China, Canadá, República de Irlanda y Francia son los principales compradores de entradas hasta el momento. Esto destaca la atracción fantástica del fútbol femenino y la pasión que evoca entre los hinchas del fútbol mundial, que quieren ser parte de este torneo», aseguró la anteriormente citada Fatma Samoura.
Por último, para los fans que deseen invertir su tiempo en Australia y Nueva Zelanda, es preciso recordarles que la venta de entradas sigue estando vigente en la página web oficial de la FIFA, léase, FIFA.com/Tickets.

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