La brillantez de las campeonas del mundo

(Fuente: RFEF)

¡En el fútbol femenino! La selección rojigualda inició una era triunfal en Oceanía que ha continuado en La Cartuja.

La selección española ha disputado dieciséis ediciones del Mundial y fue la anfitriona en 1982. En 2010, cosechó el mayor éxito de su historia al proclamarse campeona del mundo tras ganar en la final por 0-1 a los Países Bajos con gol de Andrés Iniesta, convirtiéndose así en la octava selección nacional en conseguirlo y en la primera de Europa en lograrlo fuera de su continente.

Se sitúa actualmente en la séptima plaza en la clasificación histórica de la competición y también es la séptima en el palmarés, igualada con la selección inglesa. Los reconocimientos más destacados por la conquista mundialista fueron el «Premio Príncipe de Asturias de los Deportes» y el «Premio Laureus al Mejor Equipo Internacional» del año.

Además, fue nombrada en 2013, por sexta vez consecutiva, el «Mejor Equipo» del año por la FIFA.

Como selección afiliada a la UEFA, tiene el derecho a participar en la Eurocopa, para la cual se ha clasificado en once ocasiones. Ha jugado cuatro finales y se ha proclamado campeona en tres ocasiones. La primera fue en 1964, jugando como anfitriona, luego de derrotar 2-1 a la Unión Soviética en el Estadio Santiago Bernabéu. Repitió éxito en 2008, después de vencer en la final a Alemania por 0-1 con gol de Fernando Torres.

Esta victoria le supuso encabezar por vez primera la Clasificación FIFA, siendo el sexto equipo que lograba liderar dicho ranking y el primero que lo conseguía sin haber ganado ningún Mundial hasta la fecha.

En 2012, se convirtió en la única selección de fútbol en ganar dos veces consecutivas el torneo, tras ganar 4-0 a Italia. Esto igualmente le convirtió en el primer combinado nacional en lograr el «triplete» de selecciones, habiendo conquistado de forma consecutiva la Eurocopa de 2008, el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012.

Además, alcanzó el subcampeonato en 1984, perdiendo la final por 2-0 ante el equipo anfitrión, Francia. Ocupa en la actualidad el primer puesto en el palmarés de la competición, igualada con la selección alemana, y es la tercera en la clasificación histórica.

Asimismo, «La Roja» ha participado dos veces en la fase final de la Liga de Naciones, un torneo de reciente creación por parte de la UEFA.

En 2023, logró el entorchado tras derrotar en una disputada e igualada final a Croacia en la tanda de penaltis. También cabe destacar el subcampeonato conseguido en 2021 tras perder la final por 1-2 frente a Francia. Se encuentra actualmente ubicada en la primera posición en la clasificación histórica de dicha fase final y ocupa también el primer lugar en el palmarés, junto a la selección portuguesa y la selección francesa.

España ha competido también en dos ediciones de la extinta Confederaciones y su mejor resultado aquí fue el subcampeonato obtenido en 2013 tras caer en la final por 3-0 contra la anfitriona, Brasil. Anteriormente, en 2009, había logrado el tercer puesto del torneo luego de vencer 3-2 a la igualmente anfitriona Sudáfrica. En la clasificación histórica de la competición, ostenta definitivamente la quinta plaza, pese a no haber alzado nunca el trofeo.

En sus participaciones —un total de tres— en los Juegos Olímpicos para selecciones absolutas, antes de modificar el COI y la FIFA las normativas referentes a las condiciones de los equipos participantes, consiguió el subcampeonato en 1920 tras derrotar a la selección neerlandesa por 1-3 gracias al tanto de «Pichichi» y al «doblete» de Félix Sesúmaga.

El acto de compararnos que los seres humanos ponemos en marcha es automático y lo hacemos sin querer, siendo una conducta que nos encontramos de manera implícita en nuestra cultura y sociedad. ¿O es que, acaso, tus padres no te preguntaban también por la nota que habían sacado tus compañeros de clase en algún examen? No sería seguramente con la intención de comparar los números con los que nos evaluaban en el colegio, pero en muchas ocasiones sí lo ocurre as

Uno de los motivos por el que nos comparamos es para darnos cuenta de aquellas cosas que nos gustaría tener o alcanzar . El problema es que la propia comparación no nos permite valorar aquello que hemos logrado o aquello que tenemos, pues minimizamos nuestros propios éxitos a través de la comparación.

