📰LA CAMISETA QUE NOS VUELVE A UNIR: ESPAÑA ESTRENA SU NUEVA ARMADURA PARA CONQUISTAR EL FUTURO 📰
(Fuente: RFEF)
España vuelve a mirar al mundo desde lo más alto. Número uno en el ranking FIFA, campeonas del mundo y finalistas de la Eurocopa de Suiza 2025, la Selección Española femenina ha aprovechado la ventana internacional previa a la gran final ante Alemania para presentar al planeta el símbolo que acompañará a todo el país en la próxima era: la nueva camiseta diseñada por adidas, una pieza que late, respira y corre con el espíritu de “La Roja”.
(Fuente: RFEF)
Las de Sonia Bermúdez no solo siguen haciendo historia sobre el césped. También la escriben fuera de él.
Y esta vez, lo han hecho con un mensaje inquebrantable: España no es una moda pasajera. España es identidad, legado y orgullo. Un fuego que no se apaga.
(Fuente: RFEF)
La nueva equipación se presenta como una declaración emocional tan potente como sus líneas. El rojo eterno, el de los abrazos imposibles, el de los goles que hicieron llorar a un país entero, es el eje de un diseño que mira de frente al futuro. Sobre el cuello, grabado como promesa sagrada, aparece el nombre que nos une: ESPAÑA. Casi un susurro. Casi un grito. Una palabra que no es una palabra: es un sentimiento compartido por millones.
(Fuente: RFEF)
La bandera se funde con el escudo en equilibrio limpio, respetuoso, solemne. No hay artificio. No hay exceso. Solo esencia. Solo nación.
Cada textura, cada trazo, cada hilo recuerda que esta camiseta no se viste: se defiende.
En un gesto de enorme simbolismo, adidas ha colocado al frente de la campaña a Aitana Bonmatí Conca, tricampeona del Balón de Oro, arquitecta del fútbol moderno, orgullo infinito de un país que ha aprendido a pronunciar su nombre con la misma devoción con la que pronuncia historia.
Su presencia es firme, icónica, luminosa. Una España que no se encoge. Una España que avanza.
(Fuente: RFEF)
La catalana aparece en un spot de estética Western junto a Lamine Yamal, como dos duelistas que no pelean entre sí, sino contra el futuro para conquistarlo. Y cuando se escucha su voz, serena pero inmensa, el alma se eriza: “No se trata solo de jugar. Se trata de sentir. De saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Esto es España.”
Y no, no es solo una frase. Es un manifiesto.
La sesión fotográfica que acompaña el estreno tiene nombres para enmarcar: Edna Imade, Fiamma Benítez, Jenni Hermoso, Eva Navarro. Sangre joven y sangre legendaria. Futuro y memoria mezclados como el oro y el sudor.
Las campeonas posaron con solemnidad y alegría en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde tantas veces nacieron los sueños que después emocionaron al país entero. Esta vez, con un mensaje nítido: el camino sigue. El futuro también es nuestro.
La camiseta es arte, pero también ciencia.
Adidas incorpora tejido elástico mecánico 3D con tecnología CLIMACOOL+, que acelera la absorción del sudor y mantiene al deportista fresco incluso en el esfuerzo más cruel. Las tres bandas perforadas, símbolo eterno de la marca alemana, no solo decoran: respiran. Permiten el paso del aire. Mantienen el ritmo del cuerpo.
Zonas de malla estratégicas refuerzan la ventilación. Costuras pensadas al milímetro permiten que esta piel nueva de España funcione en el instante donde se decide la gloria: ese segundo exacto en el que el balón cruza la red y un país entero se detiene.
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) November 25, 2025
No es solo una equipación para competir. Es una camiseta para la calle, para las plazas, para los bares, para las gargantas que cantan cuando ya no queda voz. Para el pueblo. Para todos.
España debutará con esta nueva piel en el escenario que merece: la final de la UEFA Women’s Nations League ante Alemania, en el imponente Walter-Stadion de Kaiserslautern.
(Fuente: RFEF)
Será el día en que el mundo vuelva a mirarnos. El día en que España salga al césped para no defender una copa, sino un legado.
No es una prenda. No es un objeto. No es un recuerdo.
Es el recordatorio de que España sigue. Que España quiere más. Que España ya no compite por descubrirse, sino por imponerse.
(Fuente: RFEF)
Y si un día nos preguntan qué significa ser de La Roja, la respuesta estará ahí: en cada costura, en cada fibra, en cada latido.
Hoy no se presenta una camiseta. Hoy se presenta una identidad.
Porque el pasado nos construyó. Pero el futuro…
El futuro lo vamos a conquistar nosotros. Esto es España. Esto es “La Roja” y su nueva piel es sinónimo de orgullo.
🟦 La RFEF ha informado de que ya se han vendido más de 45.000 entradas para el encuentro en España y Alemania en el coliseo colchonero.
📰 UN CLAMOR NACIONAL QUE YA LLENA EL METROPOLITANO Y EL CORAZÓN DE UN PAÍS ENTERO 📰
(Fuente: RFEF )
El fútbol femenino en España ya no es una promesa. Es una certeza. Es una identidad. Es una bandera que flamea con la misma fuerza que el orgullo de un país que ha aprendido —por fin— a reconocerse en la grandeza de sus mujeres. Este martes 25 de noviembre, en Madrid, la Real Federación Española de Fútbol confirmó un dato que no es una cifra más: más de 45.000 entradas vendidas para el encuentro entre España y Alemania en el Estadio Metropolitano. Cuarenta y cinco mil motivos para creer. Cuarenta y cinco mil voces que ya resuenan antes de que el balón eche a rodar.
Y lo celebraron junto a dos símbolos del presente que ya escriben historia: Fiamma Benítez, orgullo rojiblanco y del futuro de España, y Vicky López, talento generacional del FC Barcelona y de nuestra selección. Dos jóvenes líderes que representan al país que viene, al país que decide no esperar más.
Pero en medio de este acto solemne, lleno de ilusión y patriotismo deportivo, surgió una frase que no sólo define el momento, sino que explica por qué España está donde está. La exinternacional Claudia Zornoza, en declaraciones a As con Marta Griñán, dejó caer una verdad que atraviesa generaciones como un rayo de conciencia: “Ahora hay más niñas jugando al fútbol, por eso mereció la pena el Mundial”.
Ahí está todo. Ahí está España. Ahí está el motor que nos impulsa hacia adelante y ya nada las puede detener, seamos realistas.
Ninguna nación se define sólo por sus títulos. Se define por lo que inspira en la gente que viene detrás. Y si hoy hay niñas en cada barrio, en cada colegio, en cada campo de tierra, jugando con ilusión y convencidas de que pueden llegar a vestir la Roja… es porque las heroínas de 2023, de 2024, de 2025 y de todo lo que está por venir les abrieron el camino a golpe de talento y orgullo.
España no sólo ganó un Mundial. España ganó futuro. Ganó autoestima. Ganó un lugar en el gran mapa del deporte universal.
El fútbol femenino español ya no es la alternativa: es la referencia. Ya no es el sueño: es el camino.
Que una final de la Liga de Naciones reúna a más de 45.000 personas es un gesto de modernidad deportiva, pero también de identidad nacional. El Metropolitano no será sólo un estadio: será un grito común. Un canto a un deporte que ha dejado de pedir permiso y ahora exige su sitio.
Porque cuando España se juega algo —sea una clasificación, un amistoso o un simple encuentro de preparación— lo hace con alma de campeón. Y su gente lo sabe. Lo siente y acude en masa, con una dosis muy elevada de orgullo.
El fútbol femenino español ya no se mira desde arriba ni desde fuera. Se vive desde dentro. Se vive desde la piel y se siente como un deber patriótico.
Fiamma Benítez, madrileña adoptiva del Metropolitano, representa al espíritu de la lucha diaria, del talento que arde, de la entrega sin excusas. Vicky López simboliza el genio precoz, la elegancia, la creatividad que España siempre soñó con tener.
Dos jugadoras jóvenes, dos banderas en movimiento, dos orgullos nacionales. Están en los actos oficiales porque ellas ya son España.
Pero junto a ellas están Alexia, Aitana, Cata Coll, Jennifer Hermoso o Mapi León, custodiando la bandera rojigualda con valor .
Y detrás de todas nuestras heroínas, millones de españoles que ya han decidido que este fútbol también es suyo y les importa.
Cuando Claudia Zornoza dice que “mereció la pena”, no habla de un torneo. Habla de una vida dedicada a un sueño. Habla de entrenar en campos vacíos y ver ahora estadios repletos. Habla de una generación que empujó para que las niñas no tuvieran que pedir permiso para jugar.
Lo que ellas hicieron —las que estuvieron antes, las que batallaron sin focos— fue un acto patriótico. Un servicio al país. A la sociedad. A la igualdad. Al deporte.
Si hoy España puede presumir de ser potencia es porque ellas soñaron en pleno silencio. Y porque las niñas que juegan hoy lo hacen ya sin miedo al que dirán.
España está construyendo un patriotismo sano, deportivo, moderno. Un patriotismo que no excluye: inspira. Que no divide: une. Que no se grita contra nadie: se grita por todas.
Cuando España salte al césped del Metropolitano, no será sólo un equipo representando a un país. Será un país representándose a sí mismo.
Un país que ya no acepta que el fútbol femenino sea tratado como una categoría menor. Un país que exige respeto, visibilidad, inversión, voz. Un país que se ha enamorado de su equipo, de sus jugadoras, de su estilo, de su coraje.
