Categoría: Fútbol

  • Oficial | Los tres equipos españoles superan la fase de liga de la Champions

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🔲 La fase de grupos de la Champions echó el cierre con el FC Barcelona pasando de forma directa a cuartos de final tras su victoria ante el París (0-2), mientras que, el Atlético de Madrid, que cayó ante el Olympique Lyonnes (4-0), y el Real Madrid CF, que empató frente al Twente (1-1), jugarán una ronda más.

    El fútbol femenino, del que en este medio informamos a diario, con ilusión y rigor periodístico, es más grande que cuando empezamos a hablar de la Liga Iberdrola, lo cual indica que como dice la Liga F Moeve en su eslogan, vamos ganando.

    Esta disciplina entra en otra dimensión cuando nos referimos a la Liga de Campeones Femenina.

    La Women’s Champions League abre su gran libro de las noches eternas: Nyon dicta sentencia, Madrid sueña, Europa contiene el aliento.

    sorteos que no son sorteos. Hay bolas que no giran: pesan. Pesan como la historia, como las noches de febrero que no perdonan, como los estadios que recuerdan cada paso dado y cada herida abierta. El sorteo celebrado en Nyon no fue un simple trámite administrativo en la hoja de ruta de la UEFA Women’s Champions League. Fue un acto solemne. Una declaración de intenciones. Un mapa trazado con tinta de épica que señala, sin rodeos, el camino hacia la gloria… o hacia el abismo.

    Europa ya conoce su destino. La competición de clubes más prestigiosa del fútbol femenino entra en su fase decisiva, ese territorio donde ya no existen los matices ni las excusas, donde cada partido es una final encubierta y cada eliminatoria es un relato completo de resistencia, fe y ambición. Y en ese escenario, Madrid vuelve a situarse en el centro del tablero. Dos equipos. Dos escudos. Dos caminos distintos, pero un mismo objetivo: sobrevivir para seguir soñando.

    El Real Madrid CF y el Atlético de Madrid ya saben a quién deberán derrotar si quieren seguir escribiendo su nombre entre las páginas más nobles del fútbol europeo. No será sencillo. Nunca lo es. Porque la Champions no entiende de comodidad ni de trayectorias recientes. Solo entiende de carácter.

    La sede de la UEFA volvió a ejercer de juez supremo. En sus salas silenciosas, bajo la mirada institucional de Europa, quedaron definidos los emparejamientos de los octavos de final, esa ronda mal llamada “playoff” que en realidad es una criba brutal, una frontera emocional entre quienes aspiran a todo y quienes se quedan en el camino demasiado pronto.

    El formato no concede tregua. Doble partido. Ida y vuelta. Dos semanas para demostrar que perteneces a la élite. Dos noches para sostener el pulso cuando las piernas tiemblan y la cabeza amenaza con traicionar al corazón.

    Real Madrid CF terminó la fase de grupos en la séptima posición, sumando 11 puntos que certificaron su clasificación, pero también dejaron una sensación de exigencia máxima. El crecimiento del proyecto blanco es evidente, sostenido, pero Europa no concede títulos honoríficos. Aquí, cada paso adelante exige una prueba mayor que la anterior.

    El destino quiso que el rival fuera el París F.C. Un viejo conocido. Un equipo incómodo, valiente, bien trabajado, que ya dejó su huella en el estadio Alfredo Di Stéfano, donde logró empatar y demostrar que el respeto en Europa no se hereda: se gana.

    Este cruce no es casual. Es simbólico. El París F.C. representa esa nueva Europa que ya no se arrodilla ante los grandes nombres, que compite sin complejos y que entiende el fútbol desde la disciplina, la intensidad y la convicción colectiva.

    Para el Real Madrid, este enfrentamiento es mucho más que un trámite hacia los cuartos de final. Es una prueba de madurez. Es el momento de demostrar que el club blanco ya no está de paso por la Champions, que ha venido para quedarse, para discutir jerarquías y para mirar a los ojos a cualquiera.

    La ida se disputará el 11 o 12 de febrero. La vuelta, una semana después, el 18 o 19. Dos fechas marcadas en rojo en el calendario de Valdebebas. Dos noches que exigirán todo: talento, carácter, temple y memoria.

    Porque el Real Madrid sabe que, si supera este obstáculo, el premio no será amable.

    El sorteo no solo definió los octavos. También dibujó el cuadro completo, ese mapa que permite intuir futuros imposibles… o inevitables.

    Y en el mismo lado del cuadro aguarda el F.C. Barcelona. El campeón. El referente. El equipo que ha redefinido la Champions en los últimos años con fútbol, dominio y una identidad inconfundible.

    Si el Real Madrid logra imponerse al París F.C., el destino será cruel y fascinante a partes iguales: un enfrentamiento directo con el Barcelona en los cuartos de final. Un duelo que trasciende la competición, que conecta con la historia, con la rivalidad eterna, con la necesidad de medirse al mejor para saber quién eres realmente.

    No hay atajos. No hay rodeos. El camino blanco hacia la final pasa, casi con toda seguridad, por eliminar al rival que marca la era.

    Si el camino del Real Madrid es exigente, el del Atlético de Madrid es directamente una prueba de supervivencia emocional.

    Las colchoneras terminaron la fase de grupos en la 11ª posición, con 7 puntos, sufriendo, peleando, resistiendo. No fue un camino sencillo, pero el Atlético nunca ha entendido otra manera de competir. Este club se forja en la dificultad, en la resistencia, en la convicción de que cada partido es una batalla que se gana desde el compromiso.

    El sorteo deparó un enfrentamiento cargado de significado: Manchester United. Un rival ya conocido. Un gigante histórico del fútbol europeo que ya cayó en Alcalá, donde el Atlético firmó una victoria inolvidable por 0-1 que todavía resuena como una declaración de intenciones.

    Ese recuerdo no garantiza nada. Pero pesa. Y en eliminatorias así, la memoria también juega.

    El United es un equipo poderoso, con talento individual, con experiencia europea creciente y con una estructura diseñada para competir al máximo nivel. Pero el Atlético sabe lo que es enfrentarse a gigantes. Sabe lo que es sobrevivir cuando todo parece en contra.

    La ida, también el 11 o 12 de febrero. La vuelta, el 18 o 19. Dos partidos donde el margen de error será mínimo y donde cada detalle contará.
    Si el camino del Real Madrid es exigente, el del Atlético de Madrid es directamente una prueba de supervivencia emocional.

    Las colchoneras terminaron la fase de grupos en la 11ª posición, con 7 puntos, sufriendo, peleando, resistiendo. No fue un camino sencillo, pero el Atlético nunca ha entendido otra manera de competir. Este club se forja en la dificultad, en la resistencia, en la convicción de que cada partido es una batalla que se gana desde el compromiso.

    El sorteo deparó un enfrentamiento cargado de significado: Manchester United. Un rival ya conocido. Un gigante histórico del fútbol europeo que ya cayó en Alcalá, donde el Atlético firmó una victoria inolvidable por 0-1 que todavía resuena como una declaración de intenciones.

    Ese recuerdo no garantiza nada. Pero pesa. Y en eliminatorias así, la memoria también juega.

    El United es un equipo poderoso, con talento individual, con experiencia europea creciente y con una estructura diseñada para competir al máximo nivel. Pero el Atlético sabe lo que es enfrentarse a gigantes. Sabe lo que es sobrevivir cuando todo parece en contra.

    La ida, también el 11 o 12 de febrero. La vuelta, el 18 o 19. Dos partidos donde el margen de error será mínimo y donde cada detalle contará.

    Mientras Madrid mira su propio reflejo en el espejo europeo, el resto del continente también se prepara para batallas de alto voltaje.
    • OH Leuven – Arsenal: un cruce que enfrenta la frescura y el atrevimiento del fútbol belga con la tradición y la experiencia de uno de los grandes nombres del fútbol inglés.
    • Juventus – Wolfsburgo: dos proyectos sólidos, dos escuelas distintas, dos maneras de entender el fútbol europeo que chocarán sin concesiones.

    Los ganadores de estos cruces ya conocen su destino:
    • El vencedor del OH Leuven–Arsenal se medirá al Chelsea, otro de los grandes aspirantes al título.
    • El ganador del Juventus–Wolfsburgo tendrá que enfrentarse al Olympique Lyonnes, el club que convirtió la Champions en su territorio natural durante más de una década.

    Calendario |

    Octavos de final
    • Ida: 11–12 de febrero
    • Vuelta: 18–19 de febrero
    • Cuartos de final
    • Ida: 24–25 de marzo
    • Vuelta: 1–2 de abril
    • Semifinales
    • 25–26 de abril
    • Gran Final
    • 2–3 de mayo

    Fechas que ya no son números. Son promesas. Son amenazas. Son oportunidades únicas.
    Y ahora sí. Ahora empieza lo de verdad.

    Porque la Women’s Champions League no se juega solo con los pies. Se juega con la memoria, con el miedo, con la ambición, con la capacidad de levantarse cuando todo tiembla. Se juega en febrero, cuando el frío no perdona. Se juega en abril, cuando el cansancio pesa más que las piernas. Y se decide en mayo, cuando solo quedan los que han sabido resistir.

    Madrid está ante su destino. Dos caminos. Dos escudos. Dos maneras de entender el fútbol. Pero una misma certeza: nadie regala nada en Europa.

    Que empiece la noche, ruede el balón y hable la historia.

  • Oficial | UEFA WOMEN’S CHAMPIONS LEAGUE | SIGUE EN DIRECTO EN DISNEY+ EL SORTEO DE LA FASE ELIMINATORIA EL 18 DE DICIEMBRE DE 2025

    (Fuente: RTVE)

    🟨 Disney+ retransmitirá en directo el sorteo de la fase eliminatoria de la UEFA Women’s Champions League 2025/26 mañana, jueves 18 de diciembre, permitiendo a los aficionados la oportunidad de ver cómo los mejores clubes de Europa descubren sus próximos desafíos.

    La UEFA Women’s Champions League 2025/2026 entra en su territorio sagrado: Disney+ abre en directo la puerta al sorteo que marcará el destino de Europa.

    Hay días en el calendario del fútbol que no se juegan sobre el césped, pero pesan como finales. Días en los que no hay goles, ni paradas imposibles, ni celebraciones frente a la grada, pero sí decisiones, cruces, caminos y destinos. Lo Días que dibujan la historia antes de que empiece a escribirse con botas, camisetas y sudor.

    Este jueves, 18 de diciembre de 2025, a las 13:00 horas (hora española), desde Nyon (Suiza), el fútbol femenino europeo vivirá uno de esos momentos. Un instante detenido en el tiempo.

    Un ritual casi sagrado. El sorteo de la fase eliminatoria de la UEFA Women’s Champions League 2025/26, retransmitido en directo por Disney+, marcará el rumbo definitivo de la competición más prestigiosa del continente.

    Será el momento en el que los mejores clubes de Europa —los gigantes históricos, los proyectos emergentes, las potencias consolidadas y los aspirantes hambrientos— descubran su próximo desafío. El instante exacto en el que el sueño se hace concreto. El punto donde la teoría se transforma en camino.

