Categoría: Fútbol Europeo |

  • Oficial | UEFA WOMEN’S CHAMPIONS LEAGUE | SIGUE EN DIRECTO EN DISNEY+ EL SORTEO DE LA FASE ELIMINATORIA EL 18 DE DICIEMBRE DE 2025

    (Fuente: RTVE)

    🟨 Disney+ retransmitirá en directo el sorteo de la fase eliminatoria de la UEFA Women’s Champions League 2025/26 mañana, jueves 18 de diciembre, permitiendo a los aficionados la oportunidad de ver cómo los mejores clubes de Europa descubren sus próximos desafíos.

    La UEFA Women’s Champions League 2025/2026 entra en su territorio sagrado: Disney+ abre en directo la puerta al sorteo que marcará el destino de Europa.

    Hay días en el calendario del fútbol que no se juegan sobre el césped, pero pesan como finales. Días en los que no hay goles, ni paradas imposibles, ni celebraciones frente a la grada, pero sí decisiones, cruces, caminos y destinos. Lo Días que dibujan la historia antes de que empiece a escribirse con botas, camisetas y sudor.

    Este jueves, 18 de diciembre de 2025, a las 13:00 horas (hora española), desde Nyon (Suiza), el fútbol femenino europeo vivirá uno de esos momentos. Un instante detenido en el tiempo.

    Un ritual casi sagrado. El sorteo de la fase eliminatoria de la UEFA Women’s Champions League 2025/26, retransmitido en directo por Disney+, marcará el rumbo definitivo de la competición más prestigiosa del continente.

    Será el momento en el que los mejores clubes de Europa —los gigantes históricos, los proyectos emergentes, las potencias consolidadas y los aspirantes hambrientos— descubran su próximo desafío. El instante exacto en el que el sueño se hace concreto. El punto donde la teoría se transforma en camino.

    Porque a partir de aquí, ya no hay vuelta atrás.

    Nyon no es un estadio. No hay gradas, ni cánticos, ni mosaicos. Pero pocas salas han decidido tanto la historia del fútbol europeo como la sede de la UEFA a orillas del lago Lemán.

    Desde allí se han trazado las rutas hacia finales inolvidables, se han cruzado dinastías antes de tiempo, se han abierto oportunidades históricas y se han cerrado caminos de forma abrupta. Allí se dibujan los cuadros que luego incendian Europa.

    Este jueves, esa sala volverá a ser protagonista.
    A las 13:00h, las bolas empezarán a girar.
    Los nombres se cruzarán.
    Los silencios pesarán más que los aplausos.

    Y millones de aficionados, conectados en directo a través de Disney+, asistirán a un momento que ya forma parte del espectáculo global del fútbol femenino.

    retransmisión en directo del sorteo en Disney+ no es un detalle menor. Es un símbolo. Una declaración de intenciones.

    La UEFA Women’s Champions League ya no es un torneo de nicho. Es un producto global, una competición que reclama su lugar en el centro del escenario, con producción, narrativa y alcance mundial.

    Disney+, como parte de todas sus suscripciones existentes, permitirá que aficionados de toda Europa y del mundo vean en directo cómo se construye el futuro inmediato del torneo. Un gesto que confirma que el fútbol femenino no solo se juega: se cuenta, se celebra y se comparte en prime time.

    Porque hoy en día , el sorteo también es espectáculo.

    edición 2025/26 de la UEFA Women’s Champions League ha supuesto un punto de inflexión estructural. La introducción de una fase de liga inaugural, con un formato más exigente, más largo y más competitivo, ha elevado el nivel del torneo desde el primer día.

    Ya no hay margen para empezar despacio.
    Ya no existen partidos de transición.
    Cada punto cuenta. Cada jornada pesa.

    Este miércoles concluye esa fase de liga, dejando un mapa claro, jerarquizado y ferozmente competitivo.

    Solo cuatro equipos han logrado el privilegio máximo:
    evitar el play-off y acceder directamente a los cuartos de final.

    Un premio reservado a la excelencia sostenida. A la regularidad. A la autoridad.

    Ser uno de los cuatro primeros significa algo más que descanso competitivo:
    significa estatus, respeto y ventaja estratégica.

    Son los equipos que han demostrado estar preparados para luchar por todo.
    Los que han sobrevivido al desgaste.
    Los que llegan a febrero con el pulso firme.

    Para los otros ocho clasificados, el camino será más largo. Más peligroso. Más emocional.

    Los equipos que finalicen entre la quinta y la duodécima posición deberán disputar un play-off a doble partido, una eliminatoria sin red, con ida y vuelta, donde cada error se paga y cada acierto se recuerda.

    Ahí no hay margen para especular.
    Ahí se entra sabiendo que solo ocho seguirán vivos.

    El play-off es la frontera entre la ilusión y la caída.
    Entre febrero y el olvido.
    Entre la historia y la estadística.

    Algunos gigantes ya están confirmados en la fase eliminatoria, ya sea con billete directo a cuartos o con presencia asegurada en el play-off.

    Nombres que pesan. Escudos que imponen. Historias que no necesitan presentación.

    El Fútbol Club Barcelona es el referente absoluto del fútbol femenino europeo en la última década.
    El equipo que ha redefinido el estándar.
    El modelo que todos persiguen.

    El Barça llega una vez más como favorito natural, con una identidad reconocible, una plantilla repleta de talento diferencial y la experiencia de quien sabe cómo se ganan este tipo de partidos.

    Europa siempre mira al Barcelona y el F.C. Bayern de Múnich es el campeón alemán, sólido competitivo y estructurado Un equipo que ha aprendido a sufrir, a resistir y a crecer en Europa.

    El Bayern representa el poder de la Bundesliga femenina: físico, disciplina, ritmo alto y ambición constante. Un rival que nadie quiere cruzarse cuando la eliminatoria se vuelve áspera.

    Hablar del Olympique de Lyon es hablar de la historia misma de la competición.
    El club más laureado.
    La dinastía.
    El ADN europeo.

    Aunque el torneo haya evolucionado y el contexto sea más competitivo que nunca, Lyon sigue siendo Lyon. Y en las noches de eliminatoria, su camiseta pesa como pocas.

    crecimiento del United en Europa ya no es promesa: es realidad.
    Un proyecto que ha madurado, que compite y que ha aprendido a mirar de frente a las grandes potencias.

    La Women’s Champions League también es el escenario donde el fútbol inglés busca consolidar su hegemonía emergente. Y el United quiere ser protagonista.

    El Wolfsburgo es otro nombre imprescindible en cualquier relato europeo.
    Finales, semifinales, eliminatorias épicas.

    Wolfsburg es sinónimo de experiencia, competitividad y capacidad para elevar su nivel cuando llega febrero. Un rival incómodo, siempre peligroso, siempre preparado.

    La fase eliminatoria arrancará en febrero, con dos semanas que ya están marcadas en rojo en el calendario del fútbol femenino.
    • 11 y 12 de febrero
    • 18 y 19 de febrero

    Serán los días del play-off.
    Las noches de ida y vuelta.
    Los viajes, las remontadas, los goles fuera de casa, las decisiones arbitrales, los silencios tensos y los abrazos finales.

    Ahí se decidirá quién entra en el club de los ocho mejores de Europa.

    Y todo, en directo en Disney+.

    Superado el play-off, llegará el momento de los cuartos de final, la frontera donde la Champions se convierte en obsesión.
    • 24 y 25 de marzo – partidos de ida
    • 1 y 2 de abril – partidos de vuelta

    Aquí ya no hay sorpresas pequeñas.
    Aquí solo quedan clubes preparados para soportar la presión máxima.
    Aquí cada detalle decide.

    Los cuartos de final son el escenario donde se forjan las leyendas.
    Donde una parada puede valer una semifinal.
    Donde un gol en el minuto 89 puede cambiar la historia de un club.

    UEFA Women’s Champions League 2025/26 es más que un torneo.
    Es un reflejo del momento que vive el fútbol femenino europeo.

    Más inversión.
    Más profesionalización.
    Más audiencias.
    Más exigencia.

    Cada partido es un escaparate.
    Cada eliminatoria, un examen.
    Cada retransmisión, una oportunidad de crecer.

    Disney+ no solo emite partidos: emite relatos, construye contexto, acerca a nuevas audiencias y consolida la Champions femenina como un producto cultural y deportivo de primer nivel.

    Antes de que ruede el balón en febrero, el sorteo ya es un partido en sí mismo.

    Un cruce puede cambiar la temporada.
    Un emparejamiento puede adelantar una final.
    Una bola puede abrir un camino o cerrarlo de golpe.

    Los entrenadores mirarán pantallas.
    Las jugadoras seguirán el directo desde concentraciones y domicilios.
    Los aficionados soñarán, temerán, imaginarán.

    Porque en ese momento, todo es posible.

    Este jueves, durante unos minutos, el fútbol femenino europeo se detendrá.

    Nyon hablará, Disney+ lo contará.
    Y el camino hacia la gloria quedará trazado.

    Luego vendrán los partidos.
    Las noches largas.
    Las eliminatorias que se deciden por detalles mínimos.

    Pero todo empieza aquí.
    Con un sorteo.
    Con una sala en Suiza.
    Con Europa mirando al mismo punto.

    La UEFA Women’s Champions League no promete certezas.
    Promete emociones.

    Y en esta edición 2025/26, el torneo ha demostrado que ya no hay atajos.
    Que Europa es un territorio salvaje.
    Que ganar exige algo más que talento.

    Este jueves se escribe el índice de los próximos capítulos.

    El resto, como siempre, lo decidirá el fútbol y en Europa hay fútbol femenino de verdad, con mayúsculas .

  • Oficial | La Asamblea General aprueba las cuentas de la temporada 24/25 y consolida un reparto económico de 17 millones entre los clubs de Liga F

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟨 Durante la reunión se expuso el crecimiento en audiencias, asistencias, el entorno digital, y el reconocimiento de Liga F a nivel internacional.

     

    Los Clubes de Liga F Moeve han celebrado este miércoles su Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria, en la que se han aprobado, por una amplísima mayoría, las cuentas anuales correspondientes a la temporada 2024/2025. La aprobación refleja el elevado grado de consenso existente y la confianza de los Clubes en la gestión económica que se viene desarrollando desde la Asociación.

    Estas cuentas consolidan un reparto económico de 17 millones de euros entre los clubes en el pasado ejercicio, reafirmando el compromiso de Liga F con un modelo de crecimiento sostenible, orientado a reforzar la estabilidad financiera de las entidades y a seguir impulsando el desarrollo estructural del fútbol profesional femenino. Año tras año, la competición ha incrementado los recursos destinados a los Clubes, favoreciendo la sostenibilidad de sus presupuestos y una planificación sólida a medio y largo plazo

    La Liga F Moeve continúa evolucionando hacia un producto que mejora de forma constante una competición cada vez más atractiva y competitiva. La pasada temporada alcanzó una audiencia acumulada de 6,7 millones de espectadores, lo que supone un crecimiento cercano al 90% respecto a la temporada anterior, duplicando prácticamente los registros previos. 

