
¡Tras su clasificación! Las campeonas del mundo ocupan una de las cuatro plazas en las semifinales de la Nations League.
La Selección Española de Fútbol se ha clasificado para las semifinales de la primera UEFA Women’s Nations League y no lo ha hecho de cualquier manera. Las jugadoras de Montse Tomé han conseguido antes de tiempo, ya que todavía falta por disputarse el encuentro del próximo martes ante Suecia.
El combinado rojigualda finaliza matemáticamente la fase de grupos como líder por delante de Suecia, Italia y Suiza.
El lunes, 11 de diciembre, a las 13:00 horas, tendrá lugar el sorteo de las semifinales del campeonato, así como de los play-offs de ascenso y descenso. Dicha eliminatoria será a partido único, siendo local el equipo cuya bola se extraiga en primer lugar. La fecha programada para las semifinales es el 23 de febrero, quedando la final programada para el 28 de ese mismo mes. Cabe recordar que las finalistas conseguirán un billete para los Juegos Olímpicos de París 2024, aunque en el caso de que alcanzase dicha fase la anfitriona, Francia, la tercera clasificada se adjudicaría la plaza restante.
Minutos antes, Suiza vencía a Suecia en casa, por lo que ninguna selección de su grupo podía ya arrebatarle el primer puesto, certificando la clasificación antes de conocer el resultado adverso ante Italia (2-3) en Pontevedra.
Las campeonas del mundo, que han protagonizado un buen estreno de la Estrella en su pecho, estarán en las semifinales de la UEFA Women’s Nations League 2023 con comodidad y se une así a Francia, que ejerce la localía en los Juegos Olímpicos, sabiendo que un tercer puesto en la “Final Four” también le daria un histórico billete para París 2024.
Esa lucha por el título tendrá lugar entre el 21 y el 28 de febrero, en una sede aún por determinar, y con unos cruces de semifinales que han de ser sorteados próximamente.
Francia también selló su clasificación con un triunfo, por 1-0 ante Austria, que le lleva a sumar 13 puntos y sacra 6 de ventaja a su rival. Las galas, que ya participaron en los Juegos Olímpicos de 2012 (cuartas) y 2016 (cuartos de final), tienen su billete asegurado para la cita del próximo verano al ser el equipo anfitrión. Eso hace que las otras dos plazas que debe asignar la confederación europea se pongan en juego en este play-off. Esto quiere decir que si Francia accede a la final, quien ocupa la tercera plaza en la Nations League tendrá el consuelo de la clasificación para los Juegos Olímpicos.
En el Grupo 3, Alemania logró voltear la clasificación ante Dinamarca, a la que ganó por 3-0 con tantos de Popp, Hegering y Bühl (en el minuto 94), vengándose del 2-0 encajado en tierras nórdicas y dependiendo de sí misma en una última jornada donde se enfrenta a una Gales que es colista y no ha conseguido puntuar y a las danesas, que se medirán a Islandia, sólo les queda creer en los milagros.
El Grupo A1 es el que está más abierto de todos, no en vano, la victoria de Inglaterra sobre Países Bajos, remontando un 0-2 y con un gol de Toone en el añadido, deja a ambos equipos empatados a puntos y golaverage particular (+4 para las neerlandesas y +1 para las inglesas). En la última jornada, Países Bajos recibe a una Bélgica que está a un solo punto y también tiene opciones e Inglaterra visita a una Escocia que no se juega nada y que sabe que tendrá que formar parte de la selección que conforme el Reino Unido.
Francia se aseguró su puesto al derrotar a Austria por 3-0, mientras que España pudo permitirse perder en casa contra Italia ya que Suecia cayó derrotada en Suiza. Países Bajos perdió su oportunidad, ya que Inglaterra remontó un 0-2 y se impuso por 3-2 en Wembley, en un grupo en el que Bélgica también sigue con opciones, mientras que Alemania consiguió una victoria crucial por 3-0 contra Dinamarca para superar a su rival.
Finlandia y Polonia han confirmado su ascenso desde la Liga B, emulando a la República de Irlanda, que se llevó su grupo en la cuarta jornada. Finlandia derrotó a Rumanía por 6-0 el jueves en el Grupo B2, relegando a sus visitantes. Polonia se impuso por 0-1 a Ucrania en el Grupo B3, lo que significa que, a pesar de su victoria 0-2 en Grecia, Serbia deberá conformarse con los play-offs tras ser tercer clasificado de la Liga A.
