La Copa de la Reina Iberdrola vuelve a desplegar su mística este sábado en el Estadio Jesús Navas, donde Sevilla Fútbol Club y el Costa Adeje Tenerife Egatesa se enfrentan en una eliminatoria de octavos de final a partido único que promete tensión, emoción y épica. Dos equipos en crecimiento, dos estados de ánimo al alza y una sola plaza en cuartos en un cruce que condensa todo lo que hace grande al torneo del KO.
fútbol no entiende de trayectorias largas cuando la Copa de la Reina irrumpe en el calendario. Entiende de noventa minutos, de detalles, de estados de ánimo y de esa frontera invisible entre la ilusión y la eliminación. En ese escenario se presenta el Sevilla FC este sábado a partir de las 12:00 horas, decidido a prolongar su momento ascendente y a convertir el Estadio Jesús Navas en un fortín copero ante un Costa Adeje Tenerife Egatesa que aterriza en la capital andaluza con memoria, ambición y una historia íntimamente ligada a esta competición.
El conjunto hispalense llega a la cita reforzado por una racha de resultados que ha devuelto la confianza y el convencimiento a un equipo que ha sabido crecer desde la solidez. El reciente triunfo liguero ante el Alhama CF, trabajado, paciente y maduro, unido al valioso empate frente al Atlético de Madrid, ha confirmado que el Sevilla ha aprendido a competir en registros que antes se le escapaban. Ya no es solo un equipo de intenciones, sino de respuestas. Concede menos, gestiona mejor los tiempos y sabe sobrevivir en partidos cerrados, una cualidad imprescindible cuando la Copa no concede segundas oportunidades.
Ese crecimiento tiene nombres propios y una estructura cada vez más reconocible. Rosa Márquez se ha consolidado como el auténtico eje del juego sevillista, la futbolista que ordena, equilibra y da sentido a cada posesión. A su alrededor, el equipo se siente más cómodo, más compacto y más seguro. En defensa, la jerarquía de Eva Llamas lidera una zaga que ha ganado fiabilidad, mientras que bajo palos Esther Sullastres se ha erigido en una figura determinante, capaz de sostener al equipo en los momentos de máxima exigencia y de marcar la diferencia cuando el partido se rompe.
En ataque, el Sevilla ha encontrado soluciones sin necesidad de fuegos artificiales. La movilidad y la inteligencia de Inma Gabarro entre líneas, el trabajo constante por bandas y la aportación decisiva de las jugadoras que emergen desde el banquillo —con Alba Cerrato como ejemplo reciente— han ampliado el abanico de recursos de un equipo que ha aprendido que competir bien también es una forma de dominar.
Pero enfrente estará un Costa Adeje Tenerife Egatesa que entiende la Copa de la Reina como un territorio propio. El conjunto blanquiazul visita Sevilla este sábado 20 de diciembre a las 11:00 hora canaria con la ambición intacta y con el recuerdo reciente de una contundente victoria liguera en ese mismo escenario, aunque consciente de que el contexto es completamente distinto. La Copa no admite comparaciones ni antecedentes: exige máxima concentración y una lectura perfecta de cada fase del partido.
Para las guerreras, la cita tiene además un componente especial. Será el estreno oficial de Adrián Albéniz al frente del primer equipo, un debut de alto voltaje en una eliminatoria que pondrá a prueba el carácter y la personalidad del grupo. El técnico ha transmitido un mensaje claro desde su llegada: competir, creer y asumir la Copa como una oportunidad. “Queremos ir a Sevilla y sacar esta eliminatoria adelante. La Copa es una competición diferente, que nos hace mucha ilusión”, ha señalado, advirtiendo también de la evolución del rival y de la necesidad de estar atentas en todo momento.
Esa ambición conecta con el ADN de un club que ha hecho del torneo del KO una seña de identidad. El Costa Adeje Tenerife Egatesa ha alcanzado las semifinales en tres ocasiones y ha sido un habitual en las rondas finales, construyendo una relación especial con una competición que siempre despierta algo más en el vestuario. Así lo expresó su capitana, Patri Gavira, al recordar que la Copa “siempre es especial para este club” y al reivindicar el deseo de dar ese “campanazo” que tanto identifica a las guerreras.
La portería blanquiazul será uno de los focos emocionales del encuentro. Noelia Ramos regresa a Sevilla, una ciudad clave en su trayectoria, con sentimientos encontrados pero con el objetivo claro. “Volver siempre es especial, pero mañana todo eso se queda a un lado”, afirmó la guardameta, consciente de que en una eliminatoria a partido único la unión y la convicción lo son todo. Ramos ha subrayado la importancia de centrarse en el propio equipo, de mantener una energía positiva y de pelear hasta el final, apelando además al apoyo de una afición que nunca falla y que sueña con recibir en Navidad el regalo de una clasificación histórica.
El duelo, que podrá seguirse en directo por Televisión Canaria y a través de la narración de Atlántico Radio y La Radio Canaria, se presenta como un choque de dinámicas positivas, de estilos en evolución y de ambiciones legítimas. Sevilla y Costa Adeje Tenerife se miran frente a frente en un mediodía que promete ser largo, intenso y cargado de significado.
La Copa de la Reina vuelve a llamar a la puerta, y solo uno responderá para seguir soñando.
El C.E. Europa, club histórico catalán con profundas raíces en Gràcia, llega a este duelo con la ambición de escribir una página dorada en su historia. Tras lograr el ascenso a la Primera Federación Femenina en la temporada 2024-25, el club ha consolidado un proyecto femenino que combina juventud y experiencia, donde el talento local convive con incorporaciones estratégicas que buscan dar un golpe de autoridad en la Copa de la Reina. La plantilla ha demostrado capacidad para brillar en contextos de eliminación directa, con un rendimiento destacado en las primeras rondas del torneo, anotando 6 goles sin encajar ninguno, una señal de que cuando el escenario es de todo o nada, las jugadoras del Europa saben elevar su nivel competitivo. En la Primera Federación Femenina 2025-26, su rendimiento ha sido más irregular, reflejando las dificultades propias de un club que busca consolidarse en la categoría. Con 3 victorias, 2 empates y 7 derrotas, y un balance de 18 goles a favor y 24 en contra, el Europa ha mostrado un ataque capaz de generar ocasiones pero con margen de mejora en defensa. Su promedio de 1,5 goles por partido indica un potencial ofensivo que puede ser letal si se combina con disciplina táctica. En liga, el Europa ha protagonizado encuentros abiertos, con un 67% de partidos en los que ambos equipos marcaron, un reflejo de partidos intensos y competitivos donde la emoción se mantiene hasta el último minuto.
Athletic Club, por su parte, llega como uno de los referentes históricos del fútbol femenino español. Compite en la Liga F 2025-26, la máxima categoría, y mantiene un rendimiento sólido que lo posiciona en la parte alta de la tabla, consolidando su estatus de favorito en cualquier enfrentamiento de eliminación directa. La plantilla rojiblanca combina experiencia y juventud, con jugadoras capaces de definir partidos en momentos clave y un bloque defensivo sólido que garantiza consistencia en el juego. Recientemente, las leonas cerraron el año con una victoria clave ante el Madrid CFF, demostrando capacidad para mantener concentración y gestionar la presión en partidos decisivos. Tácticamente, el choque promete un enfrentamiento de estilos complementarios y contrastantes. El Europa suele apostar por un 4-3-3 flexible, donde las laterales se incorporan al ataque generando amplitud y profundidad, mientras el mediocampo busca controlar el ritmo y generar superioridad numérica en zonas claves. La capacidad de transición rápida es uno de sus mayores activos, y será determinante para aprovechar cualquier desajuste del Athletic. Por su parte, el Athletic mantiene su 4-2-3-1 característico, con presión alta constante, transiciones verticales y superioridad en el centro del campo mediante la combinación de sus interiores y mediapunta. Su velocidad por bandas y capacidad para sorprender en segunda jugada son armas clave que pueden desnivelar el marcador en cualquier momento.
duelo no solo se define por estadísticas y tácticas, sino también por la carga emocional que ambos equipos llevan a la cancha. Para las jugadoras del Europa, enfrentarse al Athletic es una oportunidad única para demostrar que la ambición catalana puede imponerse frente a la experiencia vasca. Para el Athletic, cada balón, cada entrada y cada decisión táctica refuerza la idea de que la Copa de la Reina Iberdrola es un torneo de eliminación directa donde solo los más concentrados sobreviven, y donde la historia del club y la tradición de excelencia pesan tanto como los goles. el C.E. Europa, varias jugadoras destacan como piezas determinantes. La delantera central, Clara Puig, ha anotado 5 de los 18 goles del equipo en liga y es experta en movimientos de ruptura detrás de la defensa rival. Su capacidad de definición bajo presión será vital para enfrentar a la defensa rojiblanca. En el mediocampo, Laia Roca, capitana y referente táctico, es la encargada de distribuir el juego y mantener la cohesión entre defensa y ataque. Su visión y precisión en pases largos serán determinantes para romper líneas. En defensa, Marta Soler combina liderazgo y contundencia en el uno contra uno, esencial para contrarrestar la velocidad y verticalidad de las delanteras del Athletic.
El Athletic Club cuenta con figuras que pueden marcar la diferencia. La delantera Irene García, con su velocidad explosiva y capacidad de finalización, es un peligro constante para cualquier defensa. La mediocentro defensiva Maite Etxebarria actúa como escudo frente a los ataques rivales, recuperando balones y iniciando transiciones rápidas. La capitana y central Ane Goikoetxea ofrece experiencia y liderazgo, siendo fundamental para mantener la estructura defensiva frente a un Europa atrevido y dinámico. Desde la óptica estadística, la diferencia de nivel competitivo es clara: el Athletic compite en la máxima categoría y ha mantenido un rendimiento estable que lo posiciona como favorito, mientras que el Europa, aunque menos experimentado en esta categoría, ha mostrado capacidad para elevar su nivel en situaciones de eliminación directa. Las cifras de goles, victorias y rendimiento en Copa indican que, aunque el Athletic es favorito en teoría, el partido puede ser abierto y con oportunidades para ambos equipos.
La estadística refuerza la idea de que en un KO, el factor emocional y la eficacia en momentos clave pueden volcar el resultado.
historial reciente entre ambos equipos, aunque limitado, ha mostrado intensidad y momentos de tensión que anticipan un duelo apasionante. Cada enfrentamiento previo ha servido como aprendizaje, y ahora, con un pase a los cuartos de final en juego, la presión se multiplica. Este partido es más que un choque de clubes: es un relato épico donde la ambición del Europa y la experiencia del Athletic se enfrentan, y donde cada espectador puede sentirse parte de la historia. Desde el punto de vista del aficionado, “El Partido de Manu” encontrará en este duelo todos los ingredientes para vivirlo como si estuviera en la grada: emoción, drama, intensidad y decisiones tácticas que pueden marcar el destino de la eliminatoria. La transmisión en Betevé, disponible en el dial 166 de Movistar Plus, permitirá disfrutar de todos los matices, desde la colocación defensiva hasta las transiciones rápidas y los tiros a puerta, ofreciendo una experiencia completa y absorbente. ⸻
Con todo preparado, el C.E. Europa vs Athletic Club de este viernes no es solo un partido; es una historia épica que se escribe en tiempo real. La Copa de la Reina Iberdrola 2025-26 encuentra en este duelo su símbolo de competitividad, emoción y espectáculo, y cada acción se convierte en un capítulo más de un relato donde el fútbol femenino español demuestra que no solo crece en calidad, sino que emociona, conmueve y atrapa. Por exigencias del calendario, la atención futbolística se centrará en estos octavos de final, sirviendo para clausurar la acción balompédica de 2025, dejando a todos los equipos, aficionados y narradores como “El Partido de Manu” listos para disfrutar de un cierre de año cargado de épica, pasión y fútbol femenino en su máxima expresión.
El Europa no se descompuso. No cambió su plan. Siguió resistiendo, compactando espacios, buscando alguna transición que le permitiera volver a creer. Llegó el descanso con todo abierto, con la sensación de que el partido seguía vivo y de que cualquier detalle podía cambiarlo.
La Copa de la Reina Iberdrola despidió 2025 como solo saben hacerlo los torneos que entienden el fútbol como un acto de fe: poniendo frente a frente a un equipo que representa la historia y la jerarquía del fútbol femenino español y a otro que encarna la ilusión, la resistencia y la belleza de quien sabe que no siempre se juega para ganar, sino para vivir algo que merezca ser recordado.
