
🟦 ¡Remontada! Las de Slegers voltearon un electrónico adverso para hacer brillar al campeón de Europa en Meadow Park.
La previa |

Hay encuentros que definen clasificaciones.
Y hay encuentros que definen identidades.
En la UEFA Women’s Champions League, donde el tiempo parece acelerarse y cada detalle adquiere un peso gigantesco, el Real Madrid – Arsenal se presenta como algo más que un simple paso por la fase de grupos. Es una encrucijada emocional, deportiva e histórica para dos clubes que, desde caminos muy distintos, comparten una necesidad: reencontrarse consigo mismos.
Para el Real Madrid, la previa está marcada por un eco que aún reverbera con fuerza:
el 4-0 sufrido ante el FC Barcelona en Montjuic, una derrota que no solo dejó cuatro goles en el marcador, sino una herida simbólica que las blancas quieren cicatrizar con urgencia.
Montjuic fue un terremoto emocional, un punto de inflexión inesperado, un golpe de realidad que recordó al club blanco que los clásicos no perdonan—y que las ausencias pesan. Sin Antonia Silva, Sandie Toletti, Signe Bruun ni la siempre trascendental Tere Abelleira, aún recuperándose del cruzado, el equipo quedó desprovisto de piezas clave. Y aun así, más allá de lo futbolístico, fue la impotencia emocional la que más dolió.
Pero Europa, como tantas veces en la historia de este deporte, aparece como refugio, escenario y oportunidad.
Champions, el Real Madrid es otro. Lo dicen los resultados; lo dice la actitud; lo dice el aura.
Las blancas llegan invictas, con dos victorias y un empate, mostrando una versión mucho más madura, más sólida y más consciente de lo que requiere un torneo que no perdona titubeos.
Y en ese contexto aparece un dato que habla por sí solo:
Dos de las cuatro máximas goleadoras de la competición visten de blanco:
- Alba Redondo, que ha encontrado en el Madrid un hábitat perfecto para explotar su inteligencia ofensiva,
- y Athenea del Castillo, que vive uno de los mejores momentos de su carrera, convertida en referencia emocional, técnica y competitiva de un equipo que respira cuando ella arranca.
El Real Madrid tiene pegada. Tiene velocidad. Tiene colmillo.
Tiene identidad.
Y sobre todo, tiene una convicción silenciosa que crece en las noches europeas:
aquí, en Champions, el equipo se siente capaz de todo.
Arsenal llega en una situación diametralmente opuesta en el continente: solo 3 puntos en tres jornadas, un bagaje muy inferior a lo esperado para un equipo construido para competir a lo grande.
Pero ahí radica su peligro.
Los equipos ingleses parecen nacer del caos.
Se transforman desde la urgencia.
Y el Arsenal es un maestro en ello.
La derrota por 3-2 ante el Bayern, después de ir 0-2 arriba, ha dejado secuelas, pero también una rabia competitiva que convierte cada partido en una misión. En la WSL, las Gunners marchan 4º, sorpresivamente lejos del liderato, pero en rendimiento todo indica que están en ese punto extraño donde nada sale como debería… justo el tipo de situación que suele preceder a una gran actuación europea.
Y está, por supuesto, el recuerdo reciente:
la eliminatoria de la temporada pasada, en la que el Real Madrid ganó 2-0 la ida… solo para perder 3-0 en Londres.
Ese giro brusco, esa remontada que dejó helado al vestuario blanco, aún flota en el ambiente.
El Arsenal, incluso en dudas, incluso irregular, incluso frágil en momentos clave, tiene un gen competitivo construido durante dos décadas de fútbol femenino al máximo nivel.
Y los fantasmas pasados hacen que su sombra sea todavía más alargada.
algo en este partido que va más allá del análisis táctico. Algo que trasciende la pizarra, las estadísticas o las ausencias. Algo puramente emocional.
El 4-0 de Montjuic marcó.
Marcó a la afición.
Marcó al cuerpo técnico.
Marcó a varias jugadoras que no están acostumbradas a verse superadas de esa manera.
Ese encuentro fue una grieta.
Este encuentro puede ser el cemento.
Porque el Madrid llega con una misión:
demostrar que ese tropiezo no define al equipo.
Que la versión desbordada, lenta y frustrada que se vio ante el Barcelona no es la esencia del proyecto.
Y esa búsqueda de redención no se alimenta solo de orgullo. Se alimenta de nombres.
De liderazgos silenciosos.
De miradas que se cruzan en el vestuario antes de saltar al campo.
Ellas entienden algo que no aparece en los números:
el Real Madrid necesita un golpe de autoridad.
Uno que devuelva confianza al vestuario, respeto al rival y esperanza al proyecto.