Y sí, un país que siente orgullo patrio cuando ve a España ganar, competir o simplemente aparecer en el césped con la camiseta roja.
Los 45.000 aficionados que ya han llenado más de medio Metropolitano no van a ver un partido. Van a participar en un movimiento.
España está despertando una pasión colectiva que ya no tiene vuelta atrás. El fútbol femenino es ya un símbolo de modernidad, progreso, igualdad y orgullo nacional.
Porque cuando una niña de 6 años se pone la camiseta de la Selección y dice “yo quiero ser como ellas”, España gana. Cuando una familia entera compra entradas para ver a la Roja, España gana. Cuando un estadio entero canta el himno y se abraza para apoyar a nuestras jugadoras, España gana.
Y cuando nuestras futbolistas miran a la grada y ven ese océano rojo… España gana, aunque el marcador diga otra cosa.
Habrá un país mirándose al espejo y gustándose. Habrá un país que se reconoce en sus mujeres. Habrá un país que dice: “Estamos aquí. Hemos llegado y no nos iremos nunca.”
Porque es contra Alemania, un gigante histórico. Porque España quiere seguir creciendo. Porque las jugadoras sienten que el país está detrás. Porque los estadios llenos no son casualidad: son compromiso. Porque cada entrada vendida es un grito que dice: “Seguimos, creemos y apostamos.”
Este partido importa porque EXPRESA algo. Porque DEFIENDE algo. Porque CELEBRA algo. Porque PROMETE algo.
Porque es contra Alemania, un gigante histórico. Porque España quiere seguir creciendo. Porque las jugadoras sienten que el país está detrás. Porque los estadios llenos no son casualidad: son compromiso. Porque cada entrada vendida es un grito que dice: “Seguimos,creemos y apostamos.”
Que ruja el Metropolitano. Que avance la Roja. Que el país se encienda. Y que el mundo tome nota: España ya es potencia. Y ya es orgullo. La patria del fútbol femenino ya tiene nombre y su nombre es España.
El fútbol femenino en España ya no es una promesa. Es una certeza. Es una identidad. Es una bandera que flamea con la misma fuerza que el orgullo de un país que ha aprendido —por fin— a reconocerse en la grandeza de sus mujeres. Este martes 25 de noviembre, en Madrid, la Real Federación Española de Fútbol confirmó un dato que no es una cifra más: más de 45.000 entradas vendidas para el encuentro entre España y Alemania en el Estadio Metropolitano. Cuarenta y cinco mil motivos para creer. Cuarenta y cinco mil voces que ya resuenan antes de que el balón eche a rodar.
— UEFA Women's Nations League (@WEURO2025) August 5, 2023
Y lo celebraron junto a dos símbolos del presente que ya escriben historia: Fiamma Benítez, orgullo rojiblanco y del futuro de España, y Vicky López, talento generacional del F.C. Barcelona y de nuestra selección. Dos jóvenes líderes que representan al país que viene, al país que decide no esperar más.
Pero en medio de este acto solemne, lleno de ilusión y patriotismo deportivo, surgió una frase que no sólo define el momento, sino que explica por qué España está donde está. La exinternacional Claudia Zornoza, en declaraciones a As con Marta Griñán, dejó caer una verdad que atraviesa generaciones como un rayo de conciencia: “Ahora hay más niñas jugando al fútbol, por eso mereció la pena el Mundial”.
Ahí está todo. Ahí está España. Ahí está el motor que nos impulsa hacia adelante y ya nada las puede detener, seamos realistas.
Ninguna nación se define sólo por sus títulos. Se define por lo que inspira en la gente que viene detrás. Y si hoy hay niñas en cada barrio, en cada colegio, en cada campo de tierra, jugando con ilusión y convencidas de que pueden llegar a vestir la Roja… es porque las heroínas de 2023, de 2024, de 2025 y de todo lo que está por venir les abrieron el camino a golpe de talento y orgullo.
España no sólo ganó un Mundial. España ganó futuro. Ganó autoestima. Ganó un lugar en el gran mapa del deporte universal.
El fútbol femenino español ya no es la alternativa: es la referencia. Ya no es el sueño: es el camino.
Que una final de la Liga de Naciones reúna a más de 45.000 personas es un gesto de modernidad deportiva, pero también de identidad nacional. El Metropolitano no será sólo un estadio: será un grito común. Un canto a un deporte que ha dejado de pedir permiso y ahora exige su sitio.
Porque cuando España se juega algo —sea una clasificación, un amistoso o un simple encuentro de preparación— lo hace con alma de campeón. Y su gente lo sabe. Lo siente y acude en masa, con una dosis muy elevada de orgullo.
El fútbol femenino español ya no se mira desde arriba ni desde fuera. Se vive desde dentro. Se vive desde la piel y se siente como un deber patriótico.
Fiamma Benítez, madrileña adoptiva del Metropolitano, representa al espíritu de la lucha diaria, del talento que arde, de la entrega sin excusas. Vicky López simboliza el genio precoz, la elegancia, la creatividad que España siempre soñó con tener.
Dos jugadoras jóvenes, dos banderas en movimiento, dos orgullos nacionales. Están en los actos oficiales porque ellas ya son España.
Pero junto a ellas están Alexia, Aitana, Cata Coll, Jennifer Hermoso o Mapi León, custodiando la bandera rojigualda con valor .
Y detrás de todas nuestras heroínas, millones de españoles que ya han decidido que este fútbol también es suyo y les importa.
Cuando Claudia Zornoza dice que “mereció la pena”, no habla de un torneo. Habla de una vida dedicada a un sueño. Habla de entrenar en campos vacíos y ver ahora estadios repletos. Habla de una generación que empujó para que las niñas no tuvieran que pedir permiso para jugar.
Lo que ellas hicieron —las que estuvieron antes, las que batallaron sin focos— fue un acto patriótico. Un servicio al país. A la sociedad. A la igualdad. Al deporte.
🎙️ "Cuando jugaba en las calles de Madrid jamás me hubiese imaginado jugar una final en un estadio así".
➡️ "Ojalá poder levantar este trofeo rodeada de mi gente".
Si hoy España puede presumir de ser potencia es porque ellas soñaron en pleno silencio. Y porque las niñas que juegan hoy lo hacen ya sin miedo al que dirán.
España está construyendo un patriotismo sano, deportivo, moderno. Un patriotismo que no excluye: inspira. Que no divide: une. Que no se grita contra nadie: se grita por todas.
Cuando la Roja salte al césped del Metropolitano, no será sólo un equipo representando a un país. Será un país representándose a sí mismo.
Un país que ya no acepta que el fútbol femenino sea tratado como una categoría menor. Un país que exige respeto, visibilidad, inversión, voz.
Un país que se ha enamorado de su equipo, de sus jugadoras, de su estilo, de su coraje.
🎙️ "Va a ser un partido muy emocionante. Me hace mucha ilusión poder ganar un título en el @Metropolitano".
➡️ "Ojalá nos acompañe la afición porque vamos a necesitarla".
Y sí, un país que siente orgullo patrio cuando ve a España ganar, competir o simplemente aparecer en el césped con la camiseta roja.
Los 45.000 aficionados que ya han llenado más de medio Metropolitano no van a ver un partido. Van a participar en un movimiento.
España está despertando una pasión colectiva que ya no tiene vuelta atrás. El fútbol femenino es ya un símbolo de modernidad, progreso, igualdad y orgullo nacional.
Porque cuando una niña de 6 años se pone la camiseta de la Selección y dice “yo quiero ser como ellas”, España gana. Cuando una familia entera compra entradas para ver a la Roja, España gana. Cuando un estadio entero canta el himno y se abraza para apoyar a nuestras jugadoras, España gana.
Y cuando nuestras futbolistas miran a la grada y ven ese océano rojo… España gana, aunque el marcador diga otra cosa.
Habrá un país mirándose al espejo y gustándose. Habrá un país que se reconoce en sus mujeres. Habrá un país que dice: “Estamos aquí. Hemos llegado y no nos iremos nunca.”
Porque es contra Alemania, un gigante histórico. Porque España quiere seguir creciendo. Porque las jugadoras sienten que el país está detrás. Porque los estadios llenos no son casualidad: son compromiso. Porque cada entrada vendida es un grito que dice: “Seguimos. Creemos. Apostamos.”
Este partido importa porque EXPRESA algo. Porque DEFIENDE algo. Porque CELEBRA algo. Porque PROMETE algo.
🎙️ "El deporte femenino está siendo un auténtico tsunami. Queremos que el deporte en Madrid llegue a todos y a todo el mundo".
➡️ "Esta @SEFutbolFem es un ejemplo para niños y niñas".
Porque es contra Alemania, un gigante histórico. Porque España quiere seguir creciendo. Porque las jugadoras sienten que el país está detrás. Porque los estadios llenos no son casualidad: son compromiso. Porque cada entrada vendida es un grito que dice: “Seguimos,creemos y apostamos.”
Que ruja el Metropolitano. Que avance “La Roja” Que el país se encienda. Y que el mundo tome nota: España ya es potencia. Y ya es orgullo. La patria del fútbol femenino ya tiene nombre y su nombre es España.
🟦 Edna Imade ha sido la gran novedad de una lista en la que el Atlético de Madrid, dueño de las instalaciones donde se levantará el trofeo, estará representado por Fiamma Benítez.
Hay días que nacen destinados a ser recuerdo. Fechas que se pronuncian bajito, casi con reverencia, porque uno sabe que, cuando el balón eche a rodar, algo puede romperse para siempre. Y entre todas ellas, pocas brillan tanto como el 2 de diciembre de 2025, cuando el estadio Metropolitano, vestigio de grandes noches europeas y santuario rojiblanco, se transformará en un escenario que ni los mejores ilusionistas del mundo podrían haber soñado.
