
¡Con la lesiones! El conjunto blanco está teniendo muy mala suerte con los problemas físicos en una temporada que no ha hecho más que empezar.
El fproyecto del Real Madrid con el fútbol femenino continúa su ascenso. El equipo blanco, que ha sellado recientemente su clasificación para la fase de grupos de la Champions League, rozará los 9 millones de presupuesto esta temporada y se encarama a los recursos que exige ya estar en primera línea del futfem europeo, según los datos extraídos de las cuentas oficiales por parte de 2Playbook Intelligence, la unidad de datos e inteligencia de mercado de 2Playbook. Eso sí, queda a mitad de camino de los 18 millones de ingresos presupuestados por el FC Barcelona Femenino.
En la última temporada, la sección volvió a dar un paso más para destacarse como el segundo equipo con más recursos del fútbol femenino español, con 7,4 millones de cifra de negocio, y lo hizo tirando, principalmente, de su filón comercial. El Real Madrid ya le imputa al femenino 5,8 millones de euros por esta vía en la que se incluyen los patrocinios, y en su caso particular, los ingresos televisivos provenientes de su participación en la Liga F. No en vano, la partida audiovisual la ha dejado a cero el club, cuando en otros años le aportaba unos 300.000 euros, en virtud de su acuerdo con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
inclusión de ingresos y activaciones por patrocinios en el femenino ya es algo habitual en otros grandes clubes, y como ejemplo, su rival, el Barça, ya encara los 11 millones con algunos acuerdos exclusivos de la sección. En el caso del Madrid, ya ha estrenado este tipo de acuerdos desligados del masculino con la tasadora ATValor con un acuerdo hasta 2025. Al apoyo de esta compañía se suman 11 de los 15 patrocinadores globales del equipo de fútbol masculino, incluyendo Visit Dubai, el sello turístico de la ciudad del Golfo Pérsico y nuevo partner madridista, que también activa en el equipo femenino. En total, 18 marcas han apostado por la sección, que sólo un año antes se anotaba 121.000 euros por esta vía.
Por otro lado, el ticketing y los socios y abonados que acuden al Estadio Alfredo Di Stéfano generaron 711.000 euros, lo que supone un incremento notable respecto a los 58.000 euros facturados en 2021-2022 y en comparación con los 113.000 euros que inicialmente se habían presupuestado. Y por último, la senda deportiva del equipo en Liga F y Champions le generaron unos ingresos de 923.000 euros, en línea con los del curso anterior
Estos incrementos en estadio y comercial le permitió al Madrid Femenino acercarse al break even la última temporada. En concreto, cerró 2022-2023 con un resultado de explotación negativo de 717.000 euros, un 78% menos respecto a 2021-2022. La junta directiva que preside Florentino Pérez preveía asumir un resultado negativo de 5,2 millones al arranque de curso.
En este sentido, el incremento de la facturación también va en consonancia con los recursos destinados a mejorar la plantilla y contar con una sección cada vez más profesionalizada. El Madrid destinó 2,7 millones a salarios del personal deportivo y no deportivo en 2021-2022. El pasado curso, esta cifra ya se elevó a 5 millones, y para 2023-2024, el presupuesto prevé un gasto de 6,1 millones de euros en personal ligado a la sección, y principalmente, plantilla deportiva.
Sólo en salarios de jugadoras y staff técnico el Madrid destinó 3,4 millones en 2022-2023, que sumado a derechos de imagen y otras cargas sociales, elevó el gasto en plantilla hasta los 4,7 millones. Es decir, el gasto en personal no deportivo de la sección era de unos 200.000 euros el pasado curso.
El Barcelona derrotó contundentemente (5-0) al Real Madrid femenino en el primer duelo directo entre ambos rivales en Liga F. Los goles de Aitana Bonmatí, Caroline Graham Hansen, Mariona Caldentey, Claudia Pina y Vicky López volvieron a mostrar con claridad el océano de distancia que los sigue separando.
