Autor: Manuel López Fernández

  • Oficial | España cierra 2025 en la cima del mundo

    (Fuente: RFEF)

    🟦 Las jugadoras de “La Roja” son las protagonistas de una generación para recordar que aventaja en 37.31 puntos a USA, que es segunda en el ranking mundial.

    La historia del fútbol femenino español acaba de escribir uno de sus capítulos más emocionantes y trascendentales. La Selección Española de Fútbol, actual campeona de casi todo —del mundo, de subcampeona de Europa y flamante ganadora de la Nations League— cerrará el año 2025 instalada con autoridad en el número uno del ranking FIFA, con 2094.89 puntos que consolidan un ciclo competitivo jamás visto en nuestro deporte. Un reinado que no se explica solo desde los títulos: nace de una identidad, una generación irrepetible y una conexión emocional con un país que aprendió a soñar con ellas… y que ya no quiere despertar.

    España termina el año por delante de potencias históricas como Estados Unidos (2057.58), Alemania, Inglaterra, Suecia o Francia.
    La distancia con las norteamericanas —durante décadas dominadoras absolutas del fútbol mundial— es simbólicamente tan importante como matemáticamente clara: 37.31 puntos que representan algo más que un número. Representan un cambio de era.

    Porque España no ha conquistado el mundo a través del músculo o la imposición física, sino con una identidad que ya forma parte del patrimonio emocional del deporte: presión asfixiante, asociaciones que parecen trazos coreografiados, agresividad en la recuperación, paciencia infinita cuando el partido lo exige, valentía para arriesgar cuando otros temen caer. El balón, siempre el balón. No como herramienta: como brújula. Como declaración de intenciones. Como la forma más pura de contar quiénes somos.

    Este 2025 ha sido un año tejido con gestas. España defendió su corona europea como si la historia le perteneciera desde siempre. Ganó la Nations League con autoridad y una serenidad que asusta. Firmó victorias que quedan grabadas como cicatrices gloriosas sobre las potencias tradicionales. Y cada vez que el equipo celebró, lo hizo con ese gesto que ya reconocemos incluso sin ver sus caras: el gesto de quien sabe que no está tocando techo, sino abriendo una puerta. Hay generaciones que nacen para competir y otras que nacen para trascender. Esta ya ha elegido su destino.

    Las jugadoras —esas que aparecen en las imágenes alzando trofeos, sonriendo con una mezcla de orgullo y responsabilidad— son las narradoras silenciosas de esta epopeya. No hace falta nombrarlas una a una; basta con verlas jugar para entender que han construido una hermandad que trasciende la táctica. Han unido experiencia y juventud en un pacto invisible que las convierte en algo más que un equipo: en una idea. En una marea roja que, cuando avanza, parece imposible de detener.

    Y alrededor, un país rendido. Estadios que vibran, audiencias que baten récords, generaciones completas de niñas que ya no imaginan un futuro donde el fútbol femenino sea desconocido, sino uno donde ellas mismas llevan los colores de su selección en un gran torneo. Cada partido de España es un acontecimiento nacional, cada gol un abrazo colectivo, cada título un espejo donde mirarnos con orgullo.

    Cuando el ranking llega, cuando la FIFA ordena el mundo y escribe “España — 2094.89 puntos” en lo más alto, no es solo un cierre de año: es un acto simbólico. Es la confirmación oficial de algo que todos sentimos hace tiempo. Que el centro de gravedad del fútbol femenino se ha desplazado. Que la potencia más creativa, más dominante, más completa, más emocionante está aquí. Que este país, que hace no tanto era un susurro en la élite, hoy es un rugido que llena estadios enteros.

    No sabemos qué traerá 2026. El deporte no ofrece garantías, y el éxito puede ser volátil. Pero si algo ha quedado claro este año es que España ya no compite para demostrar que pertenece a la élite: compite para hacer historia. Para escribir capítulos que aún no existen. Para llevar la frontera del juego a un lugar donde nadie ha estado antes.

    Y mientras cae el telón de 2025, en algún lugar, quizá en un campo de entrenamiento vacío, un balón rueda despacio sobre la hierba. Es el recordatorio silencioso de todo lo que ha pasado… y de todo lo que está por venir. España termina el año siendo la número uno del mundo.

    Y lo hace con la sensación, casi poética, de que apenas estamos presenciando el comienzo de un reinado destinado a perdurar.

    España cerró el año como cierran los grandes imperios: con las cifras escritas en piedra y la sensación de que ni siquiera los números alcanzan para explicar lo que verdaderamente ocurrió sobre el césped. 17 partidos. 14 victorias, 2 empates y 1 sola derrota. 50 goles marcados. 13 recibidos. Un registro que no parece de una selección humana, sino de un equipo mitológico, construido con la determinación de quienes saben que están escribiendo un capítulo que se leerá durante generaciones.

    Porque detrás de esas cifras hay algo que no se puede medir: la manera. La forma en la que España ganó, la forma en la que resistió, la forma en la que volvió a levantarse incluso cuando el mundo quiso dudar. Hay selecciones que suman victorias; España, en 2025, las creó. Las moldeó. Las transformó en relatos épicos que quedarán grabados en la memoria colectiva. Cada triunfo fue una pieza más de una obra que se construyó a golpe de talento, sacrificio y una fe absoluta en un fútbol que combina precisión quirúrgica con un arrojo casi poético.

    Los 50 goles a favor no son simplemente medio centenar de celebraciones: son la prueba de una maquinaria ofensiva que se mueve al ritmo de un país entero. Cincuenta veces en las que el balón cruzó la línea para recordarle al mundo que España juega con un lenguaje propio, un idioma hecho de pases, diagonales, fintas y valentía. Cada gol fue un latido más de un equipo que ya no se conforma con ganar, sino que busca emocionar, dominar y trascender.

    Los 13 goles en contra, más que una estadística defensiva, representan la resistencia. La solidez de un grupo que cuando debe defender lo hace con la misma intensidad con la que ataca, que entiende el esfuerzo colectivo como un pacto inquebrantable. En esos 13 goles está el precio inevitable de competir al máximo nivel, pero también está la historia de un equipo que sabe responder ante cada golpe con un rugido aún más fuerte.

    Las 14 victorias son estaciones en un viaje que cambió la percepción internacional del fútbol femenino. Cada una con su estilo: algunas arrolladoras, otras pacientes, muchas hermosas, algunas sufridas. Las 2 igualdades son capítulos donde la épica se fraguó en la resistencia, donde España demostró que incluso cuando el triunfo no aparece, la identidad no se pierde. Y la única derrota —esa nota singular en un pentagrama casi perfecto— se convirtió en un recordatorio de que los grandes equipos no se definen por lo que les golpea, sino por la manera sublime en que responden después.

    Porque España, tras ese tropiezo, no dudó. No tembló, no retrocedió, avanzó y creció para volverse aún más fuerte después de la dramática tanda de penaltis en la final de la Europa ante Inglaterra.

    El año termina con la imagen de una capitana levantando un trofeo que brilla como un símbolo de un tiempo nuevo, de una era en la que España dejó de mirar hacia arriba para descubrir que ya estaba allí, en lo más alto. Termina con un vestuario que sabe que ha cambiado la historia. Con una afición que ha aprendido a latir al ritmo de este equipo. Con rivales que han entendido que ya no existe margen para dudar: España es la referencia, la vara de medir, la cima que todos quieren escalar.

    Y mientras cae la última página del calendario, las cifras siguen ahí, inmutables, gigantescas, casi imposibles.

    Pero lo que realmente deja sin aliento no son los números, sino lo que implican. Un año de dominio, de belleza, de convicción. Un año en el que esta selección convirtió cada partido en una declaración de poder y cada minuto en un poema competitivo.

    España cierra 2025 como cierre un campeón absoluto: con el mundo a sus pies y el futuro esperando, impaciente, a ver qué nueva hazaña escribirá este equipo que ya juega en el territorio de la leyenda.

    (Fuente: “El Partido de Manu”)

  • Oficial | Sakina Ouzraoui, la regateadora de Liga F Moeve que empezó haciendo gimnasia artística

    ( Fuente: Liga F Moeve)

    ▶️ La futbolista del Costa Adeje Tenerife es la jugadora de Liga F Moeve que más regates ha realizado este curso (71), y la que más veces se ha marchado con éxito de sus defensoras, en 34 ocasiones. Nacida en Barcelona empezó haciendo gimnasia artística, pero un profesor le animó a buscar un equipo de fútbol.

    La vida de Sakina Ouzraoui Diki (Barcelona, 29 de agosto de 2001) hasta llegar a Liga F Moeve no ha sido nada fácil. Nacida en Hospitalet de Llobregat, su padre perdió el trabajo, y para no dejar sola a su madre, que era la única que tenía ingresos, se fueron todos a Francia, pero fue en Bélgica donde terminaron de asentarse. En España ya había empezado a hacer gimnasia artística, pero cuando llegó a Bruselas como no había ningún club de gimnasia, y ya había jugado alguna vez al fútbol con su hermano y sus primos, decidió empezar a darles patadas al balón en las calles y en el colegio. Un profesor le preguntó si estaba en algún club, y ahí, en el patio, empezó su carrera futbolística. Su primer club fue el RWDM Brussels, y sus buenas cualidades llamaron la atención del Anderlecht, su primer gran equipo.

    Tras un año en el Brujas, volvió al Anderlecth. En total, Sakina ganó cinco títulos de Liga y una Copa de Bélgica, hasta que en el verano de 2024 recibió la llamada del Costa Adeje Tenerife para regresar a España, la que siempre había considerado su casa. En su primera temporada con el equipo tinerfeño vivió un curso de adaptación, alternando titularidades con suplencias. En total disputó 28 encuentros, once como titular y diecisiete como suplente, repartidos en 1.133 minutos en los que marcó 2 goles y dio 1 asistencia. Unos números que ya ha igualado este curso. La atacante, que puede jugar tanto de extremo como en punta, suma 12 partidos esta temporada. Todos ellos como titular, alcanzando los 945 minutos ligueros con 2 goles ante el Sevilla y la Real Sociedad, y 1 asistencia, frente al Granada Club de Fútbol.

    Además, Sakina ha recibido el MVP a mejor jugadora en hasta tres encuentros del Costa Adeje Tenerife, siendo pieza fundamental del gran momento del equipo tinerfeño, que se encuentra a solo cuatro puntos de Europa. Se le presentó la oportunidad de ser internacional con Bélgica, pero ella solo tenía dos opciones en el horizonte: España y Marruecos, que era su primera opción. Su debut con las ‘Leonas del Atlas’ llegó el 6 de octubre de 2022 contra Polonia en un campo de entrenamiento en Cádiz. Solo un año después fue al Mundial de 2023, entrando en el TOP-10 de mejores regateadoras del torneo. Un año después, en 2024 se convirtió en subcampeona de la Copa de África. Tras ir ganando por 2-0 hasta la hora de juego, Nigeria se terminó imponiendo con un 2-3 dejando a la atacante con la medalla de plata.

    Su explosividad por todo el frente de ataque, y sus grandes cualidades técnicas le permiten dejar atrás a sus defensoras con gran facilidad. Tras las trece primeras jornadas disputas, Sakina es la futbolista que más regates ha realizado esta temporada en Liga F Moeve, con 71. Además, la internacional con Marruecos es la jugadora de la competición que más veces se ha marchado de sus defensoras, en hasta 34 ocasiones, las mismas que Elena Julve. O lo que es lo mismo, el 48% de sus regates han sido exitosos, prácticamente uno de cada dos. Además, su facilidad para jugar de espaldas le permite ser un gran apoyo para sus compañeras, pero también tiene sus desventajas ya que es la futbolista que más veces ha caído este curso en fuera de juego (15). Un arma letal para el ataque del conjunto tinerfeño,

  • Priscila Borja, una leyenda rojiblanca construida a base de goles

    (Fuente: X)

    La andaluza es el grito eterno de las dianas colchoneras y escribió su nombre al ser la autora de la primera gran epopeya de la sección femenina.