Porque esta vez, la magia no se esconde. Ahora la magia tiene nombre y apellidos.
Antonio Díaz Cascajosa, El Mago Pop, acostumbrado a engañar a los ojos, a desafiar la lógica, a convertir lo imposible en rutina, ha vuelto a protagonizar un acto digno de su leyenda. El creador catalán —primer ilusionista europeo con un programa emitido en 150 países por Discovery Channel, artista más taquillero de España entre 2016 y 2019, y dueño de varios récords en Broadway desde 2023— ha extendido su capa sobre la final. Ha proyectado un truco, una revelación inesperada, un giro narrativo que ningún guionista hubiese osado escribir: la lista de las 25 jugadoras que defenderán el trono europeo. Un número que podría considerarse la mayor ilusión de su carrera.
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) November 21, 2025
Lo que ha construido esta generación es un fenómeno que ni el diccionario sabe definir. Y mira que lo intenta. “Magia: habilidad para realizar cosas extraordinarias, arte o técnica para producir fenómenos extraordinarios contrarios a las leyes naturales”. Pues ahí está: España juega a eso. Hace años que estas futbolistas se empeñaron en demostrar que la épica no es un accidente, sino un hábito. Campeonas del mundo, número 1 del ranking FIFA, reinas de un fútbol que antes parecía reservado a otros… y que ahora lleva su firma.
(Fuente: RFEF)
Cada pase, cada carrera, cada parada, cada pausa, cada golpe de genio… todo vibra con un matiz sobrenatural. Un eco que suena a verdad: lo imposible no existe, solo cuesta un poco más.
Esto no es un partido. Esto es un ritual. Un viaje colectivo hacia un lugar donde las estrellas bajan a jugar sobre un césped verde que parece un cielo invertido. Y en ese cielo, el Metropolitano, que ya ha visto a gigantes arrodillarse ante noches inolvidables, va a ser el coliseo de una final cuya sentencia quedará grabada en la memoria del fútbol europeo.
Pero antes, la odisea empieza lejos de casa: el 28 de noviembre en Kaiserlautern, templo germano donde España buscará templar el hierro. Y luego, el veredicto en Madrid. La derecha y la izquierda del destino.
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se guardó su propio acto de magia para el final, y vaya final. Entre las delanteras aparece un nombre que ya había encendido rumores, esperanzas y sueños: Edna Imade, jugadora de la Real Sociedad, convertida oficialmente en internacional española. Una decisión histórica, emocional, necesaria. Una historia que parece escrita por la vida misma.
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) November 21, 2025
Nació en Benin City, Nigeria, pero su camino se abre en Marruecos, donde ve la luz junto a su hermano mellizo en uno de los capítulos más duros y heroicos que se recuerdan en el fútbol femenino. Su madre, Floren, embarazada de ambos, cruzó el Sáhara, sobrevivió a un infierno de tres meses, y subió a una patera para alcanzar España. Algeciras, Carmona, un colegio, un recreo, un balón… y la certeza de que, aunque el mundo fuera injusto, ella sería poderosa.
David Menayo lo adelantó. España lo celebró. Y el Consejo de Ministros, el 18 de noviembre de 2025, selló la historia: Edna, que vive en España desde los tres meses y ha jugado toda su carrera aquí, ya es española por carta de naturaleza.
La tercera máxima goleadora de la Liga F Moeve —7 tantos, solo uno menos que Ewa Pajor y Claudia Pina— llega a la selección en su mejor momento. Solo ha dejado de marcar en tres partidos. Tiene hambre. Tiene destino e incluso propósito.
Es truco digno del mayor espectáculo tiene la siguente citación:
Un elenco digno de una final u un reparto donde cada nombre es una historia. Una colección de talento que cualquier ilusionista firmaría y que dirigirá desde el banquillo Sonia Bermúdez.
Nueve veces se cruzaron España y Alemania con un saldo de una victoria española, cinco germanas y solo tres empates. Un historial que pesa. Un historial que, esta vez, no asusta: motiva. Porque la última cita, el 27 de julio, en las semifinales de la Eurocopa de Suiza, ya cambió todo. Aitana Bonmatí marcó en la prórroga en lo que fue una revancha de los Juegos de París y un gol de justicia poética.
Ahora, la final más grande espera a las campeonas del mundo ante una nación que reina en el palmarés de las Eurocopas.
Edna lleva una vida entera empujando hacia este momento, el de brillar con España en una gran cita.
La seleccionadora, que conoce los secretos del área como pocas, se ha sacado un conejo de la chistera. Un truco final. Una apuesta que puede derribar el muro alemán. Una decisión que puede cambiar la final.
Porque llega el momento. Porque el país se detiene. Porque la final no es un partido: es un veredicto. Porque en Kaiserlautern se escribirá la primera línea, pero en el Metropolitano se redactará el desenlace.
❤️España – Alemania | El Metropolitano se prepara para una noche de historia: comienza la venta de entradas para la gran final 💛
La emoción ya se palpa en el aire. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), presidida por Rafael Louzán, ha confirmado oficialmente que el lunes 10 de noviembre de 2025, a partir de las 12:00 horas (peninsular española), se abrirá al público general la venta de entradas para el partido de vuelta de la gran final de la UEFA Women’s Nations League 2025, un duelo que promete ser una cita monumental en la historia del fútbol español.
El encuentro enfrentará a España, vigente campeona del mundo y defensora del título continental, contra Alemania, una selección legendaria que llega al choque como medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024. Un clásico europeo que trasciende lo deportivo y que volverá a poner frente a frente a dos potencias que han definido el rumbo del fútbol femenino en la última década.
La cita ya tiene fecha y escenario: el martes 2 de diciembre de 2025, a las 18:00 horas, en el Estadio Riyadh Air Metropolitano, el majestuoso feudo del Club Atlético de Madrid, que volverá a vestirse de gala para recibir a “La Roja” en uno de los partidos más esperados de los últimos años. El templo rojiblanco, que tantas gestas ha albergado, será testigo de una posible tercera corona en categoría absoluta para la selección española femenina, después de haber conquistado la Copa del Mundo 2023 y la Nations League inaugural en 2024.
Aunque la venta general comenzará el lunes, este viernes 7 de noviembre de 2025 ha arrancado la venta anticipada exclusiva, dirigida a un grupo selecto de aficionados elegidos por la RFEF y a los clientes de Neptuno Premium, un programa de fidelización y experiencias del Atlético de Madrid que ofrece ventajas exclusivas a sus socios, como prioridad en la compra de entradas, acceso preferente a zonas VIP, y eventos especiales relacionados con el club y la Selección.
Apenas minutos después de abrirse la preventa, la demanda ha sido tan extraordinaria que se ha formado una cola virtual de más de una hora, un fenómeno que refleja el fervor que vive el país con esta generación irrepetible de futbolistas. Las imágenes y comentarios en redes sociales no tardaron en multiplicarse: familias enteras frente a la pantalla, peñas coordinando sus compras, aficionados revisando cada segundo el contador de espera… La pasión por “La Roja” femenina es ya un fenómeno social, cultural y deportivo que no tiene techo.
España, un país que hace apenas una década soñaba con ver estadios llenos para sus selecciones femeninas, vive ahora un auténtico estallido de orgullo y pertenencia. Las colas digitales, los carteles agotados y la expectación mediática no son solo síntomas de éxito deportivo, sino de una transformación profunda: la del reconocimiento absoluto de que el fútbol femenino sí importa, emociona y moviliza a todo un país.
El Riyadh Air Metropolitano acogerá una fiesta de magnitud continental. Se espera un lleno total, con más de 70.000 almas teñidas de rojo y amarillo, entonando un mismo grito: “¡Vamos, España!”. Las jugadoras de Sonia Bermúdez podrían vivir una noche que trascienda generaciones. Una victoria supondría un nuevo hito: tres títulos absolutos en solo tres años, un logro reservado para las dinastías legendarias.
La RFEF ha anunciado que el operativo de seguridad y organización será el más amplio de los últimos tiempos, y ha recordado la normativa de acceso al estadio: no se permitirá la entrada con objetos voluminosos, tales como cascos de moto, carritos de bebé o cualquier elemento que pueda obstaculizar una evacuación o comprometer la seguridad.
Se espera también la presencia de personalidades del deporte, la cultura y la política, así como una amplia cobertura mediática internacional. Varias televisiones europeas ya han confirmado su retransmisión en directo, conscientes de que este España–Alemania puede convertirse en el evento deportivo femenino más seguido del año.
Las jugadoras de la Selección son más que futbolistas: son símbolos de una nueva España que celebra la igualdad desde el talento, la entrega y la inspiración. Cada vez que saltan al campo, llevan sobre los hombros la emoción de miles de niñas que hoy sueñan con emularlas, y de millones de aficionados que reconocen en ellas el espíritu de lucha y excelencia que define a un país campeón.
Aitana Bonmatí, Alexia Putellas, Cata Coll, Ona Batlle, Mariona Caldentey, Irene Paredes, Olga Carmona… Nombres que ya pertenecen al imaginario colectivo, que han cambiado la historia y que, el próximo 2 de diciembre, buscarán añadir un nuevo capítulo a la epopeya dorada del fútbol español femenino.
Porque cada vez que España juega, no es solo un partido: es una celebración de lo que somos, de lo que hemos logrado y de lo que aún podemos conquistar.