Y este partido —esta noche europea, esta atmósfera previa, este rival histórico— es el escenario perfecto para ello.
Si el Arsenal marca antes, el Madrid deberá gestionar un déjà vu emocional incómodo.
Si el Madrid golpea primero, puede abrir un escenario táctico perfecto: espacios, precipitación inglesa y contragolpes mortales.
La previa huele a épica.
A redención.
A carácter.
A un equipo que ha sido golpeado, pero no derribado.
A una plantilla que quiere demostrar que el 4-0 de Montjuic no la define.
Este duelo no es solo fútbol.
Es identidad.
Es orgullo.
Es historia en construcción.
Y cuando el árbitro señale el inicio, el Real Madrid tendrá una oportunidad única: volver a mirarse en el espejo y reconocerse.
Europa espera.
El Arsenal amenaza.
Y el Real Madrid camina hacia una noche que puede ser decisiva, memorable y profundamente transformadora.
Así fue el duelo |

🏆 UEFA Women’s Champions League | UWCL
🔥 Arsenal 🆚 Real Madrid C.F. 🔥
🇪🇺 Fase de Liga
🩷 Día de partido | Matchday 4
🗓️ Miércoles , 19 de noviembre de 2025
⏰ 21:00 horario peninsular
📺 Disney Plus
🏟️ Meadow Park, Borenhamwood
Los onces |
Londres se encendió bajo un cielo de acero, de esos que parecen presagiar que algo grande está a punto de suceder. El Emirates Stadium, imponente, rugiente, convertido en un anfiteatro moderno, asistió a una de esas noches en las que la Champions femenina se manifiesta con toda su grandeza: intensidad, talento y ese filo emocional que, como un cuchillo, corta el aire de los grandes escenarios. Ahí, en ese marco solemne, el Real Madrid afrontaba el desafío más duro de su temporada europea. Salió valiente. Salió con fe. Salió, sobre todo, con la convicción de que este proyecto ya no se escribe con tinta de promesa, sino de ambición real.
Pero el fútbol, ese dios caprichoso que todo lo da y todo lo quita, decidió que el guion viajaría por senderos inesperados. El Arsenal, empujado por su historia, por su grada y por el hambre feroz de una Alessia Russo en modo depredadora, remontó el golazo inicial de Caroline Weir y entregó a las blancas su primera derrota de esta Champions. Dolorosa, sí. Injusta por momentos, también, pero tremendamente épica.
Quesada sorprendió de salida. Lo sabía él, lo intuía su staff, lo sintió la afición cuando vio a Athenea del Castillo instalada en el extremo como gran novedad del once. El mensaje era claro: velocidad, desborde, descaro. Partido grande, plan grande.
Desde el pitido inicial, el Real Madrid salió sin complejos. Apenas había pasado el primer minuto cuando Weir, la escocesa convertida en brújula y metrónomo, intentó conectar con Linda Caicedo en una acción que encendió a la grada visitante. Era un aviso. “Estamos aquí. Y no hemos venido a escondernos”.
El Arsenal respondió pronto. Maanum, desde la frontal tras un saque de esquina, acarició el primer gol del encuentro. Su golpeo, seco, tenso, se marchó por centímetros. Ese fue el primer murmullo del Emirates. El segundo llegó después, cuando Misa Rodríguez, monumental una vez más, atrapó un disparo peligroso de una Alessia Russo que ya empezaba a afilar los colmillos tras recibir un pase perfecto de Mariona Caldentey, la otra española que iluminó la noche inglesa con su talento.
Era un intercambio de golpes. Un ida y vuelta electrizante, de esos que hacen inconfundible la Champions. Feller, siempre vertical, tuvo su momento: condujo, encaró y soltó un tiro con veneno, pero Van Domselaar lo atrapó con seguridad. La pólvora estaba mojada. La tensión, no.
Cuando parecía que el descanso llegaría con empate, el partido encontró su chispa, su trueno, su estallido. A los 44 minutos de juego Weir confirmó el crecimiento de la mejor manera posible. Däbritz colgó una falta directa hacia el corazón del área y la escocesa, tras el despeje del Arsenal, se sacó de la manga una volea sensacional para fusilar a Van Domselaar con la pierna derecha y hacer enmudecer al respetable en un momento de esos psicólogos con el 0–1.
La sensación de domar al vigente campeón de Europa no le es ajena al mejor club del siglo XX, pues antes de tocar la gloria en Lisboa a costa del Barcelona, a las londinenses les tocó perder en la ida de los cuartos de final ante las blancas por 2-0 en Valdebebas gracias a una exhibición de Linda Caicedo y tuvieron que darle la vuelta a la situación en el Emirates Stadium.