    Estos datos confirman un crecimiento de audiencias equilibrado y una tendencia positiva en la temporada 2025/2026 que, tras la disputa de 13 jornadas, los datos ya reflejan un incremento del 9% en televisiones autonómicas, del 10% en DAZN España y del 13% en DAZN internacional, lo que evidencia un crecimiento sostenido tanto dentro como fuera de España, consolidando el posicionamiento internacional de la Primera División Femenina.

    En la misma línea, también se constata una evolución positiva de la experiencia presencial, con un crecimiento del 18% en la asistencia a los estadios en comparación con el mismo tramo de la temporada anterior, confirmando la importancia de mantener como tendencia al alza el mayor interés del público por vivir la competición en directo.

    En el entorno digital, Liga F se ha situado como primera liga europea en ratio de fan-engagement, superando los 900.000 seguidores, con más de 89 millones de impresiones y 190 millones de visualizaciones, lo que supone un crecimiento del 62% respecto a la campaña anterior. Esta fortaleza digital se consolida como una palanca clave para la visibilidad de los Clubes, el valor de marca de la competición y la atracción de patrocinadores y nuevas audiencias.

    Como colofón, se puso en valor el posicionamiento institucional de Liga F en el ámbito internacional, con una participación cada vez más activa en asociaciones como el World Leagues Forum y European Leagues.

    Más allá del crecimiento, Liga F comienza a consolidarse como referente. En los últimos meses, ligas e instituciones de países como China, Portugal, Turquía, Italia, Francia, Alemania, así como la Federación Paulista, se han acercado a Liga F para conocer su estructura y solicitar intercambios de formación y asesoramiento, interesados en su modelo de desarrollo .

    El comunicado de la patronal que preside Beatriz Álvarez Mesa, con maestría, deja muy a las claras que el fútbol femenino sí importa y cada vez resultado más atractivo, a pesar de quien hay quien insiste en negar la evidencia.

  • Reportaje | Viti, el arquitecto de la fe: 57 % de victorias, una idea innegociable y la convicción de que el fútbol femenino también se escribe con épica

    (Fuente: Liga F Moeve )

    🟨 Hay entrenadores que ganan partidos. Hay otros que ganan tiempo. Y hay muy pocos que ganan memoria. Víctor Martín —Viti para el fútbol— pertenece a esta última estirpe. La de los técnicos que no solo ordenan equipos, sino que dejan huella, cicatriz y relato. Desde su regreso a España para reconstruir al Madrid CFF hasta su actual travesía al frente del Atlético de Madrid Femenino, con un 57 % de victorias como cifra que resume pero no explica, Viti ha levantado un ideario futbolístico basado en la valentía, el rigor y la creencia radical en que ningún gigante es invencible si el plan es perfecto y el alma acompaña.

    Víctor Martín volvió a España con una maleta cargada de aprendizaje y una idea muy clara: el fútbol femenino no necesitaba salvadores, necesitaba entrenadores con método, con discurso y con el coraje suficiente para mirar a los ojos a cualquiera. El Madrid CFF fue su punto de partida, el laboratorio donde esa idea empezó a tomar forma definitiva. No era un proyecto cómodo ni protegido. Era un club acostumbrado a competir desde la trinchera, a sobrevivir en una liga cada vez más desigual, a construir identidad en medio del ruido. Y ahí, precisamente ahí, Viti encontró el terreno fértil para demostrar que el fútbol no entiende solo de presupuestos, sino de convicciones.

    Su nombre no necesitaba fuegos artificiales porque su currículum hablaba en un idioma que los despachos entienden y los vestuarios respetan: trabajo, conocimiento y coherencia.

    El Madrid CFF fue su punto de anclaje. Un club que no vive de la nostalgia ni del presupuesto, sino de la supervivencia diaria, del ingenio y del orgullo competitivo. Allí no había margen para el error ni para el romanticismo vacío. Cada punto contaba. Cada partido era una final. Y en ese contexto áspero, exigente, profundamente honesto, Víctor Martín encontró el escenario ideal para desarrollar una idea de fútbol que no se negocia: competir siempre, contra cualquiera, desde la inteligencia y la valentía.

    Su Madrid CFF no era un equipo reactivo. No esperaba acontecimientos. Los provocaba dentro de sus posibilidades. Defendía junto, atacaba con intención y, sobre todo, sabía exactamente quién era. Viti entendió desde el primer día que el verdadero lujo para un equipo humilde no es fichar estrellas, sino tener una identidad clara. Y eso fue lo primero que construyó. Una identidad reconocible incluso para el rival. Un equipo incómodo, intenso, tácticamente trabajado, emocionalmente preparado.

    Semana tras semana, el Madrid CFF fue creciendo. No siempre ganaba, pero siempre competía. No siempre dominaba, pero siempre sabía qué hacer cuando no dominaba. Viti convirtió a su equipo en una amenaza silenciosa. En uno de esos rivales que obligan a preparar el partido con respeto. Y el fútbol, que suele premiar la coherencia tarde o temprano, le tenía reservada una noche para la eternidad.

    Fuenlabrada. El lugar donde el tiempo se detuvo. El FC Barcelona llegaba con 719 días sin perder. Más de un año y medio de hegemonía absoluta. Un equipo que no solo ganaba, sino que dictaba las reglas del juego, que imponía su ley desde el primer minuto, que parecía invulnerable. En la previa, el relato estaba escrito: el Barcelona visitaba al Madrid CFF para seguir ampliando su leyenda. Pero Víctor Martín había escrito otro guión

    Aquel partido no se improvisó. Se diseñó. Se construyó en la pizarra, en la sala de vídeo, en cada entrenamiento previo. Viti entendió que para competir contra el Barcelona no bastaba con defender bien; había que saber cuándo y cómo atacar. Ajustó alturas, compactó líneas, cerró pasillos interiores y aceptó que habría fases largas de sufrimiento. Pero ese sufrimiento no era resignación, era parte del plan.

    El Madrid CFF defendió con orden, con disciplina, con una concentración feroz. Cada duelo era una final dentro del partido. Cada basculación, un acto de fe colectiva. Y cuando el balón cambiaba de dueño, el equipo no se desprendía de él por miedo. Salía. Atacaba. Corría con sentido. Golpeaba cuando el gigante dudaba.

    Y entonces apareció Rachael Kundananji. Potencia pura. Hambre desbordada. Dos goles. Dos latigazos que quebraron una racha histórica. El 2-1 final no fue una anécdota estadística. Fue una obra de autor. Fue la demostración de que incluso los imperios caen cuando el rival cree más que ellos.

    El Barcelona perdió tras 519 días. Y el fútbol femenino español ganó una certeza: el trabajo bien hecho todavía puede derribar muros.

    Aquel día, Víctor Martín dejó de ser solo un buen entrenador para convertirse en un nombre propio del campeonato. No por la sorpresa, sino por la manera. Porque nadie habló de fortuna ni de accidente. Se habló de plan. De lectura del partido. De ejecución. Se habló de entrenador.

    Ese partido fue una frontera. Un antes y un después. No solo para el Madrid CFF, sino para la carrera de Viti. Porque el fútbol, aunque a veces tarde, reconoce a quienes se atreven. Y el Atlético de Madrid llamó.

    El Atlético no buscaba un revolucionario sin red. Buscaba un constructor. Un técnico capaz de recoger una herencia pesada —años de títulos, de exigencia, de identidad ganadora— y transformarla sin romperla. Un entrenador que entendiera que el Atlético Femenino no necesitaba volver al pasado, sino encontrar una nueva manera de competir en el presente. Víctor Martín era ese perfil.

    (Fuente: RFEF)

    Su llegada no fue un golpe de efecto mediático. Fue una apuesta de fondo. Y desde el primer día, el Atlético empezó a parecerse a su entrenador. Un equipo intenso, organizado, flexible. Capaz de adaptarse a distintos contextos sin perder el alma. Capaz de competir contra cualquiera sin renunciar a sí mismo.

    La Copa de la Reina fue el primer gran termómetro. La final en Huesca ante el Barcelona no se ganó, pero se jugó. Y eso, en el contexto actual, es una declaración enorme. El Atlético no fue un espectador privilegiado. Fue un rival real. Hubo fases de dominio, momentos de valentía, tramos de fútbol en los que las colchoneras miraron al Barça de tú a tú. No fue una final asumida como destino inevitable. Fue una final disputada desde la convicción.

    Aquella final no dejó un título, pero dejó algo igual de valioso: autoestima competitiva. La sensación de que el Atlético podía volver a sentarse en la mesa de los grandes sin complejos. Y esa sensación es la base de todo lo que vino después.

    Alcalá de Henares se convirtió en el siguiente escenario simbólico. El BK Häcken, un equipo europeo serio, trabajado, con experiencia y colmillo, aparecía como un obstáculo real en el camino hacia la fase de liga de la UEFA Women’s Champions League. No era una eliminatoria para jugar con el nombre. Era una eliminatoria para jugar con la cabeza y el corazón.

    El Atlético ganó 2-1. Otra vez ese resultado que parece perseguir a Víctor Martín como una firma. El equipo supo sufrir, supo resistir y supo golpear cuando tocaba. No hubo ansiedad. No hubo miedo. Hubo plan. Alcalá fue una noche europea de verdad. De las que construyen vestuarios. De las que hacen que las jugadoras crean en lo que se está haciendo. De las que convierten una idea en realidad.

    La clasificación para la fase de liga de la Champions no fue un premio caído del cielo. Fue el resultado de un proceso. De una manera de trabajar. De una convicción compartida entre cuerpo técnico y plantilla.

    Y la Liga F confirmó la tendencia. Segunda jornada. Real Madrid enfrente. Otra vez 2-1. Otra vez un Atlético intenso, solidario, valiente. Ganar al Real Madrid siempre tiene un peso específico. No es solo una victoria. Es un mensaje. Es una reafirmación. Es decirle al campeonato que el Atlético de Víctor Martín no está aquí para transitar la temporada, sino para competirla.

    Los números acompañan, aunque nunca lo explican todo. Siete puntos. Undécimas en la tabla. Acceso a los playoffs de la Liga de Campeones Femenina. Un escenario complejo, pero favorable. Solo una concatenación extrema de resultados dejaría fuera a las colchoneras: una derrota abultada ante el Olympique de Lyon y una victoria del OH Leuven en Inglaterra ante el Arsenal que, además, tendría que servir para levantar una desventaja de diez goles. El fútbol permite soñar, pero también respeta la lógica. Y la lógica dice que el Atlético de Víctor Martín está compitiendo.

    Ese 57 % de victorias no es una cifra vacía. Es el resumen numérico de una idea sostenida en el tiempo. De una manera de entender el fútbol. De una capacidad notable para sacar rendimiento a los recursos disponibles. Viti no es un entrenador de discursos huecos. Es un técnico de detalle, de análisis, de trabajo invisible. Pero también es un líder emocional. Un gestor de vestuarios. Un convencido.

    Desde el Madrid CFF hasta el Atlético de Madrid, su trayectoria dibuja una línea clara. No hay contradicciones. Hay evolución. El entrenador que fue capaz de diseñar el plan perfecto para tumbar al Barcelona invicto es el mismo que hoy compite finales, clasifica a su equipo para Europa y mantiene al Atlético vivo en todos los frentes.