    Hay nombres que no necesitan presentación. Nombres que son parte de un escudo, de una hinchada, de una forma de entender la vida. Nombres que, al pronunciarlos, activan una cadena de recuerdos que van desde los campos de tierra hasta los grandes estadios, desde la lucha silenciosa hasta el reconocimiento absoluto.
    En el Atlético de Madrid Femenino, ese nombre es Priscila Borja.

    Puede que el fútbol femenino haya cambiado, que el club sea hoy una potencia europea, que el equipo viva en una dimensión profesional que hace veinte años parecía un sueño inalcanzable. Pero en lo más hondo de la memoria rojiblanca, en ese territorio donde guardan su sitio las pioneras, hay un registro que permanece intacto:
    Priscila Borja sigue siendo la máxima goleadora histórica del Atlético de Madrid Femenino, con 107 goles.
    Un número que no es solo una cifra. Es un símbolo. Es una bandera. Es una certeza.

    El relato del Atlético Femenino no puede entenderse sin ella, porque hubo un tiempo en el que su nombre era sinónimo de gol, de esperanza, de liderazgo y, sobre todo, de identidad.

    Antes de los títulos, antes de las finales europeas, antes del Wanda Metropolitano lleno para ver un derbi histórico, hubo un período donde el Atlético Femenino crecía día a día, a base de esfuerzo colectivo y convicciones profundas.
    Priscila llegó a un equipo que aún estaba lejos de ser la potencia que es hoy. Un Atlético que soñaba grande pero vivía con humildad, que luchaba con uñas y dientes cada punto, cada victoria, cada avance.

    en ese contexto, en ese espacio fundacional donde se forjan las leyendas, ella se convirtió en la referencia absoluta. No solo por los goles —que parecían infinitos— sino por su forma de competir, por su carácter irreductible, por su manera de encarnar los valores que el club presume como propios: coraje y corazón.

    Hay futbolistas que viven del golpeo. Otras, de la velocidad. Otras, del instinto. Priscila Borja lo tenía todo, pero lo más importante era lo invisible: tenía una relación íntima con el gol.

    En sus dos etapas entre 2009 y 2017, rompió defensas, batió porteras, silenció campos rivales y levantó corazones rojiblancos.
    Se convirtió en una pesadilla permanente para cualquier zaga.
    Izquierda, derecha, de cabeza, al primer toque, tras una carrera de 40 metros. Goles decisivos, goles agónicos, goles imprescindibles.
    Goles que salvaron temporadas, que cimentaron proyectos, que devolvieron al Atlético a la élite.

    107 veces, Priscila Borja obligó a la historia a detenerse, mirar y tomar nota.

    Ese registro, que aún hoy ninguna futbolista ha sido capaz de superar, no es solo un récord:
    es un testimonio de resistencia y excelencia en un tiempo donde el fútbol femenino no tenía la visibilidad, los recursos ni la estructura de hoy.

    Ella marcó cuando todo era más difícil.
    Por eso vale más.
    Por eso pesa más.
    Por eso sigue ahí, intacto.

    Pocas jugadoras han entendido el Atlético como Priscila.
    No solo por su compromiso deportivo, sino por su adhesión emocional.
    Era una futbolista que representaba a la perfección el espíritu de un club que exige entrega absoluta, respeto por su historia y un vínculo que se mantiene incluso después de colgar las botas.

    Y ese vínculo perdura.

    Priscila regresó al club después de su retirada para ocupar responsabilidades en su estructura.
    No volvió como homenaje: volvió porque el club sabía que su energía, su conocimiento y su liderazgo eran patrimonio rojiblanco.
    Volvió porque las leyendas no se despiden: se transforman.

    Quien vivió los primeros años del Atlético Femenino en la élite sabe que Priscila era más que la goleadora del equipo. Era la brújula emocional. El golpe en la mesa cuando las cosas se torcían. La sonrisa cuando llegaba la victoria.
    La jugadora que hacía que el equipo creyera.
    La que nunca bajaba los brazos.
    La que, incluso sin balón, encendía el partido.

    hoy el Atlético presume de ser un club gigantesco en el fútbol femenino, es porque hubo jugadoras que sostuvieron el escudo cuando el mundo no miraba.
    Priscila fue una de ellas.
    Quizá, la más decisiva.

    El fútbol femenino avanza a una velocidad extraordinaria. Los registros caen, los nombres cambian, las nuevas generaciones vienen con fuerza.
    Y, sin embargo, el récord de 107 goles de Priscila sigue indemne.
    Año tras año.
    Temporada tras temporada.
    Equipos que han pasado por Champions, jugadoras que han marcado épocas… y aun así nadie ha derribado esa cifra mágica.

    Hablar de Priscila Borja es hablar de un Atlético cercano, directo, indestructible.
    Un Atlético que luchaba por crecer y que encontraba en sus botas la esperanza.
    Un Atlético que necesitaba referentes, y los encontró en ella.

    Su legado no es solo estadístico.
    Es emocional.
    Es cultural.
    Es estructural.

    Cada niña que hoy viste la camiseta rojiblanca y sueña con marcar un gol en Alcalá, cada aficionada que se emociona en un derbi ante el Real Madrid, cada familia que llena las gradas del Centro Deportivo Wanda, lo hace en parte gracias al camino que jugadoras como Priscila abrieron.

    En un club donde la épica es norma, ella escribió una de las más brillantes.

    Hoy, cuando el Atlético de Madrid Femenino compite como gigante europeo, cuando el fútbol femenino vive el mayor crecimiento de su historia y cuando nuevas estrellas escriben capítulos emocionantes, el nombre de Priscila Borja sigue siendo una referencia inamovible.

    Porque hay goles que quedan en la red.
    Pero hay otros —107, exactamente— que quedan en la memoria.

    Y esos, los de Priscila, no se borran nunca.

    La máxima goleadora de la historia rojiblanca, la pionera de un tiempo que ya es leyenda.
    La futbolista que entendió el Atlético como solo lo entienden quienes lo sienten de verdad.

    Priscila no marcó goles, marcó una era indeleble teñida de rojiblanco que represente a la perfección el lema colchonero de coraje y corazón

    Además de su brillante paso por el tres veces campeón de la Liga F Moeve y dos veces ganador de la Copa de la Reina, la de Alcalá de Guadaira sabe lo que es ganar una Liga (2016/2017 con Atlético de Madrid) y una Copa de la Reina (2017 con nuestra camiseta).

    Debutó con la Selección Española sub-19 en el campeonato de Europa de 2002 y con selección absoluta el 19 de junio de 2010 contra Inglaterra y desde entonces ha disputado 24 partidos. En 2013 formó parte del de las 23 mejores de nuestro país en la Eurocopa de Suecia, llegando a los cuartos de final. Contribuyó a la clasificación para el mundial de Canadá en 2015 que posteriormente disputó siendo una de las seleccionadas por Jorge Vilda.

    En la recta final de su carrera la delantera se unió al Madrid CFF en la temporada 2020/2021 y con el conjunto rosa y blanco colgó las botas a final de curso, no si antes firmar un auténtico golazo de volea en el Estadio Antiguo Canódromo en los cuartos de final de la Copa de la Reina que sirvió para eliminar al Real Madrid en la prórroga de dicho torneo.

    En la actualidad esa nueve legendaria continúa vinculada al fútbol desde la dirección deportiva del Atlético de Madrid, donde trabaja desde 2022 como adjunta a la dirección deportiva del club tras su retirada como jugadora profesional.

    Tras una carrera de más de 20 temporadas como futbolista, en la que fue especialmente prolífica.

    Desde entonces, no se ha desvinculado del deporte:

    • Empezó a colaborar en el cuerpo técnico del entrenador Óscar Fernández tras su retirada y luego lo siguió cuando éste fichó por el Atlético de Madrid.
    • A partir de la temporada 2022-23 ocupa un cargo directivo como adjunta a la dirección deportiva del Atlético de Madrid, aportando su experiencia y visión al desarrollo del club y, en especial, de la sección femenina.

    Además, Priscila también ha impulsado campus de fútbol femenino, combinando la formación deportiva con aspectos educativos (como experiencias de inmersión en inglés) para fomentar el crecimiento del fútbol femenino entre las nuevas generaciones.

    En resumen, hoy día Priscila Borja sigue ligada al Atlético de Madrid y al fútbol desde los despachos y la gestión deportiva, dejando su legado no solo en goles históricos, sino también en la construcción del futuro del club rojiblanco.

  • Oficial | Las campeonas del mundo retienen el número uno del ranking de la FIFA

    (Fuente: UEFA)

    🚨 La flamante ganadora de la UEFA Women’s Nations League 2025 se mantendrá en lo más alto de la clasificación mundial y marca una era rojigualda en el fútbol femenino.

    Publicidad de Prime Video

    🟦 Prime Video estrenará la docuserie Original Pelayo. Más allá del límite el próximo 9 de enero de 2026

    Amazon Prime Video confirma que estrenará en exclusiva su nueva docuserie Original Pelayo. Más allá del límite el viernes 9 de enero en 195 países y territorios de todo el mundo y desvela su tráiler oficial. Tras su paso por G.E.O. Más allá del límite, el Inspector Pelayo vuelve a poner a prueba los límites de su resistencia, esta vez en Colombia, donde se une a unidades de élite del ejército y se embarca en operaciones reales en selvas, ríos y montañas.

    Durante más de dos décadas, Pelayo ha combatido el narcotráfico como policía de operaciones especiales. Ahora, su misión da un giro radical: decide seguir el rastro de la droga y adentrarse en los territorios donde el crimen manda y la violencia impone sus reglas. Desde los barrios de Buenaventura, hasta los ríos del Pacífico y las montañas del Valle del Cauca, Pelayo acompaña a unidades de élite del ejército colombiano en su guerra diaria contra el crimen organizado.

    Pelayo. Más allá del límite es una docuserie inmersiva de 3 episodios contada en primera persona por Pelayo, que desvela el lado más oscuro del narcotráfico, no como un fenómeno lejano, sino como un sistema global que transforma la violencia en negocio. Un viaje sin retorno al corazón de una guerra silenciosa donde mirar hacia otro lado ya no es una opción. Pelayo deja el papel de instructor para intentar comprender las raíces del conflicto desde la primera línea de fuego.

    De los creadores de G.E.O. Más allá del límite, esta nueva serie documental es una producción de Buendía Estudios, dirigida por David Miralles, que firma el guion junto a Javier LlanosJorge Pérez Vega e Ignacio Corrales se encargan de la producción ejecutiva.

    Pelayo. Más allá del límite estará disponible en Prime Video como parte de la suscripción Prime. Los suscriptores Prime en España pueden disfrutar de ofertas, envíos gratuitos y entretenimiento, todo en una misma suscripción por tan solo 4,99€ al mes o 49,90€ al año.

    Sobre Pelayo Gayol

    Pelayo Gayol (Tapia de Casariego, Asturias) es inspector de la Policía Nacional de España con más de veinte años de trayectoria en el Grupo Especial de Operaciones (GEO). Ingresó en el Cuerpo en los años 90 y participó activamente en operaciones clave contra el terrorismo de ETA, así como en la intervención de Leganés tras los atentados del 11-M. En 2015 ascendió a inspector con el número uno de su promoción. Especialista en intervenciones de alto riesgo, ha desarrollado una amplia experiencia en operaciones antiterroristas, de rescate y contra el narcotráfico, tanto en tierra como en entornos marítimos. Ha ejercido además como jefe instructor de aspirantes al GEO, siendo responsable de la formación, preparación física y mental y selección de nuevos miembros del cuerpo de élite. Su labor en este ámbito fue difundida al gran público a través de la serie documental G.E.O. Más allá del límite, donde destacó por su liderazgo, disciplina y capacidad de resiliencia. En la actualidad, continúa en activo dentro de la Policía Nacional, donde sigue aportando su experiencia y conocimientos al servicio de la seguridad pública.