    Porque a partir de aquí, ya no hay vuelta atrás.

    Nyon no es un estadio. No hay gradas, ni cánticos, ni mosaicos. Pero pocas salas han decidido tanto la historia del fútbol europeo como la sede de la UEFA a orillas del lago Lemán.

    Desde allí se han trazado las rutas hacia finales inolvidables, se han cruzado dinastías antes de tiempo, se han abierto oportunidades históricas y se han cerrado caminos de forma abrupta. Allí se dibujan los cuadros que luego incendian Europa.

    Este jueves, esa sala volverá a ser protagonista.
    A las 13:00h, las bolas empezarán a girar.
    Los nombres se cruzarán.
    Los silencios pesarán más que los aplausos.

    Y millones de aficionados, conectados en directo a través de Disney+, asistirán a un momento que ya forma parte del espectáculo global del fútbol femenino.

    retransmisión en directo del sorteo en Disney+ no es un detalle menor. Es un símbolo. Una declaración de intenciones.

    La UEFA Women’s Champions League ya no es un torneo de nicho. Es un producto global, una competición que reclama su lugar en el centro del escenario, con producción, narrativa y alcance mundial.

    Disney+, como parte de todas sus suscripciones existentes, permitirá que aficionados de toda Europa y del mundo vean en directo cómo se construye el futuro inmediato del torneo. Un gesto que confirma que el fútbol femenino no solo se juega: se cuenta, se celebra y se comparte en prime time.

    Porque hoy en día , el sorteo también es espectáculo.

    edición 2025/26 de la UEFA Women’s Champions League ha supuesto un punto de inflexión estructural. La introducción de una fase de liga inaugural, con un formato más exigente, más largo y más competitivo, ha elevado el nivel del torneo desde el primer día.

    Ya no hay margen para empezar despacio.
    Ya no existen partidos de transición.
    Cada punto cuenta. Cada jornada pesa.

    Este miércoles concluye esa fase de liga, dejando un mapa claro, jerarquizado y ferozmente competitivo.

    Solo cuatro equipos han logrado el privilegio máximo:
    evitar el play-off y acceder directamente a los cuartos de final.

    Un premio reservado a la excelencia sostenida. A la regularidad. A la autoridad.

    Ser uno de los cuatro primeros significa algo más que descanso competitivo:
    significa estatus, respeto y ventaja estratégica.

    Son los equipos que han demostrado estar preparados para luchar por todo.
    Los que han sobrevivido al desgaste.
    Los que llegan a febrero con el pulso firme.

    Para los otros ocho clasificados, el camino será más largo. Más peligroso. Más emocional.

    Los equipos que finalicen entre la quinta y la duodécima posición deberán disputar un play-off a doble partido, una eliminatoria sin red, con ida y vuelta, donde cada error se paga y cada acierto se recuerda.

    Ahí no hay margen para especular.
    Ahí se entra sabiendo que solo ocho seguirán vivos.

    El play-off es la frontera entre la ilusión y la caída.
    Entre febrero y el olvido.
    Entre la historia y la estadística.

    Algunos gigantes ya están confirmados en la fase eliminatoria, ya sea con billete directo a cuartos o con presencia asegurada en el play-off.

    Nombres que pesan. Escudos que imponen. Historias que no necesitan presentación.

    El Fútbol Club Barcelona es el referente absoluto del fútbol femenino europeo en la última década.
    El equipo que ha redefinido el estándar.
    El modelo que todos persiguen.

    El Barça llega una vez más como favorito natural, con una identidad reconocible, una plantilla repleta de talento diferencial y la experiencia de quien sabe cómo se ganan este tipo de partidos.

    Europa siempre mira al Barcelona y el F.C. Bayern de Múnich es el campeón alemán, sólido competitivo y estructurado Un equipo que ha aprendido a sufrir, a resistir y a crecer en Europa.

    El Bayern representa el poder de la Bundesliga femenina: físico, disciplina, ritmo alto y ambición constante. Un rival que nadie quiere cruzarse cuando la eliminatoria se vuelve áspera.

    Hablar del Olympique de Lyon es hablar de la historia misma de la competición.
    El club más laureado.
    La dinastía.
    El ADN europeo.

    Aunque el torneo haya evolucionado y el contexto sea más competitivo que nunca, Lyon sigue siendo Lyon. Y en las noches de eliminatoria, su camiseta pesa como pocas.

    crecimiento del United en Europa ya no es promesa: es realidad.
    Un proyecto que ha madurado, que compite y que ha aprendido a mirar de frente a las grandes potencias.

    La Women’s Champions League también es el escenario donde el fútbol inglés busca consolidar su hegemonía emergente. Y el United quiere ser protagonista.

    El Wolfsburgo es otro nombre imprescindible en cualquier relato europeo.
    Finales, semifinales, eliminatorias épicas.

    Wolfsburg es sinónimo de experiencia, competitividad y capacidad para elevar su nivel cuando llega febrero. Un rival incómodo, siempre peligroso, siempre preparado.

    La fase eliminatoria arrancará en febrero, con dos semanas que ya están marcadas en rojo en el calendario del fútbol femenino.
    • 11 y 12 de febrero
    • 18 y 19 de febrero

    Serán los días del play-off.
    Las noches de ida y vuelta.
    Los viajes, las remontadas, los goles fuera de casa, las decisiones arbitrales, los silencios tensos y los abrazos finales.

    Ahí se decidirá quién entra en el club de los ocho mejores de Europa.

    Y todo, en directo en Disney+.

    Superado el play-off, llegará el momento de los cuartos de final, la frontera donde la Champions se convierte en obsesión.
    • 24 y 25 de marzo – partidos de ida
    • 1 y 2 de abril – partidos de vuelta

    Aquí ya no hay sorpresas pequeñas.
    Aquí solo quedan clubes preparados para soportar la presión máxima.
    Aquí cada detalle decide.

    Los cuartos de final son el escenario donde se forjan las leyendas.
    Donde una parada puede valer una semifinal.
    Donde un gol en el minuto 89 puede cambiar la historia de un club.

    UEFA Women’s Champions League 2025/26 es más que un torneo.
    Es un reflejo del momento que vive el fútbol femenino europeo.

    Más inversión.
    Más profesionalización.
    Más audiencias.
    Más exigencia.

    Cada partido es un escaparate.
    Cada eliminatoria, un examen.
    Cada retransmisión, una oportunidad de crecer.

    Disney+ no solo emite partidos: emite relatos, construye contexto, acerca a nuevas audiencias y consolida la Champions femenina como un producto cultural y deportivo de primer nivel.

    Antes de que ruede el balón en febrero, el sorteo ya es un partido en sí mismo.

    Un cruce puede cambiar la temporada.
    Un emparejamiento puede adelantar una final.
    Una bola puede abrir un camino o cerrarlo de golpe.

    Los entrenadores mirarán pantallas.
    Las jugadoras seguirán el directo desde concentraciones y domicilios.
    Los aficionados soñarán, temerán, imaginarán.

    Porque en ese momento, todo es posible.

    Este jueves, durante unos minutos, el fútbol femenino europeo se detendrá.

    Nyon hablará, Disney+ lo contará.
    Y el camino hacia la gloria quedará trazado.

    Luego vendrán los partidos.
    Las noches largas.
    Las eliminatorias que se deciden por detalles mínimos.

    Pero todo empieza aquí.
    Con un sorteo.
    Con una sala en Suiza.
    Con Europa mirando al mismo punto.

    La UEFA Women’s Champions League no promete certezas.
    Promete emociones.

    Y en esta edición 2025/26, el torneo ha demostrado que ya no hay atajos.
    Que Europa es un territorio salvaje.
    Que ganar exige algo más que talento.

    Este jueves se escribe el índice de los próximos capítulos.

    El resto, como siempre, lo decidirá el fútbol y en Europa hay fútbol femenino de verdad, con mayúsculas .

  • Oficial | La Asamblea General aprueba las cuentas de la temporada 24/25 y consolida un reparto económico de 17 millones entre los clubs de Liga F

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟨 Durante la reunión se expuso el crecimiento en audiencias, asistencias, el entorno digital, y el reconocimiento de Liga F a nivel internacional.

     

    Los Clubes de Liga F Moeve han celebrado este miércoles su Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria, en la que se han aprobado, por una amplísima mayoría, las cuentas anuales correspondientes a la temporada 2024/2025. La aprobación refleja el elevado grado de consenso existente y la confianza de los Clubes en la gestión económica que se viene desarrollando desde la Asociación.

    Estas cuentas consolidan un reparto económico de 17 millones de euros entre los clubes en el pasado ejercicio, reafirmando el compromiso de Liga F con un modelo de crecimiento sostenible, orientado a reforzar la estabilidad financiera de las entidades y a seguir impulsando el desarrollo estructural del fútbol profesional femenino. Año tras año, la competición ha incrementado los recursos destinados a los Clubes, favoreciendo la sostenibilidad de sus presupuestos y una planificación sólida a medio y largo plazo

    La Liga F Moeve continúa evolucionando hacia un producto que mejora de forma constante una competición cada vez más atractiva y competitiva. La pasada temporada alcanzó una audiencia acumulada de 6,7 millones de espectadores, lo que supone un crecimiento cercano al 90% respecto a la temporada anterior, duplicando prácticamente los registros previos. 

    Estos datos confirman un crecimiento de audiencias equilibrado y una tendencia positiva en la temporada 2025/2026 que, tras la disputa de 13 jornadas, los datos ya reflejan un incremento del 9% en televisiones autonómicas, del 10% en DAZN España y del 13% en DAZN internacional, lo que evidencia un crecimiento sostenido tanto dentro como fuera de España, consolidando el posicionamiento internacional de la Primera División Femenina.

    En la misma línea, también se constata una evolución positiva de la experiencia presencial, con un crecimiento del 18% en la asistencia a los estadios en comparación con el mismo tramo de la temporada anterior, confirmando la importancia de mantener como tendencia al alza el mayor interés del público por vivir la competición en directo.

    En el entorno digital, Liga F se ha situado como primera liga europea en ratio de fan-engagement, superando los 900.000 seguidores, con más de 89 millones de impresiones y 190 millones de visualizaciones, lo que supone un crecimiento del 62% respecto a la campaña anterior. Esta fortaleza digital se consolida como una palanca clave para la visibilidad de los Clubes, el valor de marca de la competición y la atracción de patrocinadores y nuevas audiencias.

    Como colofón, se puso en valor el posicionamiento institucional de Liga F en el ámbito internacional, con una participación cada vez más activa en asociaciones como el World Leagues Forum y European Leagues.

    Más allá del crecimiento, Liga F comienza a consolidarse como referente. En los últimos meses, ligas e instituciones de países como China, Portugal, Turquía, Italia, Francia, Alemania, así como la Federación Paulista, se han acercado a Liga F para conocer su estructura y solicitar intercambios de formación y asesoramiento, interesados en su modelo de desarrollo .

    El comunicado de la patronal que preside Beatriz Álvarez Mesa, con maestría, deja muy a las claras que el fútbol femenino sí importa y cada vez resultado más atractivo, a pesar de quien hay quien insiste en negar la evidencia.