    El fútbol femenino necesita entrenadores así. Que entiendan el contexto. Que respeten la historia. Que no se escondan. Que apuesten por el juego y por la competición real. Víctor Martín no promete títulos inmediatos. Promete equipos preparados. Promete partidos disputados. Promete identidad.

    Y en un fútbol cada vez más dominado por la desigualdad económica, esa promesa es casi revolucionaria. Porque el mensaje de Viti es claro: se puede competir desde la idea, desde el trabajo, desde la fe. No siempre se gana. Pero siempre se pelea.

    Como dirían los entendidos en este deporte , el fútbol no siempre sonríe al que más tiene, sino al que mejor entiende el partido. Y Víctor Martín, desde hace tiempo, entiende el fútbol como una construcción colectiva, como un acto de resistencia y como un derecho: el derecho de creer.

    (Fuente: Liga F Moeve)
  • Oficial | Aitana Bonmatí es tres veces “The Best”

    (Fuente: FIFA)

    🟨 La Balón de Oro 2025 marca una época que lleva su nombre grabado a fuego.

    Por tercer año consecutivo, Aitana Bonmatí ha vuelto a conquistar el premio The Best a la mejor futbolista del mundo. Lo hace en 2025 para completar una secuencia histórica: tres The Best, tres Balones de Oro, tres dobletes consecutivos que no solo certifican su dominio individual, sino que explican una manera de entender el juego. Desde la pausa, desde el pase que ordena, desde la inteligencia que manda. Ausente en la gala de la FIFA en Doha por una grave lesión, Aitana estuvo presente en todo lo demás: en la memoria reciente del fútbol, en el respeto unánime del vestuario global y en esa sensación, cada vez más extendida, de que estamos ante una futbolista que no compite contra sus contemporáneas, sino contra el propio tiempo.

    El anuncio del tercer The Best consecutivo no necesitó redobles. Llegó con la naturalidad de lo inevitable. Aitana Bonmatí, centrocampista del FC Barcelona, volvió a ser elegida como la mejor jugadora del planeta por votación de entrenadoras, capitanas, periodistas y afición. “Muchas gracias por el premio a todos los que me han votado”, expresó la futbolista, con una serenidad que es marca de la casa, consciente de que el agradecimiento también es una forma de liderazgo.

    La gala se celebró en Doha, pero Aitana no pudo estar presente debido a una lesión grave. Y, aun así, estuvo. Porque su ausencia física no empañó la evidencia: el fútbol femenino vive bajo su influencia. El reconocimiento lo recogió desde el Camp Nou, acompañada por Jill Ellis, doble campeona del mundo y leyenda del fútbol estadounidense, en un gesto que simboliza el puente entre generaciones y continentes. “Gracias a las compañeras, entrenadores y aficionados que me han votado para poder ganar este premio. Es un gran honor para mí”, añadió Aitana. Palabras sencillas para un legado descomunal.

    dato ya es historia: tres The Best y tres Balones de Oro de manera consecutiva. No hay matices. No hay asteriscos. Es dominio puro. Es continuidad en la excelencia. Es sostener el nivel cuando el foco quema, cuando el cuerpo acusa, cuando el fútbol te persigue para descifrarte y tú, aun así, sigues encontrando respuestas nuevas.

    Aitana no gana por acumulación de goles ni por estadísticas vacías. Gana porque organiza el mundo cada vez que toca el balón. Porque decide cuándo acelerar y cuándo detener el partido. Porque entiende el juego como un idioma propio y lo traduce para todas. Porque convierte el caos en estructura y la estructura en ventaja.

    Si el fútbol es una conversación, Aitana Bonmatí siempre llega con la frase exacta. Su principal virtud no es la técnica —que la tiene— ni el disparo —que lo ejecuta con precisión quirúrgica—. Su don diferencial es la comprensión del juego. Aitana ve líneas donde otras ven espacios. Ve tiempos donde otras solo perciben urgencia.

    En el centro del campo, manda sin gritar. Gira la cabeza antes de recibir. Perfila el cuerpo para jugar a un toque. Elige el pase que no se celebra, pero que decide. Es una futbolista que piensa el partido como si lo escribiera: con introducción, nudo y desenlace. Y siempre con coherencia.

    Defensivamente, interpreta. Ofensivamente, rompe. Llega desde segunda línea con el sigilo de quien no necesita anunciarse. Su golpeo desde media distancia es una amenaza constante, pero su mayor peligro es invisible: la certeza. Con Aitana, el equipo sabe que el balón está a salvo.

    En una época de liderazgos ruidosos, Aitana representa otro modelo. Lidera desde el ejemplo, desde la exigencia diaria, desde la responsabilidad de quien no se esconde. No necesita brazalete para marcar el camino. Lo marca con cada control orientado, con cada retorno defensivo, con cada gesto de apoyo a una compañera.

    Su relación con el vestuario es horizontal, pero su influencia es vertical. Eleva el nivel de quienes la rodean. Hace mejores a las demás porque juega para todas. Y eso, en el fútbol de élite, es un privilegio.

    El 2025 también ha tenido su cara más dura. La grave lesión que le impidió asistir a la gala no es un punto final, sino un paréntesis. En el fútbol de Aitana no hay dramatismo impostado. Hay trabajo. Hay procesos. Hay regreso.

    Desde el Camp Nou, lejos de los focos de Doha, su imagen recogiendo el premio fue un símbolo: incluso parada, sigue avanzando. Porque su influencia no depende del minuto jugado, sino del impacto construido. Y porque el fútbol sabe —lo sabe bien— que cuando vuelva, volverá para mandar.

    Aitana Bonmatí no es solo una estrella del FC Barcelona. Es una figura global, un espejo para las nuevas generaciones y una referencia para el fútbol femenino en su conjunto. Su éxito no es individualista: es estructural. Representa una manera de hacer, de entrenar, de competir y de creer.

    Tres The Best consecutivos no son un premio más. Son una declaración de época. Y tres Balones de Oro consecutivos confirman que no estamos ante una racha, sino ante una hegemonía.

    Aitana Bonmatí no juega partidos. Los gobierna. No busca aplausos. Busca soluciones. No necesita épica. Construye verdad. Y en un fútbol cada vez más veloz y físico, ella demuestra que la inteligencia sigue siendo el atajo más corto hacia la grandeza.

    Hoy, el fútbol femenino tiene nombre propio. Y ese nombre no es solo presente. Es memoria futura.
    Aitana Bonmatí, The Best. Otra vez. Como siempre.

  • Oficial | Castellón será sede de la Supercopa de España Iberdrola 2026

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟣 La RFEF designa Castellón de la Plana como sede del torneo, que sale de Madrid después de varios años.

    El fútbol femenino español vuelve a escribir una página con vocación de trascendencia. No solo por lo que ocurre sobre el césped, sino por todo lo que rodea al balón cuando este empieza a rodar.

    La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), presidida por Rafael Louzán, ha confirmado de manera oficial que Castellón de la Plana será la sede de la Supercopa de España Femenina Iberdrola 2026, una decisión que marca un punto de inflexión simbólico, territorial y estratégico en el desarrollo de una de las competiciones con mayor solera y proyección del calendario nacional.

    El anuncio no es un simple cambio de escenario. Es una declaración de intenciones. Es la constatación de que el fútbol femenino español, ya maduro, consolidado y con una identidad propia, empieza a tomar decisiones que trascienden lo económico para abrazar valores, territorio y coherencia institucional.

    Encima de la mesa estuvo la posibilidad de replicar el modelo del fútbol masculino y exportar la Supercopa a Arabia Saudí.

    Una idea que, aunque económicamente tentadora, chocó frontalmente con la realidad del fútbol femenino y con la conciencia de varios de los clubes implicados. La respuesta fue rápida y contundente. El Real Madrid C.F., entre otros, se negó a viajar a un país donde no se respetan los derechos de las mujeres, cerrando la puerta a un escenario que habría supuesto una contradicción estructural con la esencia misma de la competición.

    No fue una negativa aislada ni caprichosa. Fue una postura lógica, ética y profundamente política en el mejor sentido del término: el de defender que el crecimiento del fútbol femenino no puede desligarse de los derechos, la visibilidad y la dignidad de las mujeres. La Supercopa no es solo un torneo. Es un escaparate. Y los escaparates también comunican.

    En los últimos años, la Comunidad de Madrid se había convertido en el hogar casi permanente de la Supercopa Femenina. Entre 2021 y 2025, seis ediciones se disputaron en territorio madrileño, con sedes como Las Rozas o Leganés y, más recientemente, el Estadio de Butarque como epicentro de las dos últimas finales.

    Una apuesta continuista que, si bien ofrecía garantías logísticas y visibilidad mediática, comenzó a generar fricción entre las aficiones de clubes históricos como el FC Barcelona, la Real Sociedad o el Athletic Club. El argumento era claro y compartido: la Supercopa debía disputarse en una sede neutral, que representara a todos por igual y que reforzara la idea de un torneo de ámbito nacional, no centralizado.

    El fútbol femenino español, cada vez más seguido, más exigente y más consciente de su peso social, reclamaba aire nuevo y la RFEF, en esta ocasión, escuchó.

    Para entender la magnitud del paso que ahora se da, conviene mirar atrás. La Supercopa de España Femenina vivió un antes y un después en 2019, cuando se implantó el formato Final Four. Una decisión estratégica que transformó una competición residual en un gran evento concentrado, capaz de reunir en una única sede a los cuatro mejores equipos de la temporada y convertir cada edición en una auténtica celebración del fútbol femenino de élite.

    Aquella primera edición del nuevo formato se celebró en Mérida, en el Estadio Romano José Fouto. No fue casualidad. Fue una apuesta valiente que llevó el foco mediático a Extremadura y demostró que el fútbol femenino podía ser motor de desarrollo territorial. Un año después, en 2020, Salamanca tomó el relevo con el Estadio Helmántico como escenario, consolidando la idea de una Supercopa itinerante, cercana y con capacidad de generar identidad en distintos puntos del país.

    Desde entonces, sin embargo, el torneo fue perdiendo esa vocación viajera. Mérida y Salamanca quedaron como referencias casi nostálgicas de lo que pudo ser, hasta ahora.

    Tras cerrar el acuerdo de colaboración entre la RFEF, la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento de Castellón de la Plana y el CD Castellón, el fútbol femenino español ha encontrado un nuevo hogar para una de sus citas más emblemáticas. El Estadio SkyFi Castalia será la sede de la Supercopa de España Femenina Iberdrola 2026.

    Castalia no es un estadio cualquiera. Es el corazón albinegro. La casa de los ‘Orelluts’. Un recinto con capacidad para más de 15.000 espectadores, moderno, funcional y profundamente conectado con la ciudad.

    Un estadio que respira fútbol y que ahora a se prepara para acoger uno de los torneos con más historia del a panorama femenino nacional.

    Con esta elección, Castellón toma el relevo de Butarque y se convierte, durante una semana, en el epicentro del fútbol femenino español.