Eslovenia mantuvo vivas sus esperanzas de ascenso con una victoria por 2-1 contra Bosnia y Herzegovina, que vio cómo Chequia le arrebataba la primera plaza del Grupo B4 con la victoria por 0-1 que descendió a Bielorrusia. Albania desciende del Grupo B1 tras su derrota por 0-4 en casa contra Irlanda del Norte, que adelantó a Hungría en la segunda plaza.
La República de Irlanda sigue con su inicio perfecto tras ganar 1-0 y en la Liga C, dos selecciones más se unieron a Turquía (que mantiene su balance perfecto con cinco puntos en el Grupo C2 al derrotar a Lituania por 0-4) en la conquista del ascenso. Azerbaiyán ganó 0-1 en Chipre para asegurarse el primer puesto del Grupo C3 y Kosovo goleó 5-1 a Bulgaria para cerrar el Grupo C5.
Malta no pudo pasar del 0-0 ante Moldavia en el Grupo C1, por lo que Letonia pudo establecer un partido decisivo en la última jornada al derrotar a Andorra por 4-0.
En el Grupo C4, Israel suma tres puntos más que Estonia, antes del encuentro decisivo de la próxima semana.
En total, hay tres plazas para equipos europeos y una de ellas ya pertenece a Francia, por ser la anfitriona. Así que quedan dos billetes más, que serán para los finalistas de la fase final de Nations League. Si uno de esos finalistas es Francia, la otra plaza se la llevaría el que gane la final de consolación, dando una bala extra a los otros tres países, entre ellos España. Eso sí, aún quedan dos rivales por decidirse en la última jornada que se disputará la semana que viene. Los cuatro líderes de los grupos de la Liga A entrarán en el bombo para disputarse los billetes a los Juegos Olímpicos y el cetro continental. El sorteo de los emparejamientos será el próximo 11 de diciembre a partir de las 13:00 horas.
El 23 y el 28 de febrero de 2024 se jugarán los partidos de semifinales y la gran final de la Nations League.
Además de España, Francia ganó a Austria (2-0) para lograr su pase como invicta. Sólo un empate, contra Noruega, y cuatro victorias. Mientras, en el grupo A, Países Bajos e Inglaterra se juegan en la última jornada el pase después de una remontada de las inglesas, que iban perdiendo 0-2 en el descanso y han acabado ganando con un tanto de Toone en el descuento. Este marcador deja a ambas selecciones empatadas a nueve puntos con las neerlandesas líderes por diferencia de goles. Países Bajos deberá hacer contra Bélgica lo mismo que Inglaterra contra Escocia para lograr su pase a la fase final.
El último rival saldrá entre Alemania y Dinamarca. Las germanas vencieron por 3-0 a las danesas para igualar a las nórdicas e incluso adelantarlas por goalaverage.
Alemania se la juega en la última jornada contra Gales, mientras que Dinamarca lo hará contra Islandia.
Si la actual campeona de Europa (Inglaterra) es capaz de someter a Escocia, en un duelo puramente británico, podría darse el caso de que España tuviera que plantarle cara a la selección que dirige Sarina Wiegman por tercera vez en tres años, protagonizando una reedición del partido por el título mundialista que vivimos en Sidney el pasado 20 de agosto de 2023, aquel de gran recuerdo en clave rojigualda.
El Brexit empezó en 1527, esencialmente se inició con una disputa con España.
El responsable de este giro radical y profundamente inquietante se llamaba Enrique VIII; un rey inglés gordo, infantil y consentido que se obsesionó con lo que podríamos llamar “el control”.
Enrique parecía un tipo jovial. Le gustaba la música, beber cerveza, bailar y también las mujeres; aunque parece que le daban un poco de miedo, lo que explica por qué les cortaba la cabeza. La Inglaterra de la época tenía un elevado concepto de sí misma pero lo cierto es que estaba en decadencia. Ya había perdido la mayor parte de su territorio en Francia y, si la comparamos con una España en plena efervescencia, tenía un peso insignificante.