  • Oficial | Noventa minutos para desafiar a la historia

    (Fuente: UEFA)

    🟦 El Atlético de Madrid visita Lyon para cerrar el año europeo con orgullo, memoria y ambición.

    Hay noches que no necesitan presentación.

    Noches que no se explican con una clasificación ni con una racha.

    Noches que existen porque el fútbol, cuando alcanza su máxima expresión, se convierte en relato, en desafío y en identidad.

    Este miércoles 17 de diciembre, a las 21:00 horas, el Atlético de Madrid se mide al Olympique Lyonnes en uno de los escenarios más imponentes del fútbol femenino europeo. Un partido que llega con los deberes prácticamente hechos para las rojiblancas, pero con el corazón aún reclamando una última victoria antes del cierre de año. Un encuentro que enfrenta a la historia más laureada de la Champions con un Atlético que se resiste a aceptar los papeles escritos de antemano.

    Porque el Atlético no viaja a Lyon para cumplir expediente.

    Viaja para medirse a la historia, para recordarse quién es, y para cerrar el año con la cabeza alta, incluso en el territorio donde tantas se han quedado sin voz.

    colchoneras llegan a esta última jornada de la fase de grupos virtualmente clasificadas para la siguiente ronda. La aritmética es favorable, el margen es real y la ventaja respecto al Valerenga, tercer clasificado, es de tres puntos. Pero en el vestuario rojiblanco nadie habla de cuentas. Se habla de sensaciones, de orgullo, de recuperar el pulso competitivo tras cuatro encuentros consecutivos sin conocer la victoria.

    El empate ante el Eibar (2-2) en la última jornada de Liga F Moeve dejó más preguntas que respuestas. No por falta de actitud, sino por esa sensación incómoda de que el equipo compite, llega, pelea… pero no termina de imponerse como sabe hacerlo. Y Europa, incluso cuando permite margen, no perdona la duda.

    El Atlético ocupa actualmente la 11ª posición de la Champions League con 7 puntos, una cifra que habla de regularidad, pero también de oportunidades que se escaparon por detalles. Detalles que ante el Lyon se convierten en fronteras.

    Víctor Martín no podrá contar en Lyon con Sheila Guijarro, Gio Queiroz ni Amaiur Sarriegi, tres nombres de peso que tampoco estuvieron disponibles en el último compromiso liguero. Tres ausencias que condicionan la estructura ofensiva y las alternativas desde el banquillo, pero que también obligan al Atlético a mirarse en su profundidad de plantilla, en su identidad colectiva y en su capacidad para reinventarse.

    Porque el Atlético, históricamente, no ha sido un equipo que dependa de una sola figura. Ha sido un bloque. Una idea. Una manera de competir. Y esas virtudes son las que se ponen a prueba en escenarios como Lyon.

    Hablar del Olympique Lyonnes es hablar del imperio del fútbol femenino europeo.

    Ocho veces campeón de la Champions League.

    Décadas de hegemonía.

    Una estructura que ha marcado el camino de toda una generación.

    El conjunto francés llega a esta jornada como segundo clasificado del grupo con 13 puntos, invicto tras cinco partidos. No ha perdido ningún encuentro en lo que va de curso. Su único tropiezo fue un empate vibrante ante la Juventus (3-3), en un partido que parecía perdido y que el Lyon rescató con una segunda mitad imponente, recordándole a Europa que incluso cuando duda, sigue siendo temible.

    El Lyon no solo gana.

    Sabe cuándo esperar y cuándo golpear.

    Sabe manejar los tiempos.

    Sabe convertir la presión en costumbre.

    En un equipo plagado de nombres propios, hay dos que destacan en esta Champions:

    Melchie Dumornay y Fiamma Benítez, ambas con cuatro goles, situadas entre las siete máximas goleadoras actuales de la competición. Talento joven, potencia, lectura ofensiva y capacidad para aparecer cuando el partido lo exige.

    El Atlético lo sabe.

    Y también sabe que en Europa, neutralizar el talento rival es tan importante como creer en el propio.

    Para Víctor Martín, este partido es algo más que una jornada europea. Es una oportunidad para cerrar el año reforzando convicciones, incluso en la dificultad. El técnico rojiblanco ha insistido durante toda la temporada en la idea de proceso, de crecimiento sostenido, de construir un equipo capaz de competir en todos los escenarios.

    Y Lyon es, probablemente, el examen más exigente posible.

    No se trata solo de resistir.

    Se trata de atreverse.

    De elegir cuándo sufrir y cuándo morder.

    De entender que incluso el rival más poderoso tiene grietas… si se le obliga a mirarse al espejo.

    El Atlético de Madrid sabe que no todos los partidos se ganan con el marcador. Algunos se ganan con la actitud. Otros con la memoria. Y otros, simplemente, con la manera de estar.

    Cerrar el año en Lyon no es un trámite.

    Es una declaración.

    Una declaración de que este equipo sigue creyendo.

    De que la clasificación no adormece.

    De que incluso tras semanas sin victoria, la identidad permanece.

    aquí es donde el fútbol deja de ser estadística y se convierte en relato.

    Porque cuando el balón empiece a rodar, cuando el estadio francés se ilumine y cuando el Atlético vista de rojiblanco ante la historia, habrá algo que no aparecerá en las fichas técnicas: el pulso emocional de un equipo que no se resigna.

    El Atlético no necesita permiso para competir.

    Nunca lo ha pedido.

    Y si esta noche europea termina con victoria, será porque el equipo entendió que los grandes escenarios no se temen: se honran.

    Porque hay partidos que cierran grupos.

    Y hay partidos que abren relatos.

    Y este, pase lo que pase, pertenece a los segundos.

    🔜 NEXT GAME

    🏆 UEFA Women’s Champions
    League

    🔥 OL Lyonnes 🆚 Atlético de Madrid 🔥

    ⚔️ Fase de liga ⚔️

    📅 Miércoles, 17 de diciembre de 2025

    🚀 Día de partido | Matchday 6

    ⏰ 20:55 horario peninsular

    🏟️ OL Stadium, Lyon

  • Reportaje | Viti, el arquitecto de la fe: 57 % de victorias, una idea innegociable y la convicción de que el fútbol femenino también se escribe con épica

    (Fuente: Liga F Moeve )

    🟨 Hay entrenadores que ganan partidos. Hay otros que ganan tiempo. Y hay muy pocos que ganan memoria. Víctor Martín —Viti para el fútbol— pertenece a esta última estirpe. La de los técnicos que no solo ordenan equipos, sino que dejan huella, cicatriz y relato. Desde su regreso a España para reconstruir al Madrid CFF hasta su actual travesía al frente del Atlético de Madrid Femenino, con un 57 % de victorias como cifra que resume pero no explica, Viti ha levantado un ideario futbolístico basado en la valentía, el rigor y la creencia radical en que ningún gigante es invencible si el plan es perfecto y el alma acompaña.

    Víctor Martín volvió a España con una maleta cargada de aprendizaje y una idea muy clara: el fútbol femenino no necesitaba salvadores, necesitaba entrenadores con método, con discurso y con el coraje suficiente para mirar a los ojos a cualquiera. El Madrid CFF fue su punto de partida, el laboratorio donde esa idea empezó a tomar forma definitiva. No era un proyecto cómodo ni protegido. Era un club acostumbrado a competir desde la trinchera, a sobrevivir en una liga cada vez más desigual, a construir identidad en medio del ruido. Y ahí, precisamente ahí, Viti encontró el terreno fértil para demostrar que el fútbol no entiende solo de presupuestos, sino de convicciones.

    Su nombre no necesitaba fuegos artificiales porque su currículum hablaba en un idioma que los despachos entienden y los vestuarios respetan: trabajo, conocimiento y coherencia.

    El Madrid CFF fue su punto de anclaje. Un club que no vive de la nostalgia ni del presupuesto, sino de la supervivencia diaria, del ingenio y del orgullo competitivo. Allí no había margen para el error ni para el romanticismo vacío. Cada punto contaba. Cada partido era una final. Y en ese contexto áspero, exigente, profundamente honesto, Víctor Martín encontró el escenario ideal para desarrollar una idea de fútbol que no se negocia: competir siempre, contra cualquiera, desde la inteligencia y la valentía.

    Su Madrid CFF no era un equipo reactivo. No esperaba acontecimientos. Los provocaba dentro de sus posibilidades. Defendía junto, atacaba con intención y, sobre todo, sabía exactamente quién era. Viti entendió desde el primer día que el verdadero lujo para un equipo humilde no es fichar estrellas, sino tener una identidad clara. Y eso fue lo primero que construyó. Una identidad reconocible incluso para el rival. Un equipo incómodo, intenso, tácticamente trabajado, emocionalmente preparado.

    Semana tras semana, el Madrid CFF fue creciendo. No siempre ganaba, pero siempre competía. No siempre dominaba, pero siempre sabía qué hacer cuando no dominaba. Viti convirtió a su equipo en una amenaza silenciosa. En uno de esos rivales que obligan a preparar el partido con respeto. Y el fútbol, que suele premiar la coherencia tarde o temprano, le tenía reservada una noche para la eternidad.

    Fuenlabrada. El lugar donde el tiempo se detuvo. El FC Barcelona llegaba con 719 días sin perder. Más de un año y medio de hegemonía absoluta. Un equipo que no solo ganaba, sino que dictaba las reglas del juego, que imponía su ley desde el primer minuto, que parecía invulnerable. En la previa, el relato estaba escrito: el Barcelona visitaba al Madrid CFF para seguir ampliando su leyenda. Pero Víctor Martín había escrito otro guión

    Aquel partido no se improvisó. Se diseñó. Se construyó en la pizarra, en la sala de vídeo, en cada entrenamiento previo. Viti entendió que para competir contra el Barcelona no bastaba con defender bien; había que saber cuándo y cómo atacar. Ajustó alturas, compactó líneas, cerró pasillos interiores y aceptó que habría fases largas de sufrimiento. Pero ese sufrimiento no era resignación, era parte del plan.

    El Madrid CFF defendió con orden, con disciplina, con una concentración feroz. Cada duelo era una final dentro del partido. Cada basculación, un acto de fe colectiva. Y cuando el balón cambiaba de dueño, el equipo no se desprendía de él por miedo. Salía. Atacaba. Corría con sentido. Golpeaba cuando el gigante dudaba.

    Y entonces apareció Rachael Kundananji. Potencia pura. Hambre desbordada. Dos goles. Dos latigazos que quebraron una racha histórica. El 2-1 final no fue una anécdota estadística. Fue una obra de autor. Fue la demostración de que incluso los imperios caen cuando el rival cree más que ellos.

    El Barcelona perdió tras 519 días. Y el fútbol femenino español ganó una certeza: el trabajo bien hecho todavía puede derribar muros.

    Aquel día, Víctor Martín dejó de ser solo un buen entrenador para convertirse en un nombre propio del campeonato. No por la sorpresa, sino por la manera. Porque nadie habló de fortuna ni de accidente. Se habló de plan. De lectura del partido. De ejecución. Se habló de entrenador.