El lunes 10 de noviembre a las 12:00, cuando se abran las entradas al público general, comenzará una cuenta atrás hacia la historia.
El Metropolitano será el epicentro de una emoción compartida, un estadio convertido en símbolo de orgullo nacional.
Y cuando el balón ruede, el rugido del público será una sola voz, un grito unánime que resonará en todo el continente: “¡España, a por la gloria!”
confirmación de los nuevos horarios para los partidos aplazados de la jornada 19 de la Liga F Moeve ha vuelto a poner en evidencia algo que muchos llevamos años denunciando: que el fútbol femenino en España continúa condenado a vivir en la sombra del masculino. LaLiga ha decidido adelantar los duelos Barça–Atlético de Madrid y Athletic–Real Madrid a la primera semana de diciembre para evitar solapamientos con la Supercopa de España masculina del próximo mes de enero.
A primera vista, puede parecer un simple ajuste de calendario. Pero cuando se observa el contexto, la gravedad del asunto se hace evidente. El partido Barça–Atlético, uno de los grandes clásicos del fútbol femenino español y un duelo entre los dos clubes más laureados de los últimos años, coincidirá con la vuelta de la final de la UEFA Women’s Nations League entre España y Alemania. Sí, la misma final en la que nuestra selección puede reescribir la historia, levantando un título continental frente a una de las potencias más grandes del fútbol mundial.
La coincidencia es tan absurda como simbólica: el partido liguero se disputará a las 21:00 horas, mientras que la vuelta de la final europea arrancará, en principio, a las 19:00 en el estadio Metropolitano. Una coincidencia que no solo compromete la asistencia de público a un evento histórico, sino que además vuelve a transmitir la sensación de que el fútbol femenino siempre debe adaptarse, ceder, plegarse ante el calendario de los hombres.
ente que preside Rafael Louzán, junto a LaLiga, ha acordado una “solución de emergencia” para mitigar el impacto de esta coincidencia. Según informó la Cadena COPE, el objetivo es no perjudicar —o hacerlo en la menor medida posible— la afluencia de público al Metropolitano. Pero lo cierto es que la herida ya está hecha. La decisión, más allá de sus ajustes técnicos, revela una falta de sensibilidad estructural hacia el desarrollo del fútbol femenino, que debería ser una prioridad nacional tras los éxitos de los últimos años.
España es campeona del mundo, finalista en categorías inferiores, y una potencia creciente a nivel de clubes. Sin embargo, las decisiones institucionales parecen no haber entendido la magnitud del momento histórico que vive el deporte practicado por mujeres. En lugar de proteger su espacio, se lo encoge. En lugar de potenciar su alcance, se lo reduce a un rincón de la agenda. En lugar de garantizar que su gran final sea un evento nacional, se le obliga a competir con el ruido mediático y televisivo de un calendario diseñado para otros.
No se trata solo de un conflicto de horarios, sino de un reflejo de prioridades. Porque cuando el fútbol masculino estornuda, el femenino debe correr a ponerse a cubierto. Cuando se mueve una fecha del calendario de los hombres, el de las mujeres se reordena sin preguntar. Cuando hay un evento que interesa a las televisiones, el fútbol femenino queda relegado al fondo de la parrilla.
Durante años se ha hablado de “apoyar el crecimiento del fútbol femenino”. Se han firmado convenios, se han multiplicado las campañas institucionales, se han hecho vídeos con mensajes inspiradores y se ha llenado la boca con la palabra “igualdad”. Pero la igualdad no se demuestra en los discursos; se demuestra en las decisiones. Y esta decisión, como tantas otras, vuelve a demostrar que las estructuras del fútbol español siguen funcionando bajo una jerarquía que sitúa al fútbol practicado por hombres como el eje central del universo, y al femenino como un apéndice al que se atiende solo cuando no molesta.
El caso del Barça–Atlético es paradigmático. Un encuentro que podría servir para impulsar la visibilidad de la Liga F Moeve en un momento clave, se ve condenado a la invisibilidad mediática por una decisión administrativa. No es una coincidencia, es una señal. Una señal de que, a pesar de los avances, el fútbol femenino todavía tiene que pedir permiso para existir.
Resulta incomprensible que nadie en los despachos haya levantado la voz ante una coincidencia de tal calibre. Que un país campeón del mundo, que ha llenado estadios, que ha generado audiencias históricas y que ha situado a sus jugadoras entre las mejores del planeta, no sea capaz de blindar su final europea de un conflicto de programación, demuestra hasta qué punto sigue siendo frágil el reconocimiento institucional hacia las futbolistas.
Tampoco se trata solo de las jugadoras. La afición del fútbol femenino, fiel, apasionada y en constante crecimiento, también se ve perjudicada. Miles de personas que querrían disfrutar de ambos partidos —de su equipo y de su selección— se verán obligadas a elegir. Un dilema que en el fútbol masculino simplemente sería impensable. Ningún Barça–Madrid o Atlético–Athletic coincidiría con una final continental de la selección masculina. Pero en el fútbol femenino, parece que “no pasa nada”.
Pasa, y mucho. Porque la visibilidad se construye a base de gestos, y cada vez que se fuerza al público a dividirse, se rompe parte de la comunidad que el fútbol femenino ha construido con tanto esfuerzo. Este deporte, que ha crecido desde la base y sin los privilegios mediáticos del masculino, no puede seguir siendo tratado como un invitado temporal en su propia casa.
fútbol femenino español ha demostrado con creces su mérito deportivo. Ha conquistado títulos, ha llenado estadios, ha formado generaciones de referentes y ha cambiado la manera en la que el país mira a sus deportistas. Lo que falta no es talento, ni emoción, ni compromiso: lo que falta es respeto institucional. Respeto en los calendarios, en las retransmisiones, en los horarios, en las condiciones.
Si de verdad queremos igualdad, no podemos seguir aceptando que cada avance del fútbol femenino dependa de los huecos que deje libre el masculino. La igualdad no se pide. Se ejerce. Y ejercerla implica planificar con la misma seriedad, priorizar con la misma lógica y valorar con la misma pasión.
En diciembre, mientras la Selección Española femenina busque otro título continental y el país vibre con una generación irrepetible, no deberíamos tener que preguntarnos qué partido ver. No debería haber dilemas. Debería haber una sola certeza: que el fútbol femenino merece, por fin, su propio espacio, su propio respeto y su propia voz.
Ya son ganas de joder, con perdón.
El mismo día del Barça – Atleti (y, seguramente, a la misma hora), la selección española femenina de fútbol estará jugando, en el Metropolitano, la final de la Nations League. https://t.co/xOocuT594J
📌 La tarde televisiva del pasado martes tuvo una protagonista indiscutible: la Selección Española Femenina de Fútbol. El duelo entre Suecia y España, correspondiente a la UEFA Women’s Nations League, no solo capturó la atención de los aficionados al deporte, sino que volvió a demostrar que el fútbol femenino ha conquistado definitivamente un espacio de privilegio en la audiencia española.
Según los datos oficiales, el partido alcanzó un 11,9% de cuota de pantalla, con una media de 1.106.000 espectadores y 3,5 millones de contactos a lo largo de la retransmisión en La 1 de Televisión Española, confirmando el creciente interés del público por el equipo que ha llevado el nombre de España a la cima del fútbol mundial.
El encuentro, emitido en directo desde el estadio de Ullevi en Gotemburgo, formaba parte de la fase decisiva de la UEFA Women’s Nations League, torneo en el que España defiende el título conquistado hace apenas unos meses. La retransmisión de RTVE, encabezada por su equipo habitual de comentaristas especializados, ofreció una cobertura impecable, con un despliegue técnico de primer nivel y una narrativa vibrante que acompañó cada jugada de las campeonas del mundo.
El resultado en audiencia refleja un compromiso sostenido de los espectadores con la Selección Femenina: los más de 3,5 millones de contactos indican que prácticamente uno de cada diez españoles se conectó en algún momento para seguir el partido. En el competitivo horario de tarde, donde conviven magacines, concursos y series diarias, el 11,9% de share de La 1 se traduce en una victoria televisiva rotunda y un impulso a la programación deportiva de servicio público.
Desde la conquista del Mundial de Australia y Nueva Zelanda en 2023, la Selección Española Femenina se ha convertido en un fenómeno social y mediático. Su éxito ha trascendido lo deportivo, conectando con audiencias familiares, jóvenes y femeninas de forma transversal. El seguimiento de los partidos por parte de RTVE ha ido creciendo progresivamente, reflejando una tendencia que ya es estructural: el fútbol femenino no solo interesa, emociona y moviliza.
La etiqueta #SelecciónRTVE se consolidó una vez más como tendencia nacional durante el encuentro, con miles de interacciones en redes sociales. Los usuarios destacaron tanto el rendimiento del equipo dirigido por Montse Tomé como la calidad de la retransmisión pública, que una vez más reafirma su compromiso con la igualdad, la visibilidad y la promoción del deporte femenino.
1,1 millones de espectadores de media no solo sitúan al Suecia–España entre los espacios más vistos del día en La 1, sino que lo equiparan con retransmisiones de fútbol masculino de selecciones o incluso con partidos de Champions League emitidos en abierto en temporadas anteriores. En comparación con los datos registrados en fases anteriores del torneo, la audiencia de este encuentro marca un crecimiento sostenido del interés televisivo por la Nations League femenina. Además, el 3,5 millones de contactos supone uno de los picos más altos de seguimiento en una ventana de tarde, franja donde el consumo suele ser más fragmentado.
