
🔶 ¡Siguen haciendo historia! Las campeonas del mundo doblegaron a Alemania por vez primera y se cita con Inglaterra en Basilea en el partido por el título .

La Selección Española Femenina de Fútbol ha conseguido esta noche uno de los hitos más trascendentes de la historia del deporte nacional: clasificarse, por primera vez, para una final de la Eurocopa Femenina. El escenario fue el estadio Letzigrund de Zúrich. El rival, Alemania, la selección más laureada del continente. Y el desenlace, inolvidable: un gol de Aitana Bonmatí en el minuto 113 de la prórroga rompió el empate y selló una victoria que no solo permite a España luchar por el título, sino que consagra a toda una generación de futbolistas como símbolo de orgullo, superación y excelencia deportiva.
Este logro histórico llega tras años de trabajo constante, silencioso y muchas veces poco reconocido. Es el resultado de una evolución que comenzó en los márgenes y que hoy se celebra en las portadas de todos los medios nacionales e internacionales. España ha vuelto a romper un techo. Lo hizo al conquistar el Mundial en 2023. Lo ha vuelto a hacer hoy, en una noche mágica, que ya forma parte de la leyenda del fútbol español.
El partido ante Alemania fue, desde el inicio, una batalla táctica, física y emocional. Sobre el césped se enfrentaron dos de las selecciones más en forma del campeonato, con estilos de juego muy diferentes pero igualmente reconocibles. Alemania, con su fortaleza física, su rigor defensivo y su capacidad para transitar con peligro; y España, fiel a su estilo asociativo, de posesiones largas, con dominio del balón, paciencia y una clara apuesta por el juego ofensivo.
Durante los 90 minutos reglamentarios, el conjunto dirigido por Montse Tomé propuso más, jugó más en campo rival y mostró una personalidad arrolladora. La pareja formada por Teresa Abelleira y Patri Guijarro en el doble pivote permitió a España controlar los tiempos del encuentro, mientras que Salma Paralluelo, Athenea del Castillo y Mariona Caldentey generaron constantes desequilibrios por las bandas. Alemania resistía. Y no era para menos: se trataba de una selección que había disputado 10 finales europeas y ganado 8. Sabían sufrir.
Las ocasiones, aunque escasas, fueron cayendo del lado español. La portera alemana Merle Frohms salvó a su equipo con intervenciones de gran mérito, especialmente en un mano a mano ante Paralluelo en el 83’. También Cata Coll respondió cuando fue requerida, transmitiendo seguridad desde la portería y manteniendo la calma en los momentos clave. El empate a cero al término del tiempo reglamentario no reflejaba del todo el dominio español, pero tampoco sorprendía en un duelo tan igualado.
La prórroga mantuvo la tónica: España llevó la iniciativa, Alemania resistía. Hasta que, en el minuto 113, se rompió la igualdad. Una internada por la izquierda de Salma terminó en un rechace dentro del área. El balón cayó en los pies de Aitana Bonmatí, que, sin dudar, armó la pierna derecha y colocó el balón con precisión quirúrgica en la escuadra. Un gol que no solo dio la victoria a España, sino que la catapultó a su primera final de Eurocopa. Un gol que quedará grabado en la historia del fútbol femenino europeo. Un gol que representa todo lo que ha costado llegar hasta aquí.
proceso de transformación profundo en el fútbol femenino español. No se trata solo de un éxito deportivo. Es una victoria social, cultural e institucional. Hace apenas dos décadas, el fútbol femenino sobrevivía en la sombra, con escasa visibilidad, recursos limitados y sin reconocimiento institucional. Hoy, España está entre las tres mejores selecciones del mundo y jugará una final continental contra rivales de la máxima exigencia.
Las futbolistas que hoy han logrado esta gesta han crecido en contextos muy distintos. Algunas tuvieron que entrenar en campos sin vestuarios, otras viajaron cientos de kilómetros para poder competir. Muchas de ellas han sido las primeras mujeres en jugar en sus pueblos, en vestir una camiseta profesional, en entrar en una cantera. Hoy, todas juntas, han cambiado la narrativa para siempre. Y lo han hecho con un estilo único, admirado y respetado en todo el mundo.
Este logro no se entiende sin la apuesta firme de la Real Federación Española de Fútbol por el crecimiento estructural del fútbol femenino. La profesionalización de la Liga, las inversiones en cantera, la mejora de las condiciones laborales de las jugadoras, la visibilidad en los medios públicos, la creación de estructuras técnicas estables, y sobre todo, el impulso de referentes, han sido claves para que España hoy esté en lo más alto.
Las imágenes de esta noche en Zúrich son el reflejo de un fenómeno imparable. Familias enteras viajaron desde distintos rincones de Europa para estar con La Roja. Más de 10.000 personas llenaron las gradas del Letzigrund con banderas, bufandas, cánticos y emoción. En España, millones de espectadores siguieron el partido en RTVE. En plazas, bares y centros culturales, la semifinal se vivió con pasión. El fútbol femenino ha conquistado el corazón de todo un país.
El gol de Aitana hizo estallar de júbilo a toda una generación. Desde niñas que empiezan a jugar en sus colegios hasta veteranas que soñaron sin recompensa, todas se sintieron representadas. Porque esta selección ya no solo juega por un título. Juega por la dignidad, por la igualdad, por el derecho a soñar sin límites.
La gran final de la Eurocopa Femenina 2025 se disputará el domingo 27 de julio en el estadio St. Jakob-Park de Basilea. El rival saldrá del cruce entre Inglaterra y Francia, que se enfrentan esta misma noche en la segunda semifinal. Será una final de altísimo nivel, entre potencias del fútbol europeo, pero España llega con la confianza de quien ha superado todos los retos y ha demostrado que puede competir de tú a tú con cualquiera.
Pase lo que pase, esta selección ya ha dejado una huella imborrable. Ha superado a Países Bajos, ha eliminado a una campeona como Alemania, y ha llegado al último peldaño con la misma humildad que carácter. Si el 20 de agosto de 2023, en Sídney, España tocó el cielo al conquistar el Mundial, el 27 de julio de 2025 puede ser otra fecha para la eternidad.
Desde la Real Federación Española de Fútbol queremos transmitir nuestra más sincera felicitación a todo el equipo humano que ha hecho posible este momento. A las jugadoras, que han entregado su talento y su alma. Al cuerpo técnico, que ha sabido gestionar la presión con inteligencia. Al personal médico, logístico, de análisis, prensa y organización, que trabajan día y noche por el bien del grupo. Y a toda la afición, que ha demostrado que este equipo no está solo.
España está en la final, y con ella, todo un país que ya tiene licencia para soñar en grande.
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