    Ese partido fue una frontera. Un antes y un después. No solo para el Madrid CFF, sino para la carrera de Viti. Porque el fútbol, aunque a veces tarde, reconoce a quienes se atreven. Y el Atlético de Madrid llamó.

    El Atlético no buscaba un revolucionario sin red. Buscaba un constructor. Un técnico capaz de recoger una herencia pesada —años de títulos, de exigencia, de identidad ganadora— y transformarla sin romperla. Un entrenador que entendiera que el Atlético Femenino no necesitaba volver al pasado, sino encontrar una nueva manera de competir en el presente. Víctor Martín era ese perfil.

    (Fuente: RFEF)

    Su llegada no fue un golpe de efecto mediático. Fue una apuesta de fondo. Y desde el primer día, el Atlético empezó a parecerse a su entrenador. Un equipo intenso, organizado, flexible. Capaz de adaptarse a distintos contextos sin perder el alma. Capaz de competir contra cualquiera sin renunciar a sí mismo.

    La Copa de la Reina fue el primer gran termómetro. La final en Huesca ante el Barcelona no se ganó, pero se jugó. Y eso, en el contexto actual, es una declaración enorme. El Atlético no fue un espectador privilegiado. Fue un rival real. Hubo fases de dominio, momentos de valentía, tramos de fútbol en los que las colchoneras miraron al Barça de tú a tú. No fue una final asumida como destino inevitable. Fue una final disputada desde la convicción.

    Aquella final no dejó un título, pero dejó algo igual de valioso: autoestima competitiva. La sensación de que el Atlético podía volver a sentarse en la mesa de los grandes sin complejos. Y esa sensación es la base de todo lo que vino después.

    Alcalá de Henares se convirtió en el siguiente escenario simbólico. El BK Häcken, un equipo europeo serio, trabajado, con experiencia y colmillo, aparecía como un obstáculo real en el camino hacia la fase de liga de la UEFA Women’s Champions League. No era una eliminatoria para jugar con el nombre. Era una eliminatoria para jugar con la cabeza y el corazón.

    El Atlético ganó 2-1. Otra vez ese resultado que parece perseguir a Víctor Martín como una firma. El equipo supo sufrir, supo resistir y supo golpear cuando tocaba. No hubo ansiedad. No hubo miedo. Hubo plan. Alcalá fue una noche europea de verdad. De las que construyen vestuarios. De las que hacen que las jugadoras crean en lo que se está haciendo. De las que convierten una idea en realidad.

    La clasificación para la fase de liga de la Champions no fue un premio caído del cielo. Fue el resultado de un proceso. De una manera de trabajar. De una convicción compartida entre cuerpo técnico y plantilla.

    Y la Liga F confirmó la tendencia. Segunda jornada. Real Madrid enfrente. Otra vez 2-1. Otra vez un Atlético intenso, solidario, valiente. Ganar al Real Madrid siempre tiene un peso específico. No es solo una victoria. Es un mensaje. Es una reafirmación. Es decirle al campeonato que el Atlético de Víctor Martín no está aquí para transitar la temporada, sino para competirla.

    Los números acompañan, aunque nunca lo explican todo. Siete puntos. Undécimas en la tabla. Acceso a los playoffs de la Liga de Campeones Femenina. Un escenario complejo, pero favorable. Solo una concatenación extrema de resultados dejaría fuera a las colchoneras: una derrota abultada ante el Olympique de Lyon y una victoria del OH Leuven en Inglaterra ante el Arsenal que, además, tendría que servir para levantar una desventaja de diez goles. El fútbol permite soñar, pero también respeta la lógica. Y la lógica dice que el Atlético de Víctor Martín está compitiendo.

    Ese 57 % de victorias no es una cifra vacía. Es el resumen numérico de una idea sostenida en el tiempo. De una manera de entender el fútbol. De una capacidad notable para sacar rendimiento a los recursos disponibles. Viti no es un entrenador de discursos huecos. Es un técnico de detalle, de análisis, de trabajo invisible. Pero también es un líder emocional. Un gestor de vestuarios. Un convencido.

    Desde el Madrid CFF hasta el Atlético de Madrid, su trayectoria dibuja una línea clara. No hay contradicciones. Hay evolución. El entrenador que fue capaz de diseñar el plan perfecto para tumbar al Barcelona invicto es el mismo que hoy compite finales, clasifica a su equipo para Europa y mantiene al Atlético vivo en todos los frentes.

    El fútbol femenino necesita entrenadores así. Que entiendan el contexto. Que respeten la historia. Que no se escondan. Que apuesten por el juego y por la competición real. Víctor Martín no promete títulos inmediatos. Promete equipos preparados. Promete partidos disputados. Promete identidad.

    Y en un fútbol cada vez más dominado por la desigualdad económica, esa promesa es casi revolucionaria. Porque el mensaje de Viti es claro: se puede competir desde la idea, desde el trabajo, desde la fe. No siempre se gana. Pero siempre se pelea.

    Como dirían los entendidos en este deporte , el fútbol no siempre sonríe al que más tiene, sino al que mejor entiende el partido. Y Víctor Martín, desde hace tiempo, entiende el fútbol como una construcción colectiva, como un acto de resistencia y como un derecho: el derecho de creer.

    (Fuente: Liga F Moeve)
  • Oficial | Aitana Bonmatí es tres veces “The Best”

    (Fuente: FIFA)

    🟨 La Balón de Oro 2025 marca una época que lleva su nombre grabado a fuego.

    Por tercer año consecutivo, Aitana Bonmatí ha vuelto a conquistar el premio The Best a la mejor futbolista del mundo. Lo hace en 2025 para completar una secuencia histórica: tres The Best, tres Balones de Oro, tres dobletes consecutivos que no solo certifican su dominio individual, sino que explican una manera de entender el juego. Desde la pausa, desde el pase que ordena, desde la inteligencia que manda. Ausente en la gala de la FIFA en Doha por una grave lesión, Aitana estuvo presente en todo lo demás: en la memoria reciente del fútbol, en el respeto unánime del vestuario global y en esa sensación, cada vez más extendida, de que estamos ante una futbolista que no compite contra sus contemporáneas, sino contra el propio tiempo.

    El anuncio del tercer The Best consecutivo no necesitó redobles. Llegó con la naturalidad de lo inevitable. Aitana Bonmatí, centrocampista del FC Barcelona, volvió a ser elegida como la mejor jugadora del planeta por votación de entrenadoras, capitanas, periodistas y afición. “Muchas gracias por el premio a todos los que me han votado”, expresó la futbolista, con una serenidad que es marca de la casa, consciente de que el agradecimiento también es una forma de liderazgo.

    La gala se celebró en Doha, pero Aitana no pudo estar presente debido a una lesión grave. Y, aun así, estuvo. Porque su ausencia física no empañó la evidencia: el fútbol femenino vive bajo su influencia. El reconocimiento lo recogió desde el Camp Nou, acompañada por Jill Ellis, doble campeona del mundo y leyenda del fútbol estadounidense, en un gesto que simboliza el puente entre generaciones y continentes. “Gracias a las compañeras, entrenadores y aficionados que me han votado para poder ganar este premio. Es un gran honor para mí”, añadió Aitana. Palabras sencillas para un legado descomunal.

    dato ya es historia: tres The Best y tres Balones de Oro de manera consecutiva. No hay matices. No hay asteriscos. Es dominio puro. Es continuidad en la excelencia. Es sostener el nivel cuando el foco quema, cuando el cuerpo acusa, cuando el fútbol te persigue para descifrarte y tú, aun así, sigues encontrando respuestas nuevas.

    Aitana no gana por acumulación de goles ni por estadísticas vacías. Gana porque organiza el mundo cada vez que toca el balón. Porque decide cuándo acelerar y cuándo detener el partido. Porque entiende el juego como un idioma propio y lo traduce para todas. Porque convierte el caos en estructura y la estructura en ventaja.

    Si el fútbol es una conversación, Aitana Bonmatí siempre llega con la frase exacta. Su principal virtud no es la técnica —que la tiene— ni el disparo —que lo ejecuta con precisión quirúrgica—. Su don diferencial es la comprensión del juego. Aitana ve líneas donde otras ven espacios. Ve tiempos donde otras solo perciben urgencia.

    En el centro del campo, manda sin gritar. Gira la cabeza antes de recibir. Perfila el cuerpo para jugar a un toque. Elige el pase que no se celebra, pero que decide. Es una futbolista que piensa el partido como si lo escribiera: con introducción, nudo y desenlace. Y siempre con coherencia.

    Defensivamente, interpreta. Ofensivamente, rompe. Llega desde segunda línea con el sigilo de quien no necesita anunciarse. Su golpeo desde media distancia es una amenaza constante, pero su mayor peligro es invisible: la certeza. Con Aitana, el equipo sabe que el balón está a salvo.

    En una época de liderazgos ruidosos, Aitana representa otro modelo. Lidera desde el ejemplo, desde la exigencia diaria, desde la responsabilidad de quien no se esconde. No necesita brazalete para marcar el camino. Lo marca con cada control orientado, con cada retorno defensivo, con cada gesto de apoyo a una compañera.

    Su relación con el vestuario es horizontal, pero su influencia es vertical. Eleva el nivel de quienes la rodean. Hace mejores a las demás porque juega para todas. Y eso, en el fútbol de élite, es un privilegio.

    El 2025 también ha tenido su cara más dura. La grave lesión que le impidió asistir a la gala no es un punto final, sino un paréntesis. En el fútbol de Aitana no hay dramatismo impostado. Hay trabajo. Hay procesos. Hay regreso.

    Desde el Camp Nou, lejos de los focos de Doha, su imagen recogiendo el premio fue un símbolo: incluso parada, sigue avanzando. Porque su influencia no depende del minuto jugado, sino del impacto construido. Y porque el fútbol sabe —lo sabe bien— que cuando vuelva, volverá para mandar.

    Aitana Bonmatí no es solo una estrella del FC Barcelona. Es una figura global, un espejo para las nuevas generaciones y una referencia para el fútbol femenino en su conjunto. Su éxito no es individualista: es estructural. Representa una manera de hacer, de entrenar, de competir y de creer.

    Tres The Best consecutivos no son un premio más. Son una declaración de época. Y tres Balones de Oro consecutivos confirman que no estamos ante una racha, sino ante una hegemonía.

    Aitana Bonmatí no juega partidos. Los gobierna. No busca aplausos. Busca soluciones. No necesita épica. Construye verdad. Y en un fútbol cada vez más veloz y físico, ella demuestra que la inteligencia sigue siendo el atajo más corto hacia la grandeza.

    Hoy, el fútbol femenino tiene nombre propio. Y ese nombre no es solo presente. Es memoria futura.
    Aitana Bonmatí, The Best. Otra vez. Como siempre.

  • La previa | Olympique Lyonnais vs Atlético de Madrid

    ( Fuente: Liga F Moeve)

    🟨 El ocho veces campeón de Europa recibe en Francia ante un Atlético que está a un paso de ser legendario.

