
🟨 ¡Triunfo local ! Las de Javier Aguado sacaron adelante un tenso encuentro ante las riojanas.

#LigaFMoeve | #MadridCFFDUXLogroño
En el corazón de la jornada sabatina, cuando la luz cae sobre Madrid y el fútbol femenino se hace protagonista absoluto del fin de semana, el Estadio Fernando Torres volverá a abrir sus puertas para un duelo que, a pesar de que la clasificación pueda insinuar otra cosa, llega cargado de tensión, urgencias, orgullo y necesidad.
No es un partido más.
No es una jornada más.
No es un duelo corriente.
Es un choque entre dos caminos que se han ido estrechando con el paso de las semanas.
Uno, el del Madrid CFF, obligado a reencontrarse consigo mismo, con esa versión voraz y liviana que ha convertido históricamente su estadio en un campo inconquistable.
Y otro, el del DUX Logroño, un equipo herido pero vivo, que se niega a aceptar que su historia esta temporada esté escrita de antemano.
conjunto madrileño llega 6º, con 17 puntos, a siete de los puestos europeos. Una distancia que no es definitiva, pero sí es lo bastante peligrosa como para activar alarmas internas: si el Madrid CFF quiere seguir soñando con pelear por Europa, estos son los partidos que no puede dejar escapar.
Sin embargo, el Fernando Torres ya no es ese fuerte inexpugnable que tantas veces sostuvo a las de la capital. El equipo ha encadenado dos derrotas consecutivas en casa, ambas dolorosas, ambas teñidas de una sensación extraña: juegan, generan, compiten… pero caen.
Y eso, en un club acostumbrado a que su fútbol ofensivo marque el ritmo del partido, duele más que cualquier gol encajado.
No estarán Freja Siri, Nerea Sánchez ni Anita Marcos, tres nombres que, más allá de lo futbolístico, representan liderazgo, presencia en campo contrario y alternativas ofensivas que el equipo siempre celebra cuando puede disponer de ellas.
Será, por tanto, un Madrid CFF distinto. No peor, pero sí más obligado a reinventarse.
riojanas aterrizan en Madrid con un registro que parece un puñal:
0 victorias en 11 jornadas. 5 puntos. Últimas.
Pero también llegan a solo cuatro puntos de la salvación, lo que significa que una victoria, una sola, puede cambiar la narrativa completa de su temporada.
El equipo de Héctor Blanco compite, vive los partidos, llega al área rival, pero no encuentra el último toque, ese detalle que separa al equipo que sobrevive del equipo que sufre. Y su entrenador lo sabe. Lo dijo tras el 1-0 ante el Sevilla:
“Nosotras hemos tenido ocasiones en área, que es lo que nos está penalizando toda la temporada y que no terminamos de materializar”.
Ese lamento —calmado, analítico, casi resignado— resume a la perfección lo que ha sido el DUX Logroño hasta ahora:
una historia de ocasiones sin final feliz.
Las ausencias y las pequeñas luces:
Ante el Sevilla no estuvieron María Miralles, Rouamba, Sandra Perera ni Isina, cuatro jugadoras que dan equilibrio, piernas, agresividad y soluciones en zonas clave. La enfermería ha sido una sombra constante para las rojillas.
Pero hoy, una noticia ilumina el vestuario visitante:
Rebeca vuelve tras sanción.
Y su regreso no es menor: liderazgo, lectura del juego, voz en los momentos delicados, capacidad para ordenar y para contagiar carácter. Es una pieza que suma mucho más de lo que resta.
Si algo distingue al conjunto madrileño es que, cuando está inspirado, domina el partido desde la velocidad, desde su capacidad para convertir cualquier transición en una ocasión clara.
Un equipo que genera peligro con naturalidad, que sabe atacar espacios y que hace de su intensidad un arma.
Pero estas últimas semanas ha sufrido algo inhabitual: domina, pero no define; crea, pero no remata la faena; empuja, pero no cierra los partidos.
Será clave que el equipo recupere la determinación que siempre le ha caracterizado.
No hará falta revisar mucho vídeo para entender la propuesta riojana:
organización defensiva alta, líneas juntas, ayudas permanentes y valentía para intentar salir con criterio cuando recupera.
El problema —su gran problema— es que esa propuesta funciona hasta que llegan los metros finales.
Ahí, como dice su técnico, las manos tiemblan un poco. Falta definición, falta calma, falta concretar.
Sin embargo, el DUX Logroño también tiene un intangible que muchos equipos desearían en este punto de la temporada:
hambre.
La convicción de que están a un partido de cambiarlo todo.
No suele decirse tan pronto en la temporada, pero aquí aplica:
este partido vale más que tres puntos.