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    (Fuente: RFEF)

    En una noche que ya pertenece al patrimonio emocional del deporte español, la Selección Española Femenina levantó el pasado mes de agosto el título de la UEFA Women’s Nations League 2025, confirmando no solo su hegemonía futbolística, sino también el surgimiento de una identidad colectiva que ha transformado para siempre la percepción del fútbol femenino en nuestro país. Con la medalla aún brillante, el eco de los cánticos resonando en un estadio convertido en liturgia, y el trofeo erguido sobre un pedestal simbólico de constancia, España inicia 2026 en lo más alto: sigue siendo la Número 1 del Ranking FIFA.

    Cuatro meses después de recuperar el trono mundial, la selección dirigida por un proyecto deportivo asentado, exigente y ambicioso ratifica algo que ya parece indiscutible: España domina el fútbol femenino internacional por juego, por talento y por convicción.

    Este es un reconocimiento que no solo ratifica su dominio sino también la continuidad de un proyecto deportivo que ha revolucionado el fútbol femenino en España y se ha convertido en referencia mundial.

    La fotografía que inmortaliza la celebración —un grupo invencible saltando, gritando, abrazándose bajo una lluvia luminosa— es mucho más que la culminación de una final. Es la representación visual de una era. En ella se concentra el esfuerzo acumulado, la madurez competitiva, la armonía táctica y la ambición sin límites de un equipo que no se cansa de ganar, ni de crecer, ni de marcar hitos que parecían inalcanzables hace apenas una década.

    La Selección Española de Fútbol es campeona de todo ha reescrito la narrativa de lo que significa ser una selección de élite: no solo vencer partidos, sino transformar la propia esencia del juego y elevarla a un nivel superior.

    España recuperó el número uno mundial hace tan solo cuatro meses, después de una conquista europea memorable en la Eurocopa 2025 de Suiza, y ahora mantiene esa posición privilegiada con la misma determinación con la que domina el césped. La Nations League 2025 fue la confirmación definitiva de este reinado: un torneo en el que el equipo exhibió una autoridad abrumadora, combinando fluidez técnica, inteligencia posicional, resistencia física y una tenacidad competitiva que aplasta a cualquier adversario. La posesión no es solo método, sino cultura; la presión alta no es solamente estrategia, sino compromiso; la creatividad ofensiva no es un recurso, sino una identidad profundamente enraizada en la formación del fútbol español.

    Este nuevo éxito se suma a un palmarés que no deja de crecer y que sitúa a esta generación como una de las más dominantes de la historia del deporte, no solo del fútbol femenino. El Mundial 2023, la Nations League 2023, la Eurocopa 2025 y ahora la revalidación de la UEFA Women’s Nations League 2025 forman un ciclo dorado que ningún otro país puede igualar en la actualidad. Lo que antes parecía una aspiración, hoy es una certeza: España es la selección que marca el paso del fútbol mundial, el equipo que impone tendencias, la referencia técnica y emocional de un deporte en plena revolución.

    Lo logrado por la selección no solo se mide en títulos, sino en impacto social. Cada celebración, cada gol, cada gesto de unidad se ha convertido en un símbolo para miles de niñas que ven en estas jugadoras un espejo de posibilidades infinitas. Las gradas repletas, las audiencias que baten récords, las calles teñidas de rojo y amarillo, la emoción de un país entero siguiendo con devoción cada paso de su equipo… todo es parte de un movimiento cultural que ya trasciende lo meramente deportivo. Este grupo humano ha generado orgullos nuevos, ha despertado vocaciones, ha construido un sentimiento de pertenencia que une generaciones.

    La importancia de ser Número 1 del ranking FIFA va mucho más allá de un simple dato estadístico. Es un sello universal de excelencia, un reconocimiento que otorga respeto inmediato en cualquier estadio del planeta. España no solo es la primera por resultados: lo es por regularidad, por calidad de juego, por desarrollo continuo, por capacidad de adaptación y por la seguridad con la que se enfrenta a cualquier potencia mundial. No existe hoy una selección más completa, más equilibrada ni más preparada para los desafíos que llegan. La mentalidad ganadora que exhiben en cada partido es ya parte de su ADN, una convicción transmitida desde el banquillo hasta la grada.

    La victoria en la final de la Nations League 2025 es un reflejo perfecto del equipo en estado puro: contundencia, técnica, solidaridad, madurez competitiva y un manejo impecable de los tiempos del partido. España no gana solo por superioridad técnica, sino por cohesión emocional. Cada jugadora entiende su rol, cada movimiento nace del entendimiento colectivo, cada acción resume una idea trabajada durante años. El fútbol español ha alcanzado un punto de madurez que le permite competir con solvencia, dominar con personalidad y ganar con brillo.

    El estallido de felicidad tras levantar el trofeo —con las jugadoras formando un bloque inseparable, aplaudiendo a la afición, exhibiendo las medallas y posando con una naturalidad que solo tienen los equipos que están acostumbrados a lo más alto— es la imagen del nuevo paradigma del deporte español: el éxito no es una excepción, es la norma; no es un sueño, es la realidad construida sobre trabajo, talento y una ambición infinita.

    España entra en 2026 con la convicción de que lo mejor aún está por venir. Con un equipo consolidado y un relevo generacional que ya asoma con fuerza, la selección afronta los próximos retos con la misma firmeza que la ha llevado a la cima del mundo. El camino es exigente, pero esta generación ha demostrado una capacidad inigualable para responder en los momentos decisivos. Y si algo ha aprendido este país es que cuando ellas juegan, luchan y ganan, todo es posible.

    Porque este equipo no es solo campeón: es inspiración.
    Porque estas jugadoras no son solo referentes: son historia viva.
    Porque esta selección no representa únicamente a un deporte: representa a un país entero.

    Por eso hoy, con el trofeo todavía brillante y la clasificación FIFA confirmando su trono, solo cabe reafirmar lo que ya es una certeza absoluta:
    España, sois las mejores del mundo y esta era de gloria apenas comienza.

  • La crónica | Fiamma impulsa al Atlético en Europa

    (Fuente: UEFA)

    🟦 En un duelo que quedará marcado por su intensidad, tensión y final épico, el Atlético de Madrid Femenino logró un empate (2-2) en la Liga de Campeones con un triunfo moral ante el poderoso Bayern de Múnich. Las rojiblancas golpearon primero, resistieron el constante acoso alemán y, pese a ir por detrás en la segunda mitad, consiguiendo rescatar un empate de oro gracias a un golazo en el último suspiro de Fiamma Benítez.

    La previa |

    (Fuente: Liga F Moeve)

    Hay encuentros que no se juegan: se afrontan. Hay noches que no se disputan: se encaran como una declaración de identidad. Y hay clubes que, cuando el calendario aprieta y el margen es mínimo, responden con una mezcla inexplicable de rebeldía, convicción y memoria.
    En definitiva, el Atlético de Madrid está a un paso de poder gritar al continente que está listo para competir al más alto nivel, que su historia no se mide solo en títulos, sino en gestas, en coraje, en la capacidad de superar lo imposible. La cita con la historia está marcada: vencer al Bayern o rascar un punto , evitaría tener que esperar los resultados adecuados de Lyon, Vålerenga, Twente, Benfica, Roma, St. Pölten y PSG, lo que permitiría afrontar la última jornada a domicilio ante el Olympique con una tranquilidad que nunca está demás.

    Atlético aterriza tras un 2–2 ante el Sevilla que supo a poco en la clasificación, pero que dejó uno de esos mensajes anímicos que marcan temporadas: remontar un 0–2 con la furia de quienes se niegan a bajar los brazos ante su gente. Esa resiliencia ha sido la carta de presentación del equipo en Europa: desde la tercera ronda ante el Häcken —igualada al límite por un penalti in extremis de Luany y resuelta en la prórroga con el derechazo inmortal de Synne Jensen— hasta cada fecha de esta fase liga, donde las rojiblancas han demostrado que no están aquí por accidente. Están porque se niegan a marcharse sin pelear hasta el último latido.

    Atlético de Madrid y Bayern München nunca se han enfrentado en competición europea, pero esa falta de precedentes no reduce el peso del duelo: lo multiplica. Para las rojiblancas, esta fase liga representa un territorio nuevo, exigente y brutal. Para el Bayern, sin embargo, es costumbre: 12ª participación, 11 temporadas consecutivas, dos semifinales recientes… El gigante bávaro pisa Europa con la autoridad de quien la entiende como parte de su identidad. El Atleti, además, arrastra la herida de cuatro enfrentamientos previos ante equipos alemanes —todos ante el Wolfsburg— resueltos con cuatro derrotas, 2 goles a favor y 25 en contra. Pero Europa no se conquista mirando atrás: se conquista decidiendo que el pasado no dictará tu destino.
    El Bayern llega a Alcalá con números de coloso: solo 3 derrotas en sus últimos 19 partidos de fase de grupos/fase liga, 25 partidos de los últimos 27 viendo portería, tres victorias consecutivas y dos remontadas recientes tras empezar perdiendo. Es un equipo que no solo compite: respira precisión. Su estilo es reconocible, metódico y asfixiante. Construye desde atrás con una salida limpia que nunca improvisa, atrae rivales, fija alturas y libera interiores. Es un equipo de cuadrantes, de ocupar cada espacio del campo con disciplina táctica, de priorizar el pase exacto antes que la acción precipitada. Sus transiciones ofensivas son letales: recuperan y golpean sin mirar atrás.

    Y, quizá su mayor virtud, manejan los partidos con una sangre fría que desconcierta: no se alteran, no se desordenan, no cambian su plan. Lo ejecutan hasta que funciona. Ese es el gigante que pisa Alcalá.y
    Pero no todo es fortaleza en Múnich: el Bayern ha perdido en tres de sus cuatro visitas a España. Una grieta, pequeña pero real, que el Atlético quiere convertir en su punto de apoyo. Aunque solo ha caído en dos de sus últimos nueve partidos europeos, ambas derrotas fueron precisamente en Alcalá durante esta fase liga.
    Por eso esta noche se convierte en un examen definitivo, en un punto de inflexión, en la oportunidad de decidir si este estadio será un bastión europeo o una tierra aún en construcción. Para sobrevivir, el Atleti debe presionar alto con valentía, incomodar la salida bávara, castigar los espacios tras pérdida —uno de los pocos puntos vulnerables del rival—, activar rápido a sus delanteras y sostener el orden defensivo sin replegarse en exceso. Y, por encima de todo, resistir emocionalmente cada tramo del partido: el Bayern castiga cualquier duda.
    El Atlético no estará solo. Lo acompaña una afición que entiende que los grandes relatos no nacen de lo fácil, sino de lo improbable. Una grada que ha visto al equipo superar eliminatorias imposibles, remontar partidos que parecían perdidos y sostener batallas europeas con más coraje que recursos. Esta noche, esa energía será fundamental.
    Y como diría Manu López, en la voz que ya acompaña cada gran noche rojiblanca: “Esta no es una noche más. Aquí se mide el pulso europeo del Atlético. Aquí se define si este equipo se limita a participar o decide trascender.
    El Bayern de Múnich llega fuerte, sí, pero llega al campo de un club que ha hecho de la lucha su bandera. Para ganar, el cuadro rojiblanco debe imponerse en las transiciones, activar rápido a sus delanteras y sostener cada tramo con convicción. En cada Champions hay una noche que define a un equipo.