    🤝 Manu López y Ruth Romero

    Hay partidos que no necesitan presentación porque la historia los anuncia antes de que ruede el balón. Encuentros que no se explican únicamente con datos, alineaciones o sistemas, sino con memoria, con legado, con todo aquello que el fútbol europeo ha ido escribiendo durante años de noches grandes. El Olympique Lyonnais–Atlético de Madrid es uno de esos duelos. Un choque que nace del peso de los escudos, de la exigencia continental y de esa sensación inevitable de estar ante un examen de máximo nivel, de esos que miden no solo el talento, sino la identidad.

    Este miércoles, el Groupama Stadium se convierte en escenario de una de las grandes citas de la fase de grupos de la UEFA Women’s Champions League. Un templo moderno del fútbol femenino europeo que acoge un enfrentamiento donde el pasado glorioso y el presente competitivo se miran de frente, sin concesiones. Lyon, imperio continental, recibe a un Atlético de Madrid que viaja a Francia con la convicción de quien sabe que, en Europa, competir no es una circunstancia: es una forma de ser.

    El Olympique de Lyon no necesita demasiada introducción. Es el club que ha convertido la Champions en costumbre, el nombre que aparece una y otra vez cuando se habla de hegemonía, excelencia y dominio. Ocho títulos europeos sostienen su leyenda. Ocho coronas que han construido una cultura ganadora instalada en cada línea del campo, en cada gesto, en cada decisión. Lyon no solo juega la Champions: la habita. La entiende como su territorio natural.

    Juegan en casa, respaldadas por la autoridad que les concede el historial y por la presión inherente a quien siempre está obligado a ganar. Porque en Lyon, en Europa, no basta con competir. No basta con pasar rondas. Hay que vencer… y hay que convencer. Esa es la carga invisible que acompaña a los gigantes: la exigencia permanente de estar a la altura de su propio pasado.

    Con una plantilla diseñada para dominar, el conjunto francés buscará imponer desde el primer minuto su idea de fútbol: ritmo alto, posesión sostenida, profundidad por bandas y control absoluto del tempo del partido. Lyon entiende el juego desde la iniciativa, desde la jerarquía, desde el convencimiento de que el balón y el espacio deben estar siempre bajo su control. Juegan para mandar, para someter, para recordar al continente quién ha sido y quién sigue siendo.

    Enfrente, sin complejos pero con respeto, estará un Atlético de Madrid que ha aprendido a sobrevivir, a resistir y a crecer en contextos hostiles. Un equipo que no llega como favorito, pero sí como bloque competitivo, incómodo y con carácter. Un Atlético que sabe que estas noches no se juegan solo con el balón en los pies, sino con concentración, sacrificio y una fe colectiva que no se negocia.

    Las rojiblancas afrontan el choque conscientes de la dificultad, pero también del valor de cada punto en una fase de grupos que no concede margen para el error. El Atlético llega con la obligación de sumar, sí, pero también con la tranquilidad que da haber demostrado, una y otra vez, que puede competir ante cualquiera cuando mantiene el orden, la intensidad y la disciplina táctica. No es un equipo de fuegos artificiales: es un equipo de convicción.

    El conjunto madrileño necesitará un ejercicio casi perfecto de solidez defensiva, concentración máxima durante los 90 minutos y una lectura emocional impecable del partido. Saber sufrir cuando toque, minimizar errores, gestionar los momentos de asedio y aprovechar cada transición, cada balón parado, cada metro que Lyon conceda. En noches así, el margen es mínimo. Pero existe. Y el Atlético vive de hacerlo visible.

    En el centro del relato aparece también el talento joven y descarado de futbolistas como Fiamma Benítez, llamada a ser uno de los nombres propios del futuro rojiblanco, símbolo de una nueva generación que no entiende de complejos cuando pisa escenarios grandes. Junto a ella, la experiencia de un bloque que ya ha respirado el aire denso de Europa, que ha vivido eliminatorias, grupos exigentes y estadios que aprietan.

    El Atlético no viene a intercambiar golpes. Viene a competir desde su identidad. A mantenerse en pie cuando el partido se incline. A recordar que hay encuentros que no se ganan en el minuto 10, sino en el 80. Que hay noches que se sostienen desde la cabeza, desde el orden y desde la creencia.

    Este Lyon–Atlético no es solo un duelo entre un gigante histórico y un aspirante resistente. Es un choque entre la hegemonía y la rebeldía, entre la obligación de ganar y la ambición de creer. Un partido donde el marcador dirá mucho, pero donde el mensaje competitivo dirá aún más. Porque Europa también observa quién compite cuando el contexto es adverso.

    El estadio apretará. La Champions mirará. Y en medio, 22 futbolistas disputarán algo más que tres puntos: disputarán respeto, identidad y futuro continental.

    Porque la UEFA Women’s Champions League no espera y el Atlético de Madrid lo sabe.

    🔜 NEXT GAME

    🏆 UEFA Women’s Champions League

    🔥 OL Lyonnes 🆚 Atlético de Madrid 🔥

    ⚔️ Fase de liga ⚔️

    📅 Miércoles, 17 de diciembre de 2025

    🚀 Día de partido | Matchday 6

    ⏰ 20:55 horario peninsular

    🏟️ OL Stadium, Lyon

    (Fuente: Liga F Moeve)
  • Oficial | El C.D. Tenerife y Eder Maestre separan sus caminos

    (Fuente: Costa Adeje Tenerife Egatesa)

    🟦 El preparador vasco pone fin a su era como azul y blanco por motivos de índole personal.

    Hay proyectos que no se miden únicamente en puntos. Hay entrenadores que no se explican solo desde las clasificaciones. Y hay equipos que, temporada tras temporada, construyen algo más valioso que una racha: una identidad reconocible, una manera de estar en el campo y en la competición. El Costa Adeje Tenerife Egatesa de Eder Maestre pertenece a esa estirpe. A la de los equipos que no hacen ruido, pero dejan huella. A la de los entrenadores que no venden promesas, sino procesos. A la de los clubes que han aprendido a sobrevivir y a competir en una Liga F cada vez más exigente sin perder su esencia.

    Desde la llegada de Eder Maestre al banquillo, el Costa Adeje Tenerife ha consolidado una idea clara: ser competitivo siempre, independientemente del rival, del presupuesto o del contexto. No ha sido un camino de fuegos artificiales ni de resultados inflados por momentos puntuales. Ha sido un recorrido sostenido, construido desde el orden, la convicción y el trabajo invisible, ese que no siempre ocupa titulares pero que sostiene a los equipos cuando llegan las curvas.

    El rendimiento del Tenerife bajo la dirección de Maestre se explica desde una premisa fundamental: saber quién eres antes de intentar ser algo más. El equipo canario ha asumido desde el inicio su realidad estructural dentro de la Liga F, pero lejos de resignarse, ha convertido esa realidad en una fortaleza. Plantillas equilibradas, sin grandes nombres mediáticos pero con futbolistas comprometidas, bien trabajadas y adaptadas a un modelo que prioriza el colectivo por encima del individualismo.

    En lo táctico, el Costa Adeje Tenerife de Eder Maestre ha sido, temporada tras temporada, uno de los equipos más incómodos de la competición. Un bloque compacto, solidario, con líneas juntas y una lectura del partido madura, capaz de alternar momentos de repliegue con fases de presión organizada. No es un equipo que regale espacios ni que se descomponga con facilidad. Defiende como unidad y ataca con sentido, entendiendo que cada acción debe tener un porqué.

    Ese orden defensivo ha sido una de las grandes señas de identidad del proyecto. El Tenerife no se caracteriza por marcadores desbocados ni por partidos caóticos. Al contrario: controla el ritmo, reduce los errores no forzados y obliga al rival a ganar cada metro del campo. En una Liga F donde muchos partidos se deciden por detalles, esa capacidad para sostenerse ha sido clave para sumar puntos ante rivales teóricamente superiores y para no fallar en los encuentros marcados en rojo.

    Pero reducir el trabajo de Maestre a la pizarra sería injusto. El verdadero valor de su etapa en el Costa Adeje Tenerife está en la gestión del grupo y la continuidad del proyecto. En un contexto donde la rotación de entrenadores es constante y donde muchos equipos viven al día, el Tenerife ha apostado por la estabilidad. Y esa estabilidad se ha traducido en una plantilla que cree en lo que hace, que compite sin complejos y que entiende perfectamente qué se le pide en cada partido.

    El rendimiento clasificatorio del equipo ha sido coherente con esa filosofía. Lejos de pelear por títulos, pero también lejos de los puestos de peligro, el Costa Adeje Tenerife se ha instalado en una zona media-alta de la tabla, con temporadas tranquilas en lo clasificatorio y exigentes en lo competitivo. No ha sido un equipo de rachas extremas, sino de regularidad. Y en una liga cada vez más polarizada entre los grandes proyectos y los que luchan por sobrevivir, esa regularidad es un logro en sí mismo.

    Uno de los grandes méritos de Eder Maestre ha sido potenciar perfiles y sacar rendimiento a futbolistas que, en otros contextos, podrían haber pasado desapercibidas. El Tenerife ha funcionado como un ecosistema donde las jugadoras crecen, se revalorizan y encuentran continuidad. Muchas han dado pasos adelante en su carrera gracias a un entorno estable, a una idea clara y a una confianza sostenida desde el cuerpo técnico.

    El equipo, además, ha sabido adaptarse a los cambios de la Liga F. El crecimiento mediático, la profesionalización acelerada, la llegada de inversiones y la subida del nivel competitivo no han desnaturalizado al Tenerife. Al contrario: el club ha entendido que su supervivencia pasaba por seguir siendo fiel a su modelo, ajustando piezas sin romper la estructura. Maestre ha sido clave en esa transición, actuando como nexo entre el proyecto deportivo y la realidad cambiante del fútbol femenino español.

    En los grandes escenarios, el Costa Adeje Tenerife ha mostrado su mejor versión. Partidos ante los grandes de la liga donde el equipo ha sabido competir, incomodar y, en muchos casos, arrancar puntos o dejar sensaciones de equipo grande. No siempre se traduce en victorias, pero sí en respeto. Y en el fútbol, el respeto se gana compitiendo.

    Hay algo profundamente reconocible en este Tenerife: la sensación de que nunca se cae del partido. Puede perder, pero rara vez se entrega. Puede verse superado, pero casi nunca desbordado. Esa resistencia emocional es uno de los mayores legados del trabajo de Maestre. Un equipo que cree hasta el final, que no se desconecta y que entiende que cada partido es una oportunidad para reafirmarse.

    Desde el punto de vista institucional, el rendimiento deportivo ha ido acompañado de una imagen sólida del club. El Costa Adeje Tenerife Egatesa se ha consolidado como uno de los proyectos más serios y respetados del fútbol femenino español, con una identidad clara y un discurso coherente. Maestre ha sido parte activa de esa construcción, no solo como entrenador, sino como figura representativa del modelo.