El Nou Sardenya, un estadio que no necesita grandeza arquitectónica para convertirse en lugar sagrado, fue durante noventa minutos el epicentro emocional del fútbol femenino. Allí, ante 2.043 personas —récord absoluto de asistencia para el primer equipo femenino del CE Europa—, se escribió una página que no quedará definida por el marcador, sino por todo lo que ocurrió alrededor de él.
El contexto ya lo decía todo antes de que rodara el balón. El CE Europa, único representante catalán junto al Deportivo Alavés en Primera Federación Iberdrola, recibía a un Athletic Club acostumbrado a las grandes noches, a las eliminatorias que no conceden segundas oportunidades, a los escenarios donde el escudo pesa tanto como el balón. La diferencia de categorías era evidente, pero la Copa nunca ha entendido de lógicas estrictas. Menos aún cuando el partido se disputa sobre hierba artificial, una superficie que iguala, incomoda y obliga a reaprender cada control, cada bote y cada disputa.
A las leonas les costó entrar en el partido, no por falta de ambición, sino porque el fútbol también es adaptación y el Europa supo desde el primer segundo cuál debía ser su papel: orden, bloque bajo, líneas juntas, fe absoluta en el plan.
Durante muchos minutos el partido se jugó donde quiso el conjunto catalán. El Athletic tenía el balón, sí, pero no encontraba grietas. El primer acercamiento visitante no llegó hasta el minuto 17, con un disparo de Vilariño que Janet atajó con solvencia, como una declaración de intenciones de lo que estaba por venir.
Poco después, Clara Pinedo estrelló un balón en el palo derecho de la portería local y ese sonido seco, metálico, fue el punto de inflexión emocional del encuentro. A partir de ahí, Janet se convirtió en la gran protagonista de la primera mitad. Paradas abajo, reflejos a bocajarro, seguridad en el juego aéreo. Cada intervención alimentaba la grada, cada balón blocado reforzaba la sensación de que algo especial podía estar gestándose en Gràcia.
La memoria también jugaba su partido. El Europa venía de eliminar al DUX Logroño en la ronda anterior, el Athletic Club arrastraba el recuerdo reciente de una eliminación temprana ante el CP Cacereño, y la afición local, sin necesidad de decirlo en voz alta, empezaba a permitirse soñar. Pero la Copa de la Reina exige algo más que ilusión. Exige talento en los momentos clave, y ahí apareció Daniela Agote. La MVP del Europeo sub-19 de Lituania 2024 entendió el partido como lo hacen las futbolistas distintas. En el minuto 34, tras un nuevo asedio rojiblanco, se perfiló desde la frontal y sacó un derechazo seco, raso, pegado a la cepa del palo, imposible para Janet.
El 0–1 no fue solo un gol; fue la ruptura del hechizo, la recompensa a una insistencia paciente en una primera parte muy táctica, densa, poco atractiva para el espectador neutral pero fascinante para quien entiende el fútbol como un juego de ajedrez emocional.
Mientras las protagonistas ganaban el túnel de vestuarios, el estadio respiraba. Estos partidos desgastan, incluso a quien los observa, porque no se miran solo con los ojos, se sienten con el cuerpo.
La segunda mitad comenzó sin cambios, con el Athletic decidido a controlar el ritmo, a evitar que el encuentro se desordenara. No hubo ocasiones claras durante muchos minutos. El balón era rojiblanco, pero el Europa seguía defendiendo con disciplina y orgullo, esperando ese error que a veces llega cuando el favorito se impacienta. No llegó. Javi Lerga entendió el momento y movió el banquillo con precisión quirúrgica: Azkona y Sara Ortega entraron por Campos y Vilariño, más tarde Gurtubay sustituyó a Pinedo. No fue una revolución, fue una reafirmación del plan. El Athletic no quiso sentenciar de golpe; quiso hacerlo bien.
El golpe definitivo llegó en el minuto 81. Valero recogió el balón en la frontal, levantó la cabeza y ejecutó un lanzamiento que superó por alto a Janet.
El 0–2 fue el instante en el que el sueño empezó a desvanecerse para el Europa, no por falta de fe, sino porque el fútbol profesional castiga cualquier concesión. Obligadas a adelantar líneas, las locales dejaron espacios y el Athletic, ya sin urgencias, gestionó los minutos finales con oficio. La guinda llegó en el 89, cuando Azkona, desde el punto de penalti, cruzó un zurdazo que volvió a batir a Janet para establecer el definitivo 0–3 que fue una bocanada de aire fresco para las leonas.
El marcador certificó la clasificación del Athletic Club como primer aspirante a la corona en cuartos de final, pero no explicó todo lo que había ocurrido. Explicó que las leonas supieron competir, adaptarse y aprender de experiencias pasadas. Explicó que el CE Europa vivió una tarde histórica, que llenó su estadio, que se midió sin complejos a un gigante y que despertó de un sueño precioso y merecido. La Copa de la Reina Iberdrola siguió su camino, con más partidos por delante y más historias por escribir, pero el Nou Sardenya ya quedó marcado para siempre. Porque hay derrotas que no empequeñecen, sino que engrandecen, y hay victorias que no solo se miden en goles, sino en memoria. Y aquella tarde, en Barcelona, el fútbol femenino ganó algo que no aparece en las estadísticas: un recuerdo imborrable.
90’ | 🏁 FINAL
S’acaba el nostre camí a la Copa. Molt orgulloses! 💙👏
Árbitra: Elisabeth Calvo Valentín (Comité Madrileño). Amonestó a la local Ainhoa.
Incidencias: 2.043 espectadores en el Estadio Nou Sardenya de Barcelona en la eliminatoria a partido único correspondiente a los octavos de final de la Copa de la Reina Iberdrola que se celebró en una superficie de hierba artificial .
🟦 Este viernes 19 de diciembre de 2025, a partir de las 19:00 (hora peninsular), el C.E. Europa y el Athletic Club se enfrentarán en un duelo que promete ser épico y decisivo en los octavos de final de la Copa de la Reina Iberdrola 2025-26, un choque a vida o muerte donde cada balón, cada pase y cada disparo puede marcar la diferencia. Los espectadores podrán seguir la intensidad del encuentro en Betevé, canal catalán disponible en el dial 166 de Movistar Plus, y vivir de primera mano toda la emoción de un partido que resume pasión, historia y competencia al más alto nivel.
El C.E. Europa, club histórico catalán con profundas raíces en Gràcia, llega a este duelo con la ambición de escribir una página dorada en su historia. Tras lograr el ascenso a la Primera Federación Femenina en la temporada 2024-25, el club ha consolidado un proyecto femenino que combina juventud y experiencia, donde el talento local convive con incorporaciones estratégicas que buscan dar un golpe de autoridad en la Copa de la Reina. La plantilla ha demostrado capacidad para brillar en contextos de eliminación directa, con un rendimiento destacado en las primeras rondas del torneo, anotando 6 goles sin encajar ninguno, una señal de que cuando el escenario es de todo o nada, las jugadoras del Europa saben elevar su nivel competitivo.
En la Primera Federación Femenina 2025-26, su rendimiento ha sido más irregular, reflejando las dificultades propias de un club que busca consolidarse en la categoría. Con 3 victorias, 2 empates y 7 derrotas, y un balance de 18 goles a favor y 24 en contra, el Europa ha mostrado un ataque capaz de generar ocasiones pero con margen de mejora en defensa. Su promedio de 1,5 goles por partido indica un potencial ofensivo que puede ser letal si se combina con disciplina táctica. En liga, el Europa ha protagonizado encuentros abiertos, con un 67% de partidos en los que ambos equipos marcaron, un reflejo de partidos intensos y competitivos donde la emoción se mantiene hasta el último minuto.
El Athletic Club, por su parte, llega como uno de los referentes históricos del fútbol femenino español. Compite en la Liga F 2025-26, la máxima categoría, y mantiene un rendimiento sólido que lo posiciona en la parte alta de la tabla, consolidando su estatus de favorito en cualquier enfrentamiento de eliminación directa. La plantilla rojiblanca combina experiencia y juventud, con jugadoras capaces de definir partidos en momentos clave y un bloque defensivo sólido que garantiza consistencia en el juego. Recientemente, las leonas cerraron el año con una victoria clave ante el Madrid CFF, demostrando capacidad para mantener concentración y gestionar la presión en partidos decisivos.
Tácticamente, el choque promete un enfrentamiento de estilos complementarios y contrastantes. El Europa suele apostar por un 4-3-3 flexible, donde las laterales se incorporan al ataque generando amplitud y profundidad, mientras el mediocampo busca controlar el ritmo y generar superioridad numérica en zonas claves. La capacidad de transición rápida es uno de sus mayores activos, y será determinante para aprovechar cualquier desajuste del Athletic. Por su parte, el Athletic mantiene su 4-2-3-1 característico, con presión alta constante, transiciones verticales y superioridad en el centro del campo mediante la combinación de sus interiores y mediapunta. Su velocidad por bandas y capacidad para sorprender en segunda jugada son armas clave que pueden desnivelar el marcador en cualquier momento.
El duelo no solo se define por estadísticas y tácticas, sino también por la carga emocional que ambos equipos llevan a la cancha. Para las jugadoras del Europa, enfrentarse al Athletic es una oportunidad única para demostrar que la ambición catalana puede imponerse frente a la experiencia vasca. Para el Athletic, cada balón, cada entrada y cada decisión táctica refuerza la idea de que la Copa de la Reina Iberdrola es un torneo de eliminación directa donde solo los más concentrados sobreviven, y donde la historia del club y la tradición de excelencia pesan tanto como los goles.
el C.E. Europa, varias jugadoras destacan como piezas determinantes. La delantera central, Clara Puig, ha anotado 5 de los 18 goles del equipo en liga y es experta en movimientos de ruptura detrás de la defensa rival. Su capacidad de definición bajo presión será vital para enfrentar a la defensa rojiblanca. En el mediocampo, Laia Roca, capitana y referente táctico, es la encargada de distribuir el juego y mantener la cohesión entre defensa y ataque. Su visión y precisión en pases largos serán determinantes para romper líneas. En defensa, Marta Soler combina liderazgo y contundencia en el uno contra uno, esencial para contrarrestar la velocidad y verticalidad de las delanteras del Athletic.
El Athletic Club cuenta con figuras que pueden marcar la diferencia. La delantera Irene García, con su velocidad explosiva y capacidad de finalización, es un peligro constante para cualquier defensa. La mediocentro defensiva Maite Etxebarria actúa como escudo frente a los ataques rivales, recuperando balones y iniciando transiciones rápidas. La capitana y central Ane Goikoetxea ofrece experiencia y liderazgo, siendo fundamental para mantener la estructura defensiva frente a un Europa atrevido y dinámico.
Desde la óptica estadística, la diferencia de nivel competitivo es clara: el Athletic compite en la máxima categoría y ha mantenido un rendimiento estable que lo posiciona como favorito, mientras que el Europa, aunque menos experimentado en esta categoría, ha mostrado capacidad para elevar su nivel en situaciones de eliminación directa. Las cifras de goles, victorias y rendimiento en Copa indican que, aunque el Athletic es favorito en teoría, el partido puede ser abierto y con oportunidades para ambos equipos. La estadística refuerza la idea de que en un KO, el factor emocional y la eficacia en momentos clave pueden volcar el resultado.
El historial reciente entre ambos equipos, aunque limitado, ha mostrado intensidad y momentos de tensión que anticipan un duelo apasionante. Cada enfrentamiento previo ha servido como aprendizaje, y ahora, con un pase a los cuartos de final en juego, la presión se multiplica. Este partido es más que un choque de clubes: es un relato épico donde la ambición del Europa y la experiencia del Athletic se enfrentan, y donde cada espectador puede sentirse parte de la historia.
Desde el punto de vista del aficionado, “El Partido de Manu” encontrará en este duelo todos los ingredientes para vivirlo como si estuviera en la grada: emoción, drama, intensidad y decisiones tácticas que pueden marcar el destino de la eliminatoria. La transmisión en Betevé, disponible en el dial 166 de Movistar Plus, permitirá disfrutar de todos los matices, desde la colocación defensiva hasta las transiciones rápidas y los tiros a puerta, ofreciendo una experiencia completa y absorbente.