    Para el Atlético de Madrid Femenino, en la noche del miércoles , 10 de diciembre de 2025, se puede escribir un nuevo capítulo épico en los anales de la entidad que preside Lola Romero.

    Los onces |

    (Fuente: “El Partido de Manu”€

    🏆 UEFA Women’s Champions League 2025-2026

    🔥 Atlético de Madrid 🆚 Bayern de Múnich 🔥

    📅 Miércoles , 10 de diciembre de 2025

    ❤️ Fase de liga

    🇪🇺 Matchday 5 | Día de partido

    ⏰ 21:00 horario peninsular

    📺 Disney Plus

    🏟️ Centro Deportivo Alcalá de Henares, Madrid

    (Fuente: UEFA)

    En una noche que quedará inscrita con letras de oro en la historia del fútbol europeo femenino, el Atlético de Madrid Femenino protagonizó un debut en la Liga de Campeones que trascendió lo deportivo para convertirse en un relato de épica, resiliencia y carácter indomable. Frente al imponente Bayern de Múnich, un equipo que llegaba con una racha de once victorias consecutivas y un aura casi invencible, las rojiblancas no solo compitieron: enseñaron al mundo lo que significa luchar con alma, con corazón y con la fe intacta hasta el último segundo.

    (Fuente: “El Partido de Manu”)

    El pitido inicial del árbitro no hizo más que confirmar lo que todos esperaban: este Atlético no había venido a esperar ni a conformarse con un empate. Desde el primer segundo, la intensidad se palpaba en cada rincón del estadio.

    Las rojiblancas presionaban, buscaban los espacios, incomodaban la salida del Bayern y, sobre todo, transmitían un mensaje inequívoco: aquí se juega con coraje, aquí nadie se esconde. Apenas habían transcurrido segundos cuando llegó la primera ocasión. Un centro al corazón del área encontró a Mahmutovic, que se elevó con un cabezazo potente; pero la arquera alemana, con una estirada que parecía desafiar la física, desvió el balón, enviando un mensaje claro: el duelo iba a ser de extremos, y cada intervención podía marcar la historia.

    Y la historia comenzó a escribirse oficialmente en el minuto 12. Un balón colgado al área del Bayern tocó la mano de Viggosdotir, y aunque la colegiada no señaló nada de inmediato, el VAR entró en acción, revisando la jugada con la precisión que define los momentos que cambian destinos. La decisión fue inapelable: penalti. Frente a la presión, la exjugadora del Manchester United tomó el balón con una serenidad que rozaba la temeridad, se concentró y ejecutó el disparo con precisión milimétrica, enviando el balón al fondo de la red. El 10 temblar al C.D. Alcalá de Henares antes del primer cuarto de hora.

    El Bayern reaccionó intentando controlar la posesión y alargar sus ataques, pero el posicionamiento impecable del equipo de Víctor Martín redujo el peligro a apenas destellos. Gilles con un testarazo, Dallmann con un disparo raso que rozó el poste, y Damnjanović con un derechazo que se estrelló en el larguero fueron los avisos de que las alemanas no estaban dispuestas a regalar nada. Sin embargo, al descanso, las rojiblancas se marcharon al vestuario con ventaja mínima, conscientes de que cualquier error podría equilibrar el marcador ante un rival de la talla del Bayern, que sumaba más de una decena de victorias consecutivas.

    La segunda mitad comenzó con un Bayern decidido a revertir el marcador desde el primer instante. La presión se intensificó, el balón circulaba con rapidez, y cada acción defensiva del Atlético era una batalla ganada. Apenas cinco minutos después del inicio de los segundos cuarenta y cinco, un contacto dentro del área de Silvia Lloris generó un nuevo penalti a favor de las alemanas. Una vez más, el VAR confirmó la decisión y señalizó los once metros, pero Gwinn, al ejecutar el disparo, envió el balón por encima del larguero, desperdiciando una oportunidad que parecía definitiva. Fue un instante de alivio, un respiro para el Atlético, que aprovechó esa vida extra para reorganizarse y preparar la embestida final.

    La intensidad del Bayern no disminuyó. Cada recuperación era inmediata, cada pase buscaba profundidad, cada jugada se transformaba en un intento de quebrar la defensa rojiblanca. Y en el minuto 63 llegó el golpe que parecía definitivo: una contra conducida por Bülh terminó en un disparo de Harder, que tras rebotar en Lauren Leal, despistó a Lola Gallardo y se coló en la portería. El 11 fue un mazazo, un instante de tensión que habría quebrado a muchos equipos. Pero no al Atlético. Cada jugadora multiplicó su esfuerzo, cada recuperación, cada sprint y cada pase reflejaba la filosofía del equipo: nunca rendirse, nunca bajar los brazos, luchar hasta el último segundo.

    El Bayern volvió a golpear en el minuto 78. Otra acción por la izquierda de Bülh terminó en un pase al corazón del área que Harder transformó en gol, dejando el marcador 12 que daba pie a la remontada teutona.

    El abismo parecía inevitable, y la sensación de derrota latía en el aire. Sin embargo, la épica aún no había dicho su última palabra. Fiamma Benítez, internacional española y símbolo de esta generación de colchoneras, tomó el balón en el último suspiro. Con determinación absoluta, ejecutó un disparo que atravesó la defensa bávara, sorteó cualquier obstáculo y se incrustó en la red. El 22 final no era solo un gol: era la manifestación de que este Atlético no conoce la palabra rendirse, que cree en lo imposible y que convierte cada segundo restante en una oportunidad para la gloria.

    El empate detuvo la racha de once victorias consecutivas del Bayern y dejó un mensaje claro a toda Europa: el Atlético de Madrid Femenino es un equipo capaz de plantar cara a los más grandes, de desafiar la lógica y de luchar hasta que la última chispa de esperanza se transforme en realidad. La noche de hoy en el Centro Deportivo Alcalá de Henares dejó claro que la grandeza no se mide solo en goles o resultados, sino en carácter, valentía y resiliencia.

    Las rojiblancas resistieron, sufrieron, cayeron y se levantaron. Cada acción, cada jugada y cada decisión en el campo era un testimonio de un espíritu que no se doblega. La historia del fútbol femenino europeo añade hoy un capítulo inolvidable: un relato de corazón, épica, pasión y gloria que será recordado durante generaciones.

    Con este resultado, que no es baladí, el Atlético de Madrid suma 7 unidades en su casillero particular y se ubica undécimo en la tabla general, es decir en zona de acceso al playoff sin ser cabeza de serie y salvo que suceda una hecatombe de dimensiones bíblicas, tiene una decena de goles de venta respecto al Väleranga, quien podría dejarle fuera si golea al conjunto bávaro en Alemania y las españolas son vapuleadas por el Lyon en Francia.

    El Bayern de Múnich de José Barcala ve frenada su buena racha y no pudo vencer en la capital española, es sexto clasificado y según la UEFA se mediría al Real Madrid en su cruce, que en este caso, sería ya de cuartos de final.

    (Fuente: UEFA€

    📋 Ficha técnica |

    Cambios: Júlia Bartel (63′, Vilde Bøe Risa), Synne Jensen (64′, Amaiur Sarriegi), Lea Schüller (65′, Jovana Damnjanovic), Carolin Simon (66′, Franziska Kett), Alara Sehitler (77′, Linda Dallmann), Stine Ballisager (77′, Momoko Tanikawa), Celia Gómez (87′, Silvia Lloris)

    Arbitro: Maria Ferrieri Caputi
    Arbitro VAR: Paolo Silvio Mazzoleni, Rosario Abisso
    Gabriela Garcia  (65′,Amarilla),  Momoko Tanikawa (74′,Amarilla)

    Goles:

    1-0 Vilde Bøe Risa (P) 13‘ ⚽️

    1-1 Harder 63’ ⚽️

    1-2 Harder 78’ ⚽️

    2-2 Fiamma Benítez 88’ ⚽️

    Vídeo: https://youtu.be/WzWepwY8KJ0

  • Oficial | Aquí puedes ver el Atlético de Madrid vs Bayern de Múnich

    (Fuente: UEFA )

    🚨 El Atlético de Madrid Femenino encara una de esas noches que separan a los equipos buenos de los eternos. Este miércoles, 10 de diciembre, a las 21:00 horas, el Centro Deportivo Alcalá de Henares se convertirá en el epicentro emocional del fútbol europeo con la penúltima jornada de la fase liga de la UEFA Women’s Champions League, un duelo monumental frente al Bayern de Múnich que será retransmitido en exclusiva por Disney+, la plataforma que posee los derechos oficiales de emisión de la competición hasta 2030. Una cita irrepetible, cargada de tensión, de talento y de historia en construcción . 🚨

    El Atlético de Madrid Femenino se asoma al filo de una de las noches más trascendentales de su historia reciente, una de esas veladas que se explican solas, que hierven antes de empezar, que convierten un estadio en un santuario y a un equipo en un grito colectivo. Este miércoles 10 de diciembre, a las 21:00 horas, el Centro Deportivo Alcalá de Henares será el corazón palpitante del fútbol europeo con la penúltima jornada de la fase liga de la UEFA Women’s Champions League, un choque monumental ante el Bayern de Múnich que será retransmitido en exclusiva por Disney+, la plataforma que ostenta los derechos oficiales de la competición hasta 2030, consolidando un proyecto audiovisual que ha elevado el alcance del fútbol femenino a una dimensión global. Todo se reduce a esto: un duelo a vida o muerte por la clasificación, un examen de grandeza y un test de carácter para un Atleti que ha aprendido a construir su prestigio continental a base de resiliencia, talento y goles que han sacudido el mapa europeo.

    El conjunto rojiblanco llega a esta noche decisiva en novena posición, instalado en puestos de play-offs con seis puntos, pero con la clasificación aún abierta y un margen de error que ya no existe. La ecuación es clara: el Atleti necesita hacerse fuerte en casa, necesita que Alcalá de Henares ruja como una fortaleza inexpugnable y necesita evitar un final de fase liga que podría ser dramático si no salen bien las cuentas. Lo saben las jugadoras.

    Lo sabe Víctor Martín. Y lo sabe una afición que ha convertido cada duelo europeo en casa en un acto de fe que trasciende el deporte. Al otro lado del césped, el desafío es monumental: el Bayern de Múnich, quinto con nueve puntos, aterriza en Madrid en plena escalada competitiva, encendido tras un triunfo 1-3 frente al PSG que reactivó sus posibilidades de clasificarse directamente para los cuartos de final. Las alemanas llegan con hambre de gigante herido, con la autoridad histórica de un club acostumbrado a sobrevivir a cualquier adversidad, con un estilo construido a partir de la potencia ofensiva de Harder, Bühl y Damnjanović y la solidez táctica que caracteriza a la Frauen-Bundesliga.

    Ambos mundos chocan en un choque de identidades tan distinto como magnético: el Atleti, equipo que ha conquistado el respeto continental a golpe de contundencia, ha firmado una fase liga de enorme personalidad, con un 6-0 al St. Pölten, un 0-4 en Twente, y derrotas ajustadísimas ante Manchester United (0-1) y Juventus (1-2) que no empañan el gran rendimiento global. El dato es demoledor: el Atleti solo ha recibido tres goles, una de las mejores marcas de toda la competición, únicamente superada por titanes como Barcelona y Chelsea. En la Liga F Moeve, el equipo se presenta cuarto, con siete victorias, cuatro empates y dos derrotas, y con un reciente 2-2 ante el Sevilla tras remontar un 0-2 que evidenció la fortaleza mental del grupo. En ataque, los focos apuntan inevitablemente al cuarteto ofensivo que está marcando diferencias este año: Fiamma Benítez, en un estado de inspiración que ya forma parte del relato europeo del club; Amaiur Sarriegi, brújula y puñal al mismo tiempo; Luany, pura electricidad en carrera; y Synne Jensen, una pieza esencial en la agresividad ofensiva rojiblanca.