    En una Liga F donde la brecha económica y deportiva es cada vez más visible, el Tenerife de Eder Maestre representa otra manera de competir. No desde la urgencia ni desde el golpe de efecto, sino desde el trabajo constante, la paciencia y la convicción. Su rendimiento no se mide en titulares espectaculares, sino en la sensación permanente de que el equipo está donde debe estar.

    Eder Maestre no ha construido un equipo de moda. Ha construido un equipo fiable. Y eso, en el fútbol moderno, es casi revolucionario. El Costa Adeje Tenerife Egatesa no vive de promesas ni de discursos grandilocuentes. Vive de entrenamientos bien hechos, de partidos bien preparados y de una idea que se repite semana tras semana hasta convertirse en costumbre.

    Al final, cuando pase el tiempo y se analicen estas temporadas con perspectiva, el rendimiento de Maestre y su Tenerife no se recordará por una clasificación concreta, sino por algo más difícil de lograr: haber sostenido un proyecto competitivo, reconocible y respetado en una de las etapas de mayor crecimiento del fútbol femenino español. Y eso, en un deporte que no siempre premia la coherencia, es una victoria silenciosa.

    temporada 2024/2025 quedará inscrita con letras firmes en la historia reciente del Costa Adeje Tenerife Egatesa. No solo por los números, que ya de por sí hablan de crecimiento, madurez y ambición, sino por el contexto, por el simbolismo y por la sensación de haber alcanzado un punto de inflexión en la consolidación del proyecto deportivo. Fue el curso en el que Maestre afrontó su primera experiencia como primer entrenador en una liga profesional, asumiendo el liderazgo del equipo en un año especialmente significativo para la entidad, marcado por el décimo aniversario consecutivo del club en la élite del fútbol femenino nacional y por la reafirmación del Costa Adeje como una estructura sólida, estable y reconocible dentro de la Liga F.

    Lejos de ser una temporada de transición, el equipo respondió con personalidad, carácter competitivo y una identidad clara. Bajo la dirección de Maestre, el conjunto tinerfeño disputó un total de 46 partidos oficiales entre Liga F y Copa de la Reina, firmando un balance notable de 18 victorias, 15 empates y 13 derrotas. Más allá del reparto de resultados, el equipo mostró una evolución constante, una solidez colectiva creciente y una capacidad para competir cada encuentro desde el rigor táctico y el compromiso grupal. La temporada concluyó con una meritoria sexta posición y 42 puntos, superando los registros de campañas anteriores y reafirmando al Costa Adeje Tenerife Egatesa como uno de los equipos más fiables y competitivos del campeonato.

    Ese sexto puesto no fue casualidad, sino la consecuencia directa de una propuesta clara: un equipo correoso, difícil de superar, solidario en el esfuerzo y muy disciplinado en lo defensivo. Los números lo confirman: diez partidos sin encajar gol a lo largo de la temporada, un dato que refleja no solo el trabajo de la línea defensiva y la portería, sino la implicación colectiva de todo el bloque. El Costa Adeje dejó de ser únicamente un rival incómodo para convertirse en un conjunto con una identidad reconocible en toda la Liga F, capaz de competir con cualquiera desde la organización, la concentración y la fe en el plan de partido.

    Lejos de conformarse, la temporada 2025/2026 ha supuesto un nuevo paso adelante en la evolución del proyecto. Maestre ha profundizado en los cimientos construidos el curso anterior y ha dotado al equipo de una mayor madurez competitiva. Tras 14 encuentros oficiales disputados, el Costa Adeje Tenerife Egatesa ocupa la quinta plaza en la Liga F Moeve con 24 puntos, fruto de seis victorias, seis empates y tan solo dos derrotas. Una trayectoria que confirma la estabilidad del equipo en la zona alta de la clasificación y su capacidad para sostener el rendimiento en el tiempo.

    El rendimiento del conjunto tinerfeño ha sido especialmente destacado lejos de casa, llegando a convertirse, por momentos, en el mejor equipo de la categoría como visitante. Una muestra inequívoca de personalidad, concentración y competitividad en escenarios exigentes. A ello se suma una fiabilidad defensiva que vuelve a ser seña de identidad: el Costa Adeje es el tercer conjunto menos goleado del campeonato, un dato que subraya la continuidad del modelo y la excelencia en el trabajo táctico.

    Pero si algo ha definido este inicio de temporada es la capacidad del equipo para competir de tú a tú ante los grandes del fútbol femenino español. El Costa Adeje Tenerife Egatesa ha plantado cara al FC Barcelona, ha logrado empatar frente al Real Madrid y ha sido capaz de vencer al Atlético de Madrid, demostrando que su crecimiento no es solo estadístico, sino también competitivo y mental. El equipo ya no se limita a resistir: compite, propone y cree.

    Este arranque de la temporada 2025/26 ya es, objetivamente, uno de los mejores de la historia del club desde su ascenso a Primera División en 2015. Los datos de las primeras 14 jornadas lo avalan con rotundidad: seis partidos sin encajar gol, cinco encuentros consecutivos sin recibir un solo tanto al inicio del campeonato y la mejor diferencia de goles general a estas alturas (+11). Cifras que no solo hablan de resultados, sino de equilibrio, eficacia y crecimiento sostenido.

    El Costa Adeje Tenerife Egatesa vive un momento de plenitud deportiva. Un proyecto que ha sabido construir desde la paciencia, la coherencia y el trabajo diario, y que hoy se refleja en un equipo competitivo, fiable y respetado. Bajo la dirección de Maestre, el conjunto tinerfeño ha dado forma a una identidad sólida, reconocible y ambiciosa, que honra la historia reciente del club y abre la puerta a nuevos horizontes. Diez años en la élite no son una meta, sino el punto de partida de una trayectoria que sigue escribiéndose partido a partido, con convicción, humildad y la firme voluntad de seguir creciendo entre los mejores del fútbol femenino nacional.

    El Club Deportivo Tenerife afronta un momento clave en su proyecto dentro de la Liga F Moeve. La quinta posición actual en la clasificación no es un accidente ni una coyuntura pasajera: es la consecuencia directa de una filosofía de trabajo bien definida, de una estructura deportiva estable y de un equipo que ha sabido competir desde la coherencia, el esfuerzo colectivo y la solidez como rasgos diferenciales. El representativo canario se ha consolidado como un bloque fiable, incómodo para cualquier rival, capaz de sostener el ritmo competitivo a lo largo de la temporada y de mirar a la zona alta de la tabla con naturalidad y ambición contenida. En ese contexto, la elección del perfil adecuado para el banquillo no es solo una cuestión de nombres, sino de encaje profundo con la identidad del club y con el momento deportivo que atraviesa la entidad.

    En el actual escenario, con entrenadores de primer nivel que se encuentran sin equipo, surgen varios perfiles de alto valor estratégico: Montse Tomé, Juanjo Vila, Alberto Toril y José Luis Sánchez Vera. Cuatro trayectorias contrastadas, cuatro miradas distintas sobre el fútbol y cuatro maneras de entender la gestión de un vestuario profesional. Sin embargo, no todos los caminos conducen al mismo destino, ni todas las filosofías dialogan de igual forma con la realidad del CD Tenerife.

    Montse Tomé representa un modelo de excelencia ligado al máximo nivel competitivo. Su experiencia como seleccionadora nacional y su paso por el núcleo duro de la etapa más exitosa de la selección española la sitúan como una entrenadora profundamente asociada al fútbol de posesión, al dominio territorial y a contextos donde el talento diferencial marca el ritmo de los partidos. Su perfil encaja de manera natural en estructuras diseñadas para gobernar los encuentros desde el balón y desde una superioridad técnica sostenida. En el caso del CD Tenerife, cuya fortaleza se ha construido desde la solidez colectiva, la fiabilidad defensiva y la optimización de recursos, el encaje exigiría una transformación profunda del modelo, con un periodo de adaptación que podría comprometer la estabilidad competitiva actual. No sería un proyecto imposible, pero sí uno de ruptura más que de continuidad.

    Juanjo Vila, por su parte, simboliza el desarrollo, la formación y la construcción a medio y largo plazo. Su trabajo en categorías inferiores y su capacidad para potenciar talento joven lo convierten en un perfil especialmente valioso para clubes que desean cimentar una identidad desde la base y apostar por procesos evolutivos sostenidos. Su mirada pedagógica y su sensibilidad táctica encajan con proyectos en crecimiento estructural. Sin embargo, el CD Tenerife ya ha superado la fase de mera consolidación: hoy compite por objetivos ambiciosos y se encuentra instalado en la parte alta de la tabla. En ese contexto, la apuesta por un perfil eminentemente formativo podría quedarse corta en términos de impacto inmediato y de gestión de la exigencia competitiva que implica pelear semana a semana por Europa.

    Alberto Toril ofrece una propuesta distinta: experiencia en grandes escenarios, conocimiento del alto rendimiento y una trayectoria marcada por la gestión de vestuarios con presión constante. Su paso por el Real Madrid Femenino lo acredita como un técnico capaz de competir en la élite, con un enfoque pragmático y una atención especial al equilibrio entre fases del juego. Sin embargo, su perfil está íntimamente ligado a estructuras con una exigencia de dominio ofensivo constante y con plantillas diseñadas para llevar el peso del partido. En un club como el CD Tenerife, donde la fortaleza nace del bloque, del orden y de la competitividad colectiva, el encaje sería posible, pero requeriría un reajuste significativo del ecosistema deportivo y de las expectativas del entorno.

    Es en ese análisis donde emerge con especial claridad la figura de José Luis Sánchez Vera como el perfil que mejor dialoga con la realidad actual del representativo canario. Sánchez Vera es, por trayectoria y por convicción, un entrenador profundamente alineado con proyectos que crecen desde la solidez, el rigor táctico y la competitividad como valores irrenunciables. Campeón de Liga, de Copa y de Supercopa, su carrera está marcada por la capacidad de construir equipos fiables, mentalmente fuertes y extraordinariamente difíciles de batir. No es un técnico de fuegos artificiales ni de revoluciones innecesarias; es un arquitecto del rendimiento sostenido.

    Su filosofía encaja de manera casi natural con el CD Tenerife que hoy ocupa la quinta plaza de la Liga F Moeve. Un equipo que ha sabido competir desde el orden, que ha hecho de la fiabilidad defensiva una seña de identidad y que ha demostrado que se puede mirar a los grandes de tú a tú sin renunciar a la propia esencia. Sánchez Vera entiende como pocos la importancia del bloque, la gestión de los tiempos del partido y la lectura emocional de una temporada larga y exigente. Su experiencia en clubes que han crecido desde posiciones intermedias hasta convertirse en referentes competitivos es un valor diferencial para una entidad que quiere seguir dando pasos firmes sin perder el equilibrio.

    Además, su capacidad para maximizar el rendimiento de plantillas sin necesidad de grandes alardes encaja con la realidad presupuestaria y estructural del CD Tenerife. Sánchez Vera no exige contextos ideales para competir: los construye. Y en un club que ha hecho de la coherencia y la estabilidad su principal fortaleza, esa virtud resulta especialmente relevante. Su llegada no supondría una ruptura, sino una evolución natural del proyecto, una capa más de experiencia y ambición sobre unos cimientos ya sólidos.