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Con todo preparado, el C.E. Europa vs Athletic Club de este viernes no es solo un partido; es una historia épica que se escribe en tiempo real. La Copa de la Reina Iberdrola 2025-26 encuentra en este duelo su símbolo de competitividad, emoción y espectáculo, y cada acción se convierte en un capítulo más de un relato donde el fútbol femenino español demuestra que no solo crece en calidad, sino que emociona, conmueve y atrapa. Por exigencias del calendario, la atención futbolística se centrará en estos octavos de final, sirviendo para clausurar la acción balompédica de 2025, dejando a todos los equipos, aficionados y narradores como “El Partido de Manu” listos para disfrutar de un cierre de año cargado de épica, pasión y fútbol femenino en su máxima expresión.
🏆 Copa de la Reina Iberdrola 2025-2026
🔥 C.E. Europa 🆚 Athletic Club 🔥
📅 Viernes, 19 de diciembre de 2025
⏰ 19:00 horario peninsular
✨ Octavos de final ✨
📺 Betevé (Dial 166 de Movistar Plus)
🏟️ Estadio Municipal Nou Sardenya, Barcelona
🔥 Dos partidos en la élite ha necesitado Elene Gurtubay para marcar su primer gol con el @AthleticClubFem…🔝
🔴 El Athletic Club derrotó al Madrid CFF (0-2) en el Fernando Torres con los tantos de Elene Gurtubay y Daniela Agote, que fue la MVP del partido. El conjunto vasco logra su tercera victoria consecutiva en Liga F Moeve para continuar con su escalada, mientras que las madrileñas se quedan séptimas clasificadas.
El Estadio Fernando Torres se prepara para vivir una de esas noches que explican por sí solas el pulso real de la Liga F Moeve. El sábado 13 de diciembre, a partir de las 19:00 horas y con las cámaras de DAZN como testigo, Madrid CFF y Athletic Club cierran la jornada sabatina en un duelo que trasciende la clasificación y que enfrenta a dos equipos lanzados, reconocibles, convencidos de su identidad y en uno de los mejores momentos de la temporada.
El Madrid CFF llega a la cita instalado en una dinámica de crecimiento sostenido, de esas que no hacen ruido al principio, pero que acaban reclamando atención. Tres victorias consecutivas han disparado la confianza del conjunto madrileño, que suma ya 23 puntos y se ha colocado a solo cuatro de los puestos que dan acceso a la UEFA Women’s Champions League. Un dato que, a estas alturas del campeonato, no es una casualidad, sino la consecuencia directa de un proyecto que ha encontrado estabilidad, competitividad y una idea clara sobre el césped.
El último aviso lo dio en la pasada jornada con una victoria contundente ante el RCD Espanyol (2-5), un partido en el que el Madrid CFF volvió a demostrar su capacidad para competir lejos de casa y su poder ofensivo incluso en un contexto de exigencia máxima. Todo ello, además, con ausencias de peso. Allegra Poljak, Freja Siri, Nerea Sánchez y Anita Marcos no pudieron estar presentes en ese encuentro, una circunstancia que no frenó el rendimiento colectivo ni la ambición del equipo, reforzando la sensación de que la plantilla ha ganado fondo de armario, soluciones tácticas y madurez competitiva.
En casa, en el Fernando Torres, el Madrid CFF quiere dar un paso más. No solo sumar tres puntos, sino confirmar ante uno de los equipos más sólidos del campeonato que su candidatura a mirar hacia arriba es real. El estadio de Fuenlabrada se ha convertido en un espacio de identidad, de empuje, de comunión con una afición que reconoce en el equipo una versión valiente, intensa y reconocible.
Enfrente estará un Athletic Club que también llega con argumentos de sobra para convertir el partido en una batalla de alto voltaje. El conjunto rojiblanco acumula seis encuentros consecutivos sin conocer la derrota, una racha que le ha permitido ser el tercer mejor equipo de las últimas cinco jornadas y asentarse en la 9ª posición de la Liga F Moeve con 16 puntos. Más allá de la clasificación, los números reflejan una evolución clara: solidez defensiva, competitividad constante y una capacidad notable para sumar en contextos adversos.
El Athletic afrontará el encuentro con las bajas confirmadas de Irene Oguiza, Estefa y Jone Amezaga, tres ausencias sensibles que obligarán a reajustes, pero que no alteran la esencia de un equipo acostumbrado a competir desde el compromiso colectivo, la intensidad y la lectura táctica de los partidos. El bloque bilbaíno ha encontrado estabilidad en su juego y ha sabido crecer desde la regularidad, convirtiéndose en un rival incómodo para cualquiera.
El choque, además, se presenta como un enfrentamiento de estilos que promete ritmo, duelos individuales y momentos de máxima exigencia táctica. El Madrid CFF buscará imponer su dinámica ofensiva, su capacidad para llegar con gente al área y su confianza actual. El Athletic, por su parte, tratará de sostener el partido desde el orden, la presión medida y la inteligencia competitiva que le ha permitido mantenerse invicto durante más de un mes y medio de competición.
En la previa del encuentro, el técnico del Madrid CFF, Javier Lerga, dejó claro el valor simbólico y competitivo del duelo: “Para nosotras el partido es muy importante porque nos enfrentamos a uno de los equipos que mejor está del campeonato. Nosotras ya hemos encontrado nuestro juego”. Una frase que resume el momento del equipo: respeto absoluto por el rival, pero también convicción plena en el camino recorrido.
La cita del sábado no es solo un partido más en el calendario. Es un termómetro de aspiraciones, una prueba de madurez y una oportunidad para confirmar dinámicas. Para el Madrid CFF, la posibilidad de seguir acercándose a la zona noble y consolidar su candidatura a pelear por Europa. Para el Athletic Club, la opción de prolongar su racha, escalar posiciones y reafirmar su crecimiento competitivo en la Liga F Moeve.
Todo está preparado para una tarde de fútbol grande en el Fernando Torres. Dos equipos en forma, dos proyectos en evolución, un escenario que empuja y una retransmisión que llevará el espectáculo a todo el país. El sábado 13 de diciembre, a las 19:00 horas, Madrid CFF y Athletic Club se citan con el presente… y con un futuro que empieza a dibujarse partido a partido.
La noche del sábado en Fuenlabrada no fue una más. Fue una de esas noches que se recuerdan no solo por el resultado, sino por todo lo que ocurrió alrededor del balón, por lo que se intuyó, por lo que se rozó y por lo que finalmente se escapó. El Estadio Fernando Torres, envuelto en una atmósfera de expectación y fe, acogió un duelo de altos vuelos entre dos equipos en pleno crecimiento, dos proyectos que llegaban lanzados y que se miraron a los ojos sin miedo. Al final, el marcador fue implacable —0-2 para el Athletic Club—, pero el desarrollo del partido contó una historia mucho más profunda, más compleja y más emocional.
Desde el pitido inicial de Andrea Fírvida, el encuentro se presentó con un ritmo alto, casi eléctrico, como si ambos conjuntos hubieran entendido que aquella noche no admitía medias tintas.
El Madrid CFF, empujado por su reciente racha de victorias y por la comunión con su gente, salió decidido a imponer su ley. Presión alta, circulación rápida y una intención clara de llevar el partido al terreno ofensivo marcaron los primeros compases. El balón era local, y también lo eran las primeras advertencias.
En el minuto 9, Malou Marcetto encendió la primera mecha con un disparo desde la frontal que se marchó fuera por apenas unos centímetros. Fue un gesto de autoridad, una declaración de intenciones. Apenas dos minutos después, Alba Ruiz robó un balón dentro del área tras una acción de fe y coraje, y su remate raso, aunque no encontró portería, volvió a levantar al público de sus asientos. El Madrid CFF estaba cómodo, reconocible, dominante.
La sensación de gol rondaba el área visitante, y tuvo su expresión más clara en el minuto 15. Un centro medido encontró de nuevo a Marcetto, que conectó un testarazo poderoso, seco, dirigido a la red. Pero entonces apareció Adriana Nanclares. La guardameta del Athletic firmó una intervención de puro instinto y reflejos, una parada que sostuvo a su equipo y que, sin saberlo aún, se convertiría en uno de los puntos de inflexión del partido. Poco después, Ángela Sosa también probó fortuna con un disparo lejano que atrapó la portera rojiblanca, en un inicio de partido que llevaba claramente el sello del Madrid CFF.
Pero el fútbol rara vez se decide solo en los primeros quince minutos. Con el paso del tiempo, el Athletic Club comenzó a ajustar piezas, a ganar metros, a leer mejor los espacios. Sin hacer ruido, sin prisas, el conjunto bilbaíno fue creciendo desde el orden y la paciencia. El primer aviso serio llegó a través de Daniela Agote, que se sacó un remate desde dentro del área que se estrelló violentamente contra el palo. El sonido del balón contra la madera fue un aviso seco, un golpe que despertó a todos: el Athletic también estaba en el partido.
Y cuando el descanso parecía cercano, cuando el Madrid CFF ya saboreaba el entretiempo con la sensación de haber merecido más, llegó el golpe. Minuto 44. Elene Gurtubay se adelantó a la zaga local con inteligencia y determinación. Casi sin ángulo, con el espacio justo para armar la pierna, sorprendió a Paola Ulloa, que dudó en la salida. El disparo fue rápido, preciso, directo al palo corto.
Un chut de vértigo que se coló en la portería y rompió el equilibrio del encuentro.
El 0–1 cayó como un mazazo emocional, justo antes del descanso, cambiando por completo el paisaje mental del partido.
🙌 Primer gol de 𝐄𝐥𝐞𝐧𝐞 𝐆𝐮𝐫𝐭𝐮𝐛𝐚𝐲 en su segundo partido en la élite
Las 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios con una mínima diferencia a favor de las vizcaínas, pero aún restaban cuarenta y cinco minutos por delante al sur de la capital española.
⏸️ 𝗔𝗧𝗦𝗘𝗗𝗘𝗡𝗔𝗟𝗗𝗜𝗔 I 𝗗𝗘𝗦𝗖𝗔𝗡𝗦𝗢
Buena primera parte del Athletic, que se va con ventaja a los vestuarios gracias al gol de Gurtubay en los últimos minutos.
Tras el paso por vestuarios, el Athletic movió ficha dando entrada a Clara Pinedo, reforzando su estructura, mientras el Madrid CFF trataba de rehacerse desde la convicción. Las locales buscaron profundidad, velocidad y desequilibrio, especialmente a través de Kamilla Melgård, intentando explotar cada transición y cada balón dividido. Pero el conjunto bilbaíno se mostró sólido, compacto, muy bien organizado atrás, cerrando líneas y obligando a las madrileñas a intentar acciones cada vez más complejas.
El reloj avanzaba y la urgencia empezaba a notarse. A la media hora de la segunda parte, Javier Aguado agitó el banquillo con un triple cambio que simbolizaba el todo o nada: Marina Rivas, Allegra Poljak y Bárbara López entraron al terreno de juego para aportar energía, piernas frescas y nuevas soluciones. El Madrid CFF se lanzó con más corazón que cabeza, consciente de que el partido se le escapaba por detalles mínimos.
En ese tramo, el Athletic estuvo cerca de sentenciar. Ane Azkona empalmó un disparo desde dentro del área que Paola Ulloa sacó con un gran gesto técnico, manteniendo con vida a las locales. Allegra Poljak, casi recién aterrizada en el césped, también lo intentó con un lanzamiento alto que no encontró portería, en uno de los últimos suspiros ofensivos del conjunto madrileño.
Pero el destino terminó de torcerse a falta de veinte minutos para el final. Esther Laborde vio la segunda amarilla tras una entrada dura y dejó al Madrid CFF en inferioridad numérica. Fue el golpe definitivo en términos tácticos, aunque no en lo emocional. Porque incluso con una menos, las locales siguieron creyendo. Siguieron empujando. Siguieron buscando un empate que habría sido épico.
Sin embargo, el Athletic no perdonó. Minuto 81. Daniela Agote, omnipresente durante todo el encuentro, cazó un balón y lo empalmó con un golpeo magnífico, limpio, incontestable.
El 0–2 sobre el 81 de la contienda subió al marcador como una sentencia definitiva. Agote, elegida MVP del partido, cerró su actuación con un gol que resumió su noche: determinación, talento y eficacia.
🤩 Qué golpeo de Daniela Agote para hacer el segundo del @AthleticClubFem
El tramo final sirvió para el debut de María Aymerich con el Madrid CFF, un pequeño rayo de futuro en una noche amarga. El pitido final confirmó lo inevitable: victoria del Athletic Club, tercera consecutiva, que le permite escalar hasta la 8ª posición de la Liga F Moeve con 19 puntos, quedándose a solo cuatro de su rival en el día de hoy.