Con esta emisión, RTVE refuerza su papel como cadena de referencia para el fútbol femenino en España. Desde la Eurocopa, pasando por el Mundial y la Nations League, La 1 ha ofrecido a los espectadores un seguimiento completo, riguroso y apasionado de las grandes citas de “la Roja”. El compromiso no solo se traduce en cifras de pantalla, sino también en una narrativa audiovisual que ha dignificado el relato deportivo femenino, otorgando el mismo tratamiento técnico, informativo y emocional que históricamente se reservaba a las competiciones masculinas.
El éxito de audiencia del Suecia–España llega en el momento justo, cuando la Selección Femenina se prepara para disputar la gran final de la UEFA Women’s Nations League ante Alemania, el 2 de diciembre en el Estadio Metropolitano. Todo apunta a que esa cita —que podría marcar un nuevo récord histórico de público y seguimiento televisivo— se convertirá en uno de los acontecimientos deportivos del año en nuestro país.
RTVE ya trabaja en un amplio dispositivo técnico y narrativo para esa gran noche, que no solo será una final, sino un homenaje al crecimiento del fútbol femenino y al compromiso del público español con sus campeonas.
Más allá de los porcentajes, las cifras y los contactos, el Suecia–España de la Nations League simboliza un cambio cultural profundo. La audiencia no solo ve fútbol femenino: lo siente, lo celebra y lo defiende. Cada pase, cada gol y cada retransmisión en abierto en La 1 representan una victoria colectiva por la visibilidad, la igualdad y el reconocimiento del talento de nuestras deportistas.
La tarde en la que 1,1 millones de personas siguieron a España desde sus hogares no fue solo un éxito televisivo: fue una nueva página en la historia del deporte nacional. Una historia que sigue escribiéndose con la misma pasión que llena los estadios… y las pantallas. Porque la #SelecciónRTVE ya no es solo un fenómeno deportivo: es un orgullo compartido que no deja de brillar en el firmamento.
📌 ¡Jugarán la final! Las pupilas de Sonia Bermúdez se impusieron por 0-1 a Suecia con una diana de “La Reina”.
La previa |
(Fuente: UEFA)
España tiene la historia a su favor, el marcador a su favor y, sobre todo, el hambre intacta. Este martes, en el imponente Gamla Ullevi de Goteborg, la selección femenina de fútbol afronta la vuelta de las semifinales de la Liga de Naciones 2025, con la oportunidad de firmar el pase a su cuarta final en menos de dos años y medio.
El 4-0 de la ida en La Rosaleda fue mucho más que un resultado. Fue una declaración de intenciones. Una muestra de autoridad, de estilo y de continuidad en el legado que empezó con el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y que ahora dirige Sonia Bermúdez, debutante en el banquillo con una victoria incontestable ante una de las selecciones más competitivas del planeta.
Pero el mensaje en el vestuario es claro: nada está hecho hasta el pitido final. Las jugadoras lo saben y su seleccionadora lo ha repetido con convicción: “Queremos ganar el partido, queremos meternos en la final. Este equipo es ambicioso y quiere ganarlo todo”.
Suecia, tercera en el ranking FIFA, no bajará los brazos ante su público. El combinado escandinavo, dirigido ahora por Tony Gustavsson, pretende que el duelo en Goteborg no sea un simple trámite. Tras caer con contundencia en Málaga, las suecas buscarán su revancha con un juego más físico, directo y agresivo, intentando llevar el partido a un terreno incómodo para la campeona del mundo.
El técnico sueco, consciente de la dificultad del desafío, insinuó algunos cambios en su once: “Está claro que haremos todo lo posible durante los 90 minutos, una posible prórroga y la tanda de penaltis, pero también estaremos atentos al futuro. Habrá algunos cambios, porque ¿cuándo más tendrán estos jóvenes la oportunidad de competir contra el número uno del mundo?”, admitió en la previa.
En la ida, Suecia apenas inquietó la portería española. Su única ocasión clara llegó en un mano a mano desperdiciado por Stina Blackstenius. La defensa, sin la capitana Magdalena Eriksson, sufrió para frenar la movilidad y la presión alta de España, que castigó cada error en la salida de balón. Esa será, precisamente, una de las claves del encuentro de vuelta.
España, consciente del contexto, sabe que deberá gestionar con inteligencia el ímpetu inicial de Suecia. Se espera un arranque frenético por parte del conjunto local, empujado por su afición y el orgullo herido.
El plan pasa por imponer de nuevo la posesión y el dominio técnico, los sellos de identidad de la campeona del mundo. En ese terreno, Alexia Putellas volverá a ser la brújula. La doble Balón de Oro fue la gran figura del primer partido, con un doblete magistral y un nuevo récord: convertirse en la segunda máxima goleadora histórica de la selección española.
En el centro del campo, Laia Aleixandri podría repetir como mediocentro posicional, aportando equilibrio y lectura de juego, aunque Clara Serrajordi, la joven promesa, espera su oportunidad para debutar en una gran cita.
La gran incógnita reside en el ataque. La lesión de Salma Paralluelo en Málaga obliga a un cambio obligado en la referencia ofensiva. Todo apunta a que Claudia Pina repetirá como ‘falsa 9’, papel en el que brilló en la ida con dos goles y un despliegue táctico que desarticuló a la zaga nórdica.
Bermúdez también baraja introducir rotaciones para evitar riesgos de lesión y mantener la frescura. En defensa, María Méndez podría entrar por Irene Paredes o Mapi León, mientras que Lucía Corrales podría dar descanso a Olga Carmona.
En ataque, la seleccionadora deberá decidir si mantiene el bloque titular o da minutos a Athenea del Castillo, Alba Redondo o Jenni Hermoso, que siguen siendo piezas de enorme valor en el engranaje ofensivo.
Los números sonríen a España. La selección ha ganado sus cuatro últimos enfrentamientos ante Suecia, con un balance de 14 goles a favor y sólo seis en contra. Una supremacía reciente que refleja la evolución de la ‘Roja’ frente a una potencia histórica del fútbol femenino.
Pero más allá de las estadísticas, el reto es emocional: mantener la excelencia en un momento en el que la exigencia es máxima y la responsabilidad, enorme. La campeona del mundo no puede bajar el ritmo. La mirada está puesta en la gran final, que se disputará a doble partido los días 28 de noviembre y 2 de diciembre, pero la prioridad hoy es clara: competir, ganar y salir indemne.
España afronta esta semifinal con la madurez de un equipo que ha aprendido a convivir con la presión y a transformar las expectativas en resultados. La conquista del Mundial 2023, la final de la Eurocopa de Suiza 2025, y el dominio en la Nations League consolidan un ciclo irrepetible.
Cada partido es una página más de una generación que ha cambiado la historia del fútbol femenino. Goteborg puede ser el escenario de una nueva gesta, otro paso hacia la grandeza.
La cita está marcada: martes, 19:00 horas, en La 1 (TVE). España quiere otra noche de gloria. Quiere seguir soñando. Quiere volver a una final.
Y, sobre todo… quiere seguir siendo la número uno del mundo.
El partido al detalle |
(Fuente: “El Partido de Manu”)
🏆 UEFA Women’s Nations League |
♥️Semifinal | Partido de vuelta
🔥 Suecia 🇸🇪 🆚 España 🇪🇸 🔥
📅 Martes, 28 de octubre de 2025
⏰ 19:00 horario peninsular
📺 La 1 de RTVE
🏟️ Gamla Ulevi, Gotemburgo
Los onces |
(Fuente: RFEF)
partido comenzó con la electricidad de las grandes noches europeas. Las gradas teñidas de amarillo rugían con el orgullo nórdico, mientras los pocos pero ruidosos aficionados españoles agitaban sus banderas con una fe inquebrantable. España, con el mismo once que conquistó Londres dos años atrás, salió a mandar. Sin embargo, pronto comprendió que el césped, irregular y pesado por la lluvia, sería un rival más.
Aitana Bonmatí, Alexia Putellas y Mariona Caldentey intentaban tejer desde el círculo central una red de pases imposibles. Pero cada toque se hundía un poco en la hierba, cada giro parecía frenar medio segundo el fluir natural de ese fútbol de seda que distingue a esta generación. Suecia lo olió y apretó las marcas. Rolfo, Jakobsson y Asllani buscaban las diagonales largas, el juego aéreo, los segundos balones. Un duelo de estilos en estado puro: la precisión contra la potencia; el ingenio contra la disciplina.
Aun así, España supo sobrevivir a ese tramo sin claridad. A base de carácter, contención y un trabajo defensivo digno de una catedral. Irene Paredes fue monumental. Cada cruce suyo tenía algo de sentencia. Ona Batlle, antes de ser sustituida, dejó dos cortes providenciales que evitaron el empate. Y cuando Schröder, en la mejor ocasión sueca del primer tiempo, conectó un disparo centrado ante Cata Coll, la guardameta balear lo atrapó con esa serenidad que desarma más que cualquier grito.
El descanso llegó con la ventaja española intacta. Un gol tempranero —fruto de una combinación milimétrica entre Bonmatí, Mariona y el remate sutil de Alba Redondo— había inclinado la balanza. No fue un festival, pero sí una obra maestra de eficacia. España ganaba, y en el fútbol moderno, eso lo cambia todo.
Las 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios con el marcador parcial aún pendiente de ser inaugurado, pero la exhibición en La Rosaleda (0-4), dejaba a las visitantes a tan solo cuarenta y cinco minutos por delante para alcanzar el partido por el título, pero Suecia es la tercera nación en el ranking FIFA y eso hacía que fuese un rival ante el que no se podía bajar la guardia ni un solo instante.
