
⬜️ El Riyadh Air Metropolitano será un volcán rojo con más de 45.000 almas en una final que puede reescribir para siempre la historia del fútbol femenino español. Tras el empate en Kaiserslautern y con la ausencia dolorosa de Aitana Bonmatí, la selección se aferra a su fe y su fútbol para derribar a la potencia eterna: Alemania.
España–Alemania: la noche en la que el fútbol femenino español puede cambiar para siempre. No hablamos de un simple partido, ni de una disputa más en el calendario internacional. Hablamos de un país que se detiene, de un estadio convertido en volcán emocional, de un pueblo futbolístico que ha decidido no soñar, sino exigir su lugar en la eternidad. La vuelta de la final de la UEFA Women’s Nations League 2025 arrastra consigo una marea histórica. Tras el 0-0 en la ida de Kaiserslautern, la corona queda suspendida en el aire como una sentencia que solo 90 minutos —o más, si hace falta— podrán rubricar. Madrid será el territorio donde el destino decidirá si Alemania mantiene su hegemonía o si España, ya Reina del Mundo, se convierte por fin en dueña absoluta de Europa.
El Riyadh Air Metropolitano será, este martes 2 de diciembre a partir de las 18:30 en La 1 de RTVE, algo más que un estadio: será tambor, será garganta colectiva, será la fragua donde se templará el acero del futuro. Más de 45.000 entradas agotadas, un rugido previsto que convertirá el cemento en músculo y la tribuna en pulmón. No habrá silencio ni duda: cada asiento es una promesa, cada bandera un fuego, cada voz un empuje para un equipo que ya aprendió a mirar de frente a los gigantes. Y Alemania sigue ahí, como última fortaleza de un mundo que España lleva años derribando ladrillo a ladrillo. Ocho veces campeona continental, referencia eterna, bestia de escudo negro y disciplina férrea. Pero esta vez visita la caldera rojigualda, esta vez llega en territorio inflamable, esta vez se enfrenta a generaciones que crecieron viendo a sus propias ídolas coronarse en Wembley, reinar en Nueva Zelanda, desafiar al mundo en Suiza.
La estadística no engaña, pero tampoco amedrenta: en los últimos siete enfrentamientos, Alemania domina con tres victorias, dos empates y un solo triunfo español. Uno solo, sí, pero uno suficiente para incendiar la memoria: semifinales de la Eurocopa 2025, prórroga, minuto 116, y Aitana Bonmatí partiendo en dos la historia con un zurdazo que dobló el rodillo germano. Aquella noche España dejó de caminar —empezó a galopar. Ahora busca que ese fogonazo no sea mito, sino el primer capítulo de una era.
Pero toda epopeya exige tragedia, toda gloria nace del dolor, y el golpe ha sido duro, quizás el más cruel. La Real Federación Española de Fútbol lo confirmó en un comunicado médico que estremeció al país: Aitana Bonmatí Conca, tres veces Balón de Oro, símbolo, cerebro, pecho descubierto ante el universo, ha sufrido una fractura en el peroné de su pierna izquierda durante el entrenamiento en Las Rozas. Un mal apoyo, una acción fortuita, un zarpazo del destino. Las pruebas fueron concluyentes y la centrocampista quedó descartada para la final. No hay milagro posible esta vez. Ha regresado a Barcelona para iniciar una recuperación que se extenderá al menos tres meses. Una baja monumental, un vacío que no se sustituye: se asume, se abraza, se transforma en fuerza.
No es la primera vez que Aitana despliega resiliencia sobre el dolor. Hace apenas unos meses, en la víspera de la Eurocopa de Suiza 2025, fue ingresada por meningitis vírica. Fiebre alta, hospital, incertidumbre. Pero volvió, jugó, fue clave, empujó. La historia la puso otra vez frente al filo, y esta vez, simplemente, no podrá jugar. No podrá estar. Pero estará en cada grito, en cada pase que nazca del centro del campo español, en cada centímetro de césped que sueñe con levantar el trofeo.
Sonia Bermúdez, seleccionadora nacional después de relevar a Montse Tomé tras aquella final europea perdida en penaltis contra Inglaterra, presenta una convocatoria de 25 jugadoras —dos más del máximo permitido por UEFA— con el privilegio y el desafío que eso implica. En la ida, Eunate Astrálaga y Fiamma Benítez quedaron fuera de la lista definitiva. Ahora, con Aitana lesionada, la puerta del Metropolitano se abre para Fiamma, que en su casa puede convertirse en brújula, en relevo generacional, en motor. Alexia Putellas será el eje, el faro veterano; Ona Batlle, Jenni Hermoso y Edna —símbolos ya sin necesidad de apellidos— comandarán el frente emocional. Tras ellas, emergen Vicky López y la propia Fiamma: hijas del mañana, herederas del fuego.
La tranquilidad en el vestuario es madura, silenciosa, valiente. No hay miedo, hay desafío. La lesión de Aitana no debilita: une. Refuerza. Empuja. Se ha repetido más de una vez entre jugadoras y cuerpo técnico: esta final no se juega solo con calidad, se juega con convicción. Y la convicción, hoy, es absoluta.
La UEFA ha designado como árbitra a la italiana Silvia Gasperotti, 32 años, carácter férreo y peso creciente en la élite. Conocida en España tras dirigir el Barça 7–1 Bayern y el Arsenal–Real Madrid (2–1), afronta su segunda final internacional tras arbitrar el Europeo Sub-19 de 2024 —otro título español decidido en la prórroga, gol de Intza Eguiguren al 118’. Aquella generación —Astralaga, Noemí, Adriana, Aïcha, Judit Pujols, Artero, Ainhoa Alguacil, Cristina Librán, Agote, Marisa, Pau Comendador— escribió el prólogo de lo que estamos por vivir. Gasperotti lo dijo entonces y lo sostendrá con el silbato en la mano: “Arbitrar una final es un honor, pero también una responsabilidad.” Suya será la responsabilidad, nuestro el latido.
Madrid vestirá la fiesta desde la mañana. La Fan Zone en la Puerta H del Metropolitano abrirá desde las 11:00 con teqball, minicampos, foodtrucks, actividades, retos, fotografías con las copas del mundo y de Europa Sub-17 y Sub-19, además del trofeo de la Nations y la exposición Camino hacia la Estrella. No es partido: es peregrinación. No es evento: es rito nacional.
RTVE convertirá la noche en acontecimiento masivo. Ya la ida fue el contenido más visto del día con 1.562.000 espectadores y 4,5 millones de audiencia acumulada. Los pronósticos reflejan que siete de cada diez aficionados europeos creen en España. No es estadística: es declaración.
Y así, cuando el reloj marque las 18:30, cuando el cielo se ensombrezca sobre la capital, cuando la pelota ruede por primera vez, España no solo jugará una final: escribirá una línea irreversible. Alemania es la última montaña del continente. La cima espera. Madrid respirará fuego. El Metropolitano será viento, empuje, garganta. El balón decidirá quién queda en la historia y quién entra en la eternidad.
Que ruja Madrid. Que España arda. Que el fútbol femenino quede inmortalizado. Porque esta noche, pase lo que pase, ya no hay retorno: solo leyenda.
🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀
🔥 España 🇪🇸 🆚 Alemania 🇩🇪🔥
✨ La final ✨
📅 Martes, 2 de diciembre de 2025
⏰ 18:30 horario peninsular
📺 La 1 de RTVE
🫶 Matchday 2 | Dia de partido
🏟️ Riyadh Air Metropolitano, Madrid

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