    Fiamma, especialmente, ha sido protagonista en Europa con seis participaciones de gol, las mismas que la estrella del Bayern, Klara Bühl, configurando un duelo personal que puede definir no solo el partido, sino el camino de toda la fase liga.

    Por su parte, el Bayern se presenta con credenciales de aspirante al título, liderando la Frauen-Bundesliga con 11 victorias y un solo empate, arrasando recientemente al Frankfurt con un 0-5 que pocas veces se ve en encuentros de alto nivel en Alemania. Pese a ello, el conjunto muniqués llega con bajas sensibles que condicionan su fondo de armario: Sarah Zadrazil y Lena Oberdorf, ambas fuera por rotura de ligamento cruzado; además de Georgia Stanway, Natalia Padilla Bidas y Kathi Naschenweng, todas ausentes debido a un proceso febril-viral comunicado en el último parte médico del club. Aun así, su once sigue siendo temible, con nombres que no necesitan presentación en la élite europea.

    Las posibles alineaciones perfilan un escenario de máxima intensidad: el Atlético podría partir con Lola Gallardo; Rosa Otermín, Silvia Lloris, Lauren, Alexia Fernández; Vilde Bøe Risa, Gaby García; Synne Jensen, Fiamma Benítez, Luany; Amaiur Sarriegi, con un banquillo de lujo donde esperan Júlia Bartel, Ana Vitória o Lydia Rodríguez.

    El Bayern, por su lado, baraja un once compuesto por Mahmutović; Giulia Gwinn, Glódís Viggósdóttir, Magdalena Eriksson, Franziska Kett; Arianna Caruso, Momoko Tanikawa; Linda Dallmann, Pernille Harder, Klara Bühl; Jovana Damnjanović, una formación que mezcla jerarquía, equilibrio y amenaza constante en cada transición. El duelo entre Fiamma Benítez y Klara Bühl, ambas máximas generadoras de peligro de la fase, será uno de los grandes puntos de interés, pero no el único: cada segundo balón, cada balón parado, cada gesto técnico y cada microbatalla dentro del campo pueden inclinar la balanza hacia la épica rojiblanca o hacia la contundencia alemana.

    Y en un choque donde cada emoción pesa como una losa, donde el más mínimo detalle cambia el guion, la pantalla donde se cuenta la historia importa. Disney+, propietaria de los derechos de la UEFA Women’s Champions League Femenina hasta 2030, retransmite esta batalla en exclusiva, marcando una nueva etapa en la profesionalización del producto audiovisual del fútbol femenino y acercando a millones de espectadores al pulso más puro e intenso de la competición. La plataforma se convierte, así, en testigo de una noche que promete quedar marcada en la memoria.

    Pero la historia del fútbol femenino también se escribe fuera del césped. Y es imposible comprender el crecimiento, la visibilidad y la emoción que rodea al deporte sin reconocer la labor de quienes han construido el relato desde abajo, cuando no había focos, cuando no había derechos televisivos multimillonarios, cuando las voces eran pocas pero valientes. Entre ellas, destaca de forma especial “El Partido de Manu”, un proyecto que nació en 2016 como un ejercicio de amor por el fútbol femenino y que, desde la temporada 2018-2019, se especializó de forma íntegra en su difusión, análisis y promoción.

    Su creador, Manu López Fernández, no solo acompañó al deporte: fue parte activa de su desarrollo. Su trayectoria lo llevó al Madrid CFF, donde formó parte del departamento de prensa durante tres temporadas, firmando momentos históricos como la victoria por 2-1 ante el FC Barcelona, que puso fin a 719 días de imbatibilidad azulgrana en la Primera División Femenina, un triunfo que aún hoy retumba en cada conversación sobre las grandes gestas del fútbol español. Su posterior salto a medios de relevancia como “AtletiMedia”, referente absoluto de la actualidad rojiblanca, y ‘De Falta Directa’, donde aporta su mirada más personal y apasionada, refleja el camino de un profesional que ha hecho del fútbol femenino no solo su especialidad, sino su propósito. Una voz que también brilló en Vavel, donde firmó más de ochenta artículos en el último año, consolidándose como uno de los cronistas más intensos, sinceros y emocionalmente conectados con el contexto del deporte.

    En una noche como esta, donde el Atleti se asoma al borde de la historia, conviene recordar que el fútbol femenino no solo crece por lo que ocurre en el campo, sino también por la dedicación de quienes lo relatan, lo impulsan y lo defienden. Por quienes le dieron espacio antes de que el mundo lo hiciera. Por quienes mantienen viva la llama.

    Por quienes, como “El Partido de Manu”, han construido un relato que inspira, que emociona, que explica y que acompaña. Porque el futuro se escribe en noches grandes, sí, pero también en las palabras de quienes creen en él desde el principio.

    Este miércoles, el Atletico de Madrid juega por su destino europeo y el fútbol femenino, también. En Disney+.

    En Alcalá. En cada corazón rojiblanco. En cada historia que aún queda por contar.

    🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀

    🏆 UEFA Women’s Champions League 2025-2026

    🔥 Atlético de Madrid 🆚 Bayern de Múnich 🔥

    📅 Miércoles , 10 de diciembre de 2025

    ❤️ Fase de liga

    🇪🇺 Matchday 5 | Día de partido

    ⏰ 21:00 horario peninsular

    📺 Disney Plus

    🏟️ Centro Deportivo Alcalá de Henares, Madrid

    (Fuente: Disney Plus)
  • La previa | Alcalá se enciende: el Atlético desafía al gigante bávaro en su noche más decisiva de la Champions

    (Fuente: Getty imágenes)

    🟨 La quinta jornada de la fase de liga de la UEFA Women’s Champions League ofrece uno de esos duelos que ningún amante del fútbol debería perderse: Atlético de Madrid y Bayern München se ven por primera vez en Europa en un choque que promete táctica, intensidad, emoción y un guion abierto hasta el último segundo. Una batalla entre la rebeldía rojiblanca y la maquinaria bávara, un cóctel que busca ser histórico .

    Hay encuentros que no se juegan: se afrontan. Hay noches que no se disputan: se encaran como una declaración de identidad. Y hay clubes que, cuando el calendario aprieta y el margen es mínimo, responden con una mezcla inexplicable de rebeldía, convicción y memoria.

    En definitiva, el Atlético de Madrid está a un paso de poder gritar al continente que está listo para competir al más alto nivel, que su historia no se mide solo en títulos, sino en gestas, en coraje, en la capacidad de superar lo imposible. La cita con la historia está marcada: vencer al Bayern o rascar un punto , evitaría tener que esperar los resultados adecuados de Lyon, Vålerenga, Twente, Benfica, Roma, St. Pölten y PSG, lo que permitiría afrontar la última jornada a domicilio ante el Olympique con una tranquilidad que nunca está demás.

    El Atlético aterriza tras un 2–2 ante el Sevilla que supo a poco en la clasificación, pero que dejó uno de esos mensajes anímicos que marcan temporadas: remontar un 0–2 con la furia de quienes se niegan a bajar los brazos ante su gente. Esa resiliencia ha sido la carta de presentación del equipo en Europa: desde la tercera ronda ante el Häcken —igualada al límite por un penalti in extremis de Luany y resuelta en la prórroga con el derechazo inmortal de Synne Jensen— hasta cada fecha de esta fase liga, donde las rojiblancas han demostrado que no están aquí por accidente. Están porque se niegan a marcharse sin pelear hasta el último latido.

    Atlético de Madrid y Bayern München nunca se han enfrentado en competición europea, pero esa falta de precedentes no reduce el peso del duelo: lo multiplica. Para las rojiblancas, esta fase liga representa un territorio nuevo, exigente y brutal. Para el Bayern, sin embargo, es costumbre: 12ª participación, 11 temporadas consecutivas, dos semifinales recientes… El gigante bávaro pisa Europa con la autoridad de quien la entiende como parte de su identidad. El Atleti, además, arrastra la herida de cuatro enfrentamientos previos ante equipos alemanes —todos ante el Wolfsburg— resueltos con cuatro derrotas, 2 goles a favor y 25 en contra. Pero Europa no se conquista mirando atrás: se conquista decidiendo que el pasado no dictará tu destino.

    El Bayern llega a Alcalá con números de coloso: solo 3 derrotas en sus últimos 19 partidos de fase de grupos/fase liga, 25 partidos de los últimos 27 viendo portería, tres victorias consecutivas y dos remontadas recientes tras empezar perdiendo. Es un equipo que no solo compite: respira precisión. Su estilo es reconocible, metódico y asfixiante. Construye desde atrás con una salida limpia que nunca improvisa, atrae rivales, fija alturas y libera interiores. Es un equipo de cuadrantes, de ocupar cada espacio del campo con disciplina táctica, de priorizar el pase exacto antes que la acción precipitada. Sus transiciones ofensivas son letales: recuperan y golpean sin mirar atrás.

    Y, quizá su mayor virtud, manejan los partidos con una sangre fría que desconcierta: no se alteran, no se desordenan, no cambian su plan. Lo ejecutan hasta que funciona. Ese es el gigante que pisa Alcalá.y

    Pero no todo es fortaleza en Múnich: el Bayern ha perdido en tres de sus cuatro visitas a España. Una grieta, pequeña pero real, que el Atlético quiere convertir en su punto de apoyo. Aunque solo ha caído en dos de sus últimos nueve partidos europeos, ambas derrotas fueron precisamente en Alcalá durante esta fase liga.

    Por eso esta noche se convierte en un examen definitivo, en un punto de inflexión, en la oportunidad de decidir si este estadio será un bastión europeo o una tierra aún en construcción. Para sobrevivir, el Atleti debe presionar alto con valentía, incomodar la salida bávara, castigar los espacios tras pérdida —uno de los pocos puntos vulnerables del rival—, activar rápido a sus delanteras y sostener el orden defensivo sin replegarse en exceso. Y, por encima de todo, resistir emocionalmente cada tramo del partido: el Bayern castiga cualquier duda.

    El Atlético no estará solo. Lo acompaña una afición que entiende que los grandes relatos no nacen de lo fácil, sino de lo improbable. Una grada que ha visto al equipo superar eliminatorias imposibles, remontar partidos que parecían perdidos y sostener batallas europeas con más coraje que recursos. Esta noche, esa energía será fundamental.

    Y como diría Manu López, en la voz que ya acompaña cada gran noche rojiblanca: “Esta no es una noche más. Aquí se mide el pulso europeo del Atlético. Aquí se define si este equipo se limita a participar o decide trascender.
    El Bayern de Múnich llega fuerte, sí, pero llega al campo de un club que ha hecho de la lucha su bandera. Para ganar, el cuadro rojiblanco debe imponerse en las transiciones, activar rápido a sus delanteras y sostener cada tramo con convicción. En cada Champions hay una noche que define a un equipo.

    (Fuente: Getty imágenes)

    Para el Atlético de Madrid Femenino, en la noche del miércoles , 10 de diciembre de 2025, se puede escribir un nuevo capítulo épico en los anales de la entidad que preside Lola Romero.

    (Fuente: Disney Plus)

    Link para ver el encuentro |

    https://disneyplus.com/es-ES/browse/entity-4102f6d4-a62e-491b-898f-d86b6fe05945?sharesource=iOS

    🏆 UEFA Women’s Champions
    League 2025-2026

    🔥 Atlético de Madrid 🆚 Bayern de Múnich 🔥

    📅 Martes, 9 de diciembre de 2025

    ❤️ Fase de liga

    🇪🇺 Matchday 5 | Día de partido

    ⏰ 21:00 horario peninsular

    📺 Disney Plus

    🏟️ Centro Deportivo Alcalá de Henares, Madrid

    (Fuente: UEFA)
  • La crónica | Victoria imperial del Real Madrid ante un gigante

    (Fuente: UEFA)

    🟦 ¡Ya salen las estrellas! Las dirigidas por Pau Quesada se impusieron con autoridad (2-0) a un Wolfsburgo al que le faltó pegada.