⏸️ ¡𝗝𝘂𝗴𝗮𝗱𝗼𝗿𝗮𝘀 𝗮 𝘃𝗲𝘀𝘁𝘂𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗦𝘂𝗲𝗰𝗶𝗮!
El marcador no se mueve tras cumplirse los primeros 45 minutos.
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 28, 2025
Angeldahl, una vieja conocida del fútbol español, ingresó para reforzar el músculo y la conducción de Suecia. En el banco español, Sonia Bermúdez movió las piezas con inteligencia táctica y olfato emocional: Jana Fernández y Martín-Prieto entraron por Ona Batlle y Eva Navarro, respectivamente. Era el mensaje implícito de una entrenadora que sabe leer los tiempos: mantener la estructura, refrescar las piernas y apostar por el temple.
La segunda parte fue un pulso. Un duelo de ajedrez con cada metro de césped disputado como si fuera un tesoro. España, lejos de atrincherarse, trató de dormir el balón, de acunar el reloj. Las combinaciones cortas en campo rival se hicieron más prudentes, pero también más precisas. Alexia retrasó su posición, convertida en brújula y muralla. Aitana, omnipresente, enlazaba el juego con la elegancia de quien lleva un compás en las botas.
Suecia, herida en su orgullo, adelantó líneas. Buscó la épica en los centros laterales, en la fe inquebrantable de su capitana Eriksson, en los lanzamientos lejanos de Angeldahl. Pero cada intento encontraba una respuesta coral, un muro invisible hecho de solidaridad y concentración. España jugaba con la renta y con el alma. Jugaba sabiendo que, en el fútbol femenino moderno, el equilibrio entre talento y resistencia es la clave de la eternidad.
Y entonces llegó el minuto 63. El cartel luminoso del cuarto árbitro mostró un número que resonó como un símbolo: el 17 de Clara Serrajordi. Apenas una adolescente, una promesa del futuro que hoy se asomaba al vértigo del presente. Con el dorsal bien ajustado y la mirada serena, Clara entró en el campo sabiendo que estaba cruzando el umbral del sueño de toda futbolista. Su debut, a los 17 años, fue un guiño del destino. Un relevo invisible entre generaciones.
𝟭𝟳 añitos. 𝗖𝗹𝗮𝘀𝗲 y 𝘁𝗮𝗹𝗲𝗻𝘁𝗼 en estado puro. 𝗙𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼 y, desde hoy, 𝗽𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗲 de la @sefutbolfem.
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 28, 2025
Sus primeros toques respiraron una inocencia limpia, pero también un descaro que ilusiona. Recuperó un balón vital, abrió con criterio a la derecha y se animó a combinar con Aitana Bonmatí . La grada española se levantó para aplaudir. Era el futuro en marcha.
Y, a falta de quince minutos para el final, Alexia Putellas demostró que es pura magia sobre el verde, ese mismo en el que España, con un gol de Eva Navarro que remontó el partido estrenó su estrella de campeona del mundo en la primera edición de la Liga de Naciones.
La doble Balón de Oro, que fue la MVP del partido, recibió un centro de Claudia Pina, y con el interior de su pierna mala destrozó las ilusiones de Suecia anotando un golazo a la mismísima escuadra ante el que nada pudo hacer Falk y una conexión culé abría la lata con el 0–1 en el minuto 75 de un partido que no pasara a la historia por su belleza y fue, más bien, soporífero para el espectador neutral.
🤯 ¡¡𝗩𝗔𝗔𝗔𝗬𝗔 𝗚𝗢𝗟𝗔𝗔𝗔𝗭𝗢𝗢𝗢!!
¡Vuelve a aparecer @alexiaputellas con una definición magistral para abrir el marcadooor!
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 28, 2025
El eco del silbato final resonó como un canto a la perseverancia. España volvió a imponerse a Suecia en su propio terreno —donde el viento sopla gélido y el césped se vuelve enemigo— para sellar su billete a una nueva final continental. Fue un partido áspero, tenso y profundamente táctico, en el que “la Roja” mostró que también sabe ganar desde el esfuerzo y la templanza. Una victoria de acero (0–1), que consolida la madurez de un equipo histórico y abre otra oportunidad dorada: la final de la UEFA Women’s Nations League, donde las de Sonia Bermúdez se medirán a Alemania en un doble duelo con aroma a clásico.
El reloj corría, el frío calaba y el Gamla Ullevi empujaba. Pero España no cedía. Cuando el conjunto local buscó el empate con cambios ofensivos —Blackstenius, Kafaji, Rolfö—, emergió Cata Coll como un faro en la oscuridad. Su serenidad fue un escudo, su reflejo un bálsamo. Ni un solo balón superó su figura, ni un solo error alteró su concentración.
Al final, el marcador se mantuvo inamovible: Suecia 0–1 España, y un global de 5–0 que habla por sí solo. Tras el pitido final, Sonia Bermúdez, emocionada pero serena, resumió
El próximo reto no es menor. Alemania, que eliminó a Francia (1–0 en la ida y 2–2 en la vuelta), será el rival en la gran final de la Nations League. Dos selecciones que representan la cúspide del fútbol europeo femenino se verán las caras en una cita doble:
• Ida: miércoles 26 de noviembre • Vuelta: martes 2 de diciembre, en el Estadio Cívitas Metropolitano, el templo del Atlético de Madrid.
Será una final de estilos: la precisión alemana frente a la sinfonía coral española. Una reedición del eterno duelo por el trono continental.
(Fuente: RFEF)
📋 Ficha técnica |
Suecia: Jennifer Falk; Smilla Holmberg, Nathalie Björn, Elma Junttila-Nelhage, Anna Sandberg (Filippa Angeldahl 46’); Hanna Lundkvist, Kosovare Asllani (Rusul Kafaji 55’), Julia Zigiotti; Johann Rytting Kaneryd (Evelyn Ijeh 82’), Felicia Schröder (Stina Blackstenius 55’) y Mónica Jusu Bah (Fridolina Rolfö 55’).
España: Cata Coll; Ona Batlle (Jana Fernández 46’), Irene Paredes (María Méndez 64’), Mapi León, Olga Carmona (Lucía Corrales 73’); Laia Aleixandri (Clara Serrajordi 64’), Aitana Bonmatí, Alexia Putellas; Eva Navarro (Cristina Martín-Prieto 46’), Claudia Pina y Mariona Caldentey.
Árbitra: Lorraine Watson (Escocia). Estadio: Gamla Ullevi (Göteborg, Suecia).
Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la UEFA Women’s Nations League. Temperatura de 8ºC, terreno húmedo por lluvia. Debut con la selección absoluta de Clara Serrajordi (17 años).
Goles |
0-1 Alexia Putellas Segura 75’ ⚽️
(Fuente: Liga F Moeve)
Vídeo |
📹 RESUMEN | Así selló España su pase a la gran final de la #UWNL
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 28, 2025
La vuelta de la final se jugará en el Metropolitano |
(Fuente: “El Partido de Manu”)
El Estadio Metropolitano de Madrid albergará la vuelta de la final de la Liga de Naciones entre España y Alemania |
El Estadio Metropolitano, majestuoso, colosal, símbolo de la pasión y la grandeza del Atlético de Madrid, será el escenario donde España buscará revalidar la corona de la UEFA Women’s Nations League. Un templo moderno que se alzará como fortaleza nacional el martes 2 de diciembre, cuando “la Roja” dispute el segundo y decisivo partido de la gran final ante Alemania.
Será un duelo que trascenderá lo deportivo. Será un canto a la historia, a la fe y a la emoción de un país que ha aprendido a soñar con sus campeonas.
Cuando las luces del Metropolitano se encienden, el fútbol adquiere otra dimensión. Su arquitectura de vanguardia, su atmósfera envolvente y su capacidad para más de 70.000 almas convertirán esta final en una cita histórica para el deporte español.
El coliseo rojiblanco, propiedad del Atlético de Madrid, ya ha sido testigo de grandes gestas del fútbol europeo, pero esta vez su corazón latirá por una causa mayor: ver a la Selección española femenina levantar un título en casa, ante su gente, ante su historia.
Como en 2024, cuando España conquistó La Cartuja y tocó el cielo de la Nations League, la ilusión vuelve a teñir de rojo y oro los sueños de todo un país. Madrid se prepara para una noche que promete ser mítica, con una marea de banderas ondeando, un himno que retumbará en cada grada y un equipo que lo ha vuelto a hacer: llegar a la cima con fútbol, carácter y orgullo.
Nada ha sido casual. España alcanzó esta final tras liderar con autoridad su grupo, por delante de Inglaterra, Portugal y Bélgica, desplegando un fútbol de dominio total.
Después, en semifinales, el conjunto dirigido por Sonia Bermúdez selló una eliminatoria impecable ante Suecia, con una goleada en La Rosaleda y una victoria de carácter en Gotemburgo.
Cinco goles a favor. Ninguno en contra. Un mensaje al continente: España no solo defiende su título, sino su reinado.
Ahora, el destino las cita con Alemania, la otra gran potencia europea, en una final que se decidirá a doble partido: • Ida: miércoles 26 de noviembre, en suelo germano. • Vuelta: martes 2 de diciembre, en el Metropolitano de Madrid.
Y será allí, bajo el cielo rojizo de la capital, donde esta generación dorada podrá culminar su legado.
España entera se prepara para recibir a sus heroínas. Cada rincón del Metropolitano respirará orgullo y emoción. Las gradas serán un mar rojo de camisetas, banderas y cánticos que resonarán hasta el último minuto.