    El formato Final Four volverá a ofrecer un menú de lujo. Cuatro clubes históricos, cuatro estilos, cuatro formas de entender el juego y una sola corona en disputa.
    • Martes 20 de enero, 19:00 horas
    Real Madrid CF – Club Atlético de Madrid
    • Miércoles 21 de enero, 19:00 horas
    FC Barcelona – Athletic Club
    • Sábado 24 de enero, 19:00 horas
    Final

    Tres noches de fútbol grande. Tres capítulos de una historia que mezcla rivalidad, talento, ambición y memoria. Todos los encuentros se podrán seguir en directo y en abierto a través de RTVE, garantizando una cobertura de servicio público acorde a la relevancia del evento y al crecimiento sostenido de las audiencias del fútbol femenino.

    El Estadio SkyFi Castalia no es ajeno a las grandes citas federativas. La RFEF ya ha confiado en él en anteriores ocasiones, especialmente con partidos de las selecciones nacionales. El último precedente tuvo lugar el 14 de octubre, cuando la Selección española Sub-21 se enfrentó a Finlandia en un encuentro oficial que volvió a situar a Castellón en el mapa del fútbol nacional.

    Ahora, el reto es distinto. Ahora, el balón será femenino y el mensaje, aún más potente.

    La Supercopa de España Femenina 2026 no será solo un torneo, sino un espejo e incluso un reflejo de hasta dónde ha llegado el fútbol femenino español y de hacia dónde quiere ir. Elegir Castellón es elegir descentralización.

    Designar a Castellón es sinónimo de coherencia, es elegir que los valores no se negocian y que el crecimiento debe ser sostenible, inclusivo y fiel a su razón de ser.

    Cuando el balón eche a rodar en Castalia, no solo comenzará una final four. Comenzará un nuevo capítulo. Uno en el que el fútbol femenino sigue demostrando que no necesita copiar modelos ajenos para brillar, que puede construir su propio camino y que, cuando se trata de avanzar, hacerlo juntas siempre es la mejor jugada.

    Porque en enero, en Castellón, no se jugará solo una Supercopa. Se jugará el presente y el futuro de un fútbol que ya no pide permiso para ocupar el lugar que le corresponde.

  • La previa | Olympique Lyonnais vs Atlético de Madrid

    ( Fuente: Liga F Moeve)

    🟨 El ocho veces campeón de Europa recibe en Francia ante un Atlético que está a un paso de ser legendario.

    🤝 Manu López y Ruth Romero

    Hay partidos que no necesitan presentación porque la historia los anuncia antes de que ruede el balón. Encuentros que no se explican únicamente con datos, alineaciones o sistemas, sino con memoria, con legado, con todo aquello que el fútbol europeo ha ido escribiendo durante años de noches grandes. El Olympique Lyonnais–Atlético de Madrid es uno de esos duelos. Un choque que nace del peso de los escudos, de la exigencia continental y de esa sensación inevitable de estar ante un examen de máximo nivel, de esos que miden no solo el talento, sino la identidad.

    Este miércoles, el Groupama Stadium se convierte en escenario de una de las grandes citas de la fase de grupos de la UEFA Women’s Champions League. Un templo moderno del fútbol femenino europeo que acoge un enfrentamiento donde el pasado glorioso y el presente competitivo se miran de frente, sin concesiones. Lyon, imperio continental, recibe a un Atlético de Madrid que viaja a Francia con la convicción de quien sabe que, en Europa, competir no es una circunstancia: es una forma de ser.

    El Olympique de Lyon no necesita demasiada introducción. Es el club que ha convertido la Champions en costumbre, el nombre que aparece una y otra vez cuando se habla de hegemonía, excelencia y dominio. Ocho títulos europeos sostienen su leyenda. Ocho coronas que han construido una cultura ganadora instalada en cada línea del campo, en cada gesto, en cada decisión. Lyon no solo juega la Champions: la habita. La entiende como su territorio natural.

    Juegan en casa, respaldadas por la autoridad que les concede el historial y por la presión inherente a quien siempre está obligado a ganar. Porque en Lyon, en Europa, no basta con competir. No basta con pasar rondas. Hay que vencer… y hay que convencer. Esa es la carga invisible que acompaña a los gigantes: la exigencia permanente de estar a la altura de su propio pasado.

    Con una plantilla diseñada para dominar, el conjunto francés buscará imponer desde el primer minuto su idea de fútbol: ritmo alto, posesión sostenida, profundidad por bandas y control absoluto del tempo del partido. Lyon entiende el juego desde la iniciativa, desde la jerarquía, desde el convencimiento de que el balón y el espacio deben estar siempre bajo su control. Juegan para mandar, para someter, para recordar al continente quién ha sido y quién sigue siendo.

    Enfrente, sin complejos pero con respeto, estará un Atlético de Madrid que ha aprendido a sobrevivir, a resistir y a crecer en contextos hostiles. Un equipo que no llega como favorito, pero sí como bloque competitivo, incómodo y con carácter. Un Atlético que sabe que estas noches no se juegan solo con el balón en los pies, sino con concentración, sacrificio y una fe colectiva que no se negocia.

    Las rojiblancas afrontan el choque conscientes de la dificultad, pero también del valor de cada punto en una fase de grupos que no concede margen para el error. El Atlético llega con la obligación de sumar, sí, pero también con la tranquilidad que da haber demostrado, una y otra vez, que puede competir ante cualquiera cuando mantiene el orden, la intensidad y la disciplina táctica. No es un equipo de fuegos artificiales: es un equipo de convicción.

    El conjunto madrileño necesitará un ejercicio casi perfecto de solidez defensiva, concentración máxima durante los 90 minutos y una lectura emocional impecable del partido. Saber sufrir cuando toque, minimizar errores, gestionar los momentos de asedio y aprovechar cada transición, cada balón parado, cada metro que Lyon conceda. En noches así, el margen es mínimo. Pero existe. Y el Atlético vive de hacerlo visible.

    En el centro del relato aparece también el talento joven y descarado de futbolistas como Fiamma Benítez, llamada a ser uno de los nombres propios del futuro rojiblanco, símbolo de una nueva generación que no entiende de complejos cuando pisa escenarios grandes. Junto a ella, la experiencia de un bloque que ya ha respirado el aire denso de Europa, que ha vivido eliminatorias, grupos exigentes y estadios que aprietan.

    El Atlético no viene a intercambiar golpes. Viene a competir desde su identidad. A mantenerse en pie cuando el partido se incline. A recordar que hay encuentros que no se ganan en el minuto 10, sino en el 80. Que hay noches que se sostienen desde la cabeza, desde el orden y desde la creencia.

    Este Lyon–Atlético no es solo un duelo entre un gigante histórico y un aspirante resistente. Es un choque entre la hegemonía y la rebeldía, entre la obligación de ganar y la ambición de creer. Un partido donde el marcador dirá mucho, pero donde el mensaje competitivo dirá aún más. Porque Europa también observa quién compite cuando el contexto es adverso.

    El estadio apretará. La Champions mirará. Y en medio, 22 futbolistas disputarán algo más que tres puntos: disputarán respeto, identidad y futuro continental.

    Porque la UEFA Women’s Champions League no espera y el Atlético de Madrid lo sabe.

    🔜 NEXT GAME

    🏆 UEFA Women’s Champions League

    🔥 OL Lyonnes 🆚 Atlético de Madrid 🔥

    ⚔️ Fase de liga ⚔️

    📅 Miércoles, 17 de diciembre de 2025

    🚀 Día de partido | Matchday 6

    ⏰ 20:55 horario peninsular

    🏟️ OL Stadium, Lyon

    (Fuente: Liga F Moeve)
  • Oficial | ¿Dónde se puede ver el OL Lyonnes vs Atlético de Madrid?

    (Fuente: Disney Plus)

    🚨 El Lyon – Atlético de Madrid, correspondiente a la sexta y última jornada de la fase liga de la UEFA Women’s Champions League, podrá seguirse en directo y en exclusiva a través de Disney Plus, plataforma que continúa reforzando su apuesta por el deporte de élite gracias a su colaboración estratégica con ESPN, responsable de la producción y la señal internacional del encuentro. La retransmisión arrancará a las 20:55 horas del martes 17 de diciembre, con una conexión especial desde el OL Stadium de Décines cinco minutos antes del pitido inicial, acercando al espectador el ambiente, la tensión y el contexto de una de las grandes noches europeas del fútbol femenino.

    Hay noches que no se juegan: se atraviesan. Hay estadios que no se visitan: se desafían. Y hay partidos que no admiten medias tintas porque están hechos de historia, de memoria y de futuro. Este martes, el fútbol femenino europeo vuelve a citarse con uno de esos encuentros destinados a perdurar, un duelo que podrá seguirse en directo a través de Disney Plus, gracias a su colaboración con ESPN, encargada de llevar al mundo la señal de una noche grande desde Francia.

    A las 20:55 horas, cinco minutos antes del pitido inicial, la retransmisión conectará en directo con el OL Stadium de Décines, escenario imponente y casi sagrado del fútbol femenino continental. Pero mucho antes de que la cámara se encienda y el balón eche a rodar, este Lyon – Atlético de Madrid ya se viene jugando desde hace semanas en la cabeza, en el vestuario y en el corazón rojiblanco. Disney Plus y ESPN pondrán la imagen; la emoción, la historia y la tensión ya están servidas.

    El Atlético de Madrid Femenino pisa Lyon sabiendo que enfrente no solo estará el Olympique Lyonnais, el club más grande que ha conocido la UEFA Women’s Champions League, sino también el peso de una competición que no perdona y que mide a los equipos en su versión más desnuda. El Lyon recibe al Atlético con el objetivo de cerrar la fase liga invicto, reafirmando una hegemonía que atraviesa generaciones, entrenadoras y plantillas. Las francesas llegan empatadas con el FC Barcelona en lo más alto de la clasificación, con 13 puntos, dominando el relato europeo una vez más.

    El Atlético, undécimo con siete puntos, aterriza en Francia con una ambición clara y legítima: clasificarse para los play-offs eliminatorios y demostrar que ya no es un invitado ocasional en la élite, sino un equipo que ha aprendido a competir cuando el contexto se vuelve hostil, cuando el rival impone respeto y cuando el escenario aprieta. En ese filo entre el miedo y la valentía se forjan las identidades.

    Porque si algo define a este Atlético es precisamente eso: su capacidad para resistir, insistir y sobrevivir. Es su primera participación en una fase de grupos —ahora fase liga— de la máxima competición continental, y ha llegado hasta aquí tras cruzar un camino áspero, sin atajos ni concesiones. La eliminatoria ante el Häcken fue una prueba de carácter puro: empate 1-1 en Gotemburgo, con gol de Luany; victoria 2-1 en Madrid tras prórroga, con el tanto decisivo de Synne Jensen cuando las piernas pesaban, el reloj quemaba y Europa exigía respuestas. Aquel día, sin saberlo del todo, el Atlético empezó a escribir esta historia que ahora desemboca en Lyon.

    El Lyon, en cambio, es la historia. Ocho veces campeón de Europa en once finales disputadas, ambos récords absolutos de la competición. El último título llegó en Turín, en 2022, tras derrotar al Barcelona por 3-1. Desde entonces, el Olympique Lyonnais sigue siendo el baremo con el que se mide todo en Europa. Incluso en la derrota. En 2024 cayó en la final ante el Barça (0-2), su último enfrentamiento con un rival español, poniendo fin a una racha de ocho victorias consecutivas ante equipos de España, incluidas las finales de 2019 y 2022 frente al conjunto azulgrana.