Real Madrid femenino desembarcó en la temporada 2020-21 tras la absorción completada al CD Tacón. La temporada pasada fue realmente positiva en todas lo sentidos, en especial en cuanto a resultados, obteniendo una muy meritoria segunda posición, con clasificación incluida a la UEFA Women’s Champions League.
Todo hacía pensar, en el verano pasado, que el proyecto se iba a consolidar y que incluso los resultados podían mejorar, y, en particular, a todos los madridistas nos estimulaba sobre todo el poder reducir las diferencias con respecto al referente del fútbol femenino, que no es otro que nuestro encarnizado rival, el FC Barcelona.
Para ello, hubo bastante movimiento en el mercado de fichajes, con salidas, algunas dolorosas como las de Sofia Jakobsson o la brasileña Thaisa, compensadas con varias interesantes llegadas, fundamentalmente de jugadoras españolas: Nahikari y Lucía Rodríguez, procedentes de la Real Sociedad; la goleadora Esther González, la defensa Rocío Gálvez y Claudia Zornoza, del Levante; Athenea del Castillo, del Depor y dos danesas, Caroline Möller y Sofie Svava (esta última se incorporó en el mercado invernal para reforzar el lateral izquierdo, debido al embarazo de la veterana Marta Corredera). También llegó para competir la titularidad con Misa Rodríguez bajo palos la portera francesa Méline Gérard, titular del Betis.
Con estos mimbres, más algunas esporádicas apariciones de jóvenes canteranas, todo hacía pensar en un indudable paso hacia adelante del grupo dirigido por David Aznar. Más aún cuando en la previa de la Champions, el equipo hizo una gesta en Manchester, eliminando al City y clasificándose para la fase final de grupos.
Pero nada más empezar la liga regular, comenzaron los problemas en forma de lesiones. Cayeron una tras otra piezas fundamentales del grupo: en particular hubo que lamentar lesiones prolongadas como la de nuestra adorada Queen Kose Asllani y una lesión muy grave de la que para este escribidor había sido la mejor futbolista de la 2020-21: la extremo aragonesa Marta Cardona. El equipo había perdido mucho gol con las ausencias de Jakobsson, Asllani y Cardona, y las nuevas incorporaciones, obviamente, tardaban en acoplarse al equipo. De tal forma que se sucedieron varias derrotas en liga, contra equipos de las zonas medias e incluso bajas de la tabla, y el Real Madrid estuvo incluso varias jornadas habitando la zona de descenso (1 punto de 15 tras las primeras 5 jornadas.
para entonces se veían las plazas punteras de la tabla con catalejo y ni siquiera el más optimista pensaba ya en repetir la clasificación para puestos de Champions, un hecho fundamental para el crecimiento y el futuro a corto y medio plazo del equipo.
En Champions se logró el pase a cuartos de final, ya que en el grupo nos enfrentamos contra dos equipos muy flojos (el Kharkiv de Ucrania y el Breidablik de Islandia), pero en los dos partidos contra un rival de verdad, el Paris Saint Germain, las nuestras fueron claramente superadas por las galas (4-0 en el Parque de los Príncipes y 0-2 en el Di Stéfano). Precisamente, tras este último resultado (finales de noviembre) fue destituido David Aznar, y reemplazado por el que fuera antiguo jugador del primer equipo y entrenador del Castilla, Alberto Toril.
El cambio poco a poco resultó siendo un revulsivo, y empezaron a llegar las victorias, muchas veces por la mínima, en competición liguera. Seguía habiendo una alarmante falta de gol (este problema no llegó a resolverse en toda la campaña) pero, al menos, Toril logró una mayor consistencia defensiva dando más minutos a las jóvenes Rocío y Lucía, en detrimento de minutos para veteranas como la mexicana Kenti Robles y la alemana Babett Peter.
el centro del campo también hubo que jugar con la baza de la lesión prolongadísima de nuestra “Casemiro”, la francesa Aurélie Kaci, y en muchas convocatorias Toril tuvo que armar un mediocampo de circunstancias, con poquísimas piezas, ya que también cayeron Tere Abelleira y Maite Oroz. Hubo convocatorias de apenas 2 o 3 centrocampistas, Claudia Zornoza y poco más, por lo que Athenea, Olga, Nahikari e incluso Caroline tuvieron que jugar en puestos que no eran específicamente los suyos.