Será más que una final. Será una declaración de amor al fútbol femenino español, un homenaje a la constancia, al talento y a la unión que han llevado a esta Selección a lo más alto del mundo.
El Metropolitano, testigo del nuevo tiempo, será el escenario donde las campeonas buscarán su consagración definitiva. Porque los templos no solo se construyen de acero y cemento, sino de sueños compartidos. Y el próximo 2 de diciembre, España entera se mirará en ese espejo de grandeza.
🔴 𝗢𝗙𝗜𝗖𝗜𝗔𝗟 | El Estadio Metropolitano de Madrid albergará la vuelta de la final de la #UWNL.
El 2 de diciembre, España se jugará el título de campeona de la competición europea en casa.
— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 28, 2025
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“El Metropolitano será más que un estadio. Será una patria en 105 metros de césped. Allí, donde el corazón del fútbol late más fuerte, la Roja intentará volver a hacer historia.” — Manu López, “El Partido de Manu”
El fútbol tiene lugares que se vuelven sagrados. Para España, Sídney será siempre el origen de la leyenda: aquella tarde del 20 de agosto de 2023 cuando Olga Carmona firmó el gol que transformó un sueño en realidad. La victoria por 1-0 ante Inglaterra en la final del Mundial ante Inglaterra no solo entregó una estrella al escudo; entregó un legado, una identidad, una nueva manera de mirar el deporte femenino en el país.
Desde entonces, España ha encadenado triunfos que consolidan su hegemonía: • Campeona del Mundo (2023, Australia y Nueva Zelanda) • Campeona de la primera UEFA Women’s Nations League (2024, en Sevilla ante Francia) • Clasificada para los Juegos Olímpicos de París 2024 • Líder invicta en la fase previa de la Eurocopa 2025
Y ahora, en octubre de 2025, vuelve a enfrentarse a Suecia, la eterna rival del norte, el espejo donde se refleja la evolución de una España que ya no compite para aprender, sino para gobernar.
Suecia fue durante años el modelo a seguir: una potencia consolidada, un fútbol de estructuras, de rigor táctico y fuerza física. Pero España la desbordó desde la técnica, desde la convicción, desde el talento inagotable de una generación que cambió el mapa del fútbol europeo.
En julio de 2023, en las semifinales del Mundial, ambas selecciones ofrecieron un duelo memorable: 90 minutos de equilibrio y emoción, rotos en la prórroga por el gol agónico de Olga Carmona (2-1). Desde entonces, Suecia ha buscado redención, pero España siempre ha estado un paso por delante. En la ida en Málaga, la diferencia fue abismal: 4-0, con tantos de Mariona, Aitana, Salma y Athenea, en una de las actuaciones más redondas de la era Tomé.
La estadística habla por sí sola: en los últimos cinco enfrentamientos, España suma tres victorias y dos empates. No pierde ante las nórdicas desde 2019. Un dominio que ha derribado uno de los últimos muros simbólicos del fútbol femenino europeo.
El Gamla Ullevi no es un estadio más. Construido en 2009, en el corazón de Gotemburgo, acoge regularmente los partidos de la selección femenina sueca y las finales de la Damallsvenskan. Allí, el fútbol se respira con solemnidad, con ese respeto nórdico que mezcla disciplina y pasión silenciosa.
España aterriza en una Suecia herida, pero orgullosa. Los medios locales hablan de “la necesidad de salvar el honor”. Las jugadoras, de “competir con dignidad ante las campeonas”. Pero la Roja conoce ese guion: en escenarios hostiles, es donde más brilla. Porque España ya aprendió a convivir con la presión del favorito, y la asume con naturalidad.
Como si el peso de la historia ya no fuese carga, sino impulso al nuevo plan de Sonia.
El gran secreto de esta selección está en su versatilidad estructural: cada jugadora puede ocupar varios roles sin alterar la armonía colectiva. Bermúdez lo llama “elasticidad táctica”. En la práctica, es el alma de su dominio.
El combinado dirigido por Peter Gerhardsson atraviesa una etapa de transición. Varias de sus veteranas —entre ellas Caroline Seger y Magdalena Eriksson— afrontan probablemente sus últimos compromisos internacionales, mientras nuevas caras como Kafaji, Bennison o Blomqvist intentan tomar el relevo.
El técnico ha optado por un 4-2-3-1 clásico, sustentado en el físico y en la amplitud. La referencia será Stina Blackstenius, que regresa al once tras una lesión que la dejó fuera en la ida. La acompañarán Asllani como mediapunta creativa y Kaneryd por banda derecha, buscando explotar las espaldas de Olga Carmona.
El desafío para Suecia será encontrar equilibrio entre necesidad y prudencia: deben remontar cuatro goles, pero saben que si conceden uno, la eliminatoria estará sentenciada. Gerhardsson lo resumió así en rueda de prensa: “ “España es un equipo que te castiga en cada error. Si jugamos con el corazón pero sin cabeza, no tendremos opciones.”
Más allá de lo deportivo, España se ha convertido en un fenómeno social. El fútbol femenino ya no es una promesa; es una realidad que emociona, inspira y une. Cada partido de la selección congrega audiencias millonarias. Cada niña que se enfunda una camiseta roja siente que puede ser parte de algo grande.
En ese sentido, esta semifinal en Gotemburgo tiene un significado especial. Porque ya no se trata solo de ganar un título más, sino de mantener viva una revolución cultural. El triunfo de 2023 cambió la percepción del deporte femenino en España; el de 2024 consolidó su poder institucional. El de 2025 —si llega— sería la confirmación de una dinastía.
Aitana Bonmatí – Balón de Oro 2023 y The Best FIFA 2024. La brújula, la líder silenciosa. Su control de los tiempos y su capacidad para romper líneas con un pase o una conducción definen el ADN de la Selección Española de Fútbol.
“Jugamos por la excelencia. No queremos que nos recuerden por ganar, sino por cómo jugamos.”
“Estamos orgullosas del camino recorrido, pero no vivimos del pasado. Este grupo se exige siempre un poco más. Sabemos que Suecia en casa es un rival durísimo, pero tenemos la madurez y la serenidad para competir en cualquier escenario. Queremos estar en otra final, por nosotras y por toda la gente que nos apoya desde España, comentaba Sonia.
De niñas que soñaban en campos de tierra a ídolos de un país. De luchas invisibles a portadas mundiales. De promesas a campeonas.
España no solo ha ganado títulos: ha transformado el significado de ser campeona. Ha demostrado que la excelencia no es exclusiva de ningún género, que el fútbol femenino puede mover emociones, estadios y audiencias al nivel de cualquier competición masculina.
Y ahora, en Gotemburgo, esas mismas jugadoras tienen ante sí la oportunidad de seguir alimentando una dinastía que ya ha cambiado la historia del deporte español.
Cuando el árbitro sople su silbato inicial y la pelota ruede sobre el verde sueco, España no solo defenderá un resultado. Defenderá una identidad. La de un país que aprendió a creer, que vio cómo sus jugadoras convertían los sueños en costumbre, y que hoy ya no se conforma con ser parte de la historia: quiere escribirla entera.
En Gotemburgo, las campeonas del mundo mirarán de frente al frío escandinavo, con el calor de un escudo que arde. Cada pase será una declaración. Cada gol, una firma. Cada mirada, un recordatorio de lo que ya son: leyenda viva del fútbol español.
Y cuando suene el himno, resonará la promesa de siempre: España no teme a los gigantes. España los crea.
📌 La vigente campeona se medirá a Suecia este martes 28 de octubre a las 19:00h en el estadio Gamla Ullevi (Göteborg). Las de Sonia Bermúdez, que se impusieron por 4-0 en la ida ante el combinado sueco, buscarán estar en la final de la Nations League. Alemania o Francia sería su posible rival en la final.
España busca otra noche inmortal en el norte de Europa
(Fuente: “El Partido de Manu”)
El fútbol ofrece pocas historias tan redondas como la que está escribiendo la selección española femenina. En Málaga, bajo el sol de La Rosaleda, comenzó una nueva era con una goleada (4-0) que encendió las ilusiones del país y puso nombre propio a una entrenadora que ya fue leyenda con el balón en los pies. Sonia Bermúdez, vallecana, campeona en su etapa como futbolista y ahora seleccionadora nacional, vivió un estreno soñado al mando de una Roja que enamora, domina y emociona.
“Ser futbolista es lo mejor del mundo, lo disfruté muchísimo, y ahora en este rol también lo estoy disfrutando mucho. Me quedo con los días del debut como futbolista y hoy como entrenadora”, confesó, visiblemente emocionada, tras el triunfo ante Suecia. Aquel día, España jugó con la elegancia de las grandes campeonas y el hambre de quien no se cansa de ganar. Dos dobletes —de Alexia Putellas y Claudia Pina— sirvieron para dejar encarrilado el pase a la final de la UEFA Nations League, pero más allá del marcador, lo que brilló fue la sensación de equipo: esa identidad reconocible, de posesión y presión, de armonía entre talento y ambición.
La única nota amarga fue la lesión de Salma Paralluelo. La atacante maña, pieza esencial del engranaje ofensivo, sufrió una lesión en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda y ha abandonado la concentración para iniciar su recuperación. En su lugar, Sonia Bermúdez convocó a Athenea del Castillo, que regresa a una lista con ganas de reivindicarse. Con su presencia, se mantienen 17 futbolistas de la Liga F Moeve en la primera convocatoria de la temporada, un dato que reafirma el enorme talento que nutre el campeonato español.