Tal como cuenta Lidia G. Asensi, psicóloga del Centro Psicológico Cepsim , otro motivo por el que se da la comparación es con respecto a la idea de alcanzar la perfección : «Tenemos que tener cuidado con la perfección, dado que genera unas altas exigencias en nosotros y terminamos por no estar conformes nunca con lo conseguido. La perfección es una trampa la cual nos lleva a estar constantemente en el hacer».

La comparación con respecto a otras personas es dañina para nosotros y nuestra autoestima y, siguiendo el consejo de la psicóloga Asensi, la única comparación válida es con respecto a nosotros mismos: «La comparación nos lleva a rechazar quiénes somos. No nos ayuda a cambiar o mejorar aquello con lo que no estamos conformes , sino que nos limita». Y eso es lo que entorpece después nuestra autoestima… «Al compararnos estamos idealizando los elementos de la otra persona, es decir, adoptamos una posición inferior con respecto al otro. Por tanto, en esta posición no nos valoramos ni a nosotros ni nuestras capacidades y logros», expone.

Explica Lidia G. Asensi que cuando nos comparamos lo hacemos desde la parte más visible y superficial, pero no tenemos en cuenta qué hay debajo. Es decir, en las comparaciones muchas veces no aplicamos la regla de «en igualdad de condiciones». «Imaginemos que un compañero nuestro ha terminado su trabajo a tiempo pero nosotros no. Comenzamos a realizar comparaciones dañinas para nosotros del tipo: ‘mi compañero es mejor que yo’, ‘yo no soy igual de eficaz y capaz’, ‘no merezco este puesto tanto como él/ella’ etc. Pero, quizás, la situación actual de nuestro compañero es diferente a la nuestra», asegura, por lo que debemos mirar la historia completa para realizar esa comparación , porque muy posiblemente no nos ha dado tiempo a terminarlo porque esta semana hemos tenido varias reuniones, hemos tenido a nuestro hijo malo y hemos tenido que cuidarle etc.

Cómo habéis leído en el párrafo anterior, dicen que las comparaciones son odiosas y muy poco positivas, pero en este artículo queremos destacar la época dorada que está viviendo la Selección Española de Fútbol Femenino, quien es tan solo seis meses ha levantado dos trofeos que brillan ya en la vitrinas de la RFEF.

El camino glorioso se inició en el Mundial de Canadá 2015, donde no se fue capaz de pasar de la fase de grupos, cuatro años más tarde, la nación ibérica viajó a Francia para jugar la Copa del Mundo de 2019 en Francia y allí ganó su primer partido en un torneo de esta índole ante Sudáfrica (3-1), se clasificó para jugar los octavos de final ante Estados Unidos y perdió 2-1 con honor y un penalti en el tramo final del partido que fue polémico.

El pasado verano, cómo olvidarlo, España viajó a Australia y Nueva Zelanda tras un buen papel en la Eurocopa de Inglaterra y en territorio oceánico fue derribando muros al ganar dos partidos de la fase de grupos e ir superando rondas eliminatorias antes de plantarse en la gran final del torneo intercontinental ante las británicas, campeonas de la última Copa de Europa de Naciones (1-0) con un gol de Olga Carmona y así levantar el título en solo tres participaciones.

Además, seis meses después ha conquistado en La Cartuja la primera edición de la UEFA Women’s Nations League ante Francia por 3-0 para continuar brillando y haciendo historia.

La del deporte femenino es la historia de una lucha. A lo largo de los siglos, las mujeres han tenido que abrirse paso en contra de los prejuicios y las trabas que les ponía una sociedad que creía que ellas no podían, o no debían hacer deporte.

Aún queda mucho camino por recorrer para que el deporte femenino se equipare al masculino. El peso de siglos de discriminación aún se hace notar.