El equipo de Toril emocionó a todos los madridistas cuando allá por el mes de enero jugó un espléndido partido en semifinales de la Supercopa, aguantando las embestidas del Barcelona hasta que en el minuto 92 cayó finalmente el gol de la victoria del lado culé. Ahí fue cuando realmente más de un pesimista pensó que se podía hacer remontada en liga, ya que el espíritu pesimista y de perfil bajo de Aznar había dado paso a la consistencia de los métodos de Toril.
Se logró una gran racha de victorias en liga, Esther González tomó el bastón de liderar al equipo con su actitud indomable, rápidamente seguida por, personalizando, Athenea, Tere, y un gran final de temporada de Zornoza y de la sevillana Olga Carmona, bien protegidas atrás con la capitana Ivana Andrés y la portera Misa. La Champions se veía cerca, aunque un par de tropiezos (3-1 en Huelva o un empate a 0 en Valencia) casi acabaron por malograr la gesta.
Entre medias, las nuestras nos brindaron una primera parte antológica en la ida de cuartos de final de la Champions, donde pasaron claramente por encima del FC Barcelona (todo fue interrumpido por un penalti inventado a favor de las azulgranas, que aprovecharon para meterse en el partido con el 1-1) y unos minutos imperiales en el Camp Nou, donde 91.000 espectadores vieron, atónitos, que el Madrid llegó a adelantarse aquella tarde (1-2) tras un golazo espectacular de Claudia Zornoza desde casi 40 metros, que dejó sentada a Sandra Paños.
Pese a la crudeza del resultado final de la eliminatoria (8-3), Toril y las suyas se reafirmaron y pudieron hacer un sprint final liguero que fue premiado con un tercer puesto final (y premio de Champions) en una foto finish contra el Atlético de Madrid en una jornada final donde el Madrid jugó con cabeza y criterio, y a quien acompañó una victoria culé ante las colchoneras para lograr un pleno de 30 victorias en 30 encuentros disputados.
Es interesante analizar las estadísticas finales de la Liga Iberdrola, en donde se puede comprobar que las nuestras fueron tan solo el 8º equipo más realizador (41 goles en total), siendo mucho más firmes en defensa (la tercera mejor marca, con 31 tantos recibidos). Diferencias abismales entre la primera vuelta (23 puntos conseguidos) frente a la segunda (37 de 45).
Tras las despedidas de Babett Peter y de Kose Asllani (honor a ambas, estrellas europeas que quisieron empezar la aventura merengue en el fútbol femenino, además nuestra Queen marcó el penalti decisivo al Villarreal en la última jornada), se abre una nueva etapa. La consolidación en la élite se hace necesaria, y tenemos que quemar el retraso que llevamos con respecto al Barcelona de forma rápida, ya que el madridismo no puede aceptar, por definición, que nuestro rival nos cruja una y otra vez en el terreno de juego, pese a la dignidad que muestran nuestras jugadoras.
Se necesitan refuerzos inmediatos, sobre todo en ambos laterales, en el centro de la defensa, más potencia y envergadura en el centro del campo, y, sobre todo, mucho más gol: Esther ha logrado 17 en total este año, pero nuestras siguientes goleadoras (Athenea, Olga, Claudia) apenas han logrado entre 5 y 6. Tenemos que hacer en dos años lo que otros clubs han hecho en 15 o 20. Esto es el Real Madrid y la única forma de crecer en este club es empezando a luchar claramente por títulos y colocando los primeros trofeos en nuestro glorioso museo. Por entendernos: el Madrid en su sección femenina no puede limitarse a ser un meritorio o una comparsa de relleno. Ya falta menos para llegar, pero todavía falta mucho: “Tan lejos, tan cerca”, como en aquella película del alemán Wim Wenders, la secuela de la maravillosa “El cielo sobre Berlín”.