    La previa |

    (Fuente: Liga F Moeve)

    El conjunto español busca volver a la senda del triunfo frente al tercer clasificado de esta fase liga tras su tropiezo ante el Arsenal en la cuarta jornada de la Liga de Campeones Femenina, y lo hace en un escenario que huele a grandeza, a épica europea y a ese vértigo que solamente aparece cuando un equipo se asoma al abismo y descubre que también allí, exactamente allí, se encuentran las oportunidades más hermosas. Es el primer cruce entre ambos conjuntos en el viejo continente, un choque que llega con los nervios tensos, los pulmones abiertos y el pulso acelerado después de que el conjunto merengue se impusiera por 1-0 a la Real Sociedad en la Liga F Moeve para colocarse segundo en España, justo detrás del Barcelona, como si el campeonato doméstico fuera, en realidad, una antesala emocional de lo que se avecina en Europa.

    No hay demasiados precedentes que puedan empujar a encontrar certezas, apenas un eco lejano de un duelo alemán-español reciente que sirve para medir la temperatura competitiva del Madrid en estas noches continentales: la única experiencia previa frente a un rival alemán se produjo precisamente esta temporada, cuando las blancas superaron al Eintracht Frankfurt con un 1-2 fuera de casa y un 3-0 rotundo en el Di Stéfano. Aquella eliminatoria, con aroma a advertencia y a madurez competitiva, dejó la sensación de que el Madrid había aprendido, por fin, a dominar los pequeños detalles que en Europa separan a los valientes de los que acaban lamentando haber llegado tarde a su propio destino.
    Pero delante estará un gigante herido, un coloso con cicatrices europeas: el Wolfsburg. Un club que ganó sus primeros siete partidos contra equipos españoles, que llegó a imponer respeto casi por inercia, pero que después perdió cuatro de los últimos cinco (con solo una victoria en ese tramo), incluidos los tres últimos. Un equipo que fue eliminado la temporada pasada en cuartos de final por el Barcelona, con una doble exhibición azulgrana (1-4 en Alemania, 6-1 en España), y que ya venía de caer también ante las catalanas por 3-2 en la final de 2023, en aquella ocasión marcada por un segundo tiempo de remontada que quedará escrito para siempre en la memoria del fútbol europeo. Y si eso fuera poco, los alemanes también arrastran una derrota dolorosa en la final de 2020 contra el Lyon (1-3) en el Reale Arena, un estadio español que ya forma parte de su geografía emocional más amarga. Europa, para el Wolfsburg, ha sido un viaje de grandeza, sí, pero también de obstinación, de advertencias constantes sobre lo que implica competir contra los grandes clubes de España.

    España… ese territorio que durante años respetaron desde la distancia. El Wolfsburg ganó sus tres primeros partidos oficiales en suelo español sin encajar un solo gol. Una máquina. Una fortaleza. Una estructura que parecía no romperse jamás… hasta que empezó a hacerlo. Porque en sus dos visitas más recientes, los alemanes encajaron once goles, once, una cifra que habla de una fuga emocional y deportiva que aún intentan reparar. Y el destino, tan cruel como poético, quiere que sea precisamente el Real Madrid quien aparezca ahora en su camino, un equipo que atraviesa uno de sus momentos más sólidos desde su creación, que alcanzó los cuartos de final la temporada pasada por primera vez desde su debut en 2021/22, cayendo ante el campeón Arsenal (2-0 en casa, 3-0 fuera), tras clasificarse en un grupo con Chelsea, Twente y Celtic. El Madrid, que lleva cuatro años consecutivos superando la fase de clasificación y que este curso volvió a hacerlo derrotando al Frankfurt con un global de 5-1, llega a este duelo con la convicción serena de quien ha aprendido a sufrir, a resistir y a competir de verdad.
    Pero enfrente, como un coloso que se niega a desaparecer, está el Wolfsburg. Dos veces campeón de Europa. Dos veces verdugo del Lyon en finales consecutivas. Una institución que ha llegado a seis finales y que ha estado presente en doce de las últimas trece fases de cuartos de final de la competición. Un club que cargó durante años con la etiqueta de inevitable y que sigue siendo, incluso con sus recientes tropiezos, uno de los rivales más difíciles de doblegar en el continente. La temporada pasada también cayó ante el Barcelona (1-4 y 6-1) después de clasificarse segundo por detrás del Lyon y superar a la Roma y al Galatasaray con una solvencia casi matemática.

    Y aun así, y quizá por eso mismo, el momento es extraordinario. Porque llega en un tramo del calendario en el que el Real Madrid solo ha perdido uno de sus últimos ocho partidos europeos en casa (seis victorias y un empate), porque este equipo ha marcado en sus últimos diez partidos de fase de grupos o fase liga —el más reciente en la derrota por 2-1 ante el Arsenal— y porque Caroline Weir, si las molestias lo permiten, atraviesa una forma goleadora imperial con cinco tantos en sus últimos cinco encuentros europeos. Porque el Madrid sabe que en el Di Stéfano, especialmente en estas noches, el aire pesa distinto, vibra distinto, ruge distinto.
    El Wolfsburgo, por su parte, llega con una ráfaga ofensiva que asusta: tras vencer 5-2 al Manchester United, acumula seis victorias en sus últimos ocho partidos de fase liga, marcando cuatro o más goles en cinco de ellos. Lineth Beerensteyn, su agitadora, su futbolista de gasolina infinita, ha marcado en sus últimos tres encuentros europeos, cuatro goles que la convierten en una amenaza constante en zonas donde el Madrid deberá ser quirúrgico para no desangrarse. Y aun así, el equipo alemán tampoco llega en su mejor tramo físico. La persecución al Bayern en Bundesliga les exprime, y la exigencia europea les obliga a gestionar energías en un momento de desgaste inevitable.

    El Real Madrid, mientras tanto, afronta el duelo todavía pendiente del estado físico de Weir, Keukelaar y Bruun, tres piezas que podrían modificar por completo el plan de Pau Quesada, en un tramo del curso donde cada ausencia pesa como si fuesen dos. El técnico lo sabe y lo asume con naturalidad competitiva: en Europa no gana el que llega más fresco, sino el que interpreta mejor el contexto. El que es capaz de sufrir cuando toca y acelerar cuando encuentra una grieta. “Buscamos ganar para adelantarlas en la clasificación con el apoyo de nuestra afición. El Wolfsburgo es uno de los mejores equipos de Europa y el partido será muy agresivo; tendremos que igualar su nivel”, decía Quesada en la previa, como quien entiende que está ante un partido que no se juega únicamente con piernas, sino con personalidad.
    Sara Däbritz, voz templada del vestuario y conocedora de la élite alemana como pocas, reforzaba el mensaje: “Estamos muy motivadas; siempre es especial jugar la Champions y más aún en casa. Sabemos que tienen mucha experiencia internacional y grandes cualidades, especialmente con balón, en transiciones y en el área. Debemos estar sólidas, organizadas y concentradas desde el primer minuto. Queremos disfrutar y ganar el partido”. Un mensaje que no es solo un discurso, sino una declaración emocional de un equipo que sabe que Europa no regala nada y que cada noche como esta es un examen final.

    El partido llega en el momento más delicado, más afilado y más decisivo de la fase liga. Con el Madrid sumando 7 puntos tras el empate ante Paris FC, con el Wolfsburg navegando en 9 unidades tras vencer a PSG, Vålerenga y Manchester United, y caer solo frente a Lyon, la clasificación se siente como un cable tensado entre dos precipicios: cada paso importa, cada error se paga, cada impulso puede ser definitivo. Y en este escenario, bajo la luz blanca del Di Stéfano, con la afición afilando la garganta y el equipo sosteniendo una identidad cada vez más reconocible —agresivo en la presión, dinámico con balón, intenso en las transiciones— aparece una noche que no es una noche cualquiera.
    Es una noche que puede corregir un tropiezo. Es una noche que puede encender un tramo final heroico. Es una noche que puede colocarlo todo patas arriba o, quizá, puede reafirmar que este Real Madrid ya está preparado para discutir el lugar que quiere ocupar en Europa.
    Una noche que no solo define un resultado: define una ambición.

    (Fuente; Liga F Moeve)

    El duelo al detalle |

    🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀

    🏆 UEFA Women’s Champions League 2025-2026

    🔥 Real Madrid 🆚 Wolfsburgo 🔥

    ✨ Matchday 5 | Día de partido ✨

    📅 Martes, 9 de diciembre de 2025

    ⏰ 21:00 horario peninsular

    📺 Disney Plus

    🏟️ Estadio Alfredo Di Stéfano , Valdebebas

    Los onces |

    El club merengue ganó al Wolfsburgo (2-0) en la quinta jornada de la fase de liga de la Champions. María Méndez y Linda Caicedo marcaron los tantos de las madridistas, que se clasifican a la siguiente ronda. Maëlle Lakrar fue expulsada antes del descanso e Iris Ashley también vio la roja en el tramo final.

    Hubo noches europeas, y luego estuvo esta. Una de esas en las que el fútbol femenino alcanza la temperatura exacta para convertirse en leyenda, en relato, en un recuerdo que los años no borrarán. El Real Madrid salió al césped con su once de gala, convencido de que la historia no espera a quienes dudan. Y en esa convicción se fraguó una clasificación heroica, tensa, de las que se mastican hasta el último aliento.

    El preludio fue de susto. El tiempo apenas había comenzado a latir cuando el conjunto alemán rozó el primero. Una desconexión puntual, un cruce visual que no encontró destino, una falta de entendimiento entre Lakrar y Misa que desató la alarma: Peddemors cazó el regalo y se atrevió con un disparo que por fortuna se marchó alto, como si la noche se negara a encenderse todavía. El Madrid respiró. Europa no concede dos regalos.

    La respuesta madridista nació del talento de esas jugadoras que parecen diseñadas para alterar el ritmo del mundo: Caroline Weir, con ese pie zurdo que es patrimonio cultural, soltó un latigazo que obligó al córner. Y a partir de ahí, el conjunto blanco empezó a mover el partido, a templarlo, a decir “estamos aquí, este duelo lo marcamos nosotras”.

    Alba Redondo, incisiva y eléctrica; Küver, poderosa en el golpeo; todas fueron encontrando grietas. La guardameta local empezaba a entender que no sería una noche tranquila. Hasta que, en el minuto 18, ocurrió lo inevitable: ese momento en el que todo el fútbol que empuja se convierte en un gesto simple y perfecto.

    Eva Navarro colocó el balón en la esquina. Su carrera fue firme, su golpeo medido, su envío cargado de intención. Y allí apareció María Méndez, imponente en el aire, para conectar un testarazo de los que cambian duelos importantes y la exjugadora del Levante Unión Deportiva abría la lata con el 10 que daba ventaja al subcampeón de la Copa de la Reina en el 2023.

    El segundo rozó la hierba en un par de ocasiones. Linda Caicedo, con la zancada suelta, persiguió su gol como quien persigue una certeza. Alba Redondo, en otro córner, se topó con la madera, porque hasta los postes querían ser protagonistas. El Madrid jugaba, llegaba, intimidaba… pero el fútbol es espejismo cuando se acerca el descanso.

    Entonces, la noche le jugó una mala pasada a Lakrar: primero una amarilla; después, apenas unos minutos más tarde, la segunda. Una entrada al límite, un corte a destiempo… y la francesa se marchaba expulsada, dejando al Madrid con un viento en contra que podía convertirse en tormenta. Y aun así, el equipo no tembló. Porque cuando la valentía estructura un grupo, las grietas se convierten en puentes.