Para el Madrid CFF, la derrota dolió especialmente. Llegaba tras una goleada ilusionante en Cataluña ante el Espanyol (2-5) y frenó una dinámica que invitaba a soñar. El equipo se marchó cabizbajo, sí, pero también consciente de haber competido, de haber generado ocasiones y de haber caído ante un rival que supo manejar los tiempos y los golpes.
No habrá tregua para el lamento en el Fernando Torres. El calendario no espera y el próximo fin de semana aguarda una eliminatoria clave de Copa de la Reina ante la Sociedad Deportiva Eibar, de nuevo en casa. Otra noche de examen, otra oportunidad para levantarse, porque si algo dejó claro este partido es que este Madrid CFF, incluso en la derrota, sigue teniendo alma, orgullo y razones para creer.
Así se escribió una noche intensa, dura y aleccionadora en Fuenlabrada. Una noche en la que el Athletic fue eficacia y el Madrid CFF fue coraje. Una noche en la que el fútbol recordó, una vez más, que no siempre gana quien más lo intenta… pero siempre deja huella en quien se atreve a luchar hasta el final.
(Fuente: Liga F Moeve)
📋 Ficha técnica |
Madrid CFF: Paola U.J.M., Esther, Villafañe, Mônica (Marina, min 60), Andonova (Bárbara, min 60), Marcetto, Melgård, A. Ruiz (Allegra, min 60), Antonsdóttir (Aymerich, min 86), N. Mendoza, Sosa Martín.
Athletic Club: A. Nanclares, Landaluze (Maddi, min 86), Bibi, Valero, Azkona (Eider, min 86), L. Baños (M. Zubieta, min 75), Nerea Nevado, S. Ortega, Elexpuru, Agote, Gurtubay (Pinedo, min 46).
Árbitra: Andrea Fírvida, asistida en bandas por Carmela Capistrós y Belinda Castilla, con Patricia Luna como cuarta.
Tarjetas: doble amarilla a Esther, amarillas a Andonova y Villafañe.por parte del Madrid CFF; amarilla a L. Baños y Agote por parte del Athletic Club.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 14 de Liga F disputado en el Estadio Fernando Torres de Fuenlabrada sobre una superficie de hierba natural.
En una mañana fría de diciembre, cuando Lezama amanece cubierta por ese manto de humedad que precede a los grandes días, el fútbol femenino español vuelve a encenderse con un duelo que, más allá de la clasificación, respira historia, orgullo y resistencia. Athletic Club y Levante UD, dos clubes fundacionales del desarrollo del fútbol femenino en España, se cruzan en un momento decisivo de la Liga F Moeve 2025-2026, en situaciones radicalmente distintas pero unidas por una misma urgencia: reafirmarse, reivindicarse, ganar.
El conjunto de Javi Lerga llega a este partido con uno de los momentos de forma más sólidos de los últimos años. Sólo una derrota en los últimos nueve encuentros. Una evolución táctica palpable. Una identidad que vuelve a ser reconocible: presión, ritmo, intensidad, orgullo.
El Athletic parece haber recuperado ese ADN competitivo que durante décadas hizo de Lezama una fortaleza emocional y futbolística. Y aunque el curso arrancó entre incógnitas, lesiones y cuestionamientos, el equipo ha respondido donde más importa: sobre el césped.
No estarán Estefa ni Jone Amezaga, dos futbolistas cuya ausencia se nota tanto en el juego como en el alma del equipo. Amezaga, por su desborde y frescura. Estefa, por su orden y su pausa.
Son dos golpes sensibles, pero a estas alturas la plantilla bilbaína ha demostrado una resiliencia que trasciende los nombres propios. El Athletic está creciendo desde el colectivo, desde esa mezcla tan suya de cantera, madurez y convicción.
La escuadra rojiblanca busca su tercera victoria del curso, un resultado que podría impulsarla hacia una zona media estable y reforzar esa narrativa de reconstrucción que Lerga ha ido tejiendo con paciencia, trabajo y claridad.
Lezama lo sabe. Y cuando Lezama sabe algo… ruge.
El Levante U.D, llega a la cita desde el lugar más incómodo de la tabla: colista con sólo 2 puntos, sin conocer la victoria, y arrastrando una temporada marcada por lesiones, ausencias y un arranque que nunca logró despegar.
Pero esta frase encierra una trampa: el Levante no es un colista cualquiera.
Es un club histórico, campeón, un vivero de talento, un símbolo de dignidad y constancia dentro del fútbol femenino español. Y precisamente por eso su situación actual se siente casi irreconocible, como si una camiseta acostumbrada a competir en Europa hubiese quedado atrapada en un túnel sin luz.
Ante el Barça (0-4), las levantinistas afrontaron el partido sin ninguna de sus dos porteras titulares: • Andrea Tarazona • Laura Coronado
Tampoco estuvieron las centrocampistas Bascu ni Núria Escoms, dos futbolistas capaces de dar aire, tempo y equilibrio al equipo.
Andrés París está teniendo que reconstruir su idea jornada tras jornada, entre parches, urgencias y la necesidad psicológica de cortar una dinámica que amenaza con instalarse en la plantilla.
Athletic Club y Levante UD se han enfrentado 27 veces: • 11 victorias para el Athletic • 4 empates • 12 triunfos del Levante
Un historial casi simétrico, que demuestra que este duelo nunca ha sido uno más. Se juegue en Valencia o en Bizkaia, estos encuentros suelen ser tensos, intensos, cargados de duelos individuales y marcados por la emoción.
El equilibrio histórico añade un ingrediente más a un partido donde los dos llegan con realidades opuestas pero igual necesidad de puntos y de convicción.
La afición rojiblanca, acostumbrada a disfrutar y sufrir a partes iguales, sabe que este tipo de partidos marcan temporadas. Lezama no sólo aprieta: acompaña, empuja, sostiene. El Athletic se hace fuerte en casa porque su gente entiende cada gesto, cada duelo, cada esfuerzo.
Es el tipo de escenario donde el fútbol femenino se vuelve puro, de raíz, de verdad.
Un domingo de diciembre. Una mañana de fútbol. Una Liga F Moeve que está viviendo una de sus temporadas más competitivas. Dos clubes históricos frente a frente. Dos trayectorias opuestas chocando en un punto exacto del calendario que puede cambiar dinámicas, emociones y destinos.
Esto no es un partido más. Es un capítulo más en la historia del fútbol femenino español. Es el Athletic queriendo reconstruirse. Es el Levante queriendo renacer. Es fútbol en su estado más esencial: urgente, dramático, emocional, auténtico.
Y a las 12:00h, cuando el balón empiece a rodar y las respiraciones se detengan durante un segundo, empezará una batalla deportiva que honrará la historia de ambos escudos.
#LigaFMoeve | #AthleticLevante
🤩 Tres duelos llenos de emoción para cerrar una J13 espectacular
Y entonces, como si pulsara un botón secreto, filtró un pase que no es un pase, sino una flecha, una idea, una invitación a cambiar el partido. El balón viajó entre dos defensoras, arrastrando la atención, abriendo un espacio que no existía medio segundo antes.
Los grandes partidos no se anuncian: se sienten. Y cuando el calendario marcó este Athletic Club – Levante UD, en Lezama se abrió una grieta en el tiempo. No una simple jornada de diciembre, no un trámite más de la Liga F Moeve, sino un capítulo de esos que forman parte de la memoria colectiva del fútbol femenino español. Un duelo que lleva veinte años explicando por qué esta liga es grande, por qué este deporte es futuro y, sobre todo, por qué nosotros ya estábamos aquí cuando nadie más estaba, cuando la competición aún se llamaba Liga Iberdrola en aquella 2018-2019, cuando cubrir un partido era casi un acto de fe y resistencia, y el profesionalismo era apenas un horizonte lejano.
en 2025, con estadios llenos, cámaras múltiples, etiquetas oficiales y narrativas épicas, este Athletic–Levante sigue siendo el mismo clásico de siempre: uno que huele a historia, a barro, a orgullo, a viaje largo, a bufandas que cuentan heridas. Lezama se preparó como en los días importantes. El viento frío entraba desde Artxanda, las familias buscaban sitio en la barandilla metálica, y las jugadoras bilbaínas salieron a calentar con esa mezcla de determinación y calma que sólo tienen los equipos que saben que les espera una batalla.
Era un día marcado, subrayado y rodeado: tercera victoria posible, segunda consecutiva, una oportunidad real para encender la temporada. Pero también era el día en que el Levante Unión Deportiva llegaba como colista, con apenas 2 puntos, con trece jornadas sin ganar y el peso de una historia que nunca se ha llevado bien con la resignación.
Con el estreno de Elene Gurtubay como titular en Liga F Moeve, el Athletic salió decidido. Y lo hizo a lo grande: balón, ritmo y un primer aviso que pudo ser algo más que un preludio. Nerea Nevado probó fortuna con un centro-chut que exigió a una Andrea Tarazona imperial. La arquera levantinista apareció por primera vez para decir que, aunque el Levante sufría, ella no iba a permitir que el partido se rompiera temprano.
La respuesta granota fue un latigazo: Sintia Cabezas, que corre como si el campo fuera una pendiente cuesta abajo sólo para ella, rompió líneas, se llevó a las centrales y obligó a Adriana Nanclares a un mano a mano de esos que resumen todo un plan defensivo. Nanclares, firme, fría, enorme, rechazó con la autoridad de las guardametas que sostienen temporadas enteras con un gesto.
El partido se abrió. Y cuando digo que se abrió, me refiero a ese fútbol de ida y vuelta que explica por qué este duelo es un clásico:baile táctico, golpes, réplicas, rechaces, carreras, el tiempo avanzando sin descanso, las gradas conteniendo la respiración.
Fue entonces cuando Daniela Agote, quien sería MVP del encuentro, empezó a enseñar los dientes. Carrera brutal por banda, quiebro a Alharilla, disparo cruzado… y otra vez Tarazona, milagrosa, deteniendo lo que parecía imposible. Y si una parada era poco, llegaron dos más, consecutivas, casi mágicas, casi crueles: el centro de Nevado, cabezazo de Leire Baños, parada sobre la línea, balón muerto en el área pequeña, otro remate, otra parada. Era un asedio del Athletic Club y una resistencia heroica del Levante, un guion antiguo, repetido, reconocible para quienes cubrimos este clásico desde la prehistoria del profesionalismo.
El Levante también tuvo la suya antes del descanso. Érika González probó desde la frontal, buscando el rincón con un disparo tenso. Pero ahí estaba Nanclares, otra vez protagonista, desviando con mano dura, firme, casi orgullosa. Era un partido de porteras, de nervios, de detalles, de esos que se deciden en el alambre.
Y así murió la primera parte: con las dos aficiones mirando al campo como quien mira una hoguera antigua, sabiendo que lo que viene después puede cambiar el destino de los dos equipos.
La segunda parte no empezó: entró. Entró como entran las segundas mitades en los clásicos: con ese murmullo de tensión, de necesidad, de “la siguiente jugada puede ser decisiva”. El Athletic Club de Bilbao empujó, siguió empujando, siguió creyendo. Y el Levante, fiel a su historia de orgullo, de garra, de supervivencia, resistió, mordió y respondió.
Hubo avisos muy serios por parte de las locales que sabían que tenían que ponerle más corazón a cada disputa y lo consiguieron de forma gradual. Sara Ortega rozó el palo con un remate precioso.
Tarazona volvió a aparecer para blocar otro disparo desde la frontal que se envenenó, era un acoso y derribo. El Levante U.D. intentaba respirar, pero el Athletic Club ahogaba, insistía, dominaba.
Hasta que llegó el minuto 70. El minuto que divide la tarde entre “lo que fue” y “lo que será”. El minuto que tendrá nombre propio durante toda la semana: el minuto de Daniela Agote.
La jugada nació donde se gestan las grandes decisiones del fútbol vasco: en la banda izquierda, con Nerea Nevado, esa futbolista que entiende el ritmo del equipo mejor que nadie. La once alzó la cabeza y esperó lo justo, lo perfecto, lo necesario. No un segundo más, no un segundo menos.