Las 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios con una mínima diferencia a favor del equipo español, pero el guión cambió en el segundo y definitivo acto en territorio británico.
Pero las noches grandes nunca regalan nada. Y el Arsenal, herido pero no vencido, regresó del vestuario con otro espíritu. Con un punto más de ritmo, otro de agresividad, dos de convencimiento. Esa sensación intangible de que la remontada no era un sueño, sino una obligación.
Aún así, la primera del segundo tiempo fue blanca. Un destello que pudo cambiar el partido. Pero el fútbol tiene memoria selectiva, y pronto llegó el giro.
Pero el golpe emocional fue inmediato. Apenas dos minutos después, el Arsenal volvió a cargar. Smith, incisiva, olió sangre y rozó el segundo. Y, quizá por destino, quizá por talento puro, el balón encontró de nuevo a Alessia Russo.
La delantera encontró premio en el minuto 55 de juego tras un centro lateral desde el costado derecho de la propia Kelly que fue medido, tenso y letal, porque al encontrar la frente de la “23” se convirtió en un testarazo endiablado que cogió una extraña parábola y sorprendió a Misa para suponer el tocaba resetear y empezar de cero.
El empate espoleó al Arsenal y al público de Meadow Park para buscar la remontada. Olivia Smith volvió a probar a Misa, tras dejar por el camino a Eva Navarro, con un remate que la canaria tuvo que atrapar en dos tiempos. La estadounidense volvió a perdonar poco después en una situación franca de remate muy libre de marca tras el error de la recién ingresada Shei. Sin embargo, el gol terminó llegando mediante el balón parado. Russo se deshizo en la marca en un saque de esquina de una Angeldahl algo blanda y cabeceó el balón al fondo de la red en el minuto 66 que desató la euforia amén del 2-1, completól la remontada y la elevó al status de bestia negra de las de Valdebebas, que el año pasado ya les apeó en la primera eliminatoria a vida o muerte con varias dianas.
Pau Quesada reaccionó rápido. Movió el banquillo. Introdujo a Alba Redondo, a Keukelaar, a Iris Ashley, buscando aire fresco, electricidad, mordiente. El equipo blanco avanzó líneas, buscó dentro, buscó fuera, buscó en largo, buscó en corto. Pero cada intento chocó con un muro inglés organizado con sangre fría.
El Madrid lo intentó hasta el final. Con orgullo. Con genio. Con esa valentía que ya forma parte de la identidad de este joven proyecto blanco en Europa.
Pero la noche, esta vez, no estaba escrita para ellas, sino para un Arsenal que ha demostrado el porqué de su victoria en Lisboa ante un Barcelona que era claro favorito para reinar en el viejo continente.
La Champions guarda memoria de estas noches. Por su intensidad. Por su belleza. Por su crudeza. Por su verdad. El Madrid se marcha de vacío de Inglaterra, pero no se marcha más pequeño.
Se marcha más equipo.Y eso, cuando el camino europeo aún está vivo, vale más que un simple marcador de la fase de liga.
El Real Madrid desciende a la sexta posición en la fase liga y se queda a dos puntos del top cuatro que da acceso directo a cuartos de final. La Champions volverá el martes 9 de diciembre, a las 21:00, con un duelo inédito ante el Wolfsburgo en el Alfredo Di Stéfano. Mucho antes de eso, este domingo 23 de noviembre a las 16:00, recibirán al Eibar en compromiso de una exigencia Liga F Moeve, en el que las blancas, que cayeron por 2-1 en Alcalá de Henares a comienzos del curso, están a la zaga de un Atlético de Madrid que es segundo, y juega mañana en los Países Bajos con el Twente.

📋 Ficha técnica |
Arsenal: Van Domselaar, Fox, Wubben-Moy, Catley, McCabe (Hinds, 87’) Maanum, Mariona, Cooney-Cross (Laia Codina, 92’), Kelly (Mead, 62’), Russo (Blackstenius, 88’) y Smith (Foord’62’).
Real Madrid: Misa, Eva Navarro (Sheila, García, 58’), Lakrar, María Méndez, Yasmim (Iris, 82’), Angeldahl, Däbritz (Irune, 68’), Weir, Linda Caicedo, Athenea (Keukelaar, 68’) y Feller (Alba Redondo, 67’).
Árbitra: Silvia Gasperotti amonestaba a Chloe Kelly (56′) con tarjeta amarilla.
Goles |
0-1 Caroline Weir 44’ ⚽️
1-1 Alessia Russo 55’ ⚽️
2-1 Alessia Russo 66’ ⚽️
Vídeo |



























