
📌 Termina el año y desde Liga F recopilamos los mejores momentos del 2025. Los tres títulos del FC Barcelona, los ascensos del Alhama CF ElPozo y el DUX Logroño, el Balón de Oro de Aitana, la apuesta por los grandes estadios, los 36.276 espectadores del Lluís Companys y la victoria de España en la Nations, rezó el informe.

Este 2025 que vive ya sus últimos capítulos ha conseguido convertirse en el año en el que la Liga F Moeve (Primera División Femenina) se consolidó de manera definitiva.
El año 2025 quedará grabado como uno de los grandes puntos de inflexión en la historia reciente del fútbol femenino español. Un año de consolidación, de crecimiento sostenido y de confirmación de que la Liga F Moeve ya no es solo un proyecto en construcción, sino una realidad sólida que avanza con paso firme hacia la élite europea. Un curso en el que los títulos, los récords de asistencia, los ascensos emocionantes, el liderazgo internacional de sus futbolistas y el impacto social del juego se entrelazaron para ofrecer una fotografía completa de un ecosistema en plena expansión.
Fue un año donde el FC Barcelona volvió a ejercer su hegemonía, levantando tres de los cuatro títulos posibles, pero también un curso en el que la competitividad del campeonato, la irrupción de nuevos escenarios, la vuelta de clubes históricos a la máxima categoría y el éxito de la Selección Española terminaron de redondear una temporada inolvidable.
Un año que, más allá de los resultados, confirmó algo mucho más importante: el fútbol femenino español ya es un espectáculo de masas.

Hablar de 2025 en clave de Liga F Moeve implica, inevitablemente, hablar del Barcelona. El conjunto azulgrana volvió a marcar el ritmo competitivo del fútbol nacional, conquistando tres de los cuatro títulos en disputa y reafirmando su condición de referente absoluto dentro y fuera de nuestras fronteras.
Más allá de los trofeos, el Barça volvió a ser sinónimo de identidad, de fútbol asociativo, de dominio del balón y de una cultura competitiva que se ha convertido en modelo. Su temporada volvió a construirse desde la excelencia diaria, desde una plantilla profunda y versátil, y desde una estructura que entiende el fútbol femenino como una apuesta estratégica y no coyuntural.
Sin embargo, 2025 también evidenció que la distancia se acorta. El crecimiento del Real Madrid CF, la ambición de clubes como el Atlético de Madrid, el Athletic Club o la Real Sociedad, y la aparición de proyectos cada vez más sólidos en la zona media-alta de la tabla elevan el nivel competitivo de la Liga F y obligan al campeón a reinventarse continuamente.
La hegemonía sigue siendo azulgrana, pero la Liga ya no es un monólogo.
el FC Barcelona fue el motor colectivo, Aitana Bonmatí volvió a ser el faro individual que iluminó el fútbol mundial. Por tercer año consecutivo, la centrocampista de Sant Pere de Ribes se proclamó mejor futbolista del mundo, conquistando el Balón de Oro en el mes de octubre y el The Best en diciembre, un doblete que ya forma parte de la historia del deporte.
Aitana firmó una temporada sencillamente extraordinaria. No solo por los números —26 goles y 18 asistencias en todas las competiciones— sino por su influencia permanente en el juego, por su capacidad para decidir partidos grandes y por su liderazgo silencioso dentro y fuera del campo.
Fue elegida mejor jugadora de la Champions League, en una edición en la que el FC Barcelona rozó el título europeo, y mejor futbolista de la Eurocopa, pese a que España se quedó a las puertas del campeonato. A estos reconocimientos se sumó también el Golden Woman, consolidando un palmarés individual que ya la sitúa entre las grandes leyendas del fútbol femenino.
Aitana no solo ganó premios; representó una forma de entender el juego, una generación que ha crecido en igualdad de exigencia y que hoy domina el panorama internacional.
La temporada 2024/2025 también estuvo marcada por el regreso a la máxima categoría de dos clubes que simbolizan la resiliencia y el trabajo bien hecho: Alhama CF ElPozo y el DUX Logroño.