    En un momento en el que el CD Tenerife no necesita reinventarse, sino reforzar su identidad y consolidar su posición entre los mejores, la elección del banquillo debe responder más al “quiénes somos” que al “quién suena más”. Montse Tomé, Juanjo Vila y Alberto Toril representan proyectos legítimos y valiosos, pero es José Luis Sánchez Vera quien mejor encaja con la filosofía, el presente competitivo y la ambición realista del representativo canario. Un entrenador de estructura, de detalle y de resultados sostenidos para un club que ha demostrado que su crecimiento no es una moda, sino una convicción.

    Costa Adeje Tenerife Egatesa se encuentra en un momento crucial de su temporada 2025/26. Tras la salida de Eder Maestre, que ha dejado una huella imborrable en la entidad, la directiva trabaja intensamente en la elección de su sustituto, un nombramiento que será decisivo de cara a los próximos compromisos deportivos y, muy especialmente, para afrontar con garantías la eliminatoria de la Copa de la Reina Iberdrola ante el Sevilla Fútbol Club en Nervión. Este encuentro, de alto nivel competitivo y carga histórica, marcará el inicio de una nueva etapa en el banquillo del conjunto tinerfeño y exigirá un liderazgo sólido, experiencia táctica y una conexión profunda con la identidad del equipo.

    Al frente de este proceso se encuentra D. Sergio Batista, presidente del Costa Adeje Tenerife Egatesa, cuya dedicación y compromiso con el club y con las guerreras han quedado patentes a lo largo de toda su gestión. Bajo su presidencia, la entidad ha consolidado un proyecto deportivo que combina ambición competitiva, estabilidad estructural y valores humanos. Batista no solo ha guiado al club en el plano institucional, sino que ha sido un impulsor de la cultura de trabajo, la cohesión del equipo y la proyección de las jugadoras más allá del terreno de juego, fomentando un ecosistema en el que las futbolistas se sienten respaldadas y motivadas para superar desafíos.

    El compromiso del presidente con el Costa Adeje Tenerife Egatesa y con sus guerreras se ha plasmado además en la narrativa documental de la entidad, disponible en Amazon Prime Video, donde se aprecia el rigor, la pasión y la cercanía de Batista con cada faceta del club. Desde la planificación estratégica hasta la gestión emocional del equipo, el documental refleja cómo su liderazgo ha sido un factor decisivo en la construcción de una identidad sólida, que combina competitividad, profesionalidad y arraigo social. No es un presidente al margen de la acción: es un referente presente, cercano y profundamente involucrado en cada victoria, cada dificultad y cada paso que da el equipo hacia sus objetivos.

    La elección del nuevo entrenador no será una mera decisión técnica, sino una prolongación de la visión de Batista: encontrar un perfil capaz de mantener la coherencia del proyecto, de inspirar a las jugadoras y de garantizar que el Costa Adeje Tenerife Egatesa continúe creciendo como un equipo competitivo y ejemplar dentro de la Liga F Moeve y en competiciones nacionales como la Copa de la Reina.

    El desafío es mayúsculo, y la responsabilidad recae en un presidente que ha demostrado, temporada tras temporada, que el compromiso con las guerreras va más allá de los resultados: es una cuestión de principios, de identidad y de legado.

    Con la experiencia acumulada en las últimas campañas, donde el equipo ha alcanzado su mejor rendimiento histórico y ha mostrado una capacidad extraordinaria para competir ante los grandes del fútbol femenino español, la elección del sustituto de Maestre será determinante.

    No solo por el reto inmediato de la eliminatoria frente al Sevilla, sino por la continuidad del proyecto que Batista ha cimentado desde su llegada: un proyecto basado en la solidez colectiva, la fiabilidad defensiva, la competitividad y la ambición sin estridencias.

    El Costa Adeje Tenerife Egatesa, bajo la mirada atenta y estratégica de Sergio Batista, se prepara para este nuevo capítulo con la misma determinación que ha caracterizado al club desde su ascenso a la élite. La pasión, el compromiso y la profesionalidad de su presidente serán, una vez más, los pilares que sostendrán a las guerreras en el camino hacia nuevos retos, dejando patente que en el Costa Adeje Tenerife Egatesa cada decisión se toma con corazón, visión y respeto por la historia y la identidad de la entidad.

  • Oficial | La Real Sociedad se asienta en los puestos europeos tras la decimocuarta jornada

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟧 El conjunto txuri-urdin venció por 3-0 al Deportivo Abanca para mantener la distancia en la tercera posición de Liga F Moeve. 

    La decimocuarta jornada de la Liga F Moeve no fue una más. No lo fue por el volumen de partidos, ni por la coincidencia de horarios, ni siquiera por los resultados en sí mismos, sino porque marcó el cierre competitivo antes del parón navideño y dejó una fotografía bastante nítida del momento emocional, futbolístico y clasificatorio de la competición. Un fin de semana completo, intenso, lleno de homenajes, goles anulados, decisiones arbitrales discutidas, MVPs determinantes y sensaciones contrapuestas entre equipos que miran hacia arriba con ambición europea y otros que resisten, sobreviven o se aferran a pequeños puntos de esperanza. Todo comenzó el sábado 13 de diciembre al mediodía, con dos encuentros simultáneos que ya anunciaban que la jornada no iba a conceder tregua.

    En el estadio Nuevo Los Cármenes, el Granada CF recibía al Real Madrid CF en un ambiente especial, cargado de emoción antes incluso de que rodara el balón. El club nazarí rindió homenaje a Andrea Romero y Marta Carrasco, dos nombres propios de su historia reciente, en un gesto que recordó que el fútbol femenino también se construye desde la memoria y el reconocimiento. Sobre el césped, el partido arrancó con intensidad y con un primer momento clave cuando la colegiada anuló un gol a Yoli Sierra por una falta previa de Postigo sobre la guardameta blanca, una acción que enfrió momentáneamente la ilusión local. A partir de ahí, el Real Madrid fue creciendo con paciencia y control hasta encontrar el primer golpe a la media hora de juego: Athenea del Castillo filtró un pase preciso al segundo palo y Pau Comendador, llegando desde atrás, abrió el marcador con determinación. El golpe fue duro para el Granada, pero aún más lo sería lo que estaba por venir antes del descanso. Alba Redondo, siempre en el lugar adecuado, aprovechó primero un envío medido de Sara Däbritz al punto de penalti para ampliar la ventaja y, apenas unos minutos después, recogió un rechace tras una acción defensiva para firmar su doblete y sentenciar prácticamente el choque antes del intermedio. La segunda mitad fue un ejercicio de resistencia por parte del conjunto nazarí, que se vino arriba empujado por su gente y llegó a rozar el gol con un disparo que se estrelló en el palo, mientras Iris Ashley estuvo cerca de ampliar la ventaja blanca, pero la guardameta local salvó el esférico sobre la línea. El 0-3 final dejó al Real Madrid asentado en la segunda plaza, confirmando su solidez antes del parón y reafirmando a Alba Redondo como una de las jugadoras más determinantes del campeonato.

    A la misma hora, en Buñol, el Levante UD y el RCD Espanyol protagonizaban un duelo de necesidades, de esos que pesan más en la clasificación de lo que parece a simple vista. Antes del inicio, el reconocimiento a Alharilla con el premio MARCA al mejor gol de la temporada pasada puso el acento en la memoria reciente, pero el partido pronto se encargó de devolver a ambos equipos al presente. Paula Arana lanzó el primer aviso con una volea espectacular que se estrelló en el palo antes de entrar, aunque la colegiada anuló la acción por una falta previa. El Levante respondió con una llegada de Érika González, también invalidada por fuera de juego, en un primer tramo de partido marcado por la intensidad y las interrupciones. Alharilla estuvo muy cerca de marcar antes del descanso, pero entre Júlia Guerra y el larguero evitaron el tanto. La segunda parte cambió el guion a los seis minutos, cuando una falta botada por Lucía Vallejo encontró la cabeza de Ángeles del Álamo, que sorprendió a Andrea Tarazona para marcar el único gol del encuentro. La delantera, MVP del partido, dedicó el tanto a Laura Martínez, lesionada del cruzado, en una imagen que recordó la dimensión humana del fútbol. El Levante lo intentó hasta el final, pero el Espanyol supo resistir y sumar tres puntos de oro que le permiten seguir alejándose del descenso.

    La tarde del sábado trajo consigo uno de los grandes focos mediáticos de la jornada: el derbi catalán entre el FC Badalona Women y el FC Barcelona, disputado en Palamós. El encuentro arrancó con un ritmo alto y con el Barça golpeando pronto, cuando un centro medido de Caroline Graham Hansen fue rematado de primeras por Ewa Pajor para abrir el marcador a los seis minutos. Lejos de venirse abajo, el Badalona reaccionó con personalidad y encontró el empate gracias a Lorena Navarro, que culminó una gran acción individual de Elena Julve para devolver las tablas al electrónico. El partido entró entonces en una fase de equilibrio hasta que, antes del descanso, apareció el talento diferencial. Mapi León filtró un balón que Claudia Pina convirtió en una obra de arte, inventándose un golazo directo a la escuadra que volvió a inclinar el partido del lado blaugrana. En la segunda mitad, el Barcelona terminó de imponer su superioridad. Aïcha Camara colgó un centro preciso y Carla Julià, exjugadora del Badalona, cabeceó con potencia para marcar el tercero y cumplir la ley del ex, en una acción que además le valió el MVP del encuentro. El cuarto tanto llegó en el minuto 76, obra de Vicky López, y ya en el añadido Esmee Brugts culminó la manita tras recibir un pase de Sydney Schertenleib. El 1-5 final dejó claro el dominio del Barça, pero también el orgullo de un Badalona que compitió con valentía durante buena parte del choque.

    A las 17:00 horas, el foco se trasladó al Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla FC recibía al Alhama CF ElPozo con el objetivo de seguir alargando su buena dinámica. El encuentro tuvo un componente emotivo con el homenaje a Eva Llamas por sus 100 partidos con la camiseta sevillista. Sobre el césped, el Sevilla golpeó primero a los veinte minutos tras una acción coral iniciada por un robo de Rosa Márquez, continuada por Inma Gabarro y culminada por Chantal Hagel con un zurdazo certero tras el pase atrás de Raquel Morcillo. El partido dio un giro pasada la media hora con la expulsión de Judith Caravaca por una entrada sobre Inma Gabarro, que acabaría siendo la MVP del choque. A pesar de la inferioridad numérica, el Alhama no se rindió y encontró el empate nada más arrancar la segunda mitad gracias a un gol de Yiyi. El Sevilla insistió, empujó y encontró su premio en el minuto 72, cuando un centro de Inma Gabarro fue rematado por Alba Cerrato para sellar una victoria que permite a las hispalenses marcharse al parón con seis partidos consecutivos sin perder, una racha que habla de estabilidad y crecimiento.