    El recuerdo entre Lyon y Atlético es escaso, pero contundente. Temporada 2015/16, octavos de final. Un 9-1 global que todavía resuena en los archivos de la competición: 1-3 en la ida en España y un devastador 6-0 en Francia. Ada Hegerberg, eterna, marcó cuatro goles en aquella eliminatoria. Aquella fue la única experiencia europea del Atlético frente a equipos franceses. Diez años después, el escenario es otro. El Atlético también es otro.

    Y así continúa el relato que Disney Plus y ESPN llevarán a cada pantalla: un partido donde los números imponen, las leyendas amenazan y el Atlético se presenta sin complejos, dispuesto a escribir su propio capítulo en el estadio donde Europa aprendió a temblar.

    La clasificación añade una última capa al relato. Al Atlético le interesa que el Real Madrid se cuele entre los cuatro mejores del continente para evitar un cruce madrileño en los play-offs. Incluso cayendo en Lyon, las colchoneras avanzarían gracias a una diferencia de goles favorable de diez tantos respecto al Vålerenga, que necesitaría una hecatombe y, además, ganar en Alemania al Bayern de Múnich. Precisamente el Bayern aparece como el rival más probable en el playoff, en un destino que parece escrito a medias.

    Pero antes de cálculos, de escenarios y de cuentas finales, está Lyon. El estadio. La camiseta blanca. La historia que pesa. El Atlético entra al OL Stadium sabiendo que no hay nada que perder y todo que ganar. Que este partido no define solo una clasificación, sino una identidad. Competir en Lyon es una declaración de intenciones. Resistir, un acto de fe. Golpear, una forma de rebelión.

    Este es ‘El Partido de Manu’. El partido donde el fútbol femenino se mira al espejo. Donde el pasado observa al presente. Donde el Atlético de Madrid desafía al Olimpo europeo con la convicción de quien sabe que, pase lo que pase, ya ha aprendido a vivir en estas noches.

    Y cuando suene el himno, cuando ruede el balón en Décines y Disney Plus, junto a ESPN, lleve la imagen al mundo, el Atlético no estará de visita. Estará escribiendo.

    🏆 UEFA Women’s Champions League

    🔥 OL Lyonnes 🆚 Atlético de Madrid 🔥

    ⚔️ Fase de liga ⚔️

    📅 Miércoles, 17 de diciembre de 2025

    🚀 Día de partido | Matchday 6

    ⏰ 20:55 horario peninsular

    🏟️ OL Stadium, Lyon

  • Oficial | La Real Sociedad se asienta en los puestos europeos tras la decimocuarta jornada

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟧 El conjunto txuri-urdin venció por 3-0 al Deportivo Abanca para mantener la distancia en la tercera posición de Liga F Moeve. 

    La decimocuarta jornada de la Liga F Moeve no fue una más. No lo fue por el volumen de partidos, ni por la coincidencia de horarios, ni siquiera por los resultados en sí mismos, sino porque marcó el cierre competitivo antes del parón navideño y dejó una fotografía bastante nítida del momento emocional, futbolístico y clasificatorio de la competición. Un fin de semana completo, intenso, lleno de homenajes, goles anulados, decisiones arbitrales discutidas, MVPs determinantes y sensaciones contrapuestas entre equipos que miran hacia arriba con ambición europea y otros que resisten, sobreviven o se aferran a pequeños puntos de esperanza. Todo comenzó el sábado 13 de diciembre al mediodía, con dos encuentros simultáneos que ya anunciaban que la jornada no iba a conceder tregua.

    En el estadio Nuevo Los Cármenes, el Granada CF recibía al Real Madrid CF en un ambiente especial, cargado de emoción antes incluso de que rodara el balón. El club nazarí rindió homenaje a Andrea Romero y Marta Carrasco, dos nombres propios de su historia reciente, en un gesto que recordó que el fútbol femenino también se construye desde la memoria y el reconocimiento. Sobre el césped, el partido arrancó con intensidad y con un primer momento clave cuando la colegiada anuló un gol a Yoli Sierra por una falta previa de Postigo sobre la guardameta blanca, una acción que enfrió momentáneamente la ilusión local. A partir de ahí, el Real Madrid fue creciendo con paciencia y control hasta encontrar el primer golpe a la media hora de juego: Athenea del Castillo filtró un pase preciso al segundo palo y Pau Comendador, llegando desde atrás, abrió el marcador con determinación. El golpe fue duro para el Granada, pero aún más lo sería lo que estaba por venir antes del descanso. Alba Redondo, siempre en el lugar adecuado, aprovechó primero un envío medido de Sara Däbritz al punto de penalti para ampliar la ventaja y, apenas unos minutos después, recogió un rechace tras una acción defensiva para firmar su doblete y sentenciar prácticamente el choque antes del intermedio. La segunda mitad fue un ejercicio de resistencia por parte del conjunto nazarí, que se vino arriba empujado por su gente y llegó a rozar el gol con un disparo que se estrelló en el palo, mientras Iris Ashley estuvo cerca de ampliar la ventaja blanca, pero la guardameta local salvó el esférico sobre la línea. El 0-3 final dejó al Real Madrid asentado en la segunda plaza, confirmando su solidez antes del parón y reafirmando a Alba Redondo como una de las jugadoras más determinantes del campeonato.

    A la misma hora, en Buñol, el Levante UD y el RCD Espanyol protagonizaban un duelo de necesidades, de esos que pesan más en la clasificación de lo que parece a simple vista. Antes del inicio, el reconocimiento a Alharilla con el premio MARCA al mejor gol de la temporada pasada puso el acento en la memoria reciente, pero el partido pronto se encargó de devolver a ambos equipos al presente. Paula Arana lanzó el primer aviso con una volea espectacular que se estrelló en el palo antes de entrar, aunque la colegiada anuló la acción por una falta previa. El Levante respondió con una llegada de Érika González, también invalidada por fuera de juego, en un primer tramo de partido marcado por la intensidad y las interrupciones. Alharilla estuvo muy cerca de marcar antes del descanso, pero entre Júlia Guerra y el larguero evitaron el tanto. La segunda parte cambió el guion a los seis minutos, cuando una falta botada por Lucía Vallejo encontró la cabeza de Ángeles del Álamo, que sorprendió a Andrea Tarazona para marcar el único gol del encuentro. La delantera, MVP del partido, dedicó el tanto a Laura Martínez, lesionada del cruzado, en una imagen que recordó la dimensión humana del fútbol. El Levante lo intentó hasta el final, pero el Espanyol supo resistir y sumar tres puntos de oro que le permiten seguir alejándose del descenso.

    La tarde del sábado trajo consigo uno de los grandes focos mediáticos de la jornada: el derbi catalán entre el FC Badalona Women y el FC Barcelona, disputado en Palamós. El encuentro arrancó con un ritmo alto y con el Barça golpeando pronto, cuando un centro medido de Caroline Graham Hansen fue rematado de primeras por Ewa Pajor para abrir el marcador a los seis minutos. Lejos de venirse abajo, el Badalona reaccionó con personalidad y encontró el empate gracias a Lorena Navarro, que culminó una gran acción individual de Elena Julve para devolver las tablas al electrónico. El partido entró entonces en una fase de equilibrio hasta que, antes del descanso, apareció el talento diferencial. Mapi León filtró un balón que Claudia Pina convirtió en una obra de arte, inventándose un golazo directo a la escuadra que volvió a inclinar el partido del lado blaugrana. En la segunda mitad, el Barcelona terminó de imponer su superioridad. Aïcha Camara colgó un centro preciso y Carla Julià, exjugadora del Badalona, cabeceó con potencia para marcar el tercero y cumplir la ley del ex, en una acción que además le valió el MVP del encuentro. El cuarto tanto llegó en el minuto 76, obra de Vicky López, y ya en el añadido Esmee Brugts culminó la manita tras recibir un pase de Sydney Schertenleib. El 1-5 final dejó claro el dominio del Barça, pero también el orgullo de un Badalona que compitió con valentía durante buena parte del choque.

    A las 17:00 horas, el foco se trasladó al Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla FC recibía al Alhama CF ElPozo con el objetivo de seguir alargando su buena dinámica. El encuentro tuvo un componente emotivo con el homenaje a Eva Llamas por sus 100 partidos con la camiseta sevillista. Sobre el césped, el Sevilla golpeó primero a los veinte minutos tras una acción coral iniciada por un robo de Rosa Márquez, continuada por Inma Gabarro y culminada por Chantal Hagel con un zurdazo certero tras el pase atrás de Raquel Morcillo. El partido dio un giro pasada la media hora con la expulsión de Judith Caravaca por una entrada sobre Inma Gabarro, que acabaría siendo la MVP del choque. A pesar de la inferioridad numérica, el Alhama no se rindió y encontró el empate nada más arrancar la segunda mitad gracias a un gol de Yiyi. El Sevilla insistió, empujó y encontró su premio en el minuto 72, cuando un centro de Inma Gabarro fue rematado por Alba Cerrato para sellar una victoria que permite a las hispalenses marcharse al parón con seis partidos consecutivos sin perder, una racha que habla de estabilidad y crecimiento.

    La jornada sabatina se cerró en el estadio Fernando Torres con el duelo entre Madrid CFF y Athletic Club. El partido comenzó con una ocasión clara para las locales, un cabezazo de Malou Marcetto que obligó a Nanclares a firmar una intervención espectacular. Ángela Sosa también probó fortuna, pero la guardameta visitante volvió a responder. El Athletic fue creciendo con el paso de los minutos y antes del descanso Daniela Agote estrelló un disparo en el palo. Poco después, Elene Gurtubay se adelantó a la defensa madrileña y sorprendió a Paola Ulloa, que dudó en la salida, para abrir el marcador. Tras el descanso, el Madrid CFF intentó reaccionar, pero la expulsión de Esther Laborde pasada la hora de juego terminó de inclinar el partido. Con superioridad numérica, el Athletic se mostró cómodo y Daniela Agote, MVP del encuentro, sentenció con un golazo desde dentro del área que certificó una victoria trabajada y contundente.

    El domingo 14 de diciembre mantuvo el pulso competitivo desde primera hora. En Ipurua, la SD Eibar y el Atlético de Madrid firmaron uno de los partidos más vibrantes de la jornada. Antes del inicio, Eunate Astralaga recibió el reconocimiento de una peña como mejor jugadora de la temporada pasada, en un gesto que subrayó la conexión entre afición y futbolistas. El Atlético golpeó pronto con un gol de Synne Jensen tras una gran jugada individual, pero el Eibar reaccionó con rapidez y empató gracias a un cabezazo de Carla Andrés, MVP del choque, tras un centro de Sara Martín. Las armeras tenían claro su plan: esperar, resistir y salir rápido al contragolpe. Así llegó el segundo gol local, obra de Emma Moreno, cedida por el propio Atlético, culminando una transición perfecta. Las rojiblancas no lograron reaccionar antes del descanso, pero sí tras la reanudación, cuando una mano de Amaia Iribarren dentro del área fue castigada con penalti. Boe Risa transformó la pena máxima para poner el 2-2 definitivo. El tramo final fue una auténtica locura, con ocasiones en ambas áreas, pero el marcador no se movió y el reparto de puntos dejó sensaciones encontradas para ambos conjuntos.