    Las 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios con una mínima diferencia a favor de las de Pau Quesada, que tras la expulsión por doble amarilla a Lakrar sabían que les tocaría sufrir ante el empuje germano.

    Aún restaban cuarenta y cinco minutos y en esto del balompié no se puede dar nada por sentando, sino que se lo digan a la historia reciente de las madrileñas.

    Tras el descanso, Pau Quesada tomó la decisión que solo toman los entrenadores valientes: sacar a Alba Redondo para recomponer el bloque con Rocío Gálvez. Un cambio que explicaba el plan: sobrevivir, resistir, esperar el momento. Pero el partido, lejos de atrincherarse, se abrió. El Wolfsburgo, herido y obligado, adelantó líneas, mientras el Madrid buscaba que cada transición fuese una puñalada.

    Y ahí brilló una futbolista llamada a reinar donde juegue: Linda Caicedo. La colombiana se convirtió en un vendaval. Probó primero desde la frontal, obligando a Johannes a lucir una parada de nivel. Después apareció por banda, filtró diagonales, rompió líneas. Ella sola mantenía en alerta a toda la zaga alemana. El Madrid tenía menos jugadoras… pero tenía más alma.

    El Wolfsburgo respondió con lo que tenía: Popp, siempre Popp. Tres ocasiones consecutivas, cada una más afilada, cada una más cercana al empate. Una volea que quiso ser póster, un disparo cargado de experiencia, un cabezazo que buscó milimétricamente la escuadra. Pero la noche, caprichosa, se negó a vestirse de verde. El fútbol también elige a sus héroes.

    Y entonces, cuando el rival parecía encontrar un hilo de esperanza, Linda decidió arrancar la moto. Y cuando Linda arranca, no hay mapa que la contenga. Control orientado, cambio de ritmo, regate a su par, carrera limpia hacia el área, finta a la guardameta, definición sutil que se convirtió en el 20 que fue un bálsamo para las locales en el minuto 67 de una contienda vibrante que se adornó con los sabios comentarios de José Luis Sánchez Vera, un maestro del fútbol femenino .

    Este gol que es un poema, una pintura, una declaración de intenciones. Europa tomó nota: esta jugadora está hecha para las noches grandes.

    El Wolfsburgo se descompuso en la frustración. En los minutos finales, Iris Ashley vio la tarjeta roja tras revisión del VAR por un golpe en la cara.

    Ya no había resistencia posible. El Madrid, con diez, con coraje, con corazón, cerró el partido como lo hacen los equipos destinados a trascender: con madurez, con oficio, con una serenidad que no se compra, se construye.

    El pitido final no solo certificó la victoria. Certificó una clasificación memorable, una noche mágica que refuerza a un equipo que ya no compite solo: compite y convence, compite y emociona, compite y sueña.

    Porque este Madrid, el Madrid del coraje y la fe, el de las diagonales de Linda, los cabezazos de Méndez, los guantes de Misa y el pulso firme de Weir, ha dado un golpe en Europa. Un golpe que resuena. Un golpe que avisa.

    Y desde aquí, desde “El Partido de Manu”, solo puedo decirlo como lo siento:

    España tiene un equipo en Champions que se comporta como los grandes. Y cuando un equipo se atreve, cuando cree, cuando se defiende con diez y ataca como si tuviera doce, ese equipo no se limita a pasar de ronda. Ese equipo reclama su hueco en la historia.

    en el descuento, con todo decidido, Iris Ashley también recibió la cartulina roja de Dowle en un balón dividido contra Johaness.

    El Real Madrid se despide de su afición en 2025 dando un paso de gigante hacia terminar en el top cuatro de la fase liga y dependerá de si mismo en la última jornada gracias a las unidades que obran en su casillero de 12 posibles hasta la fecha
    Y esta noche, el Real Madrid femenino lo reclamó.
    Con épica, con alma.
    Con fútbol del que se queda a vivir en la memoria.

    (Fuente: UEFA)

    El Wolfsburgo que no hace tanto que pelaba por levantar el título ante el Barcelona en los Países Bajos, se marcha de vacío de su visita al Alfredo Di Stéfano y ya es un elenco tan temible, pues solo cuenta con nueve puntos y se vería abocado a jugar un playoff de octavos de final.

    📋 Ficha técnica |

    Real Madrid (2): Misa; Eva Navarro (Silvia Cristóbal 90+7′), Lakrar, María Méndez, Yasmim; Däbritz, Angeldahl; Feller (Iris Ashley 78′), Weir, Linda Caicedo (Athenea 78′); Alba Redondo (Rocío 46′).

    Wolfsburgo (0): Johannes; Linder (Lattwein 60′), Dijkstra (Bergsvand 72′), Küver, Levels; Minge (Kielland 83′), Popp, Peddemors (Bjelde 60′); Huth, Beerensteyn, Bussy (Zicai 72′).

    Árbitra: Kirsty Dowle (Inglaterra). Amonestó a Peddemors (minuto 32), Lakrar (minuto 40) y Dijkstra (minuto 53). Expulsó a Lakrar (minuto 45+2) por doble amarilla e Iris Ashley (minuto 90) por roja directa.

    Estadio: Alfredo Di Stéfano (Valdebebas). Asistencia: 1.171 espectadores sobre una superficie de hierba natural.

    Goles |

    1-0 María Méndez 18’ ⚽️
    2-0 Linda Caicedo 66’ ⚽️

    Vídeo |

    https://youtu.be/_UPe3yzH6b4?si=VaOQ6yie4HM4Bo7S

  • Oficial | La UEFA entrevista a Fiamma antes del Atlético de Madrid vs Bayern de Múnich

    (Fuente: UEFA)

    🟨 La centrocampista rojiblanca atendió a la organizadora de la Champions en las horas previas a un duelo crucial frente al gigante bávaro.

    Madrid amanece con un pulso distinto cuando la Champions llama a la puerta. La ciudad respira fútbol, memoria y ambición, y en el corazón rojiblanco late una historia que parece escrita para noches como la que se avecina en Alcalá de Henares. Allí, donde el césped vibra cuando el Atlético de Madrid Femenino decide que es el momento de levantarse, llega el coloso bávaro, el Bayern Múnich de las once victorias consecutivas, el equipo que solo ha cedido una vez desde septiembre y que se ha convertido en una auténtica máquina competitiva bajo la batuta del técnico español José Barcala. Allí, frente a ese gigante, emerge la figura de Fiamma Benítez, la atacante que ha conquistado corazones, miradas y esperanzas con la naturalidad de quien nació para esto: para inspirar, para marcar, para crear, para hacer que un niño tiemble de emoción cuando la ve llegar. Para darle vida al fútbol.

    Hay historias que parecen casualidades de la vida, pequeños destellos que años después se revelan como señales. Fiamma, con apenas 10 años, pisó Madrid acompañando a sus padres en un viaje de trabajo de su padre. Tenía cuarto de primaria y la mirada curiosa de una niña que aún no sabía que su camino inevitablemente la llevaría a la élite. En una prueba en el Atlético, Amanda Sampedro —sí, la eterna capitana— se acercó al final del entrenamiento y le dijo que ya estaba preparando la ficha. La niña valenciana la miró, sorprendida, ilusionada, pero consciente de algo tan simple como contundente: no podía mudarse a Madrid a mitad de curso. La vida siguió, y con ella vino el Levante, luego el Valencia, y finalmente, el verano de 2024, el momento en que el destino recuperó aquella conversación infantil y la vistió de rojiblanco para siempre.

    Hoy, con solo 21 años, Fiamma dice que jamás imaginó verse tan pronto jugando la UEFA Women’s Champions League. Y sin embargo ahí está: seis contribuciones directas al gol en cuatro partidos de esta Fase Liga, tres tantos y tres asistencias que han colocado su nombre en todos los análisis europeos. Ha firmado un comienzo de competición que solo puede explicarse desde su memoria emocional, desde aquella terraza en casa con su padre, cuando corría y celebraba como si el mundo se resumiera en ganarle un partidito bajo el sol. “Aprendí muchísimo con él”, recuerda. Y hoy, cuando pisa el césped, sabe que hay dos personas que caminan a su lado, aunque el estadio esté lleno: sus padres, su motor, su impulso, el recordatorio constante de por qué hace lo que hace. Porque el fútbol también es amor.

    Madrid también es ella, aunque no se declare persona de ciudad. Le gustan los pueblos pequeños, las montañas, los rincones donde la vida va más despacio. Le encanta Patones de Arriba, por ejemplo, ese lugar donde el silencio permite respirar. No suele decirlo, pero en su forma de jugar hay algo de eso: una calma interior que convive con la velocidad, un equilibrio emocional que se entrena tanto como los golpes de balón. La selección española, donde ya presume una Nations League conquistada como suplente en la final, ha incorporado una psicóloga que está siendo clave en su crecimiento. Ella lo relata con honestidad: poder hablar, poder ordenar la cabeza, también es competir.

    La Champions no espera a nadie y exige siempre el máximo, incluso cuando el equipo llega con dudas. El Atlético encadena dos tropiezos en Liga —derrota ante Costa Adeje Tenerife y empate frente al Sevilla— que han empujado a las rojiblancas fuera de la zona europea. Gaby García, una de las voces fuertes del vestuario, lo resumió con la claridad de quien sabe que estos momentos son los que forjan carácter: “El equipo intenta mantenerse unido. Venimos de dos partidos complicados. Siempre es una pena dejarse puntos, pero nos toca dar un paso adelante, dejarlo atrás y centrarnos en el partido de mañana”. Porque el Bayern no es solo un rival difícil: es un examen completo, físico, táctico y emocional. “Será un partido súper difícil, como todos los de Champions. Tendremos que tener paciencia, calma y hacer nuestro fútbol”, advirtió.

    Y al fondo aparece el cuadro bávaro, temible, sólido, lanzado. Desde aquella goleada en Barcelona en la jornada 1, el Bayern no ha vuelto a caer. Ingolstadt, PSG, Hoffenheim, Eintracht Frankfurt… todo lo que ha encontrado por el camino lo ha superado. Líder destacado de la Bundesliga, semifinalista histórica, aspirante eterno a romper su techo en Europa. Barcala ha dotado al equipo de un estilo reconocible, una arquitectura ofensiva que respira identidad. “Le conozco bien, es un gran entrenador”, dijo Ribera, consciente de que enfrentarse a un equipo de Barcala nunca es un trámite: es una cita con la exigencia más alta.

    Así llega el Atlético a esta noche crucial, con 6 puntos y la obligación de no descolgarse del top12 europeo, sabiendo además que la última jornada la disputará en Lyon, frente al gigante francés que ha dominado la competición durante más de una década. El Bayern suma 9 y, salvo sorpresa, tiene su continuidad prácticamente asegurada. Pero el Atleti juega en casa, y ese detalle, para ciertos clubes, no es un matiz: es una declaración.

    El encuentro en Alcalá será un cruce de caminos entre dos formas de entender el fútbol: la intensidad emocional rojiblanca contra la hegemonía industrial bávara. Pero también será, de alguna manera, la continuación del relato personal de Fiamma. Porque ella, que aprendió a tocar el piano durante la cuarentena con un teclado que trajo su cuñado, sabe que el fútbol se parece a ese instrumento. Hay días en los que todo fluye, cada tecla suena perfecta; y otros en los que una nota falla y el alma se encoge. Es normal, dice. Es frustrante, también. Pero así es como se aprende.