El conjunto murciano protagonizó una de las historias más emocionantes del curso. Tras una temporada marcada por la regularidad y la competitividad extrema, el Alhama logró el ascenso directo a Liga F Moeve en la última jornada, en una lucha cerrada con el Deportivo Alavés.
El empate ante el AEM SE Lleida (1-1) en la fecha final fue suficiente para certificar el regreso a la élite, dos años después de su paso por la máxima categoría en la temporada 2022/2023. Un ascenso celebrado como una conquista colectiva, fruto de un proyecto serio, comprometido y profundamente arraigado a su entorno.
Por su parte, el DUX Logroño volvió a la élite tras un playoff impecable, demostrando oficio, personalidad y una clara identidad competitiva. El conjunto riojano superó en semifinales al AEM SE Lleida, con una victoria por 3-1 en la ida y una ajustada derrota por 1-0 en la vuelta, antes de imponerse con autoridad al Cacereño en la gran final.
El 0-3 en Cáceres y el posterior 3-1 en Las Gaunas sellaron el regreso del conjunto vinotinto a una Liga F Moeve que ya conoce bien, tras haber militado tres temporadas en la máxima categoría. Un ascenso que simboliza también la estabilidad de un club que ha sabido resistir, reinventarse y volver más fuerte.
hubo una imagen icónica de 2025, fue la de los grandes estadios abiertos al fútbol femenino. Una tendencia que ya no es anecdótica, sino estructural, y que confirma el crecimiento sostenido del interés social por la Liga F Moeve.
Durante el año, numerosos clubes apostaron por trasladar partidos del equipo femenino a los principales escenarios del fútbol español:
• Mestalla abrió sus puertas para el derbi valenciano
• El Ciutat de València se consolidó como escenario habitual del Levante UD
• San Mamés volvió a vibrar con el Athletic Club
• Anoeta acogió grandes citas de la Real Sociedad
• El Estadi Olímpic Lluís Companys se convirtió en el gran escenario del Barça
• El Nuevo Los Cármenes se sumó a la apuesta del Granada CF
A ellos se suman proyectos que ya han hecho de los grandes estadios una realidad estable:
Ipurúa, Riazor, el Heliodoro Rodríguez López y Las Gaunas.
No se trata solo de cifras. Se trata de normalización, de visibilidad, de identidad compartida entre club, ciudad y equipo femenino.
El Clásico entre el F.C, Barcelona y Real Madrid del mes de noviembre fue el partido con más público del año en Liga F Moeve. 36.276 espectadores llenaron las gradas del Lluís Companys para presenciar la victoria azulgrana por 4-0, en un duelo que reforzó el liderazgo del Barça en la tabla.
Un registro que superó incluso a los 35.812 aficionados que, en marzo, asistieron al primer triunfo histórico del conjunto blanco ante las blaugranas (1-3). Dos cifras que confirman el impacto social del Clásico femenino y el crecimiento sostenido del interés por el campeonato.
El fútbol femenino ya no necesita eventos excepcionales para llenar estadios: los llena por derecho propio.
broche de oro a 2025 lo puso la Selección Española de Fútbol, que se proclamó campeona de la Nations League en un Metropolitano histórico, con 55.853 espectadores en las gradas.
Tras el 0-0 del partido de ida, España firmó una actuación memorable ante Alemania en el encuentro de vuelta. Un doblete de Claudia Pina y un gol de Vicky López sellaron el 3-0 definitivo y confirmaron la hegemonía continental de ‘La Roja’.
El título tuvo un significado especial: fue el primer gran trofeo de Sonia Bermúdez como seleccionadora nacional, y una confirmación del talento que nutre la Liga F Moeve. Hasta 18 futbolistas del campeonato español formaron parte de la convocatoria campeona.
Un año en el que España también alcanzó la final de la Eurocopa, cayendo en los penaltis ante Inglaterra en Basilea, pero dejando una huella imborrable en el torneo.
El 2025 no fue solo un año de resultados. Fue el año en que la Liga F Moeve se miró al espejo y se reconoció como una gran competición europea. Un año de estadios llenos, de referentes mundiales, de clubes comprometidos y de una afición que responde.
El fútbol femenino español no vive una moda. Vive una transformación irreversible.
Y este año fue, sin duda, el año en que ese crecimiento dejó de ser promesa para convertirse en realidad.
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