La familia de Cristóbal Colon había intentado, sin éxito, que los Tudor se interesaran por su proyecto y quisieran explorar el Océano Atlántico y financiar una aventura que cambió los siguientes 500 años de la historia. Sin embargo, los Tudor no miraban hacia el exterior y eran tipos insulares. En cambio, una reina española, Isabel de Castilla, apostó por el proyecto de Colón. Los dos siglos siguientes de la historia europea y el primer imperio mundial en el que no se ponía el sol fue de España. Como más tarde indicaría Francis Bacon, fue un “rayo de gloria”.
es de extrañar que los Tudor, una dinastía insegura, estuvieran encantados de que la hija de Isabel, Catalina de Aragón, llegara a Inglaterra para casarse. Significaba que habían conseguido emparentar con la gran familia real española. Mientras que Inglaterra decaía, España era admirada en el mundo entero y era considerada un país con combatientes valientes que habían sido capaces de conquistar el reino musulmán de Granada.
primera gran decisión que tomó Enrique VIII como rey fue casarse con Catalina, la viuda de su hermano Arturo, y mantener los lazos con España. Sin embargo, Enrique se consideraba un hombre “viril” y quería un hijo varón que le sucediera. Catalina no consiguió darle un hijo. Enrique pensó que era más listo que los líderes de la Unión Europea de la época; la cristiandad, liderada por un papa que se encontraba en la capital de otro país. Todavía más importante, Inglaterra había aceptado durante siglos que Roma tenía la autoridad para decidir cuestiones como un divorcio.
En un ejercicio de autoengaño, Enrique pensó que podía demostrar que la razón estaba de su parte y no en la de Catalina, pero su esposa era más inteligente y más poderosa. Enrique tenía todas las de perder, pero los delirios de grandeza del monarca, no solo la noción que tenía de sí mismo sino de su país, no le permitieron ver la realidad. Al final, Catalina consiguió imponerse y el papa no le concedió el divorcio a Enrique. Un petulante Enrique maldijo a los extranjeros miserables e impulsó su propio Brexit al separarse de la Iglesia católica. A continuación, los ingleses lucharon los unos contra los otros, a favor y en contra de esta nueva identidad no europea.
Mientras que España nadaba en la abundancia gracias a América del Sur, Inglaterra necesitó siglos para volver a tener relevancia mundial. Solo el mal tiempo impidió un verdadero desastre; una invasión por parte de la Armada española en 1588. Con el paso del tiempo, Inglaterra creció mientras que España inició un periodo de declive. En 1704, unas tropas formadas por soldados holandeses e ingleses tomaron Gibraltar, un peñón inhóspito de escaso valor pero que proporcionaba un puerto en un lugar estratégico en la entrada del Mediterráneo.
La decadencia de España coincidió con el auge del Reino Unido, pero a ambos países les unió su odio hacia Francia. Cuando las tropas napoleónicas invadieron España y los valientes españoles se inventaron la guerra de guerrillas, Reino Unido mandó soldados para ayudarles. Wellington acumuló grandes victorias en lo que pasó a llamarse la Guerra de Independencia.
Los soldados ingleses, bebidos, asesinaron o violaron a gran parte de la población de Badajoz y más tarde no consiguieron hacer lo mismo en Corunna (ahora, A Coruña). España se alegró de ganar la guerra y, si exceptuamos la cuestión de Gibraltar, siguió siendo un aliado del Reino Unido. Wellington regresó a su país con bastantes cuadros de Velázquez, aunque los españoles tenían muchos más y también tenían muchas más obras de otros artistas, así que no los echaron en falta.
A partir de ese momento las cosas fueron bastante mejor. Las compañías mineras inglesas mostraron a los españoles cómo se jugaba al fútbol y estos demostraron ser unos excelentes alumnos. La única mancha negra en las relaciones entre ambos países fue que Reino Unido fue cobarde y no se atrevió a intervenir en la década de los años treinta del siglo pasado cuando Hitler y Mussolini ayudaron a Franco a ganar la Guerra Civil española. Tras la victoria franquista, España inició un largo periodo de dictadura y la Alemania nazi propició la segunda guerra mundial. Muchos británicos murieron como consecuencia de esta guerra y los republicanos españoles, los mismos que los británicos no habían querido ayudar, fueron a luchar contra los nazis y fueron los primeros que entraron en París.
Había un gran problema. El general Franco quería Gibraltar. Durante años, cerró la frontera, lo que causó muchas penurias a las personas que vivían en Gibraltar e impidió que la Marina Real Británica pudiera cruzar la frontera para ir de tapas. En general, el resto del mundo consideró que se trataba de una discusión absurda. ¿Qué tipo de personas discutirían por un peñón como el de Gibraltar?
De todos los países grandes de Europa, España es el que siente más admiración por el Reino Unido. Quiere un Brexit “suave”. Posee bancos británicos, permite la entrada de los turistas británicos borrachos y acepta de buen grado la presencia en su litoral de muchos ingleses que no hablan español, algunos de ellos sin papeles, es decir, inmigrantes ilegales. En otras palabras, es muy tolerante. Aunque sigue reivindicando Gibraltar.