Podía ocurrir y, tarde o temprano, debía ocurrir en algún momento del futuro: la mera existencia del Real Madrid femenino traería consigo —entre paso adelante y paso adelante— un fracaso rotundo, entendido como la confirmación del tránsito de la adolescencia feliz y despreocupada a la realidad de la vida adulta. Hasta ahora y desde hace tres años, las futbolistas blancas habían ido completando con solvencia cada curso; a las vacaciones de verano llegaban con la paz mental del deber cumplido. Pero esta vez, en el último minuto de descuento del último partido de la temporada, al Real femenino le obligaron a saludar de improvisto al fracaso, inseparable compañero de viaje de todo equipo profesional.
En los planes iniciales del Madrid no entraba, si quiera, la posibilidad de conjugar el verbo fracasar en la Copa de la Reina, dado que en un escenario lógico el trofeo habría ido a las vitrinas del FC Barcelona sin hacer levantar las cejas de ningún aficionado al fútbol femenino en España. La temporada iba a juzgarse por superar en septiembre la ronda previa de la Liga de Campeones femenina y por asegurar en mayo un nuevo billete europeo labrado en la Liga F. Llegado el minuto 95 de ese fatídico último partido no previsto, la afición madridista tenía en su bolsillo un nuevo verano libre de fantasmas y pesadillas.
único problema, el factor diferenciador con respecto a cursos pasados, estribaba en que todos, aficionados y jugadoras, iban a cerrar el libro de la temporada 2022/23 dándole un primer beso al metal frío de un título copero. Y a la mera posibilidad de experimentar la euforia fruto de ese inesperado chute de adrenalina pocos se habrían negado, incluso aceptando los riesgos intrínsecos que llevaba asociados. Presentarse en una final siempre empuja al extremo la dualidad de sentimientos que explotarán tras el pitido final: alegría absoluta, decepción completa. Abiertas de par en par las puertas de la final, tanto uno como otro resultado contaminarían el balance general del curso.
La pregunta que cabría hacerse es: ¿ha cumplido el Real Madrid con lo que se esperaba del equipo? Una respuesta honesta ha de ser cuántica, ambivalente: sí y no. El objetivo inicial, global y principal de la temporada está cumplido: las blancas confirmaron su billete europeo con el segundo subcampeonato de la corta historia de la sección. Frente a los vaivenes pasados, las de Alberto Toril mostraron una constancia y fiabilidad liguera que con justicia debe resaltarse. En añadido, el desempeño mostrado por el Levante UD a lo largo de los meses elevó el nivel competitivo hasta convertir la lucha por la segunda plaza en uno de los grandes entretenimientos de la tabla clasificatoria. El Madrid femenino comenzó el año superando las dos rondas previas de la Champions —reto a una sola carta que tiende a desdeñarse— y lo concluyó asegurándose esta vez la disputa únicamente de la última ronda de acceso a Europa —ahorrando a la plantilla y al cuerpo técnico el quebradero de cabeza que supone un calendario con Mundial de por medio.
En esa tesitura, el rendimiento del equipo en la 22/23 puede calificarse de notable. Cualquier aficionado conocedor del contexto del fútbol femenino habría firmado un escenario así a estas alturas de la película. Obviando por un momento el hacer zoom a los detalles, el Madrid ha logrado un subcampeonato de Liga y de Copa, ha caído en la fase de grupos de Champions compartiendo cartel con Chelsea y PSG, y ha llevado al Barça a una prórroga agónica en la Supercopa de España. Leyendo hasta ahí sería difícil quedarse con un regusto amargo, y sin embargo, aunque el cómo no siempre altera el qué, el análisis obliga a completar el libro añadiendo el matiz que explica la sensación agridulce con la que madridistas y jugadoras dieron carpetazo a la temporada.