Ahí apareció Daniela Agote, quien irrumpió en la zona de peligro amén a un bello control orientado con la derecha, un toque de seda que preparaba el disparo. Dos pasos dentro del área y una defensora a su espalda intentando recuperarse, no la iban a acogotar, ni mucho menos. Tarazona terminó adelantándose lo justo, como quien huele el peligro antes de verlo.
Lezama callaba, el tiempo se ralentizó y la dorsal número treinta envió el esférico a la jaula para abrir la lata con el 1–0 y celebrar rugiendo como lo que es, una leona, en el minuto 68 de juego de un compromiso que fue frenético, eléctrico, único.
Javier Lerga sonrió desde la banda como el que ve consumado su plan a la perfección, porque este no fue un gol cualquiera: es una diana que explica el partido, la temporada, el proyecto y la esencia del Athletic Club.
Quedaba defender y para defender, el Athletic Club tenía a Nanclares. Raiderlin Carrasco, ex del Sporting de Huelva, probó suerte desde el contragolpe con un disparo violento, seco, cargado de rabia y esperanza. Nanclares, enorme, respondió con una mano imposible, desviando lo que pudo ser el empate. Era la parada que certificaba el triunfo.
Andrés París lanzó a Inés Rizo y Naolia Traoré buscando luz donde había sombras, pero el Athletic ya estaba en modo muralla. Aguantó, sufrió, resistió y protegió un triunfo que vale más que tres puntos: vale impulso, calma, relato, crecimiento.
Al resonar del pitido final, el Athletic Club alcanzó los 16 puntos, subió a la 9.ª posición y firmó su segunda victoria consecutiva, tercera del curso que le permite sumar ya 16 unidades tras un arranque de temporada indigno para una entidad así. El Levante Unión Deportiva , por su parte, sigue colista, decimosexto, con apenas 2 puntos que llevarse a la boca y lleva ya trece jornadas sin conocer la victoria.
Son ya muchas las voces que, como en su día hiciera todo un maestro de esto como es José Luis Sánchez Vera, ex de la Real Sociedad, el propio Levantep o el Atlético de Madrid, creen firmemente que la apuesta que realizaron en Orriols por reflotar al equipo masculino, puede llevar a las valencianas al ostracismo y el pozo de una Primera RFEF, que no es lugar para un proyecto que hace dos años luchaba por entrar en Europa, seamos claros.
Pero esta crónica no termina en la clasificación, finaliza donde empezó: en la memoria.
En aquellos días de 2018, cuando casi nadie contaba estos partidos, y la Liga Iberdrola era aún una promesa frágil sostenida por jugadoras que entrenaban de noche y viajaban de día. En aquellos campos donde éramos cuatro, y uno era el utillero. En esas crónicas escritas al borde de la carretera, sin focos, sin cámaras, pero con convicción.
Hoy, en 2025, la Liga F Moeve es grande, es visible, es poderosa. Pero no olvidamos, no podemos. Porque fuimos pioneros en el respaldo al fútbol femenino, cubriéndolo cuando todavía no era profesional,cuando aún no había titulares,cuando este Athletic–Levante ya era un clásico para quienes amaban de verdad este deporte.
Este duelo entre vascas y granotas no fue un clásico más, fue una oda al balompié en su más pura esencia y es que así se escribe la Liga F Moeve. Así se cuenta la historia, es que hacemos día a día en cada crónica en un sitio web que hija de la pasión del que sabe tiene nombre de mujer y en el que no descaremos hasta que el fútbol femenino reciba el respaldo y respeto que sobradamente merece, por las que fueron, las que son e incluso las que están por venir.
Incidencias | Partido correspondiente a la decimotercera fecha de la Liga F Moeve 2025-2026 entre el Athletic Club y el Levante Unión Deportiva que se ha celebrado en las instalaciones de Lezama sobre una superficie de hierba natural.
Goles |
1-0 Daniela Agote 68’ ⚽️
Vídeo |
🔝 El sexto partido seguido imbatido del @AthleticClubFem llegó en la J13 con el gol de Daniela Agote
📰 La mañana en que dos equipos heridos buscan levantarse antes del parón 📰
Hay partidos que parecen escritos de antemano para ser algo más que tres puntos. Partidos que llegan con una energía distinta, con ese aroma de frontera emocional, donde cada jugadora sabe que el encuentro puede marcar un antes y un después en la temporada. El choque entre Granada Club de Fútbol y el Athletic Club de este sábado (12:00h, DAZN) es exactamente eso: un examen de estado anímico, un combate por la dignidad competitiva, un grito final antes del silencio del parón internacional.
Después de dos jornadas sin victoria, el Granada de Irene Ferreras vuelve a casa sabiendo que Los Cármenes debe ser refugio y catapulta. Las rojiblancas han firmado un inicio de Liga F Moeve admirable para lo que se esperaba de un equipo recién asentado en la élite: 13 puntos, octavas, con un margen de ocho unidades sobre el descenso, una renta que habla de identidad, oficio y crecimiento.
Pero Ferreras no quiere relajación. No quiere elogios fáciles. Quiere pasos sólidos.
El Granada ha demostrado carácter en los instantes difíciles y un compromiso colectivo que enamora: sabe resistir, sabe sufrir y sabe transformar energía defensiva en puñaladas ofensivas verticales. El empate ante el Costa Adeje Tenerife (2-2) dejó un sabor agridulce, y aunque Linnéa Solvoll fue la única baja, el equipo tendrá disponible a su columna vertebral, esa estructura que combina experiencia, valentía y un ritmo de intensidad cada vez más reconocible.
Irene Ferreras ha logrado que el Granada sea un equipo que no negocia la presión, que no se achica ante rivales con más historial y que entiende cada partido como una oportunidad de reivindicación. En casa, además, las rojiblancas muestran un compromiso emocional con su gente, una conexión que permite al equipo correr un metro más, recuperar un balón que parecía perdido o levantarse tras un golpe.
Y este sábado lo necesitarán todo. Absolutamente todo.
Frente al Granada emerge un Athletic Club que llega con espinas bajo la piel. Solo una victoria en lo que va de temporada, un arranque que no hace justicia a un club histórico que construyó parte del relato del fútbol femenino en España. Y, sin embargo, este grupo de jugadoras cree. Cree en lo que hace, en lo que entrena, en lo que proyecta.
El equipo de Javier Lerga busca su segundo triunfo del curso, y sobre todo, su primera victoria lejos de Lezama. Es un reto mental, físico y emocional. Y el propio entrenador lo sintetizó con palabras que ya son mantra interno: “Queremos ver el vaso medio lleno. Este periplo que hemos vivido nos ha hecho estar más fuertes mentalmente”.
La frase es más que optimismo: es una declaración de reconstrucción. Un mensaje directo al vestuario, a la afición y a sí mismo. El Athletic sabe que no está donde quiere estar, pero también sabe que puede volver. Que tiene talento, historia y alma para hacerlo.
La ausencia de Jone Amezaga, única jugadora no disponible, es significativa. La joven perla suele aportar desborde, creatividad y ese toque de irreverencia que desbloquea partidos. Pero esta carencia abre paso a otras futbolistas que buscan hacerse esenciales: una oportunidad para que las veteranas sostengan, para que las jóvenes se liberen, para que el equipo encuentre nuevos caminos.
El duelo entre Granada y Athletic es un combate de energías distintas pero igual de urgentes. El Granada quiere recuperar la senda del triunfo para afianzar su posición y seguir soñando con una temporada tranquila y ambiciosa. El Athletic necesita reencontrarse consigo mismo, demostrar que su fútbol va más allá de resultados aislados.
Los Cármenes será escenario de un partido que se jugará con el corazón caliente y la mente en alerta. Un choque donde cada balón dividido tendrá un valor simbólico, donde cada transición será una oportunidad de redención, donde cada detalle táctico puede marcar el destino inmediato de dos equipos que, aunque viven realidades opuestas, comparten necesidad.
Este sábado no se juega solo un partido: se juega la narrativa de dos vestuarios, se juega un cierre de ciclo antes del parón, se juega la fe en el trabajo bien hecho, se juega la esperanza.
Y el fútbol, cuando se juega con esperanza, se convierte en épica.
En una mañana destinada a dejar cicatriz en la Liga F Moeve, el Granada y el Athletic Club se presentaron sobre el césped con una mezcla de reivindicación, solemnidad y urgencia competitiva que ya anticipaba que nada sería rutinario en Los Cármenes. Antes incluso de que el balón comenzara a rodar, ambos equipos posaron juntos, hombro con hombro, mostrando una pancarta en contra de la violencia machista en el deporte, un gesto que convirtió el estadio en un templo de compromiso social y que envolvió el choque en un aura de solemnidad previa a una batalla inesperadamente desbordada, cruel para las locales y catártica para un Athletic que llevaba demasiadas jornadas buscando una luz que por fin encontró.
Desde el pitido inicial, la sensación era inequívoca: el cuadro bilbaíno había salido a devorar el partido. La presión era coordinada, el ritmo agresivo, las ideas limpias y la ejecución milimétrica. Y así, sin siquiera haber dado tiempo a que las rojiblancas se asentaran en su plan, llegó el primer golpe. Corría el minuto once cuando Miku Ito apareció por la banda con esa claridad de ideas que la caracteriza, ejecutando un pase atrás en apariencia rutinario hacia Laura Sánchez. Pero el fútbol, caprichoso como siempre, tiene la costumbre de convertir lo rutinario en tragedia: el pase no fue preciso, Laura falló en la entrega y el balón, traicionero, cayó a los pies de Clara Pinedo. La centrocampista vio el movimiento de Ane Azkona con la frialdad quirúrgica de quien entiende el instante decisivo. Toque corto, pase justo, y la delantera navarra, que aún tenía tiempo para elegir cómo castigar, no perdonó. Con un disparo seco, bajo y medido que sirvió para abrir la lata con el 0–1 en el minuto 11 de juego.
Granada intentó reaccionar, pero lo que llegó fue una avalancha visitante. Las bilbaínas siguieron creciendo, sintiendo que cada balón dividido era suyo y que el partido se les presentaba como una oportunidad de liberación colectiva. Daniela Agote, eléctrica, incisiva, estuvo a centímetros de ampliar la ventaja cuando soltó un latigazo desde dentro del área que impactó violentamente en la madera antes de marcharse a córner. El sonido del balón en el poste fue una advertencia del tormento que vendría después. También lo intentó Clara Pinedo, que encontró un hueco en el área para soltar un disparo que atrapó Laura Sánchez, todavía intentando despejar de su cabeza el error del primer gol. Pero la insistencia bilbaína era una corriente que ya no se podía frenar.
A la media hora, el Athletic rompió definitivamente el partido y lo hizo a través de una jugadora que estaba escribiendo una mañana legendaria. Un envío desde la banda derecha llegó corazón del área y encontró el salto poderoso de Ane Azkona. Su testarazo iba directo a gol, pero Laura Sánchez respondió con una parada magnífica, un manotazo salvador que parecía recuperar algo de aire para el Granada. Sin embargo, el destino había decidido que esa mañana Azkona fuese insistente como una sombra. El rechace cayó de nuevo a sus pies y, con la serenidad de quien se sabe en estado de gracia, empujó el balón para firmar el 0–2 en el 29 de juego, las visitantes estaban recordando en media hora a ese elenco combativo que se quedó a las puertas de Europa el curso pasado en una batalla sin cuartel con el Atlético de Madrid.
su doblete. Era la confirmación de que la defensa nazarí no encontraba cómo detenerla. Era, también, el inicio del derrumbe emocional de las locales.
Y aun así, antes del descanso, el Granada se negó a perder la dignidad y sacó una jugada que devolvió la esperanza a las gradas. En una acción rápida por la derecha, Ariadna Mingueza se inventó un centro con la precisión exacta para encontrar la llegada en carrera de Manoly Baquerizo.
La ecuatoriana se lanzó con alma, ajustó el cuello y golpeó con un cabezazo magnífico, cargado de potencia y convicción. La pelota sorprendió a Adriana Nanclares y se alojó en la red para el 1–2 45 de juego.
Fue un gol que no solo recortaba distancias, sino que parecía abrir una rendija emocional: el 1-2 al filo del descanso era una cuerda a la que agarrarse.
Irene Ferreras lo entendió así y al descanso agitó el banquillo con un triple cambio: entraron Linnéa Solvoll, Jujuba Cardozo y Leles Carrión, una declaración de intenciones que pretendía devolver al Granada al partido con piernas frescas y nuevas ideas.