    También a las 12:00 horas, la Real Sociedad recibía al Deportivo Abanca en Zubieta con la posibilidad de afianzarse en la zona alta. Antes del inicio, Lucía Rodríguez fue homenajeada con una camiseta conmemorativa por sus 100 partidos como txuri-urdin. La primera parte fue un asedio constante del conjunto donostiarra, que se topó una y otra vez con los postes y con una inspiradísima Inês Pereira bajo palos. El premio llegó nada más comenzar la segunda mitad, cuando Lucía Pardo, MVP del encuentro, empujó al fondo de la red un gran envío de Aiara Agirrezabala. A partir de ahí, la Real jugó con confianza y terminó de cerrar el partido con dos acciones de mucho talento. Andreia Jacinto puso un centro medido que Emma Ramírez remató de primeras para el 2-0, y Klára Cahynová aprovechó un balón suelto en el área para firmar el tercero. El 3-0 permitió a la Real Sociedad marcharse al parón en la tercera posición con 30 puntos, confirmando su candidatura a todo.

    En el Heliodoro Rodríguez López, el Costa Adeje Tenerife y el DUX Logroño cerraron la jornada con un duelo cargado de tensión y necesidad. El conjunto tinerfeño se adelantó pronto con un disparo de Natalia Ramos, MVP del partido, y tuvo ocasiones para ampliar la ventaja antes del descanso, con intentos de Sandra Castelló e Isina. Tras el paso por vestuarios, el DUX lo intentó, pidió un penalti por una acción sobre Sakina Diki que no fue concedido y terminó encontrando el empate a falta de trece minutos para el final, cuando Laura Martínez puso un centro que Paula Rubio convirtió en gol. El Tenerife aún tuvo la victoria en el tramo final con un disparo de Sakina Diki al palo y volvió a reclamar una pena máxima que tampoco llegó. El empate dejó al DUX sin conocer la victoria, pero con un punto de enorme valor emocional.

    Todos los encuentros de esta decimocuarta jornada pudieron seguirse a través de DAZN, con una cobertura que volvió a demostrar la consolidación audiovisual de la Liga F Moeve, mientras que el Real Sociedad–Deportivo Abanca contó además con emisión en Gol Play, TEN, EITB y TV Gallega, ampliando el alcance del fútbol femenino en abierto. Una jornada completa, intensa, cargada de relatos cruzados, que cerró el año competitivo dejando certezas, dudas y muchas historias abiertas. Porque en la Liga F Moeve, cada partido no es solo un resultado: es un capítulo más de una competición que sigue creciendo, partido a partido, emoción a emoción, como solo el fútbol femenino sabe hacerlo.

  • Reportaje | Marta Corredera, mito colchonero de la Liga Iberdrola

    (Fuente: Laliga)

    🟦 La lateral de Tarrasa fue clave en los éxitos rojiblancos cuando los focos aún no alumbraban la Primera División Femenina y conviene no olvidarse de ella.

    (Fuente: Laliga)

    Hay nombres que explican títulos. Y hay nombres que explican procesos, transformaciones, cambios de mentalidad. Marta Corredera pertenece a esa segunda categoría, mucho más difícil de medir y, por eso mismo, infinitamente más valiosa. Su paso por el Atlético de Madrid Femenino no puede resumirse en partidos jugados ni en trofeos levantados. Corredera fue estructura, fue cultura competitiva, fue ejemplo diario. Fue una de las futbolistas que ayudó a que el Atlético dejara de preguntarse si podía ganar y empezara a preguntarse cómo iba a hacerlo. Este reportaje no es una cronología fría: es una reivindicación. Una mirada larga, profunda y épica al legado de una futbolista imprescindible en la historia rojiblanca.

    Para entender la importancia de Marta Corredera hay que retroceder a un tiempo en el que el Atlético de Madrid Femenino todavía estaba construyéndose a sí mismo. No desde la precariedad, sino desde la ambición emergente. Era un equipo con talento, con energía, con identidad por definir. Un club que había decidido apostar, pero que necesitaba algo más que intención: necesitaba convicción.

    En ese escenario aparece Corredera. Y su llegada no fue una incorporación más. Fue una declaración de intenciones. El Atlético fichaba a una futbolista hecha, madura, internacional, campeona, acostumbrada a convivir con la exigencia diaria. Una jugadora que no venía a aprender qué era ganar, sino a enseñar cómo se gana.

    Corredera llegó cuando el proyecto todavía estaba escribiendo sus primeras páginas doradas. Y eso la convierte, inevitablemente, en jugadora fundacional de una era.

    Definir a Marta Corredera solo por su posición sería quedarse en la superficie. Lateral derecha, carrilera, interior, extremo ocasional. Todo eso fue. Pero, por encima de todo, fue una futbolista total, una de esas piezas que elevan al colectivo porque entienden el juego más allá de su zona.

    Corredera era táctica, disciplinada, agresiva cuando tocaba y serena cuando el partido pedía cabeza. Tenía recorrido, lectura defensiva y una capacidad notable para elegir bien en los momentos clave. Nunca fue una jugadora anárquica. Siempre fue funcional al equipo.

    En un Atlético que empezaba a construir su identidad sobre el orden, la intensidad y el compromiso colectivo, Corredera encajó como si hubiera nacido para vestir de rojiblanco.

    Los grandes equipos no se construyen solo con genialidades. Se construyen con fiabilidad. Con futbolistas que garantizan un nivel alto partido tras partido. Corredera fue exactamente eso para el Atlético.

    Su banda era territorio seguro. No regalaba ventajas. No se desconectaba. Y cuando el equipo necesitaba empuje, lo daba. Cuando tocaba cerrar filas, estaba. Esa regularidad fue una de las bases sobre las que el Atlético empezó a competir de tú a tú con cualquiera.

    Corredera no necesitaba firmar portadas para ser decisiva. Su importancia estaba en el día a día, en la constancia, en el trabajo silencioso que sostiene a los proyectos ganadores.

    No todas las líderes llevan brazalete. Algunas lideran desde el ejemplo. Marta Corredera fue una de ellas. Su liderazgo no era estridente, pero sí profundo. Se notaba en los entrenamientos, en la manera de competir, en la exigencia consigo misma y con el entorno.

    Para las futbolistas más jóvenes, Corredera fue una referencia. Una demostración de lo que significa ser profesional de alto nivel. De cómo se entrena. De cómo se compite incluso cuando el cuerpo no acompaña. De cómo se respeta el escudo cada día.

    Ese tipo de liderazgo no se ve en las estadísticas, pero se queda en los vestuarios para siempre.

    Atlético de Madrid Femenino empezó a ganar títulos. Y ganar cambia todo. Cambia la percepción externa y, sobre todo, cambia la percepción interna. Defender un título es más difícil que conquistarlo. Y ahí, futbolistas como Corredera fueron fundamentales.

    Porque ganar exige algo más que talento. Exige carácter. Exige resistencia emocional. Exige saber gestionar la presión. Corredera ya había estado ahí. Ya sabía lo que significaba competir con la obligación de vencer. Y trasladó esa experiencia al grupo.

    El Atlético dejó de sentirse invitado en la élite y empezó a instalarse en ella. Y ese salto no se entiende sin la aportación de futbolistas que sabían cómo convivir con la exigencia permanente.

    La Champions fue el escenario donde el Atlético se midió a sí mismo. Donde descubrió qué le faltaba y qué ya tenía. Y Corredera fue una de las futbolistas que mejor representó esa madurez competitiva.

    En Europa, cada error pesa más. Cada desajuste se paga. Y Corredera aportó equilibrio, lectura y experiencia. No se aceleraba. No se escondía. Entendía el ritmo del partido y ayudaba al equipo a mantenerse con vida en contextos hostiles.

    Europa no perdona la ingenuidad. Corredera nunca fue ingenua y eso lo sabemos los que seguimos el fútbol femenino desde antes de que se considerase profesional a la lleva de Beatriz Álvarez a la presidencia de la patronal.

    Con el paso del tiempo, la figura de Marta Corredera se agranda. Porque la historia se entiende mejor con distancia. Porque se valora más lo que fue esencial. Corredera fue una de las futbolistas que cambió el destino competitivo del Atlético de Madrid Femenino.

    No fue una jugadora de transición. Fue una jugadora estructural. Parte de un núcleo que convirtió al Atlético en campeón. Que enseñó al equipo a resistir, a competir, a creer.
    Hoy el Atlético de Madrid Femenino es un club respetado, temido y reconocido. Pero nada de eso nació de la nada. Se construyó. Partido a partido. Entrenamiento a entrenamiento. Con futbolistas como Marta Corredera.

    Recordarla no es nostalgia. Es memoria histórica. Es entender que el ADN campeón del Atlético se forjó con esfuerzo, con compromiso y con futbolistas que entendieron el escudo antes incluso de que el escudo supiera lo grande que podía llegar a ser.

    Marta Corredera no solo pasó por el Atlético de Madrid y ayudó a definirlo.

    La exjugadora del Barcelona pasó de forjar el carácter rojiblanco a sobrevivir a una salida injusta en el Real Madrid; de la banda al micrófono de RTVE, su voz ahora añade memoria y verdad al relato del fútbol femenino.

    Hay trayectorias que solo se comprenden si se cuentan sin cortes: lo que se hizo, lo que se sufrió y lo que se convierte en enseñanza. Marta Corredera es una de esas trayectorias. Fue pieza clave en la construcción del Atlético de Madrid femenino; siguió demostrando su jerarquía en el Levante; vivió una despedida del Real Madrid que muchos juzgaron fría y poco digna para quien tanto había dado al fútbol español; y hoy transforma esa experiencia en autoridad periodística desde RTVE. Este reportaje es una defensa apasionada: sí, Marta fue jugadora; sí, sufrió; y hoy, más que nunca, merece reconocimiento —por lo que hizo en el campo, por cómo respondió a la adversidad y por la nueva dimensión pública que ejerce con honestidad y conocimiento de causa.

    El traslado al Levante U.D. no fue un paso hacia atrás: fue otro capítulo de validación. En un club con otra idiosincrasia, con retos diferentes, Marta demostró que su fútbol no dependía del nombre en la camiseta sino de sus principios profesionales. Allí volvió a ser referente, a poner orden y a aplicar la experiencia adquirida. Jugadoras como ella no solo suman rendimiento, también elevan los estándares del día a día: imponen rutinas, transmiten hábitos, contagian profesionalidad. Son piezas que endurecen el grupo sin renunciar a la sensibilidad del juego.

    Y después llegó el Real Madrid, una etapa que terminó siendo, para ella, dolorosa. Su salida del club blanco fue gestionada con frialdad, con matices de incomprensión y, para muchos, con falta de la gratitud que su carrera merecía. No hablamos aquí de estadísticas; hablamos de trato humano. Cuando una jugadora que dio tanto al fútbol español se marcha entre sombras administrativas o sin el reconocimiento público acorde a su trayectoria, no es un simple movimiento de mercado: es una noticia que revela carencias del fútbol respecto a sus protagonistas. En este punto debemos posicionarnos. Apoyo incondicional a la futbolista que sufrió una despedida que no estuvo a la altura de su carrera. Defender a Marta en este episodio no es tomar partido gratuitamente; es recordar que el fútbol —y quienes lo dirigen— tiene la obligación moral de cuidar la memoria de quienes lo construyen.