En Champions, ni PSG ni Chelsea se mostraron como equipos invulnerables en sus duelos ante el Real. Más aún, en el partido a cara o cruz disputado en el Parque de los Príncipes un par de acciones de juego con resultado diferente habrían metido a las blancas en los cuartos de final a costa de las parisinas. En Supercopa, llevar al límite al Barça fue tan alentador como desalentador fue verse superado en el plano físico por un equipo jugando la prórroga en inferioridad numérica. Y finalmente, en la final de Copa de la Reina, el juego atenazado y temeroso, unido al pecado capital de permitir en los últimos minutos la remontada a un equipo que terminó la liga distanciado en casi veinte puntos, resumió y permitió visualizar con crueldad todas aquellos huecos del puzle sin pieza que siguen esperando a completarse y que, desde lejos, pueden pasar desapercibidos.
Superada la fase de juventud y aterrizaje, la de crecimiento y estabilización sin obligaciones, los tropiezos en ese puñado de partidos pasan a ser determinantes. Como nunca antes, chirrían planteamientos tácticos, chirría el desempeño concreto de futbolistas y quedan en evidencia las carencias en la configuración global de la plantilla que únicamente afloran cuando la exigencia es máxima. Todo ello ha ocurrido esta temporada por primera vez, y por todo ello juzgarán los aficionados al Real Madrid femenino de ahora en adelante.
Así, en este encuentro primerizo y malparado con el listón habitual del Bernabéu, la valoración a la baja de lo conseguido es inexorable. La sensación final es de pasar del notable alto con aspiración a sobresaliente a notable raspado, bordeando el bien.
En cualquier caso, la mera asunción de que lograr un subcampeonato empiece a considerarse como parte de la normalidad denota el fantástico progreso del Real. Si partir de ese suelo invita al optimismo, la obligación para la dirección deportiva de la parcela femenina del club será desde ya mantener viva —y avivar— esa llama cada verano. Levantar ahora el pie del acelerador conduciría al estancamiento, echando a perder el impulso tomado desde 2020 y forzando al seguidor madridista y al propio club a lidiar con preguntas existenciales: ¿podría sobrevivir un equipo del Real Madrid que sale a competir aceptando ser segundo? ¿Tendría sentido? Esos son los interrogantes que, desde ya, tendrán que despejar en los despachos de Valdebebas.
El Real Madrid arrancó la presente temporada cumpliendo con el guión establecido, pasando la fase previa de la Champions ante el Vålerenga Fotball y todo era felicidad en Valdebebas.
El 28 de septiembre todo comenzó a torcerse amén de la lesión de Caroline Weir.
“La mediapunta escocesa fue sustituida a los 20 minutos de juego del partido que enfrentaba a su selección con Bélgica este pasado 26 de septiembre de 2023 en el duelo celebrado en el Hampden Park de Glasgow.
. “Estoy muy enfadado; es deber de la árbitra proteger a las jugadoras”, afirmó Pedro Martínez Losa, seleccionador de Escocia.
El entrenador español no ocultó su malestar con el juego excesivamente físico de una Bélgica que se llevó un punto de tierras escocesas: “El rival buscaba hacerle daño deliberadamente. Fueron a por ella en las tres primeras acciones y después de que dejara el campo fueron a por Kirsty Hanson”.
Y es que Martínez Losa se vio obligado a cambiar a Weir en el minuto 20. A la futbolista del Real Madrid, en una disputa del balón en la que recibió la carga de Missipo, se le quedó clavado el pie izquierdo y sufrió, por lo que parece en las imágenes, un mal giro de rodilla. Tras ser sometida a unas pequeñas pruebas iniciales sobre el césped y no poder seguir, la estrella escocesa abandonó el terreno de juego e hizo saltar las alarmas de la afición blanca.