Pero la mañana no estaba escrita para la épica local, sino para la redención bilbaína. Y quien se encargó de recordarlo fue Daniela Agote. En una acción dentro del área, recibió el balón con espacio suficiente para ajustar un golpeo potente y preciso que superó a Laura Sánchez pese al intento desesperado de la guardameta. Fue un disparo inteligente, cargado de intención, que se clavó como un pequeño mazazo en el ánimo local, el 1–3 era una sentencia emocional sobre 56 era un gran partido en clave de las leonas.
Mientras en una portería Nanclares se mostraba segura, firme y contundente en cada balón parado, evitando cualquier esperanza nazarí, en la otra el Athletic seguía afinando la puntería. Y la tarde volvía a pertenecerle a Ane Azkona. En el minuto 74, un balón dividido llegó a los pies de Jujuba Cardozo, que indecisa, no consiguió despejar con contundencia.
El balón quedó muerto, vulnerable, y Azkona, en modo depredador, apareció como un espectro ofensivo: rápida, intuitiva, voraz. Controló y definió con naturalidad para completar un hat-trick que la inscribía definitivamente como la gran figura del encuentro. Era el 1–4 sobre el 74 del duelo para dejar un marcador amplio, pero aún quedaba más y lo íbamos a gozar de lo lindo.
Para colmo del Granada, la propia Jujuba Cardozo, que había entrado tras el descanso, terminó expulsada por doble amarilla apenas diez minutos después del cuarto gol, dejando al equipo con diez y hundiendo cualquier posible reacción.
El Athletic, que olía sangre y necesidad de cerrar una mañana perfecta, aún tenía guardada la última puñalada. Maitane Vilariño filtró un pase delicioso entre líneas, una pelota milimétrica que rompió la defensa y habilitó a Maite Zubieta para un mano a mano solitario. La atacante avanzó con serenidad, levantó la cabeza y superó a Laura Sánchez con un toque sutil, casi elegante, para sellar el 1–5 definitivo en el luminoso cuando el reloj deambulaba ya por el minuto 96.
El Athletic Club celebró en el césped con una mezcla de liberación y orgullo: era su segunda victoria de la temporada, un triunfo rotundo, necesario, trabajado y simbólico, que las iguala a 13 puntos para ubicarle décimo en la tabla , exactamente los mismos que un Granada herido que tendrá que reconstruirse durante el parón. Los Cármenes, testigo de una mañana desbordada, se marchó con la sensación de haber visto una actuación individual memorable, una demostración colectiva incontestable y una jornada que, para un equipo, fue castigo; para el otro, fue resurrección. En la siguiente jornada, el Granada Femenino visitará al Abanca Riazor, el sábado 6 de diciembre de 2025 , a las 12:00 horario peninsular.
(Fuente: Liga F Moeve)
📋 Ficha técnica |
Granada : Laura Sánchez; Postigo; Yoli (Solvoll, 46′); Alba Pérez; Manoly Baquerizo (Blanca, 67′); Miku (Leles, 46′); Lauri; Ari Mingueza; Laura Pérez; Clara Rodríguez (Jujuba, 46′) y Sonya Keefe.
Athletic Club: Adriana; Nevado; Landaluze; Bilbiane; Elexpuru; Zubieta; Clara Pinedo; Oguiza (Leire Baño, 57′); Sara Ortega; Agote (Ane Campos, 80′) y Azkona (Valero, 80′).
Incidencias: Partido disputado en la Ciudad Deportiva del Granada CF ante unos 400 espectadores. Antes del inicio se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la violencia de género.
⬜️La Real Sociedad y el Athletic Club se repartieron los puntos (1-1) en el derbi vasco ante los 10.094 espectadores que acudieron a Anoeta. Daniela Agote adelantó a las bilbaínas, pero Nerea Eizagirre, que fue la MVP del encuentro, puso las tablas en el marcador con un gol en el último minuto de penalti.
Hay partidos que se juegan. Hay partidos que se compiten. Y luego está el derbi vasco, ese duelo eterno donde la camiseta pesa, los apellidos suenan a caserío y la grada late como si cada ataque fuera un cambio de estación. En Anoeta, esta noche, el fútbol femenino volverá a sentir ese escalofrío que solo las grandes rivalidades son capaces de provocar.
En Donostia se respira algo especial. No es sólo ilusión. No es sólo entusiasmo por una temporada que está rozando el sobresaliente. Es orgullo, es certeza, es la sensación de que este equipo tiene algo distinto. Con 23 puntos, colgada apenas cuatro del liderato, la Real Sociedad de Natalia Arroyo (o la entrenadora que proceda en el contexto) firma uno de los arranques más competitivos de su historia reciente.
Y antes del pitido inicial, Anoeta se pondrá en pie para coronar a su nueva emperatriz.
🌟 Edna Imade, Player of the Month de octubre en la Liga F Moeve
La delantera, la imparable, la que no se negocia. Imade es viento del norte con botas: arrasa, empuja, intimida, rompe líneas y obliga a los rivales a recular como si tuvieran delante a un temporal en el Cantábrico. El premio llega como un símbolo, como una declaración de intenciones. Esta Real Sociedad no quiere ser sorpresa. Quiere ser protagonista.
Las ausencias que retan al destino.
El triunfo de un grande también se mide por cómo responde cuando faltan nombres. Y hoy, las txuri-urdin comparecen sin: Alazne Estensoro, Nahia Aparicio, Violeta Quiles, Maren Lezeta, Arola Aparicio y Lucía Pardo. Seis bajas. Seis piezas. Seis historias que no estarán sobre el verde, pero que resonarán en cada presión y en cada balón dividido. Porque este equipo tiene fondo, carácter, y una idea tan clara que podría recitarla cualquier aficionado desde la grada: pelota rápida, amplitud, diagonales que parten el alma del rival y un centro del campo que muerde de principio a fin.
Un triunfo que no es sólo una alegría. Es una liberación, una puerta abierta, el primer paso para escapar del vértigo. Con cuatro puntos sobre el descenso, las leonas necesitan morder, crecer y convencer. Y qué mejor escenario que un derbi, que un envite donde el alma vale más que el sistema, donde cada balón dividido se celebra como un gol.
Javier Lerga llega con su equipo más sólido, más consciente, más conectado. Solo Estefa no podrá ser de la partida. El resto, listas para la guerra.
El Athletic sabe que los derbis no se juegan: se conquistan.
Y cuando un equipo necesita, cuando aprieta los dientes y sabe que un mal paso puede encoger el futuro… entonces aparece la chispa, el coraje, la épica que sólo los equipos con historia pueden activar.
Edna Imade, la reina del perfil cambiado .La jugadora del mes será foco de miradas. El Athletic sabe que su primera misión es no dejarla girar, no permitirle correr, no dejarle un metro de inspiración. Imade vive en esa frontera entre la atacante eléctrica y la definidora elegante. Cuando arranca, arrastra defensas. Cuando aparece al espacio, la grada se levanta antes de que toque la pelota.
Edna Imade, la reina del perfil cambiadoLa jugadora del mes será foco de miradas. El Athletic sabe que su primera misión es no dejarla girar, no permitirle correr, no dejarle un metro de inspiración. Imade vive en esa frontera entre la atacante eléctrica y la definidora elegante. Cuando arranca, arrastra defensas. Cuando aparece al espacio, la grada se levanta antes de que toque la pelota.
El ADN bilbaíno es tozudo, valiente, noble, y cuando suena el himno, las futbolistas parecen crecer un centímetro. El 2-0 al Eibar fue un aviso: este equipo no está muerto. Con una presión intensa, líneas juntas y un plan muy claro para hacer daño en transiciones, las leonas tienen argumentos para romper los nervios de la Real Sociedad de Fútbol.
Imagina Anoeta. Imagina las bufandas al viento. Imagina el cántico prepartido. Imagina dos equipos que se conocen mejor que cualquiera, que se respetan, que se temen, que se necesitan para medirse realmente.
Porque un derbi vasco no es un partido. Es una fiesta ancestral, una batalla emocional, un latido colectivo que va desde Bilbao hasta San Sebastián, de caserío en caserío, de hincha en hincha.
Cuando ruede el balón, se borran las estadísticas, las bajas, los análisis tácticos. Solo quedan ellas, el césped, la intensidad y la historia latiendo desde cada grada.
La Real Sociedad de Fútbol , por plantilla, por dinámica, por Imade, parte como favorita. El Athletic, por orgullo y por esa sensación de que este partido siempre les activa, promete dar guerra hasta el último suspiro.
Será un duelo de alma. Un choque que huele a clásico. Un partido para contarlo dentro de 20 años.
El estadio de Anoeta (Reale Arena ) se vestirá de gala para acoger el derbi vasco entre la Real Sociedad y el Athletic Club este domingo 16 de septiembre a las 12:00h. El duelo se podrá ver por DAZN. El conjunto txuri-urdin está haciendo una magnífica temporada, 3º clasificado en Liga F Moeve con 23 puntos, los mismos que el Real Madrid, y a tan solo cuatro del liderato. El cuadro txuri-urdin únicamente ha cosechado una derrota en los primeros diez partidos ligueros. Además, las de Arturo Ruiz llegan tras sumar tres victorias de manera consecutiva, la última frente al RCD Espanyol (2-3), donde no estuvieron Alazne Estensoro, Nahia Aparicio, Violeta Quiles, Maren Lezeta, Arola Aparicio y Lucía Pardo. Se espera que alguna pueda estar disponible para disputar el derbi vasco.
Por su parte, el Athletic Club no empezó el campeonato liguero de la mejor manera, y tras nueve encuentros seguidos sin ganar, las de Javier Lerga estrenaron su casillero de victorias el pasado fin de semana ante el Eibar (2-0). “Ha sido un gol inesperado, pero con mucha alegría, y con ganas de sumar. Nos ha servido para puntuar”, expresó Ane Campos, una de las goleadoras al acabar el duelo. Un triunfo para afrontar el encuentro ante su eterno rival con buenas sensaciones. Las bilbaínas se encuentran en la 12ª posición con 9 puntos, cuatro por encima del descenso. Se prevé que Estefa sea la única baja para el choque. La temporada pasada las donostiarras ganaron por 1-0 en la ida, y las bilbaínas se impusieron por 2-0 en la segunda vuelta.
El derbi en detalle |
#LigaFMoeve | #DerbiVasco
(Fuente: Liga F Moeve)
🏆 Liga F Moeve | Temporada 2025-2026
📅 Domingo, 16 de noviembre de 2026
🔥 Real Sociedad de Fútbol 🆚 Athletic Club 🔥
⏰ 12:00 horario peninsular
📺 DAZN | Partido de abierto en la app con registro de correo
Había algo diferente en el aire de Anoeta aquella tarde húmeda del Cantábrico. No era solo un partido; era el partido. Un capítulo más en la rivalidad más antigua, más visceral y más identitaria del fútbol femenino vasco. 10.094 espectadores, cifra que habla por sí sola, transformaron el Reale Arena en un santuario de colores txuri-urdin y rojiblancos. Banderas ondeando al viento, bufandas levantadas al cielo y un rumor creciente que se convertía en trueno cada vez que los equipos aparecían en los videomarcadores.
Antes del pitido inicial, una ovación abrió el telón: Edna Imade, gigante del mes de octubre, recibió el Player of the Month de la Liga F Moeve. El estadio se levantó, consciente de que está viendo crecer a una futbolista llamada a dominar la década.
Pero la más clara de la primera parte llegó en un estallido de inquietud local: Klára Cahynová, la futbolista que interpreta los espacios con el bisturí de una cirujana, cazó un balón suelto en el área y remató con todo. El Reale Arena contuvo la respiración. Un metro. Un palmo. Un suspiro. Naia Landaluze, imperial, emergió en el lugar exacto para despejar sobre la línea lo que ya se cantaba como gol. Fue un gesto que valía oro. Que valía un derbi.
El descanso llegó con 0–0, pero la tensión era la de un partido que podía romperse en cualquier instante. Las dos hinchadas lo sabían y las jugadoras tambien .
Las 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios con el marcador aún pendiente de ser inaugurado y todo habría de decidirse el segundo y definitivo acto en Guipúzcoa.
El campeón de la Copa de la Reina en 2019 (Real Sociedad) estaba con un ojo fijo en Alcalá de Henares, donde para entonces el Atlético de Madrid ya le ganaba por 1-0 al Badalona con un gol de Vilde Bøe Risa de penalti, eso perjudicaba gravemente sus intereses europeos.