    (Fuente: Real Madrid)

    Esa mala salida pudo ser un punto final devastador. Para muchas habría significado silencio y retirada dolorosa; para Marta fue combustible para insistir en su dignidad. Porque la grandeza se mide también por la respuesta a la injusticia porque en Valdebebas no la supieron valorar tras su embarazo.

    Marta Corredera ha querido alzar la voz para contar su historia de como pasó el tiempo en el Real Madrid mientras estaba embarazada. La que fuera lateral del equipo blanco cuenta en El Periódico cómo vivió su maternidad, además de hablar del abandono que sintió por parte del club. La catalana anunció su embarazo en enero de 2022 y, después de un parto complicado con cesárea, Marta Corredera no pudo volver a jugar y se despidió del equipo blanco el 30 de junio de 2023. «Contar mi historia ha sido difícil. He pensado mucho en si debería hacerlo o no, pero creo que todas las mujeres se merecen ser cuidadas y respetadas», escribió en su twitter. Corredera tuvo un embarazo complicado (vómitos, náuseas y mareos, cogió la baja médica) y después sufrió también las secuelas de la cesárea. «Por parte del club yo no tuve ningún tipo de ayuda en ese sentido. A mí en ningún momento me llamaron para preguntarme cómo estaba o si necesitaba algo en cuanto a condición física», comenzó diciendo.

    ‘ Dejé de jugar porque obviamente la doctora me dijo que no tenía ningún sentido correr riesgos. En enero (2022) vuelvo a Madrid (se marchó a Barcelona con su familia en diciembre de 2021) a contárselo a Ana Rossell (directora de la sección femenina). Me entran muchas dudas, porque es un momento de vértigo. Hablé con el club, me volví para acá y cogí la baja médica. No se ponen medidas específicas sobre la mesa para mi caso. Me llaman del club, no me llama ni Ana Rossell ni el responsable del femenino, no sé si era del departamento de integridad. Me propusieron que, como yo no podía ejercer mi actividad laboral normal, debía ir a ayudar a los equipos femeninos por las tardes a Valdebebas a no sé a qué, estar allí desde las 19 horas de la tarde hasta las 21 h de la noche, para cumplir mi contrato. Yo en ese momento me quedé en shock porque mi contrato es de jugadora profesional y yo entiendo que para esta casuística tiene que haber un protocolo o algo que me ampare, ¿no? Que me proteja. Lo último que necesitaba en ese momento es que se me apartase del equipo y se me mandase con la cantera, porque yo creo que no es ni lógico ni ético», desveló. Y no solo por parte del club, sino incluso de algunas de sus compañeras que le dieron la espalda en estos duros momentos. «Estaba en el grupo del equipo y pongo que ya había nacido mi hija. Les mandé una foto. Por ahí recibo felicitaciones de la mayoría de la plantilla, pero no de todas. Hay gente que decidió no felicitarme. A partir de ahí yo me siento muy abandonada porque no dejo de ser una jugadora de la plantilla, que es verdad que estoy de baja por maternidad, pero que en teoría en algún momento de un futuro próximo me tenía que reincorporar a la actividad. Desde el momento que yo doy a luz me siento muy abandonada porque no tengo ningún tipo de contacto con el club, ni con los fisios, ni con el preparador, ni con un médico. Para mí mentalmente no fue nada fácil. Yo sabía que las deportistas éramos cromos, pero estamos hablando de una situación que antes de la de la futbolista va a la persona. Y en ese momento la Marta persona se sintió muy abandonada. Es verdad que yo estoy en Barcelona y estoy de baja, pero eso no significa que se tengan que olvidar de mí o que no me puedan ayudar», finalizó Marta.

    Su paso al periodismo deportivo, y muy especialmente su trabajo en RTVE, debe leerse en clave de reparación y de valor añadido. En un país donde el discurso sobre el fútbol femenino a menudo ha sido superficial o paternalista, la presencia de alguien que ha vivido vestuarios, competiciones internacionales, presión por títulos y la amargura de una salida mal resuelta es un activo incalculable. Marta aporta empatía, contexto y una mirada que no se limita a describir jugadas: contextualiza decisiones tácticas, entiende los matices de los estados anímicos en los vestuarios y rescata la humanidad detrás del rendimiento. En RTVE no es solo comentarista; es puente entre lo que se ve en la tele y lo que realmente ocurre detrás de la camiseta.

    Su labor en antena equivale a pedagogía. Habla a quien disfruta del fútbol y a quien lo analiza desde la distancia; traduce complejidades tácticas con palabras accesibles sin renunciar al rigor; reivindica la voz de las futbolistas con el peso de quien también fue protagonista; y aporta memoria en un medio masivo: recuerda procesos, visibiliza deudas históricas y obliga a la audiencia a entender que el fútbol femenino no es una moda, sino una realidad que tiene raíces y protagonistas concretos.

    Todo ello, además, lo hace con honestidad: no busca réditos personales sino explicar el juego y, cuando toca, denunciar o apoyar con argumentos.

    Apoyar a Corredera en la narrativa pública no significa idealizarla. Significa reconocer que su trayectoria merece defensa porque reúne talento, entrega y la dignidad de quien afrontó una salida mal gestionada con elegancia y con firmeza. Significa poner en valor su papel como transmisora de conocimiento y memoria en RTVE, una función que beneficia al deporte y a la sociedad que lo consume. Marta hoy es testigo y maestra; su micrófono permite que las historias mal contadas vuelvan a tener voz propia.

    La huella que dejó en el Atlético es indeleble. Fue pieza activa en la configuración de una mentalidad ganadora: no la de los fuegos de artificio, sino la del trabajo cotidiano, la del sacrificio colectivo que acaba derivando en títulos y en respeto. Esa huella se combina con la experiencia en Levante y con la amarga lección del Real Madrid para ofrecer un retrato completo de una futbolista que se forjó en el terreno y que, tras el golpe, eligió también iluminarlo desde la comunicación.

    Decir que Marta Corredera es importante para la historia del fútbol femenino español no es retórica: es realidad. Fue parte de procesos de consolidación, acompañó generaciones, ordenó dinámicas y hoy, desde RTVE, explica por qué esos procesos importan. Su voz reivindica a quienes construyen lejos de los focos y exige mejores maneras de despedir a los que dieron tanto. Es la voz que recuerda que la dignidad profesional no caduca con una cláusula contractual ni se borra con el cambio de una camiseta.

    En el balance final, su relato completo —la formación de carácter en el Atlético, la confirmación en el Levante, la herida abierta en el Real Madrid y la consagración comunicativa en RTVE— constituye una lección: que las carreras tienen capítulos dulces y amargos, y que la medida de una jugadora también está en cómo traduce esas experiencias para el bien común. Marta Corredera eligió no callar ni esconderse; eligió hablar, enseñar y sostener la memoria del fútbol femenino. Por eso su figura merece más que un recuerdo efímero: merece defensa, reconocimiento y, sobre todo, escucha.

    Corredera no dejó que la narrativa dominante la redujera. Al contrario: transformó la experiencia en aprendizaje, y a ese aprendizaje le añadió una nueva faceta pública: la de analista y comentarista en RTVE.

    palmarés de Marta Corredera refleja mucho más que títulos; es un testimonio de consistencia, profesionalidad y liderazgo a lo largo de toda su carrera. Con el Atlético de Madrid Femenino se convirtió en pieza clave para la conquista de la Liga española en varias temporadas, además de participar de manera destacada en competiciones europeas, dejando su sello en el crecimiento y la consolidación del equipo. Posteriormente, en el Levante UD, aportó su experiencia y liderazgo, contribuyendo al nivel competitivo de un equipo emergente en la primera división y demostrando que su valor no dependía del nombre de la camiseta. Su etapa en el Real Madrid Femenino, aunque breve, estuvo marcada por la profesionalidad y entrega, dejando constancia de su compromiso incluso en un contexto complejo. A nivel internacional, Corredera se consolidó como referente polivalente de la selección española absoluta, participando en torneos europeos y mundiales y sumando experiencia que reforzó su autoridad dentro y fuera del campo. En conjunto, su trayectoria demuestra que su legado no se mide solo en trofeos, sino en ejemplo, constancia y liderazgo dentro del fútbol femenino español.

    Palmarés |


    El palmarés de Marta Corredera es impresionante, destacando seis Ligas españolas, cinco Copas de la Reina y una Copa de la Liga con clubes como el FC Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid, además de logros con la selección española (Cyprus Women’s Cup, Algarve Cup), consolidándose como un referente del fútbol femenino con una carrera llena de títulos nacionales e internacionales.

    Con Clubes (España):
    Liga F / Primera División: 6 veces campeona (principalmente con Barcelona y Atlético de Madrid).
    Copa de la Reina: 5 veces campeona (con Barcelona y Atlético de Madrid).
    Copa de la Liga: 1 vez campeona.
    Con la Selección Española:
    Cyprus Women’s Cup: 1 título (2018).
    Algarve Cup: 1 título (2017).
    Participación en Mundiales (Canadá 2015, Francia 2019) y Eurocopas.
    Reconocimientos Individuales:
    Premiada como mejor deportista del año en Tarrasa, su ciudad natal.
    Ha sido un pilar en la selección y en los grandes clubes españoles como el Barcelona (donde pasó 5 temporadas).

    En resumen, Marta Corredera acumuló un palmarés envidiable, siendo una de las pioneras y jugadoras más laureadas del fútbol femenino español y europeo.

    (Fuente: Liga Iberdrola)

  • La crónica | El Atlético sigue sumando, esta vez en Ipurúa

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟦El cuadro armero logró empatar (2-2) ante el Atlético de Madrid en el estadio de Ipurua. Synne Jensen adelantó a las visitantes, pero Carla Andrés, que fue la MVP del choque, y Emma Moreno, le dieron la vuelta al marcador. En la segunda parte, Vilde Bøe Risa, desde el punto de penalti, terminó colocando las tablas finales.

    La previa |

    #LigaFMoeve | #EibarAtleti

    (Fuente: Getty imágenes)

    Hay estadios que no se explican con metros cuadrados ni con aforo. Ipurua es uno de ellos. Un campo que aprieta, que encoge el tiempo y que exige respuestas inmediatas. Allí llega la SD Eibar con la confianza que otorga el trabajo bien hecho: ocho puntos de colchón sobre el descenso y la sensación de equipo que compite cada jornada con una idea clara y un compromiso innegociable.
    El triunfo en Las Gaunas ante el DUX Logroño (0-1) no fue solo un resultado; fue una declaración de intenciones. Ganar fuera, sufrir cuando toca y sostenerse desde el bloque. Un partido marcado, además, por las ausencias de Patri Ojeda, golpeada por la pérdida de su hermana, y Garazi Facila, dos nombres propios que hoy vuelven a sobrevolar la previa desde el respeto y la emoción. El Eibar juega también por ellas.