Tras la goleada ante las escandinavas, la selección retomó los entrenamientos en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con una sesión dividida en dos grupos —recuperación y compensación— y, el domingo, ya con Athenea integrada, una jornada más larga centrada en los automatismos tácticos para el duelo de Göteborg.
Pero el momento más especial del fin de semana no se vivió sobre el césped, sino en la grada. Con permiso de la Real Federación Española de Fútbol, y según confirmó a El Partido de Manu tanto el propio ente federativo como la periodista María Tikas, las jugadoras de la selección acudieron juntas al Estadio Santiago Bernabéu para presenciar el Real Madrid CF 2-1 FC Barcelona, en una imagen histórica: las campeonas del mundo y referentes de ambas entidades compartiendo la emoción del gran clásico desde el palco. Un gesto de unidad, compañerismo y respeto mutuo que simboliza la madurez de un vestuario que va más allá de los colores.
A sus 39 años, Sonia Bermúdez ha heredado una generación dorada y, al mismo tiempo, le ha impreso su sello: intensidad, verticalidad y temple. En su debut, España ofreció un recital coral, moviendo la pelota con la precisión de siempre, pero con una agresividad ofensiva que recordó sus mejores tiempos como delantera. La entrenadora madrileña ha sabido equilibrar jerarquías: mantener la esencia de Jorge Vilda y Montse Tomé, pero liberando el talento individual de las jugadoras, otorgando libertad a Alexia, confianza a Pina y protagonismo a las jóvenes como Vicky López o Clara Serrajordi.
El 4-0 en la ida es una ventaja importante, pero el mensaje desde el vestuario es unánime: “No está cerrado”. España sabe que Suecia, tercera del ranking FIFA y una potencia histórica del fútbol europeo, no entregará el orgullo fácilmente. En el Gamla Ullevi de Göteborg, las de Tony Gustavsson buscarán un milagro que se antoja épico.
En los antecedentes, ambas selecciones se han enfrentado catorce veces: cuatro victorias españolas, tres empates y siete triunfos nórdicos. Sin embargo, las estadísticas engañan: Suecia lleva cinco partidos consecutivos sin vencer a España, síntoma del cambio de jerarquía en el fútbol femenino mundial.
Si la Roja confirma su pase, se medirá al ganador del Alemania – Francia, una semifinal igualmente vibrante que, tras el 1-0 de la ida en tierras germanas, mantiene viva la intriga.
El Comité de Árbitros de la UEFA ha designado a Ivana Martincic para dirigir el encuentro. Croata, 40 años, internacional desde 2014, Martincic es una figura respetada en el panorama europeo. No ha arbitrado nunca a España en categoría absoluta (sí en sub-17 y sub-19), aunque muchas internacionales la conocen por partidos de Champions.
Su historial con Suecia es equilibrado: una victoria, dos empates y una derrota. Exjugadora en la Primera división croata, Martincic descubrió su vocación gracias a su padre, árbitro asistente:
(Fuente: RFEF)
“De pequeña jugaba en el patio con mis vecinos. Era delantera, siempre protestaba a los árbitros… Mi padre me convenció para intentarlo, y me hizo mejor persona”, contaba en una entrevista con UEFA.
Defensas: Ona Batlle (FC Barcelona), Olga Carmona (PSG), Irene Paredes (FC Barcelona), Mapi León (FC Barcelona), Jana Fernández (London City Lionesses), María Méndez (Real Madrid CF) y Lucía Corrales (London City Lionesses).
Centrocampistas: Alexia Putellas (FC Barcelona), Laia Aleixandri (FC Barcelona), Fiamma Benítez (Atlético de Madrid), Aitana Bonmatí (FC Barcelona), Vicky López (FC Barcelona) y Clara Serrajordi (FC Barcelona).
Delanteras: Jenni Hermoso (Tigres), Mariona Caldentey (Arsenal), Alba Redondo (Real Madrid CF), Claudia Pina (FC Barcelona), Athenea del Castillo (Real Madrid CF), Eva Navarro (Real Madrid CF) y Cristina Martín-Prieto (Benfica).
Göteborg acogerá el martes un duelo con historia. En el Gamla Ullevi, templo de las grandes noches del fútbol nórdico, Suecia se aferra a la épica, mientras España viaja con el peso de la responsabilidad y el deseo de seguir construyendo leyenda. La Roja, actual campeona del mundo y número uno del ranking FIFA, no quiere solo ganar: quiere trascender.
Porque ya no basta con brillar, hay que dominar el relato del fútbol femenino mundial. España lo está haciendo. Con humildad, con fútbol, con una entrenadora que fue estrella y hoy guía un grupo irrepetible.
La cuenta atrás para una nueva cita histórica de la Selección española femenina ha comenzado. Este viernes, la seleccionadora nacional Sonia Bermúdez ofrecerá su primera lista de convocadas al frente del combinado nacional. Lo hará con motivo de las semifinales de la UEFA Women’s Nations League 2025, en las que España se enfrentará a Suecia, una de las grandes potencias históricas del fútbol europeo y mundial.
La lista oficial se desvelará a través de los canales de comunicación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) —web, redes sociales y app oficial—, en un acto que servirá para inaugurar oficialmente el nuevo ciclo deportivo de la Selección tras la Eurocopa de Suiza 2025.
Una vez publicada la convocatoria, Sonia Bermúdez comparecerá en rueda de prensa a las 12:30 horas en el Salón Villalonga de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde atenderá a los medios nacionales e internacionales. Se espera gran expectación mediática, tanto por la elección de nombres como por las líneas maestras de su nuevo proyecto deportivo.
• Partido de ida 🗓 Jueves 24 de octubre 🕗 20:00 horas (hora peninsular española) 📍 Estadio La Rosaleda (Málaga) Será la gran puesta de largo de Sonia Bermúdez como seleccionadora nacional, un estreno con aroma histórico. España volverá a competir en casa tras recuperar el liderato del ranking FIFA y firmar un subcampeonato continental en la Eurocopa de Suiza 2025, en una final épica ante Inglaterra que mantuvo en vilo a todo el país. Málaga acogerá nuevamente un gran evento del fútbol femenino internacional, en un estadio que ya ha sido talismán para la Selección en anteriores compromisos oficiales. Se espera un lleno absoluto y un ambiente de gala. • Partido de vuelta 🗓 Lunes 28 de octubre 🕖 19:00 horas (hora peninsular española) 📍 Gamla Ullevi Stadium (Gotemburgo, Suecia) Cuatro días después, España afrontará el choque decisivo en territorio nórdico. El histórico estadio Gamla Ullevi será el escenario de una batalla táctica en la que las españolas buscarán sellar su billete a la gran final de la Nations League. Suecia, siempre competitiva, llega a esta cita como vigente semifinalista mundial y con una generación de futbolistas de enorme talento y experiencia.
La convocatoria de este viernes no será una más. Supone el punto de partida de la era Bermúdez, exinternacional, leyenda de la Liga F y hasta hace unos meses integrante del cuerpo técnico de categorías inferiores de la RFEF.
Tras el exitoso ciclo anterior, en el que España conquistó el Mundial de 2023 y la Nations League inaugural, además de alcanzar la final de la Eurocopa 2025, la Federación apostó por Sonia Bermúdez para dar continuidad al estilo y a la excelencia competitiva que han definido a la Selección en los últimos años.
Su primer reto será de máxima exigencia: clasificar al equipo para la final de la Nations League. La ganadora de esta competición obtiene además un billete directo para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, lo que añade un valor estratégico fundamental a esta eliminatoria.
Bermúdez, que fue una de las delanteras más determinantes de la historia reciente del fútbol español, afronta su debut “con ilusión, respeto y una enorme responsabilidad”, según sus propias palabras en anteriores apariciones públicas.
La Real Federación Española de Fútbol ofrecerá cobertura en directo de la rueda de prensa y de la publicación de la lista a través de sus canales oficiales. Posteriormente, se distribuirá un dossier completo con estadísticas, historial de enfrentamientos y declaraciones de la seleccionadora.
Los partidos podrán seguirse en abierto en territorio nacional a través de la radiotelevisión pública, con una programación especial que incluirá previas, análisis tácticos y contenidos exclusivos sobre el debut de Bermúdez y la semifinal ante Suecia.
España y Suecia se han enfrentado en numerosas ocasiones en la última década, construyendo una rivalidad de élite. Suecia fue precisamente el primer rival al que España venció tras conquistar el Mundial 2023, en la fase inaugural de la Nations League. • Últimos 5 enfrentamientos oficiales: • España 3–2 Suecia (Nations League 2023) • Suecia 1–1 España (Mundial 2023, semifinales) • Suecia 1–1 España (Amistoso 2022) • España 0–0 Suecia (Clasificatorio Euro 2021) • Suecia 2–0 España (Euro 2017)
Las semifinales de la Nations League no solo servirán para intentar alcanzar una nueva final internacional; también serán la primera gran oportunidad para medir el impacto del nuevo cuerpo técnico, testar la respuesta del grupo tras la Eurocopa y reforzar la conexión con la afición.
La Selección llega en un momento histórico de popularidad, con récords de audiencia, estadios llenos y una generación de futbolistas admirada en todo el mundo.
📌 Datos clave | • Fecha de la lista: Viernes 17 de octubre de 2025 • Hora de la rueda de prensa: 12:30 h • Lugar: Salón Villalonga, Ciudad del Fútbol de Las Rozas • Partido de ida: España – Suecia | 24/10, 20:00 h | La Rosaleda (Málaga) • Partido de vuelta: Suecia – España | 28/10, 19:00 h | Gamla Ullevi (Gotemburgo)