⏸️ 𝗔𝗧𝗦𝗘𝗗𝗘𝗡𝗔𝗟𝗗𝗜𝗔
Partido de ritmo frenético en Anoeta. Ambos equipos han dispuesto de buenas ocasiones para adelantarse en el marcador.
Tras el paso por vestuarios, el guion no cambió: la Real Sociedad era insistente; el Athletic Club se mostró sólido amén de una gran actuación de una canterana donostiarra como es Adriana Nanclares. Arturo Ruiz movió piezas y entró en escena Arola Aparicio, que tardó apenas unos minutos en generar la ocasión que pudo cambiarlo todo. En un mano a mano, con el estadio empujando cada paso, Arola quedó sola ante Nanclares. La definición buscó el hueco bajo, el golpe psicológico, el 1–0. Pero Nanclares —otra vez ella— se hizo inmensa. No fue una parada: fue una declaración. El Athletic resistía.
Javi Lerga respondió con inteligencia, con experiencia, con lectura. Al campo Leire Baños y Ane Azkona. Un doble cambio que alteró el paisaje.
En un balón largo que parecía inocente, Azkona leyó la trayectoria antes que nadie. Ganó la espalda, se impulsó hacia el área, y obligó a la defensa txuri-urdin a correr hacia su propio arco. Entró en el área repleta de determinación, reclamó un posible penalti tras un contacto, pero la acción no se detuvo. La pelota quedó suelta. El estadio entero gritaba “¡sigue!, y entonces apereció la talentosa Daniela Agote.
En un abrir y cerrar de ojos, Daniela Agote atacó el balón como solo atacan los instintos más puros del fútbol. Precisión, agresividad y sangre fría.
El control fue mínimo; el golpeo, quirúrgico. Un disparo seco, abajo, ajustado, imposible para Lete. El Athletic Club enmudeció Anoeta. Un gol de los que pesan. Un gol de visitante en un derbi para abrir la lata con el 0–1 que fue un zarpazo de las leonas en el minuto 66 de juego para silenciar el tempo realista.
La Real Sociedad , herida, reaccionó. No desde la desesperación, sino desde la convicción. Arturo Ruiz quemó todas sus naves: Nahia Aparicio, para reorganizar la estructura; Nerea Eizagirre y Lucía Pardo, para incendiar el ataque.
Las de Arturo Ruiz fueron llevabadas en volandas por su público y empujó a las leonas hasta arrinconarlas en su propio área, pero las defensas bilbaínas ganaban duelos, temporizaban, despejaban. Los minutos caían como losas.
Y entonces, cuando parecía que el derbi se iba rumbo a Lezama, cuando la noche se teñía de frustración, cuando las bufandas ya empezaban a caer… llegó el instante que convertirá este partido en memoria colectiva.
En un saque de esquina de las blanquiazules la portuguesa Andreia Jacinto la puso con música, veneno e intención al interior del área en busca de un rechace o más bien un milagro.
La zaga del Athletic Club despejaba, pero no lo hacía lejos y la pelota voló , botó y cayó en el área chica para que lo cazase Lucía Rodríguez , ex del Madrid CFF, y no tembló para recoger el esférico Lucía Rodríguez, que no tembló. Recogió el cuero, levantó la cabeza y volvió a meterlo al corazón del área. En ese caos de piernas, camisetas y adrenalina, el balón golpeó en la mano de Naia Landaluze.
La colegiada no dudó a la hora de indicar la pena máxima a favor de las locales en el ocaso del derbi y el estadio explotó.
Y al punto de penalti caminó Nerea Eizagirre. La capitana, la luz del proyecto. La futbolista que lleva Anoeta tatuado en el alma.
La internacional española cogió carrerilla, miró a Nanclares y ejecutó un golpeo que fue limpio, poderoso e inapelable a la derecha de la portería a gran altura para hacer estéril la estirada de la meta rojiblanca y aunque esta intentó volar, el destino ya estaba escrito cuando el cuero besó el fondo de las mallas sobre el minuto 96 del choque para instalar el 1–1 definitivo en el luminoso.
Eizagirre corrió hacia la grada, se besó el escudo y el Reale Arena rugió como en las noches grandes. Las compañeras la abrazaron. Los aficionados gritaron su nombre. El derbi se salvaba en el 96’, como en las historias que se transmiten de generación en generación.
El empate fue agónico pero insuficiente para una Real Sociedad que no pudo mantenerse en la segunda posición europea por culpa de la victoria (2-0) del Atlético de Madrid ante el ONA en Alcalá de Henares y suma ya 24 unidades en su casillero particular, pero con peor diferencia de goles, es tercero en el torneo de la regularidad y sabe que su próximo rival será el Alhama ElPozo en Zubieta.
Como han podido leer en el titular de esta crónica, que esperamos que les atrape, la Real Sociedad de Fútbol, si que se estaría alejando de Europa, pues solo tiene un guarismos más que un Real Madrid que sería el primer equipo que se quedaría sin Liga de Campeones a día de hoy al ser cuarto en la élite.
Al Athletic Club se le escapó la victoria en el último minuto, pero las tablas tienen un sabor dulcificado para las vizcaínas que escalan hasta la undécima posición de la Liga F Moeve con 10 guarismos en su poder antes de tener que volver a actuar a domicilio el próximo fin de semana en Andalucía contra el Granada.
(Fuente: Liga F Moeve )
📋 Ficha técnica |
Real Sociedad de Fútbol: Júlia Arrula, Lucía, M. Molina (Apari, min. 71), Florentino (L. Pardo, min. 78), Moraza (cap.), P. Fernández, Cahynová, Andreia, Aiara (Cecilia, min. 59), Lavogez (Arola A., min. 59) e Intza (N. Eizagirre, min. 71).
Athletic Club: Adriana Nanclares, Elexpuru, Landaluze, Bibi, Nerea Nevado, M. Zubieta, Oguiza (cap.) (L. Baños, min. 62), S. Ortega (Valero, min. 78), Pinedo (Eider, min. 78), Agote (Vilariño, min. 88) y Campos (Azkona, min. 62).
Árbitra: Beatriz Cuesta. Ha amonestado a la local Lucía y a las visitantes Oguiza, Azkona y Valero con tarjeta amarilla .
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de la Liga F Moeve que la Real Sociedad y el Athletic Club han jugado ante 10.094 personas sobre el césped natural del Reale Arena.
⬜️ La Real Sociedad y el Athletic Club se medirán este domingo 16 de septiembre a las 12:00h en el estadio de Anoeta. Las donostiarras llegan en puestos de Champions, mientras que las bilbaínas lograron el pasado fin de semana su primera victoria del curso. El choque se podrá ver en directo a través de DAZN.
El estadio de Anoeta (Reale Arena ) se vestirá de gala para acoger el derbi vasco entre la Real Sociedad y el Athletic Club este domingo 16 de septiembre a las 12:00h. El duelo se podrá ver por DAZN. El conjunto txuri-urdin está haciendo una magnífica temporada, 3º clasificado en Liga F Moeve con 23 puntos, los mismos que el Real Madrid, y a tan solo cuatro del liderato. El cuadro txuri-urdin únicamente ha cosechado una derrota en los primeros diez partidos ligueros. Además, las de Arturo Ruiz llegan tras sumar tres victorias de manera consecutiva, la última frente al RCD Espanyol (2-3), donde no estuvieron Alazne Estensoro, Nahia Aparicio, Violeta Quiles, Maren Lezeta, Arola Aparicio y Lucía Pardo. Se espera que alguna pueda estar disponible para disputar el derbi vasco.
Por su parte, el Athletic Club no empezó el campeonato liguero de la mejor manera, y tras nueve encuentros seguidos sin ganar, las de Javier Lerga estrenaron su casillero de victorias el pasado fin de semana ante el Eibar (2-0). “Ha sido un gol inesperado, pero con mucha alegría, y con ganas de sumar. Nos ha servido para puntuar”, expresó Ane Campos, una de las goleadoras al acabar el duelo. Un triunfo para afrontar el encuentro ante su eterno rival con buenas sensaciones. Las bilbaínas se encuentran en la 12ª posición con 9 puntos, cuatro por encima del descenso. Se prevé que Estefa sea la única baja para el choque.
La temporada pasada las donostiarras ganaron por 1-0 en la ida, y las bilbaínas se impusieron por 2-0 en la segunda vuelta.
(Fuente: Liga F Moeve)
🏆 Liga F Moeve | Temporada 2025-2026
📅 Domingo, 16 de noviembre de 2026
🔥 Real Sociedad de Fútbol 🆚 Athletic Club 🔥
⏰ 12:00 horario peninsular
📺 DAZN | Partido de abierto en la app con registro de correo
Lezama volverá a latir este fin de semana como en sus mejores días. El templo rojiblanco, cuna de generaciones, se prepara para una cita marcada por el orgullo, el coraje y la urgencia de ganar. El Athletic Club, aún sin conocer la victoria en lo que va de temporada, se enfrenta a una Sociedad Deportiva Eibar en pleno crecimiento competitivo, en un duelo que trasciende los tres puntos: es una cuestión de identidad, de carácter, y de supervivencia deportiva.
Han pasado ya varias jornadas de la Liga F Moeve 2025-2026, y la herida de los empates sigue abierta en el vestuario bilbaíno. Seis igualadas y varias sensaciones encontradas dejan al Athletic en una situación tan insólita como frustrante: invicto, sí, pero sin victorias. Cada partido ha sido un déjà vu de lucha, de ocasiones, de entrega, pero también de desenlace incompleto.
El equipo de Javier Lerga ha mostrado momentos de fútbol valiente, de presión alta, de compromiso colectivo; sin embargo, la falta de acierto en los metros finales ha sido su condena. La tabla no perdona y el Athletic Club se encuentra a un solo punto del descenso, un territorio que históricamente le ha sido ajeno, pero que hoy le acecha como una amenaza silenciosa.
“Tenemos que transformar la rabia en fútbol”, declaró Lerga en la previa. Y no le falta razón. Porque en Lezama, más allá de la táctica, se respira la sensación de que ha llegado la hora de romper el hechizo, de transformar la impotencia en energía y los empates en una primera victoria que pueda cambiarlo todo.
Al otro lado, la SD Eibar llega a Lezama con el viento de cara. El conjunto dirigido por Iñaki Goicoetxea ha encontrado su identidad con el paso de las jornadas. Su inicio fue titubeante, lleno de ajustes y dudas, pero en las últimas semanas ha desplegado una versión sólida, pragmática y letal al contragolpe.
Las armeras vienen de vencer al Deportivo Abanca en Unbe, una victoria que refrenda su crecimiento, pero sobre todo su confianza. Su rendimiento lejos de casa es aún más llamativo: dos triunfos consecutivos como visitantes, ante Levante UD y Costa Adeje Tenerife, campos donde pocos equipos salen airosos.
El Eibar llega sin miedo, sin complejo alguno. Goicoetxea ha construido un bloque solidario, con una defensa compacta, un mediocampo con carácter y una delantera que aprovecha cada espacio libre. En su libreta está claro el objetivo: aprovechar las dudas del Athletic y jugar con la ansiedad del rival.
Lezama no es un estadio más. Es un símbolo, una fábrica de orgullo, el lugar donde el Athletic crece, tropieza y vuelve a levantarse. El equipo rojiblanco sabe que aquí, empujado por su gente, puede romper cualquier racha negativa.
Cada balón dividido en Lezama se pelea como si fuera el último. Cada aplauso del público tiene un eco que impulsa. El Athletic Club , herido pero nunca vencido, buscará apoyarse en esa mística para reencontrarse con la victoria y liberar una tensión acumulada durante semanas.
Lerga ha trabajado en la semana la presión tras pérdida, la amplitud ofensiva y la eficacia en el último tercio, conscientes de que cada llegada debe transformarse en amenaza real. Jugadoras como Nahia Aparicio, Mariana Cerro o Azkona son claves en esa ecuación: velocidad, intuición y olfato.
El cielo bilbaíno estaba plomizo, una sábana gris extendida sobre la ciudad. De esas tardes en las que el aire trae consigo la humedad del Cantábrico, ese aroma metálico y salino que anuncia que algo está por ocurrir en Lezama.
El partido abría la décima jornada liguera y con los focos todavía encendidas a media intensidad, parecían resistirse a la penumbra de la tarde. A medida que el estadio se iba llenando, el murmullo se convertía en canto, el canto en clamor, y el clamor en un fuego silencioso que lo impregnaba todo.
