
🚨 La jugadora del Barcelona y de la selección española, una de las protagonistas de un anuncio de Nike en la gran cita del fútbol americano .🚨

La capitana del FC , Alexia Putellas, ha consolidado su estatus como un ícono deportivo global con su aparición en un comercial de Nike durante el Super Bowl. Esta participación de alto perfil ha puesto de manifiesto que ella es una de las atletas femeninas más comercializables del mundo.
En el anuncio, Alexia comparte el protagonismo con destacados deportistas, incluidos la velocista Sha’Carri Richardson, las estrellas del baloncesto A’ja Wilson, Caitlin Clark y Sabrina Ionescu, la futbolista Sophia Wilson, la tenista Aryna Sabalenka y la gimnasta Jordan Chiles. Su selección para representar el deporte femenino en un evento tan prestigioso como el Super Bowl es significativa, especialmente considerando que este es el primer comercial de Nike que se transmite durante la final de la NFL en 27 años.
Tras su aparición en el comercial del Super Bowl de Nike, Alexia ahora se centra en recuperarse de un esguince en el tobillo izquierdo que la ha apartado del partido contra el Espanyol. Se anticipa que estará fuera de las canchas durante aproximadamente tres semanas, poniendo en riesgo su participación en el partido de cuartos de final de la Champions League contra el Wolfsburgo, aunque aún hay esperanzas de un regreso.
Además del anuncio coral, Nike quiso destacar a cada una de las protagonistas. De Alexia Putellas destacó: «Reina del campo. Ocho campeonatos de liga española en 11 años. Primera futbolista nacida en España que gana el máximo galardón del fútbol en dos ocasiones. La mejor del mundo… con una copa para demostrarlo.
Tras su actuación en el anuncio de Nike para la Super Bowl, Alexia está centrada en recuperarse del esguince en el tobillo izquierdo que le impidió jugar contra el Espanyol. Se estima que la capitana estará unas tres semanas de baja, por lo que su presencia para los cuartos de Champions ante el Wolfsburgo no debe peligrar.
Eligió un mal día Donald Trump para convertirse en el primer presidente de Estados Unidos en acudir a una Super Bowl. O, al menos, eligió mal a quién dar su apoyo. Horas antes del partido declaró su amor por Patrick Mahomes y, aún más, por su mujer Brittany, fan declarada del republicano (o lo que sea). Ni siquiera le desanimó compartir la bufanda de los Chiefs con su odiada Taylor Swift, que le hizo más daño en las elecciones que Kamala Harris, y su novio, Travis Kelce, la otra gran estrella de Kansas City y supervillano en el planeta MAGA por ser el rostro de la campaña de vacunación durante la pandemia. Nada de eso desanimó a Trump porque él había ido a Nueva Orleans a ganar y, jubilado Tom Brady, nadie acerca tanto la victoria en la NFL como Mahomes. Un rato después, los Philadelphia Eagles celebraban el título tras una de las mayores humillaciones de la historia (40-22, gracias al maquillaje final).
No fue una victoria, fue una aniquilación, un partido para el que se deberían haber recuperado los dos rombos. Hay cosas que los niños no deben ver. La primera vez que Kansas City cruzó el mediocampo, acababa el tercer cuarto, perdía ya 34-0 y los Eagles pensaban ya en dónde ir a celebrarlo.
No necesitó siquiera el equipo dirigido por Nick Sirianni, que ha pasado en un año de hombre-meme cuya cabeza peligraba a campeón, un gran partido de su superestrella ofensiva, Saquon Barkley, que cerró el, seguramente, mejor año que se ha visto de un corredor con una actuación discreta para sus estándares. Más brillante estuvo su quarterback, Jalen Hurts (nombrado MVP con dos touchdowns de pase y otro de carrera), pero tampoco necesitó grandes heroicidades. La Super Bowl se decidió cuando ambos descansaban, en el ataque de unos Chiefs absolutamente destrozados por la defensa que vestía de verde. Fue una exhibición. Si hubiera sido boxeo, la esquina de Mahomes habría tirado la toalla antes del descanso.
Una y otra vez, liderados por un sensacional Josh Sweat (probablemente más merecedor del MVP que Hurts, pero el ataque siempre reina), golpearon al mejor jugador del planeta hasta convertirlo en un pelele que regaló dos intercepciones impropias a los fantásticos Cooper DeJean y Zack Baun. Y es que, para poner en perspectiva la obra de arte de la defensa coordinada por Vic Fangio, hay que recordar que Mahomes, aún sin cumplir los 30, buscaba su cuarto título (el segundo, contra estos mismos Eagles hace dos años) y el tercero seguido, un triunfo que le haría mirar ya sólo hacia Brady (siete anillos y que comentaba su primera Super Bowl en la tele) y la Historia. Aún está a tiempo, pero de Nueva Orleans salió su leyenda magullada
Todo estaba ya resuelto (24-0) cuando Kendrick Lamar salió a actuar en el descanso. No fue el espectáculo más brillante que hemos visto, la propia NFL le había puesto la zancadilla sacando a Beyoncé a hacer magia en la jornada navideña, pero sí uno de los más morbosos. Primero, porque terminó de rematar al pobre Drake cantando ‘Not like us’ ante el mundo entero y acompañado de Serena Williams y Samuel L. Jackson. Tanto flow es abusar. Segundo, porque uno de los bailarines lució un buen rato una bandera palestina mientras regateaba a seguratas como Lamine Yamal a defensas. Tercero, porque nunca ha ocultado su (pésima) opinión sobre un Trump que le observaba desde el palco con cara de estar pensando a cuántos de esos tipos que en nada se parecían a él y a sus amigos podría deportar. A veces, la música no es lo más importante de un show.
La segunda parte fue un plácido paseo de Philadelphia hacia la gloria, hora y media de ver qué famosos aparecían en pantalla. Como siempre, no escaseaban. La citada Taylor Swift (que gestionó conuna fabulosa media sonrisa el tremendo abucheo de la afición de los Eagles al verla en el videomarcador), Jay Z, Kevin Costner, Bradley Cooper, Adam Sandler, Paul McCartney… y una llamativa representación de nuestro fútbol: Messi, Rodri, Griezmann, Koke, Luis Suárez, Busquets… Todos viendo cómo los Eagles ponían en pausa el ascenso de Patrick Mahomes a la sala más exclusiva del Panteón de los quarterbacks. Tendrá más oportunidades, no lo duden. Para la próxima, tal vez decida pedirle a Donald Trump que se quede en casa. Una humillación así tarda en curarse. Si es que se cura…
Así, además de la aparición estelar de Putellas, en lo deportivo hemos de decir que los Eagles se impusieron por 40 a 22 a los Kansas City Chiefs para llevarse la LIX edición de la afamada Super Bowl que les convierte en los nuevos campeones de la NFL.

Deja un comentario