    Enfrente, un Atlético de Madrid que llega con 25 puntos, a solo dos de los puestos europeos, pero con una mochila cargada de interrogantes. El empate ante el Bayern de Múnich (2-2) en la Champions fue una noche de carácter y jerarquía continental, una demostración de que este equipo sabe competir en escenarios mayores. Sin embargo, la Liga se le resiste: tres partidos consecutivos sin ganar han encendido las alarmas y han puesto el foco en la necesidad de reencontrar continuidad y eficacia.
    Las bajas pesan. Ana Vitória, Gio Queiroz y Sheila Guijarro no estarán en Ipurua, y eso obliga a reajustes, a asumir responsabilidades nuevas y a mirar el partido desde la madurez colectiva. Porque el Atlético, cuando no puede ganar desde el brillo, debe hacerlo desde el oficio.
    El partido se anuncia como un choque de voluntades. El Eibar, fiel a su libreto, buscará minimizar errores, cerrar espacios y convertir cada transición en una amenaza real. Equipo corto, solidario, con la convicción de que cada duelo cuenta. En casa, además, el primer golpe siempre pesa el doble.
    El Atlético, por su parte, necesita ritmo, precisión y profundidad. Encontrar ventajas entre líneas, sostener la posesión con sentido y no desesperar si el gol no llega pronto. Ipurua castiga la impaciencia. Aquí, cada pérdida se paga y cada balón dividido es una final.

    Los números cuentan historias, pero también advierten. Ocho enfrentamientos entre ambos equipos con un balance favorable a las colchoneras: seis victorias y dos empates.
    Sin embargo, el pasado reciente deja una señal clara: la temporada pasada, el Eibar fue capaz de sacar un punto (1-1) en Alcalá, rompiendo pronósticos y recordando que este duelo ya no se juega desde la jerarquía, sino desde la igualdad competitiva.


    Hoy, en Ipurua, ese precedente cobra más valor que nunca.
    Para el Eibar, ganar sería consolidar la tranquilidad y mirar la temporada con ambición serena. Para el Atlético, vencer es casi una necesidad emocional: cortar la racha, reafirmar el camino y volver a creer desde la Liga. Dos objetivos distintos, una misma urgencia: competir.
    El mediodía dictará sentencia. El césped, frío y exigente, pondrá a prueba piernas y cabezas. Y el público, cercano y entregado, empujará como solo sabe hacerlo Ipurúa.
    Porque hay partidos que no se ganan solo con fútbol. Se ganan con alma, con paciencia y con la convicción de que cada minuto importa. Ipurua no perdona a quien duda, pero recompensa a quien cree.

    El Eibar defenderá su casa como quien defiende su historia reciente. El Atlético saldrá a buscarse a sí mismo, a recordar quién es y por qué pelea.
    A las doce, el balón echará a rodar. Y entonces, como siempre, hablará el fútbol. El de verdad. El que no entiende de excusas. El que, en días como este, se escribe con letras épicas.

    🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀

    🏆 Liga F Moeve 2025-2026

    🔥 Sociedad Deportiva Eibar 🆚 Atlético de Madrid 🔥

    ♥️ Jornada catorce

    🗓️ Domingo, 14 de diciembre de 2025

    ⏰ 12:00 horario peninsular

    📺 DAZN 1 (Dial 70 de Movistar Plus)

    🏟️ Estadio Municipal de Ipurúa

    Los onces |

    Once de la S.D. Eibar:

    Astralaga

    Garazi

    Carla (C)

    Iribarren

    L. Camino

    A. Belem

    Carmen Á.

    Adela

    Sara M.

    Mireia

    Emma Moreno

    Once del Atlético de Madrid:

    Larqué

    Xènia

    Menayo (C)

    Rosa Otermín

    Silvia Lloris

    Bøe Risa

    Gaby García

    Jensen

    J. Bartel

    Luany

    Celia

    El duelo al detalle |

    (Fuente: “El Partido de Manu”€

    El elenco de Víctor Martín igualó (2-2) ante un Eibar muy combativo y se mantiene en la cuarta plaza liguera.

    Un empate que no cura heridas, que no acerca sueños y que deja al Atlético de Madrid Femenino mirando más al retrovisor que al horizonte. Un punto que sabe a poco, que pesa demasiado y que confirma que la Liga F Moeve no espera a nadie, ni siquiera a un tricampeón que vive atrapado entre el desgaste europeo y la exigencia doméstica.

    El encuentro comenzó con buenas sensaciones para el equipo rojiblanco, agitado desde el banquillo por un Víctor Martín que entendió que el esfuerzo del miércoles exigía retoques, piernas frescas y una vuelta de tuerca al plan. Medina, Lauren y Fiamma aguardaban su momento desde el banquillo. Celia Gómez, por su parte, asumía galones y debutaba como titular ante la ausencia de Amaiur Sarriegi, en una apuesta valiente y necesaria.

    El contexto no permitía errores. El Atlético llegaba a Ipurua tras dos jornadas sin ganar, relegado a una cuarta posición incómoda, con el Barcelona ya escapado a 14 puntos, el Real Madrid segundo a siete tras cumplir el sábado, y una Real Sociedad sólida, tercera, dos puntos por encima. Ganar no era solo una opción: era una obligación competitiva.

    Y el Atlético respondió desde el inicio. Con personalidad, con ritmo y con ese punto de colmillo que tantas veces ha definido su identidad. Apenas habían pasado diez minutos cuando llegó el golpe. Boe Risa filtró un pase en profundidad de los que rompen líneas y abren partidos. Jensen atacó el espacio, armó el disparo y el balón, caprichoso, se coló entre las piernas de la guardameta local para abrir la lata con el 01 en el minuto 10 de juego.

    Pero Ipurua no es un estadio dócil. Y el Eibar tampoco es un equipo resignado. Todo lo contrario. El gol no hundió a las armeras, las empoderó. Cuatro minutos después, en una acción a balón parado, Carla apareció libre de marca para igualar el encuentro. Un desajuste defensivo, una milésima de duda, y el 11 devolvía el partido al punto de partida cuando al Atlético aún no le había dado tiempo a paladear su ventaja.

    Y lo peor estaba por llegar. Porque el fútbol, cuando quiere ser cruel, elige nombres propios. Emma Moreno, vieja conocida, delantera cedida por Lola Romero al conjunto vasco, castigó a su club de origen. Un contragolpe bien ejecutado, una transición rápida, y un disparo certero que batió a Larqué en el minuto 20, era el 21 en el que Emma pidió perdón por marcar al equipo de su corazón. El Atlético encajó el golpe y no se tumbó en la lona.

    A partir de ahí, el partido se convirtió en una lucha constante contra el reloj, contra la ansiedad y contra la falta de puntería. Intensidad no faltó. Ni orgullo. Gaby García rozó el larguero en el 24’, y ya en el descuento de la primera mitad, Carla evitó sobre la línea el gol de Celia Gómez, que había olido su estreno soñado como titular. Las ocasiones se acumulaban, pero el acierto no llegaba a transformarse en la igualada, había nervios en el bando rojiblanco.

    El descanso llegó como un respiro necesario, pero también como una amenaza silenciosa. En ese momento, la desventaja condenaba provisionalmente al Atlético a la quinta posición, con el Tenerife ganando por 0-1 en Riazor y el margen de error reducido a la mínima expresión.

    En la segunda mitad, las rojiblancas empezaron mejor, y en el minuto 55, un centro desde la banda de Andrea Medina lo terminó tocando Amaia Iribarren con la mano dentro del área, Tras la revisión en el Football Video Support, la colegiada terminó concediendo la pena máxima.

    Vllde Bøe Risa asumió la responsabilidad. La dorsal número 6 que ya había sido decisiva en Europa entre semana. No tembló. Empate y 22 en el tanteador con más de media hora por delante y el partido estaba abierto de nuevo.

    Jensen estuvo a punto de firmar su doblete en lo que sería su última acción del encuentro. Su disparo se marchó rozando el palo, como si el destino se negara a concederle el premio. Poco después dejó su lugar a Ana Vitoria.

    Andrea Medina pudo completar la remontada, pero su remate con la zurda se perdió fuera. Fiamma Benítez lo intentaba en campo rival, mientras que, Alexia Fernández se animaba con velocidad por banda. Ya en los últimos minutos, el Atlético de Madrid pidió un posible penalti, que la colegiada no concedió. También el Eibar, pero la árbitra tampoco lo pitó. Las armeras, que pudieron ganar con un remate de Opa Clement, que la delantera no llegó a cazar.

    El Atlético lo intentó, pero no terminó de generar el caudal ofensivo necesario para romper el empate. El empuje fue más emocional que estructural. Más voluntad que claridad, pero la Sociedad Deportiva Eibar resistió hasta el término del compromiso.

    El pitido final dejó una sensación amarga. Un empate que no sirve de mucho. El Tenerife acabó empatando en Riazor y el Atlético se mantiene cuarto, con 26 puntos, viendo cómo la cabeza se aleja y cómo la exigencia no afloja.

    Pero el calendario no concede treguas. Próxima estación: Lyon. Europa vuelve a llamar, con más de pie y medio en la siguiente ronda, y después llegará el momento de pensar en la Copa de la Reina, con viaje a Murcia para medirse al Alhama ElPozo.

    Ipurúa fue un aviso y un recordatorio de que la grandeza no se hereda, se defiende cada fin de semana.

    Y de que este Atlético, herido pero vivo, aún tiene capítulos por escribir que pueden agrandar la leyenda de un equipo que todavía no ha dicho su última palabra y seguirá derrochando coraje y corazón.

    📋 Ficha técnica |

    SD Eibar: Eunate Astralaga; Garazi Fácila, Carla Andrés, Alimata Bélem, Mireia Masegur, Laura Camino; Emma Moreno (min 88. Iara), Adela Rico, Amaia Iribarren (min 73. Arene Altonaga), Sara Martín (min 96. Pachu); Carmen Álvarez (min 88. Opah Clement)

    Atletico de Madrid: Patricia Larqué; Rosa Otermín (min 46. Andrea Medina), Carmen Menayo (min 46. Lauren), Silvia Lloris, Xénia Pérez (min 46. Alexia Fernández); Vilde Bøe Risa, Gabriela García (min 46. Fiamma Benítez); Celia Gómez, Júlia Bartel, Lunay; Synne Jensen (min 83. Ana Vitória)

    Árbitra: Beatriz Cuesta Arribas que amonestó con tarjeta amarilla a Silvia Lloris (min. 28), Gabriela García (min. 38), Amaia Iribarren (min. 58), Luany (min. 72), Laura Camino (min. 74) y Opah Clement (min. 92)

    Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga F Moeve 2025-2026 que han jugado la Sociedad Deportiva Eibar y el Atlético de Madrid sobre una superficie de hierba natural.

    Goles :

    0-1 Jensen 10’ ⚽️

    1-1 Carla Andrés 14’ ⚽️

    2-1 Emma Moreno 20’ ⚽️

    2-2 Vilde Bøe Risa (P.) 59’ ⚽️

    Vídeo |

    https://youtu.be/DnRMkc647To?si=Hg9BtyNSdKN7vmtE