En los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia, que se celebraban hace más de dos mil años, solo podían participar los hombres. Las mujeres casadas tenían prohibida la entrada, mientras que las solteras únicamente podían participar como espectadoras. Se les permitía participar en un concurso deportivo una vez finalizado los juegos masculinos en honor a la diosa Hera.

En Europa, a lo largo de la Edad Media, no estaba bien visto que las mujeres se entretuvieran con tareas físicas y por eso su participación en las competiciones deportivas fue prácticamente nula. Solo las mujeres de clase alta, en algunos casos, practicaban la hípica o la caza.

Durante la misma época, en China se popularizaba entre las mujeres el cuju, una especie de fútbol primitivo. Algunos grabados muestran a mujeres practicando este antiquísimo juego de pelota.

El deporte moderno se fue desarrollando a lo largo del siglo XIX. En 1896 se organizaron las primeras Olimpiadas modernas, aunque en aquella ocasión tampoco participaron mujeres y en las siguientes ediciones fueron muy pocas.

Sin embargo, gracias a la lucha de muchas mujeres a lo largo de los siglos, hoy en día se considera normal en la mayoría de países que ellas participen en competiciones profesionales o hagan deporte como aficionadas.

Aún así, el deporte femenino está a mucha distancia del deporte masculino en relevancia, salarios o número de personas que lo practican.

En Azuqueca de Henares, al Gobierno municipal de José Luis Blanco se le ha llenado la boca, especialmente en campaña electoral, de la importancia de promocionar el deporte femenino así como de contribuir a la igualdad de oportunidades. Pero desgraciadamente, hemos visto en los últimos días como el alcalde Blanco y su grupo han puesto en peligro la continuidad del club de baloncesto del municipio y de los equipos júnior y sénior femenino por no hacer efectiva la subvención a la que se comprometió a primeros de año.

Lo mismo sucedía con el C.D Azuqueca Femenino que de no ser por la denuncia pública realizada por las jugadoras, correría la misma suerte que los equipos femeninos de baloncesto.

A Blanco se le olvida que las autoridades locales, en cuanto que son las administraciones más próximas a la población, representan los niveles de intervención más adecuados para combatir la discriminación ya que pueden implementar acciones concretas en favor de la igualdad y la incorporación de la perspectiva de género. Las niñas y mujeres de toda clase y condición deben poder acceder a todos los deportes, debe haber equipos femeninos y deben tener estar en condiciones de igualdad en cuanto a premios, becas y subvenciones. Las niñas necesitan ver a mujeres brillantes siendo brillantes. Ver cómo llegaron, dónde están para imaginarse a ellas mismas haciendo lo que ellas hacen y poder así explotar todo su potencial.

¿Con cuántos añosdejamos de creerque podemos ser lo que nos propongamos ser? ¿En qué momento las niñas dejan de tener grandes sueños, como llegar a ser importantes deportistas, pensadoras, científicas, escritoras, cineastas, astronautas… para quedarse con las ideas más “normativas” que tiene nuestra sociedad sobre el trabajo que ha de realizar una mujer? La respuesta: en el momento en el que no encuentran referentes femeninos de éxito.

En Azuqueca de Henares, empezamos a estar cansadas de la actitud de este Equipo de Gobierno que lejos de potenciar la igualdad de oportunidades y la participación en todos los ámbitos, actúa bajo la discrecionalidad de un jefe que cree que puede gestionar el dinero público, el de todas y todos, en función del número de votos que le prometan.

Desprecian una vez más a una buena parte del electorado, de la población, compuestas ambas, por un importante número de mujeres.

Si todavía no te hemos convencido de que debemos apoyar a las pupilas que dirige Montse Tomé, te diremos que la selección masculina ha necesitado participar en 14 ediciones de la Copa del Mundo para levantar el título en 2010 y también tres de la Liga de Naciones para llevársela , algo que las chicas solo han tardado tres Mundiales y el primer torneo de la UEFA Women’s Nations League para colgarse del cuello la presea dorada, no hay más que decir, el fútbol femenino da un montón de alegrías.

(Fuente: UWNL)

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