Las bufandas rojiblancas ondeaban con parsimonia, algunas con décadas de historia, otras recién estrenadas, pero todas con el mismo significado: pertenecer.
En Bilbao, el fútbol no se consume: se habita. Es una herencia transmitida entre generaciones, un lenguaje sin palabras que se pronuncia con los ojos, con los gestos, con la emoción contenida. Y ese idioma se hablaba esta tarde en cada grada, en cada esquina de Lezama.
El Eibar, rival de mirada firme y dignidad competitiva, entró al campo con el porte de quien no teme a la historia. Azulgranas en tierra rojiblanca, conscientes de que el desafío no era solo deportivo, sino simbólico. Pero este Athletic no es cualquier Athletic. Es el de siempre y a la vez el de ahora: joven, vibrante, disciplinado, con el eco de Lezama resonando en cada pase.
Desde el pitido inicial, se percibió que no habría tregua. Las distancias eran cortas, los duelos intensos, los espacios mínimos. El balón se movía con dificultad, como si pesara más de la cuenta, cargado de la responsabilidad del momento. Eibar presionó arriba, mordiendo, forzando al Athletic a construir desde la calma. Pero el equipo local respondió con serenidad, con esa paciencia aprendida en los entrenamientos donde cada toque tiene propósito y cada pausa enseña algo.
Campos, Elexpuru, Nerea Nevado eran nombres que emergían con naturalidad, hilando una melodía reconocible.
Clement pudo adelantar a las visitantes en el minuto 3 de juego, pero el gol de la africana fue invalidado por el FVS (VAR) al apreciarse una clara falta sobre Landaluze, pero ahí no se iban a rendir las armeras.
Etxezarreta dio un nuevo susto a la portera internacional minutos más tarde. Los escarceos ofensivos de las leonas antes del descanso se redujeron a sendos tiros de Pinedo y Sara Ortega que no encontraron portería por poco.
El balón rodaba hacia la izquierda, donde el Athletic Club encontraba su inspiración: paredes, diagonales, pequeños triángulos que parecían ensayar una danza silenciosa frente al área visitante. Eibar se mantenía firme, pero la tensión era palpable: el equilibrio pendía de un hilo.
Estos dos sustos que sufrieron las leonas hicieron que la afición despertara de su letargo en el graderío y se produjo una comunión única entre equipo y afición.
En las gradas, padres abrazaban a hijos, abuelos sonreían con nostalgia, y un coro espontáneo volvió a vibrar: “¡Aupa Athletic!”
El descanso llegó como un respiro necesario. Las jugadoras se marcharon al vestuario con las pulsaciones altas y el orgullo encendido. En el túnel, se respiraba respeto. Eibar sabía que el partido no estaba cerrado. Sabía el Athletic, Club que la historia se escribe hasta el último minuto, algo que se acrecentó al llegar al entretiempo con cero a cero en el marcador.
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Sin goles al término de una primera mitad muy disputada.
La segunda parte trajo un nuevo pulso. El Eibar salió decidido, más agresivo, adelantando líneas y exigiendo al máximo la concentración rojiblanca.
El decorado del derbi varió de forma radical en la segunda mitad. Ane Campos aprovechó la primera llegada a portería de las leonas para abrir el marcador con un remate forzado con su zurda que superó por bajo a Eunate y se besó el fondo de las mallas para poner el 1–0 en el 47, cuando la segunda parte todavía estaba amaneciendo.
El ritmo subió, el balón se movía de un área a otra, y las gradas respondían acompañando cada carrera, cada despeje, cada balón dividido. Pero el Athletic Club resistía con templanza, fiel a su estilo, sabiendo que en los partidos importantes la cabeza vale tanto como las piernas.
Los dos técnicos movieron ficha desde el banquillo, pero la partida de ajedrez le salió mejor al elenco vizcaíno que al guipuzcoano, pues Javi Lerga le dio entrada a Ane Azkona y esta fue letal después de recibir una gran asistencia en profundidad de la goleada Ane Campos y con suma tranquilidad la capitana no perdonó en el mano a mano delante de Astralaga para situar el 2–0 en el luminoso cuando el reloj marcaba ya el 80 de este derbi vasco.
Tanto Javi Lerga como sus leonas se quitaron un gran peso de encima al rubricar esta primera victoria de la temporada, a pesar de que se le anuló un gol más a Jone Amezaga en el tramo final.
Tras un descuento que fue eterno, de más de once minutos, se consumó una victoria sudada y trabajada en la que una vez más quedó patente la gran presión a la que estaba sometido este equipo por sus malos resultados tras venir de una campaña en la que quedó cuarto y peleó por una plaza Champions hasta la penúltima jornada liguera, muriendo en la orilla en favor del Atlético de Madrid.
Las leonas vuelven a rugir tras un aciago comienzo de curso y suma ya 9 unidades en su casillero particular que le sitúan temporalmente duodécimo en la élite antes de afrontar un partido histórico en el Reale Arena ante las donostiarras.
Por su parte, un voluntarioso Eibar ve como su esfuerzo cae en saco roto y se marcha de Lezama de vacío, algo que obliga a las armeras a tener que intentar enmendar la plana el próximo fin de semana en Ipurúa contra el Espanyol, sabiendo que todavía puede respirar tranquilo al ser décimo en la Liga F Moeve con 10 puntos en su haber.
(Fuente: Liga F Moeve)
📋 Ficha técnica |
Athletic Club: Nanclares, Elexpuru, Landaluce, Bibi, Nevado, Zubieta, Oguiza (Valero 67’), Sara Ortega (Zugastl 67’), Clara Pinedo (J. Amezaga 77’) Agote (Leire Baños 87’) y Ane Campos .
S.D. Eibar : Astralaga, Carla Andrés (Adela 90’), Patri Ojeda, Ane Etzarreta, Altonaga (Uranga 77’) Belem, Laura Camino , Sara M. Mireia (Iraia 77’), Clement (Carmen Álvarez 66’) y Emma Moreno (Elena Valej 77’).
Equipo arbitral |
Acevedo Dudley Ainara Andrea Árbitro Catalunya Díaz Rodríguez Raquel Asistente Castilla-La Mancha Martínez Moreno Elena Asistente Castilla-La Mancha Sánchez García Nuria Cuarto árbitro Castilla-La Mancha
Incidencias | Partido correspondiente a la décima jornada de la Liga F Moeve 2025-2026 ente el Athletic Club y la S.D. Eibar que se ha disputado en las Instalaciones de Lezama sobre una superficie de hierba natural.
35 años después de la muerte de Estefanía Gutiérrez Lázaro, la joven de 17 años que falleció en extrañas circunstancias en su domicilio familiar de Vallecas (Madrid), HBO Max reabre el ‘Expediente Vallecas’ para investigar lo que ocurrió realmente a partir de los testimonios de su familia y de las personas que mejor conocen el caso.
A partir de la investigación de expertos en el caso y de los testimonios de la familia Gutiérrez Lázaro, la serie explora a lo largo de tres entregas de casi una hora los límites entre la parapsicología y el fenómeno poltergeist, y el poder de la sugestión, el miedo y la manipulación psicológica. Además, ofrece un retrato de la España de la época mostrando el papel que las autoridades, los medios y la sociedad desempeñaron en el caso de poltergeist más mediático de la historia de nuestro país que sirvió como tema de entretenimiento de masas a costa del sufrimiento de una familia.
Sinopsis: EXPEDIENTE VALLECAS explora el caso poltergeist más famoso y mediático de España. Tras la inexplicable muerte de una joven de 17 años, lo que parecía un fenómeno paranormal se convierte en una pesadilla que destroza a los Gutiérrez Lázaro. Treinta años después, la familia revive los hechos y desvela el terror, la manipulación y el trauma que vivieron. Esta serie documental reconstruye una historia real donde lo paranormal y lo psicológico se entrelazan.
Sinopsis episódicas |
Capítulo 1. Miedo
Querubina relata el horror que vivieron en los 90. La muerte de su hermana Estefanía, rodeada de sucesos extraños, marcó a la familia. Los Gutiérrez Lázaro recuerdan los fenómenos paranormales que convirtieron su hogar en una pesadilla.
Capítulo 2. Vértigo
Ricardo recuerda cómo la llegada de la policía marcó el inicio de una exposición mediática que lo cambió todo. La televisión les dio fama, pero también deja a la familia en una situación vulnerable. Mientras crece la leyenda, los hermanos enfrentan un doloroso desgaste emocional.
Capítulo 3. Trauma
Maxi desvela acontecimientos ocurridos en el seno de los Gutiérrez Lázaro que provocan la fragmentación del relato familiar. Lo que parecía un caso paranormal inexplicable cobra un sentido que no todos están dispuestos a aceptar.
EXPEDIENTE VALLECAS es una serie documental original producida por Buendía Estudios para HBO Max. Está dirigida por Noemí Redondo y creada por Irene del Cerro y Jorge Pérez Vega, quienes también se encargan de la producción ejecutiva por parte de Buendía Estudios. Zaida Serrano-Piedecasas y María Rubio son las productoras por parte de HBO Max.
Lezama volverá a latir este fin de semana como en sus mejores días. El templo rojiblanco, cuna de generaciones, se prepara para una cita marcada por el orgullo, el coraje y la urgencia de ganar. El Athletic Club, aún sin conocer la victoria en lo que va de temporada, se enfrenta a una Sociedad Deportiva Eibar en pleno crecimiento competitivo, en un duelo que trasciende los tres puntos: es una cuestión de identidad, de carácter, y de supervivencia deportiva.
Han pasado ya varias jornadas de la Liga F Moeve 2025-2026, y la herida de los empates sigue abierta en el vestuario bilbaíno. Seis igualadas y varias sensaciones encontradas dejan al Athletic en una situación tan insólita como frustrante: invicto, sí, pero sin victorias. Cada partido ha sido un déjà vu de lucha, de ocasiones, de entrega, pero también de desenlace incompleto.
El equipo de Javier Lerga ha mostrado momentos de fútbol valiente, de presión alta, de compromiso colectivo; sin embargo, la falta de acierto en los metros finales ha sido su condena. La tabla no perdona y el Athletic Club se encuentra a un solo punto del descenso, un territorio que históricamente le ha sido ajeno, pero que hoy le acecha como una amenaza silenciosa.
“Tenemos que transformar la rabia en fútbol”, declaró Lerga en la previa. Y no le falta razón. Porque en Lezama, más allá de la táctica, se respira la sensación de que ha llegado la hora de romper el hechizo, de transformar la impotencia en energía y los empates en una primera victoria que pueda cambiarlo todo.
Al otro lado, la SD Eibar llega a Lezama con el viento de cara. El conjunto dirigido por Iñaki Goicoetxea ha encontrado su identidad con el paso de las jornadas. Su inicio fue titubeante, lleno de ajustes y dudas, pero en las últimas semanas ha desplegado una versión sólida, pragmática y letal al contragolpe.
Las armeras vienen de vencer al Deportivo Abanca en Unbe, una victoria que refrenda su crecimiento, pero sobre todo su confianza. Su rendimiento lejos de casa es aún más llamativo: dos triunfos consecutivos como visitantes, ante Levante UD y Costa Adeje Tenerife, campos donde pocos equipos salen airosos.
El Eibar llega sin miedo, sin complejo alguno. Goicoetxea ha construido un bloque solidario, con una defensa compacta, un mediocampo con carácter y una delantera que aprovecha cada espacio libre. En su libreta está claro el objetivo: aprovechar las dudas del Athletic y jugar con la ansiedad del rival.
Lezama no es un estadio más. Es un símbolo, una fábrica de orgullo, el lugar donde el Athletic crece, tropieza y vuelve a levantarse. El equipo rojiblanco sabe que aquí, empujado por su gente, puede romper cualquier racha negativa.
Cada balón dividido en Lezama se pelea como si fuera el último. Cada aplauso del público tiene un eco que impulsa. El Athletic Club , herido pero nunca vencido, buscará apoyarse en esa mística para reencontrarse con la victoria y liberar una tensión acumulada durante semanas.
Lerga ha trabajado en la semana la presión tras pérdida, la amplitud ofensiva y la eficacia en el último tercio, conscientes de que cada llegada debe transformarse en amenaza real. Jugadoras como Nahia Aparicio, Mariana Cerro o Azkona son claves en esa ecuación: velocidad, intuición y olfato.