Weir vio el resto de partido, en el que las suyas lograron el empate a uno en el último minuto por medio de Howard, desde el banquillo con una bolsa de hielo en su rodilla izquierda. El hecho de caminar sin ayuda de muletas después del pitido final abren el camino al optimismo, aunque la lesión, no obstante, no pinta muy bien.
Los servicios médicos de Sanitas, que atienden al Real Madrid, han confirmado que la exjugadora del Manchester City padece una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.
La atacante será intervenida quirúrgicamente en los próximos días para restaurar su daño.
Este tipo de lesión es una de las más temidas por los deportistas en general y a los jugadores de fútbol en particular.
Una afección que obliga al deportista a pasar por el quirófano y que le mantiene alejado no sólo de los terrenos de juego, sino de la dinámica del equipo un mínimo de seis meses, en el mejor de los casos.
Las lesiones de ligamentos no tienen por qué afectar únicamente al ligamento cruzado anterior, que tantísimo preocupa a todo tipo de deportistas, sino que se refiere a una banda de tejido conjuntivo que une dos superficies óseas, más corta y ancha que un tendón, que tiene entre sus funciones principales mantener la estabilidad en una articulación.
Se trata de una parte crucial de nuestro organismo clave en nuestro movimiento normal. Por ello, puede ser determinante saber cuánto debemos esperar para recuperarnos por completo de una lesión, siendo la más grave la rotura, en cualquiera de los ligamentos.
La media general de tiempo necesario para recuperar por completo el funcionamiento de un ligamento es de 52 semanas, aunque como existen varios tipos de lesión, además de otros muchos factores, como genéticos, de género o incluso dependientes de la actividad física del paciente, que pueden significar periodos muy dispares y en el caso de Weir podría comprometer su participación en lo que resta de curso futbolístico 2023-2024, el tiempo será testigo.
Ahora, en la plantilla merengue figuran Teresa Abelleira, Sandie Toletti, Hayley Raso, Claudia Zornoza y Freja Siri, pero ninguna de ellas tiene tanta calidad como la estrella natural de Dunfermline.
No habría que descartar que el finalista de la Copa de la Reina 2023 acuda al mercado invernal para suplir esta sensible baja, pero en Valdebebas deben empezar a acostumbrarse a vivir sin Weir, empezando por el duelo de la tercera jornada liguera a domicilio ante el Costa Adeje Tenerife Egatesa de este próximo 1 de octubre de 2023, a las 12:00 horario peninsular, y que emitirá DAZN”, escribimos en su día.
Por si la ausencia de la británica fuera poco, la siguiente en acudir a la enfermería fue la joven Carla Camacho.
La preocupación por Carla Camacho es máxima. La delantera del Real Madrid se tuvo que retirar en el partido ante Portugal tras un mal gesto con la rodilla izquierda que le dejó con visibles muestras de dolor. La canterana blanca es uno de los pilares de la Sub-19 de Sonia Bermúdez y estaba disputando con “La Rojita” la primera ronda de clasificación de la Eurocopa cuando ocurrió el lance.
De hecho, Carla abandonó la concentración en Suecia y puso rumbo a Madrid donde los servicios médicos de su club continuarán con las pruebas necesarias para saber el alcance de la lesión. Sin embargo, con el gesto y la primera exploración se teme que pueda ser una rotura de ligamento cruzado de la rodilla. Hay que esperar la confirmación oficial, que llegará cuando baje la inflamación y se le puedan hacer las pruebas médicas necesarias.
La canterana esta viviendo esta temporada el sueño de su vida al ser merengue de cuna y por fin había convencido a Alberto Toril tras varias temporadas a caballo entre el primer equipo y el filial. Con dorsal ya de las mayores y una más de la plantilla, el técnico cordobés le iba dando minutos y ella creciendo y adaptándose a otras zonas del ataque, como extremo, para tener más polivalencia y poder ayudar al equipo desde más puestos, aunque su mejor posición sea la referencia. Con la cantera blanca, Carla marcó 25 goles en 40 partidos desde que llegó en 2020 tras marcar 29 goles en diez partidos como juvenil. La talentosa futbolista se crió en las categorías inferiores del Atlético antes de dar el salto a la cantera blanca. Ya ha jugado Champions con el conjunto madridista e incluso ha visto puerta.