Para el Madrid CFF, ganar significa creer de nuevo en Europa, devolver a su estadio la autoridad perdida y cerrar un mini-crisis antes de que crezca.
Para el DUX Logroño, ganar significa renacer. Respirar. Confirmar que no son el farolillo rojo que dicta la tabla, sino un equipo incompleto que está empezando a encontrarse.
Lo que ocurra en el Fernando Torres no será un capítulo más: será un giro de guion.
Cuando el árbitro dé el pitido inicial, se juntarán sobre el césped dos equipos que han llegado a noviembre con camino irregular, pero con un punto en común:
las dos necesitan ganar.
Las dos lo merecen, por cómo compiten.
Pero solo una podrá llevarse el premio.
Y ahí, en ese choque brutal entre destino y necesidad,
nacerá la épica de este Madrid CFF – DUX Logroño.
Un partido con aroma a final.
Un duelo que define temporadas.
Una batalla de voluntades antes incluso de ser una batalla de fútbol.
A las 18:00h, por DAZN, el Fernando Torres abrirá una tarde que promete emociones.
Y quizá —solo quizá— una de esas historias que dentro de unos meses alguien recordará como “el día en que empezó todo”.
El partido al detalle |

🏆 Liga F Moeve 2025-2026
🔥 Madrid CFF 🆚 DUX Logroño 🔥
📅 Sábado, 22 de noviembre de 2025
🩷 Matchday 12 | Día de partido
⏰ 18:00 horario peninsular
📺 DAZN
🏟️ Estadio Fernando Torres, Fuenlabrada

Los onces |
La jornada de la Liga F amaneció envuelta en un silencio solemne, un silencio que no pesa… sino que dignifica. Sobre el césped, antes de que la pelota reclamara su reino habitual, las jugadoras del Madrid CFF y del DUX Logroño Femenino se alinearon hombro con hombro para rendir homenaje al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una fecha que, cada año, recuerda que el fútbol femenino es, además de un deporte, un movimiento social, un altavoz que se niega a guardar silencio ante las injusticias que sacuden la vida de tantas mujeres.
Fue un acto breve, pero no efímero. El murmullo emocionado de la grada, la mirada fija de las futbolistas, la solemnidad del brazalete violeta… marcaron el inicio de una tarde que, desde su primer segundo, se presentaba como algo más que un partido. El fútbol homenajeaba, recordaba, denunciaba y abrazaba.
Cuando la árbitra señaló el círculo central, la emoción social se transformó en pura adrenalina deportiva. Solo habían pasado cuatro minutos cuando un balón colgado al área del Madrid CFF terminó golpeando la mano de Sandra Villafañe. La colegiada no dudó: penalti. Y el rostro de la afición local se tensó en un gesto común de preocupación.
La encargada: Isina, una especialista.
La distancia: once metros.
La historia: por escribirse.
Corrió con decisión, golpeó con alma… y el balón, caprichoso y cruel, se estampó con estruendo en el larguero. El metal gritó lo que la afición no podía gritar. El Madrid CFF respiró. El Logroño lamentó una ocasión que, desde ese minuto 4, persiguió al partido como una sombra.
El fallo visitante despertó al Madrid CFF, que reaccionó como reaccionan los equipos que se saben fuertes: desde la rabia competitiva. A partir de ese instante, las madrileñas se adueñaron del balón, del ritmo y de la voluntad del encuentro.
Y el VAR, como si el destino le hubiera otorgado un papel protagonista, decidió entrar en escena para anular dos goles locales.
ambos casos, la alegría duró un suspiro. Las jugadoras levantaron los brazos, celebraron, se abrazaron… y luego llegó la pantalla, el gesto recto de la árbitra, la línea trazada desde la sala VOR, el silencio helado. Dos jarros de agua fría en la misma tarde.
Aquello no hundió al Madrid CFF. Todo lo contrario. El equipo se volvió más vertical, más insistente, más terco en su ambición. La presión alta se convirtió en dogma. El volumen ofensivo, en paisaje del encuentro. Cinco saques de esquina en solo media hora, una retahíla de llegadas, y una protagonista indiscutible: Mónica, incisiva, voraz, incontenible. Tres remates claros en los minutos 21, 25 y 26, dos de ellos a portería. Cada uno, más peligroso que el anterior.
Mientras tanto, el Logroño se aferraba a su plan: orden, sacrificio y faltas tácticas, muchas faltas tácticas. Sin esa intensidad defensiva, el partido habría sido otro. Tan extremo fue el nivel físico de la primera mitad que Hildur Antonsdóttir vio la amarilla al borde del descanso, reflejo de un duelo donde el corazón latía más rápido que la cabeza.
El 0-0 con el que las futbolistas enfilaron el túnel hacia vestuarios no era un “resultado gafas”. Era un empate cargado de electricidad.