    Los niños que la esperan a pie de campo lo saben sin saberlo. Ven en ella algo más que una futbolista: ven una historia posible, un sueño alcanzable, una puerta que se abre. “La emoción de los niños cuando te ven llegar es indescriptible”, dice. Y esa emoción, la de ellos y la del estadio entero, puede ser el soplo de viento necesario para que el Atleti vuelva a creer.

    Porque sí, el Bayern llega poderoso; sí, el Atleti llega herido. Pero la Champions siempre ha tenido un extraño magnetismo con los equipos que juegan desde la fe. Y cuando el Atlético decide creer, cuando Alcalá se convierte en un volcán, cuando la grada ruge y las jugadoras sienten que el escudo pesa lo justo para levantarles el alma, ocurren cosas que no explica ninguna estadística.

    Esta noche no es un partido. Es una llamada. Es un desafío. Es la oportunidad de mirar a los ojos a uno de los equipos más temidos del continente y decirle: aquí estamos nosotras, aquí está este club, aquí está esta afición, aquí está Fiamma, aquí está la historia que vamos a escribir.

    Porque cuando un estadio se prepara para vivir un capítulo grande, se nota en el aire. Y hoy, en Alcalá de Henares, el aire huele a noche grande y Madrid amanece con un pulso distinto cuando la Champions llama a la puerta. La ciudad respira fútbol, memoria y ambición, y en el corazón rojiblanco late una historia que parece escrita para noches como la que se avecina en Alcalá de Henares. Allí, donde el césped vibra cuando el Atlético de Madrid Femenino decide que es el momento de levantarse, llega el coloso bávaro, el Bayern Múnich de las once victorias consecutivas, el equipo que solo ha cedido una vez desde septiembre y que se ha convertido en una auténtica máquina competitiva bajo la batuta del técnico español José Barcala. Allí, frente a ese gigante, emerge la figura de Fiamma Benítez, la atacante que ha conquistado corazones, miradas y esperanzas con la naturalidad de quien nació para esto: para inspirar, para marcar, para crear, para hacer que un niño tiemble de emoción cuando la ve llegar. Para darle vida al fútbol.

    Hay historias que parecen casualidades de la vida, pequeños destellos que años después se revelan como señales. Fiamma, con apenas 10 años, pisó Madrid acompañando a sus padres en un viaje de trabajo de su padre. Tenía cuarto de primaria y la mirada curiosa de una niña que aún no sabía que su camino inevitablemente la llevaría a la élite. En una prueba en el Atlético, Amanda Sampedro —sí, la eterna capitana— se acercó al final del entrenamiento y le dijo que ya estaba preparando la ficha. La niña valenciana la miró, sorprendida, ilusionada, pero consciente de algo tan simple como contundente: no podía mudarse a Madrid a mitad de curso. La vida siguió, y con ella vino el Levante, luego el Valencia, y finalmente, el verano de 2024, el momento en que el destino recuperó aquella conversación infantil y la vistió de rojiblanco para siempre.

    Hoy, con solo 21 años, Fiamma dice que jamás imaginó verse tan pronto jugando la UEFA Women’s Champions League. Y sin embargo ahí está: seis contribuciones directas al gol en cuatro partidos de esta Fase Liga, tres tantos y tres asistencias que han colocado su nombre en todos los análisis europeos. Ha firmado un comienzo de competición que solo puede explicarse desde su memoria emocional, desde aquella terraza en casa con su padre, cuando corría y celebraba como si el mundo se resumiera en ganarle un partidito bajo el sol. “Aprendí muchísimo con él”, recuerda. Y hoy, cuando pisa el césped, sabe que hay dos personas que caminan a su lado, aunque el estadio esté lleno: sus padres, su motor, su impulso, el recordatorio constante de por qué hace lo que hace. Porque el fútbol también es amor.

    Madrid también es ella, aunque no se declare persona de ciudad. Le gustan los pueblos pequeños, las montañas, los rincones donde la vida va más despacio. Le encanta Patones de Arriba, por ejemplo, ese lugar donde el silencio permite respirar. No suele decirlo, pero en su forma de jugar hay algo de eso: una calma interior que convive con la velocidad, un equilibrio emocional que se entrena tanto como los golpes de balón. La selección española, donde ya presume una Nations League conquistada como suplente en la final, ha incorporado una psicóloga que está siendo clave en su crecimiento. Ella lo relata con honestidad: poder hablar, poder ordenar la cabeza, también es competir.

    La Champions no espera a nadie y exige siempre el máximo, incluso cuando el equipo llega con dudas. El Atlético encadena dos tropiezos en Liga —derrota ante Costa Adeje Tenerife y empate frente al Sevilla— que han empujado a las rojiblancas fuera de la zona europea. Gaby García, una de las voces fuertes del vestuario, lo resumió con la claridad de quien sabe que estos momentos son los que forjan carácter: “El equipo intenta mantenerse unido. Venimos de dos partidos complicados. Siempre es una pena dejarse puntos, pero nos toca dar un paso adelante, dejarlo atrás y centrarnos en el partido de mañana”. Porque el Bayern no es solo un rival difícil: es un examen completo, físico, táctico y emocional. “Será un partido súper difícil, como todos los de Champions. Tendremos que tener paciencia, calma y hacer nuestro fútbol”, advirtió.

    Y al fondo aparece el cuadro bávaro, temible, sólido, lanzado. Desde aquella goleada en Barcelona en la jornada 1, el Bayern no ha vuelto a caer. Ingolstadt, PSG, Hoffenheim, Eintracht Frankfurt… todo lo que ha encontrado por el camino lo ha superado. Líder destacado de la Bundesliga, semifinalista histórica, aspirante eterno a romper su techo en Europa. Barcala ha dotado al equipo de un estilo reconocible, una arquitectura ofensiva que respira identidad. “Le conozco bien, es un gran entrenador”, dijo Ribera, consciente de que enfrentarse a un equipo de Barcala nunca es un trámite: es una cita con la exigencia más alta.

    Así llega el Atlético a esta noche crucial, con 6 puntos y la obligación de no descolgarse del top12 europeo, sabiendo además que la última jornada la disputará en Lyon, frente al gigante francés que ha dominado la competición durante más de una década. El Bayern suma 9 y, salvo sorpresa, tiene su continuidad prácticamente asegurada. Pero el Atleti juega en casa, y ese detalle, para ciertos clubes, no es un matiz: es una declaración.

    El encuentro en Alcalá será un cruce de caminos entre dos formas de entender el fútbol: la intensidad emocional rojiblanca contra la hegemonía industrial bávara. Pero también será, de alguna manera, la continuación del relato personal de Fiamma. Porque ella, que aprendió a tocar el piano durante la cuarentena con un teclado que trajo su cuñado, sabe que el fútbol se parece a ese instrumento. Hay días en los que todo fluye, cada tecla suena perfecta; y otros en los que una nota falla y el alma se encoge. Es normal, dice. Es frustrante, también. Pero así es como se aprende.

    Los niños que la esperan a pie de campo lo saben sin saberlo. Ven en ella algo más que una futbolista: ven una historia posible, un sueño alcanzable, una puerta que se abre. “La emoción de los niños cuando te ven llegar es indescriptible”, dice. Y esa emoción, la de ellos y la del estadio entero, puede ser el soplo de viento necesario para que el Atleti vuelva a creer.

    Porque sí, el Bayern llega poderoso; sí, el Atleti llega herido. Pero la Champions siempre ha tenido un extraño magnetismo con los equipos que juegan desde la fe. Y cuando el Atlético decide creer, cuando Alcalá se convierte en un volcán, cuando la grada ruge y las jugadoras sienten que el escudo pesa lo justo para levantarles el alma, ocurren cosas que no explica ninguna estadística.

    Esta noche no es un partido. Es una llamada. Es un desafío. Es la oportunidad de mirar a los ojos a uno de los equipos más temidos del continente y decirle: aquí estamos nosotras, aquí está este club, aquí está esta afición, aquí está Fiamma, aquí está la historia que vamos a escribir.

    Porque cuando un estadio se prepara para vivir un capítulo grande, se nota en el aire. Y hoy, en Alcalá de Henares, el aire huele a noche grande y no te lo puedes perder o te arrepentirás.

    (Fuente: UEFA)
  • Exclusiva | El Atlético de Madrid Femenino cierra el fichaje de una centrocampista internacional para el proyecto de Víctor Martín

    (Fuente: Getty imágenes)

    🟦 El Atlético de Madrid Femenino ya tiene amarrado a su primer gran refuerzo del verano: una centrocampista joven, explosiva y en plena irrupción competitiva que, tras semanas de conversaciones silenciosas, ha dado el “sí quiero” al proyecto de Víctor Martín Alba. Una operación estratégica que anticipa el nuevo ADN que el técnico quiere implantar en el centro del campo rojiblanco: ritmo, agresividad inteligente y capacidad para marcar diferencias desde la estructura.

    Exclusiva de “El Partido de Manu”: El Atlético de Madrid ha cerrado el fichaje de una de las centrocampistas jóvenes más prometedoras de la escena europea. La jugadora, que actualmente milita en un club madrileño de la Liga F, ha dado el “sí quiero” al proyecto de Víctor Martín Alba, poniendo fin a semanas de negociaciones discretas pero intensas.

    (Fuente: Liga F Moeve)

    Este movimiento refleja la clara intención del club rojiblanco de reforzar el centro del campo con talento joven, con proyección internacional y con capacidad de impacto inmediato en el juego colectivo. La llegada de esta futbolista se interpreta como un paso estratégico para consolidar un equipo que aspire no solo a competir por títulos nacionales, sino a recuperar un estilo de juego sólido, intenso y versátil, característico de los equipos que aspiran a dominar la Liga F y pelear en Europa.

    Se trata de una mediocampista con un perfil poco habitual en la Liga F: dominante en transiciones, poderosa en conducción y con una agresividad ofensiva controlada que le permite romper líneas tanto en ataque como en defensa. Destaca por su capacidad para acelerar el juego, activar presiones tras pérdida y llegar desde segunda línea con un timing impecable, convirtiéndose en un recurso táctico de enorme valor. A pesar de su juventud, exhibe una madurez competitiva sorprendente, sabe gestionar duelos, interpretar distintas alturas del mediocampo y mantener altos ritmos físicos durante todo el partido. Estas cualidades la convierten en una futbolista versátil, completa y con un margen de crecimiento muy amplio, exactamente el tipo de perfil que buscaba Víctor Martín Alba para reforzar su medular.

    La incorporación de esta jugadora no solo refuerza la plantilla, sino que marca un paso decisivo en la consolidación de un modelo de juego basado en presión organizada, transición rápida y salida limpia desde el centro del campo. Su llegada permitirá al Atlético de Madrid contar con opciones tácticas adicionales, desde un eje más físico hasta un perfil creativo capaz de sostener y acelerar el juego, una combinación que se considera fundamental para competir tanto en la Liga F como en competiciones europeas.

    (Fuente: Getty imágenes)

    Aunque la operación ya está cerrada, el anuncio oficial no se producirá hasta el final de la temporada, respetando la situación contractual de la jugadora y los tiempos institucionales del club en el que milita actualmente. Fuentes consultadas por “El Partido de Manu” aseguran que la decisión está tomada y que, salvo imprevistos, se incorporará al Atlético de Madrid este verano para iniciar la pretemporada con el resto del equipo y Víctor Martín Alba.

    (Fuente: Liga F Moeve)

    Se trata de un fichaje que combina proyección, capacidad inmediata de impacto y encaje perfecto con el estilo del nuevo Atlético, reflejando la ambición del club rojiblanco por construir un equipo equilibrado, intenso y capaz de competir a nivel nacional e internacional, confiando en talento joven con recorrido y carácter competitivo. Esta operación anticipa una medular renovada y potente, y constituye la primera señal clara de un proyecto que busca afianzar el futuro sin renunciar a la competitividad inmediata.

    (Fuente: Liga F Moeve)