Esto no significa que vaya a invadir el Peñón. De hecho, lo único que pide es que se veten los futuros acuerdos entre Gibraltar y la Unión Europea. Gracias al Brexit, sus deseos se harán realidad. Los gibraltareños eran conscientes de este riesgo y una gran mayoría votaron en contra de una salida de la UE.
La idea de que esta situación puede descontrolarse y que habrá que enviar lanchas cañoneras solo es del Reino Unido. Y es tan absurda como la decisión de Franco de cerrar la frontera.
Giles Tremlett es el autor del libro Isabel de Castilla: la primera gran reina europea (Isabella of Castile: Europe’s First Great Queen), publicado en Reino Unido por Bloomsbury.
Los partidos entre España e Inglaterra -o Inglaterra y España- suelen tener bastante poco de amistoso, aunque no sean de competición oficial. En 2004 llegó la enésima revancha para España en Madrid, después de la afrenta de Lineker y compañía en 1987 (2-4). Del Horno selló la victoria por la mínima de la selección de Aragonés, pero el resultado fue lo de menos.
Los ingleses llegaban ‘calientes’ por una arenga de Luis Aragonés al sevillano Reyes, entonces del Arsenal, con estas palabras: «Dígale al negro (por Thierry Henry) de mi parte ‘negro de mierda (sic), soy mejor que tú’».
La tensión se reflejó en el campo, como demostraron los encontronazos de Rooney con Casillas, Neville con el propio Reyes y Lampard con Raúl. Pero lo que terminó de exasperar a los ingleses fueron los abucheos racistas a Wright Philips, Ashley Cole, Rio Ferdinand, Jermaine Defoe y Jermaine Jenas, todos ellos negros.
El golazo de Iniesta tres años más tarde en pleno corazón de la Premier, en Old Trafford (Manchester) enfrió algo el fuego inglés, pero la polémica resurgió hace unos meses, costándole al Bernabéu la celebración del partido en beneficio del Sánchez Pizjuán.
No es sino otra muestra de la rivalidad entre ambas selecciones. Una rivalidad que viene de lejos, mucho antes incluso que aquel famoso gol de ‘Zarra’ en Maracaná, en el Mundial de 1950 (Brasil) ante la «pérfida Albión».
En aquella ocasión la España franquista sacó pecho ante la primera victoria de la ‘Roja’, la única ocasión en que se venció a Inglaterra en partido oficial; no ha vuelto a haber otra. Era el tercero de 21 cruces entre ambos combinados.
En la historia del duelo, se han enfrentado en un total de 21 ocasiones, 16 de ellas en partido amistoso. La balanza se inclina del lado inglés por un claro 11-7, con tres empates.
En terreno español, la balanza se equilibra -cuatro victorias para cada equipo- y dos empates. Madrid, la gran defenestrada en esta ocasión, ha sido escenario del choque en ocho ocasiones, por una de Barcelona (0-2 para Inglaterra, en 1980) y Santander (1-0 para España, 1992).
Cuatro años después de aquella victoria, con gol del deportivista Claudio Barragán, llegó uno de los cruces más amargos que se recuerdan, el de la Eurocopa de Inglaterra ’96.
La selección que entrenaba Javier Clemente empató a cero con los anfitriones en el mítico Wembley, jugando el mejor partido del torneo. Sin embargo, en la fatídica tanda de penaltis sendos fallos de Hierro y Nadal dieron al traste con toda esperanza, eran los temidos cuartos de final.
Ya con José Antonio Camacho en el banquillo, cinco años después, España fue la invitada al debut del sueco Sven Goran Eriksson como seleccionador inglés. Como no era cuestión de aguar la fiesta de los anfitriones, éstos se impusieron por 3-0 con goles de Nick Barmby, Emilie Heskey y Ugo Ehiogu.
El resto es ya de sobra conocido e incluso esta rivalidad se ha extendido en los últimos años a nuestro querido fútbol femenino.
El primer capítulo de la misma se vivió en los cuartos de final de la Eurocopa 2022 y en aquella ocasión, no sin polémica, Inglaterra apartó a España del camino por el título amén de un 2-1 en la prórroga y un año más tarde, este pasado verano, las hispanas se vengaron a lo grande en la gran final de la Copa del Mundo en Australia y Nueva Zelanda por 1-0 gracias a un tanto de Olga Carmona.
Ahora, siempre y cuando Inglaterra acabe su participación en el grupo A1 como líder, el azar sería ya el único obstáculo para poder disfrutar de un tercer capítulo entre Inglaterra y España o lo que es lo mismo, un Lucy Bronze versus Esther González, habrá que estar al quite.
Deja un comentario