Ambos equipos ya sabían lo que era morderse en un duelo de eliminatoria. La temporada anterior, en la Copa de la Reina, el Logroño se adelantó en Las Gaunas… pero el Madrid CFF remontó con un contundente 2-4 que evidenció una verdad: este Logroño, pese a su humildad presupuestaria, es un equipo indomable, incómodo, persistente, un hueso duro de roer.
Y sobre ese recuerdo, se construyó la segunda parte, que no dejó indiferente a nadie.
Tras el descanso, el guion apenas varió. El Madrid CFF siguió atacando, llevando la iniciativa, acumulando metros y fe. Pero el Logroño endureció aún más el juego. Interrumpía, rasgaba el ritmo, ralentizaba, sufría… pero sobrevivía.
Y entonces llegó una de las acciones más salvajes del partido: minuto 70, Alba Ruiz se arma la pierna desde fuera del área y su disparo, un cañonazo quirúrgico, se estrella en el larguero.
Segundo larguero de la tarde. Segundo golpe al sueño del gol.
La portería, definitivamente, estaba blindada por alguna fuerza inexplicable.
partido se inclinaba hacia un empate sin goles tan cruel como injusto para el esfuerzo local. Pero el fútbol, como solo el fútbol sabe hacerlo, guardaba su golpe de teatro para el final.
Minuto 87: Emilie Nautness cae derribada dentro del área por Laura Martínez. La árbitra duda. El público ruge. El VAR vuelve a iluminarse por tercera vez en la tarde. Y finalmente, la decisión: penalti para el Madrid CFF.
La tensión era insoportable.
Los nervios, un animal vivo en la grada.
Y entonces, la responsabilidad cayó en las manos —y las botas— de una mujer que lleva años sosteniendo proyectos, vistiéndose de líder y de emblema.
Hablar de Mónica Hickmann es hablar de experiencia, de jerarquía, de carácter competitivo, de un pasado en el Atlético de Madrid que la forjó y de un presente en el Madrid CFF que la ha convertido en buque insignia. Ella, la dorsal cinco, la futbolista más insistente y decisiva del encuentro, tomó la pelota con una serenidad que helaba el aire, pero ahí apareció ella para batir a Chelsea desde los once pasos y hacer el 1–0 definitivo en el 88 y la grada poca, demasiado poca para lo que este equipo merece— explotó en una celebración que mezclaba alivio, alegría y justicia. Porque esta vez, por fin, el marcador hacía justicia al juego.
El DUX Logroño lo intentó. Entró Zoe Matthews en el minuto 91, pero el tiempo añadido se esfumó como arena entre los dedos. No hubo opción. No hubo resquicio. El Madrid CFF se aferró a la victoria y la convirtió en un tesoro invaluable.
El Madrid CFF escala hasta una meritoria sexta posición, 20 puntos para un proyecto independiente que cada año se reinventa pese a la sangría de talento: Gio, Luany, Gabi Nunes… y aquella venta histórica de Rachael Kundananji al Bay FC que marcó un antes y un después.
Un triunfo así es más que un triunfo.
Es aire. Es impulso. Es esperanza.
Y es mensaje para la Liga: aquí seguimos, aquí competimos, aquí soñamos.
Tras el parón por la final de la Liga de Naciones entre Alemania y España, el equipo viajará a Cataluña para medirse al Espanyol.
El DUX Logroño, que estuvo cerca de llevarse un punto heroico de Fuenlabrada, sigue en descenso con 5 puntos. Duro. Frío. Injusto. Pero también motivador. Las riojanas, un equipo que jamás se rinde, buscarán rearmarse y reaccionar en Las Gaunas frente a la Sociedad Deportiva Eibar, en un duelo que ya huele a final anticipada.

📋 Ficha técnica |
Madrid CFF: Pada Ulloa; Sandra Villafañe, Mónica, Núria Mendoza (Marina Rivas, min.85); Alba Ruiz (Bárbara López, min.73), Hildur Antonsodóttir (Emilie Nautness, min.58), Ángela Sosa, Esther Laborde (Natasa Andonova, min.85), Kamila Melgard; Allegra Poljak, Malou Rylov.
DUX Logroño: Chelsea Ashurst; Iria Castro (Zoe Matthews, min.92), Marta Masferrer, Rebeca, Andrea Colomina; Annelie Leitner (Lorena Valderas, min.84), Ximena Velazco, Justina Morcillo, Paula Partido (Laura Martínez, min.73); Mía Asenjo, Isina Corte Peláez.
Goles |
1-0 Mónica Hickmann (P.) 88’ ⚽️
Vídeo |






