    La jornada sabatina se cerró en el estadio Fernando Torres con el duelo entre Madrid CFF y Athletic Club. El partido comenzó con una ocasión clara para las locales, un cabezazo de Malou Marcetto que obligó a Nanclares a firmar una intervención espectacular. Ángela Sosa también probó fortuna, pero la guardameta visitante volvió a responder. El Athletic fue creciendo con el paso de los minutos y antes del descanso Daniela Agote estrelló un disparo en el palo. Poco después, Elene Gurtubay se adelantó a la defensa madrileña y sorprendió a Paola Ulloa, que dudó en la salida, para abrir el marcador. Tras el descanso, el Madrid CFF intentó reaccionar, pero la expulsión de Esther Laborde pasada la hora de juego terminó de inclinar el partido. Con superioridad numérica, el Athletic se mostró cómodo y Daniela Agote, MVP del encuentro, sentenció con un golazo desde dentro del área que certificó una victoria trabajada y contundente.

    El domingo 14 de diciembre mantuvo el pulso competitivo desde primera hora. En Ipurua, la SD Eibar y el Atlético de Madrid firmaron uno de los partidos más vibrantes de la jornada. Antes del inicio, Eunate Astralaga recibió el reconocimiento de una peña como mejor jugadora de la temporada pasada, en un gesto que subrayó la conexión entre afición y futbolistas. El Atlético golpeó pronto con un gol de Synne Jensen tras una gran jugada individual, pero el Eibar reaccionó con rapidez y empató gracias a un cabezazo de Carla Andrés, MVP del choque, tras un centro de Sara Martín. Las armeras tenían claro su plan: esperar, resistir y salir rápido al contragolpe. Así llegó el segundo gol local, obra de Emma Moreno, cedida por el propio Atlético, culminando una transición perfecta. Las rojiblancas no lograron reaccionar antes del descanso, pero sí tras la reanudación, cuando una mano de Amaia Iribarren dentro del área fue castigada con penalti. Boe Risa transformó la pena máxima para poner el 2-2 definitivo. El tramo final fue una auténtica locura, con ocasiones en ambas áreas, pero el marcador no se movió y el reparto de puntos dejó sensaciones encontradas para ambos conjuntos.

    También a las 12:00 horas, la Real Sociedad recibía al Deportivo Abanca en Zubieta con la posibilidad de afianzarse en la zona alta. Antes del inicio, Lucía Rodríguez fue homenajeada con una camiseta conmemorativa por sus 100 partidos como txuri-urdin. La primera parte fue un asedio constante del conjunto donostiarra, que se topó una y otra vez con los postes y con una inspiradísima Inês Pereira bajo palos. El premio llegó nada más comenzar la segunda mitad, cuando Lucía Pardo, MVP del encuentro, empujó al fondo de la red un gran envío de Aiara Agirrezabala. A partir de ahí, la Real jugó con confianza y terminó de cerrar el partido con dos acciones de mucho talento. Andreia Jacinto puso un centro medido que Emma Ramírez remató de primeras para el 2-0, y Klára Cahynová aprovechó un balón suelto en el área para firmar el tercero. El 3-0 permitió a la Real Sociedad marcharse al parón en la tercera posición con 30 puntos, confirmando su candidatura a todo.

    En el Heliodoro Rodríguez López, el Costa Adeje Tenerife y el DUX Logroño cerraron la jornada con un duelo cargado de tensión y necesidad. El conjunto tinerfeño se adelantó pronto con un disparo de Natalia Ramos, MVP del partido, y tuvo ocasiones para ampliar la ventaja antes del descanso, con intentos de Sandra Castelló e Isina. Tras el paso por vestuarios, el DUX lo intentó, pidió un penalti por una acción sobre Sakina Diki que no fue concedido y terminó encontrando el empate a falta de trece minutos para el final, cuando Laura Martínez puso un centro que Paula Rubio convirtió en gol. El Tenerife aún tuvo la victoria en el tramo final con un disparo de Sakina Diki al palo y volvió a reclamar una pena máxima que tampoco llegó. El empate dejó al DUX sin conocer la victoria, pero con un punto de enorme valor emocional.

    Todos los encuentros de esta decimocuarta jornada pudieron seguirse a través de DAZN, con una cobertura que volvió a demostrar la consolidación audiovisual de la Liga F Moeve, mientras que el Real Sociedad–Deportivo Abanca contó además con emisión en Gol Play, TEN, EITB y TV Gallega, ampliando el alcance del fútbol femenino en abierto. Una jornada completa, intensa, cargada de relatos cruzados, que cerró el año competitivo dejando certezas, dudas y muchas historias abiertas. Porque en la Liga F Moeve, cada partido no es solo un resultado: es un capítulo más de una competición que sigue creciendo, partido a partido, emoción a emoción, como solo el fútbol femenino sabe hacerlo.

  • Oficial | Claudia Pina vestirá de azulgrana hasta 2029

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🚨 ¡Amplía su vínculo! La exjugadora del Sevilla Fútbol seguirá brillando en el Johan Cruyff durante cuatro temporadas más.

    El Fútbol Club Barcelona, líder indiscutible de la Liga F Moeve 2025-2026, ha anunciado oficialmente que alcanzó un acuerdo en firme con Claudia Pina Medina para renovar su contrato.

    La operación era una de las cuentas pendientes que se tenían en Cataluña dado que la internacional española en categoría absoluta quedaba libre a final de curso y ahora estará unida al campeón de la Supercopa de España hasta el próximo 30 de junio de 2029, como mínimo.

    La M.V.P. de la última gran final de la Copa de la Reina Iberdrola que las blaugranas levantaron en Huesca frente al Atlético de Madrid tiene 24 años de edad (12 de agosto de 2001) y ya desde que jugaba en categorías inferiores de “La Roja” a las órdenes de Toña Is ya apuntaba maneras, recordando su gran actuación en el Mundial de Uruguay en 2018.

    La de Moncada y Reixach fue cedida al Sevilla Fútbol Club en la temporada 2022-2023 y Nervión dio un salto de calidad muy notable al jugar 32 partidos oficiales, anotar 10 dianas y concediendo 7 asistencias a sus compañeras.

    En su retomo a la Ciudad Condal terminó de explotar y cuenta ya con 183 partidos vistiendo la azulgrana y habiendo marcado 96 goles hasta la fecha de esta publicación.

    Uno de los rasgos más destacados de Pina es su capacidad para jugar en varias posiciones de ataque. Puede actuar tanto en bandas como en la mediapunta, adaptándose a diferentes sistemas tácticos sin perder eficacia.

    Su inteligencia para leer los espacios y su movilidad constante la convierten en una amenaza constante para las defensas rivales.

    Claudia posee un dominio del balón exquisito, con regate y conducción que le permiten superar rivales en situaciones de uno contra uno. Su habilidad para recibir el balón en espacios reducidos y mantener la posesión es clave en la transición ofensiva del equipo. La calidad de su toque y su precisión en pases cortos y largos permiten conectar líneas y generar ocasiones de gol de manera fluida.

    Otra virtud fundamental de Pina es su capacidad para crear juego y generar peligro desde la mediapunta. Su visión periférica y rapidez mental le permiten detectar desmarques y anticipar movimientos, facilitando asistencias decisivas y combinaciones rápidas en el último tercio del campo. Es una jugadora que no solo interpreta el juego, sino que lo mejora con su creatividad.

    Aunque su rol puede ser creativo, Claudia también destaca por su instinto ofensivo. Posee una buena capacidad rematadora tanto con el pie como de cabeza, y su llegada desde segunda línea es una de sus armas más peligrosas.

    Esta combinación de creatividad y gol la hace indispensable en el entramado ofensivo del Barcelona.

    Más allá de lo técnico, Claudia Pina ha demostrado una mentalidad competitiva sobresaliente. Su capacidad para mantener la calma bajo presión, su determinación en partidos clave y su entrega en cada entrenamiento reflejan una profesionalidad que la sitúa como ejemplo dentro del vestuario.

    En definitiva, Claudia Pina no solo aporta goles y asistencias, sino también inteligencia táctica, versatilidad y liderazgo silencioso. Su proyección apunta a seguir siendo una referencia en la Liga F y en la Selección Española durante los próximos años, consolidando su nombre entre las grandes figuras del fútbol femenino.

    La nueve ha consolidado como una de las figuras más brillantes del fútbol femenino español y europeo. Su carrera, construida desde la cantera del F.C. Barcelona hasta la élite mundial, está salpicada de títulos colectivos y reconocimientos individuales que avalan su impacto dentro y fuera del campo.

    Desde su debut en el primer equipo del FC Barcelona Femení en 2018, Pina ha formado parte de una generación dorada que ha dominado tanto en España como en Europa. Con el Barcelona ha conquistado cinco Ligas F (2019‑20, 2021‑22, 2022‑23, 2023‑24 y 2024‑25), cuatro Copas de la Reina (2019‑20, 2021‑22, 2023‑24 y 2024‑25) y cinco Supercopas de España Femeninas (2019‑20, 2021‑22, 2022‑23, 2023‑24 y 2024‑25), además de dos UEFA Women’s Champions League (2022‑23 y 2023‑24), consolidando al club como potencia indiscutible del fútbol femenino europeo. Antes de brillar en el primer equipo, ya había logrado con el filial del Barça la Segunda División Española (Grupo III) en la temporada 2016‑2017.

    Con la selección española, Pina también ha dejado su huella: fue campeona del mundo sub‑17 en 2018 y logró un tercer puesto en 2016, subcampeona de la UEFA Women’s Under‑17 Championship en 2017, subcampeona del Mundial sub‑20 en 2018 y subcampeona de la Eurocopa femenina 2025 con la absoluta, mostrando un crecimiento constante en todas las categorías de la selección.

    Su talento individual ha sido reconocido con distinciones como la Golden Ball y la Silver Boot del Mundial sub‑17 de 2018, el premio a máxima goleadora de la UEFA Women’s Champions League 2024‑2025 y el Barça Players Award 2025, un reconocimiento otorgado por sus compañeras por su liderazgo y rendimiento.

    (Fuente: Liga F Moeve)

    De la década de los dos mil , Clàudia Pina ya posee un palmarés impresionante que combina títulos nacionales, europeos y logros internacionales con la selección, junto a galardones individuales que reflejan su calidad, polivalencia y proyección. Su carrera sigue en expansión, consolidándola como una de las grandes referentes del fútbol femenino moderno y prometiendo nuevas conquistas para los próximos años.

    La Player of the Month de la Liga F Moeve en el mes de noviembre firmó su nuevo contrato en las oficinas del Camp Nou presencia del presidente, Joan Laporta, el directivo responsable del femenino, Xavi Puig, y el director deportivo, Marc Vivés.

    La continuidad de la delantera catalana, que el curso pasado anotó 24 tantos y fue la máxima goleadora de la pasada Liga de Campeones con diez dianas, es crucial en el conjunto de Pere Romeu, que valora su polivalencia partiendo de la banda izquierda y que promete un futuro dorado ya que recientemente levantó su primer título absoluto con las campeonas del mundo en el Metropolitano al levantar la Liga de Naciones por 3-0 ante Alemania, con un doblete que fue histórico para las pupilas de Sonia Bermúdez.

    (Fuente: RFEF)