Parte médico de Carla Camacho:
“Tras las pruebas realizadas a nuestra jugadora Carla Camacho por los Servicios Médicos del Real Madrid se le ha diagnosticado una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. La jugadora será intervenida quirúrgicamente en los próximos días.
Carla Camacho sufrió esta lesión en el transcurso del encuentro de selecciones nacionales sub-19 España-Suecia del pasado sábado”, rezaba el comunicado de la entidad que preside Florentino Pérez.
La ausencia de Camacho, para lo que resta de curso futbolístico 2023-2024, se une a la baja de la también delantera escocesa, Caroline Weir, por una dolencia idéntica en el penúltimo parón FIFA y hará que el Real Madrid se tenga que plantear seriamente buscar una sustituta para Signe Brunn en el mercado invernal, Møller se sigue negando a actuar como delantera centro.
El último capítulo es de una Linda Caicedo Al Real Madrid le crecen los problemas. Si el equipo blanco empezó la temporada perdiendo a su gran estrella Caroline Weir por una lesión de cruzado producida en un parón de selecciones, dolencia que también sufrió después la joven Carla Camacho, ahora es otra de sus futbolistas más importantes la que se queda fuera de los terrenos de juego durante un tiempo estimado de un mes: Linda Caicedo. La delantera colombiana, que tuvo que ser sustituida ante el Barcelona, tiene afectados los ligamentos del tobillo derecho y estará de baja entre tres o cuatro semanas. Tampoco estará disponible, al menos, hasta mediados de diciembre la francesa Toletti, que se dañó el hombro en una caída. Además, Feller está tocada muscularmente y también queda pendiente de evolución.
Ninguna de las tres viajará, por tanto, a Suecia, donde el Real Madrid buscará el jueves ante el Häcken su primera victoria en la fase de grupos de la Champions tras el empate ante el Chelsea. Allí buscarán recuperar sensaciones también tras la goleada recibida ante el eterno rival en un encuentro que ha dejado muy tocada a la plantilla merengue, mermada por las lesiones.
Fue en esa duodécima edición del Clásico en su versión femenina cuando a Linda, después de un choque fortuito con Cata Coll, que salió a tapar una llegada de la colombiana, se le quedó enganchado el pie derecho debajo del cuerpo de la portera balear, doblándoselo por completo y dejando una imagen muy preocupante que acabó con la 18 de las merengues abandonando el césped entre lágrimas.
Las primeras exploraciones presagiaban que no tenía afectado el hueso, pero la cafetera quedó pendiente de unas pruebas que confirmaron que sí tiene afectados los ligamentos del tobillo y estará de baja en torno a un mes. Ahora, estará un tiempo con una bota inmovilizadora mientras se regeneran los ligamentos y queda pendiente de evolución.
Los más optimistas creen que la delantera colombiana podria estar de regreso para el duelo de Champions ante el Paris Football, pero en “El Partido de Manu” hemos contrastado la información con una fuente autorizada como José Luis Sánchez, periodista de confianza que trabaja en Atresmedia y nuestro punto de vista es algo diferente y la cafetera verá desde la grada los siguientes partidos:
- Häcken (23 de noviembre)
- Sporting Club de Huelva (26 de noviembre)
- Sevilla (9 de diciembre)
- París FC (14 de diciembre)
- Levante Las Planas (17 de diciembre)
- París FC (20 de diciembre)
- Madrid CFF (6-7 de enero)*
- Real Betis (13-14 de enero)*
- Atlético de Madrid (20-21 de enero)*
- Chelsea (24 de enero)*
Estos partidos, los que tienen asterisco, podría llegar a jugarlos si se recupera a principios del mes de enero y mientras tanto el subcampeón de la Liga F tendrá que llevar la situación lo mejor posible, veremos cómo acaba la historia.

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