Categoría: Liga F

  • Oficial | Los tres equipos españoles superan la fase de liga de la Champions

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🔲 La fase de grupos de la Champions echó el cierre con el FC Barcelona pasando de forma directa a cuartos de final tras su victoria ante el París (0-2), mientras que, el Atlético de Madrid, que cayó ante el Olympique Lyonnes (4-0), y el Real Madrid CF, que empató frente al Twente (1-1), jugarán una ronda más.

    El fútbol femenino, del que en este medio informamos a diario, con ilusión y rigor periodístico, es más grande que cuando empezamos a hablar de la Liga Iberdrola, lo cual indica que como dice la Liga F Moeve en su eslogan, vamos ganando.

    Esta disciplina entra en otra dimensión cuando nos referimos a la Liga de Campeones Femenina.

    La Women’s Champions League abre su gran libro de las noches eternas: Nyon dicta sentencia, Madrid sueña, Europa contiene el aliento.

    sorteos que no son sorteos. Hay bolas que no giran: pesan. Pesan como la historia, como las noches de febrero que no perdonan, como los estadios que recuerdan cada paso dado y cada herida abierta. El sorteo celebrado en Nyon no fue un simple trámite administrativo en la hoja de ruta de la UEFA Women’s Champions League. Fue un acto solemne. Una declaración de intenciones. Un mapa trazado con tinta de épica que señala, sin rodeos, el camino hacia la gloria… o hacia el abismo.

    Europa ya conoce su destino. La competición de clubes más prestigiosa del fútbol femenino entra en su fase decisiva, ese territorio donde ya no existen los matices ni las excusas, donde cada partido es una final encubierta y cada eliminatoria es un relato completo de resistencia, fe y ambición. Y en ese escenario, Madrid vuelve a situarse en el centro del tablero. Dos equipos. Dos escudos. Dos caminos distintos, pero un mismo objetivo: sobrevivir para seguir soñando.

    El Real Madrid CF y el Atlético de Madrid ya saben a quién deberán derrotar si quieren seguir escribiendo su nombre entre las páginas más nobles del fútbol europeo. No será sencillo. Nunca lo es. Porque la Champions no entiende de comodidad ni de trayectorias recientes. Solo entiende de carácter.

    La sede de la UEFA volvió a ejercer de juez supremo. En sus salas silenciosas, bajo la mirada institucional de Europa, quedaron definidos los emparejamientos de los octavos de final, esa ronda mal llamada “playoff” que en realidad es una criba brutal, una frontera emocional entre quienes aspiran a todo y quienes se quedan en el camino demasiado pronto.

    El formato no concede tregua. Doble partido. Ida y vuelta. Dos semanas para demostrar que perteneces a la élite. Dos noches para sostener el pulso cuando las piernas tiemblan y la cabeza amenaza con traicionar al corazón.

    Real Madrid CF terminó la fase de grupos en la séptima posición, sumando 11 puntos que certificaron su clasificación, pero también dejaron una sensación de exigencia máxima. El crecimiento del proyecto blanco es evidente, sostenido, pero Europa no concede títulos honoríficos. Aquí, cada paso adelante exige una prueba mayor que la anterior.

    El destino quiso que el rival fuera el París F.C. Un viejo conocido. Un equipo incómodo, valiente, bien trabajado, que ya dejó su huella en el estadio Alfredo Di Stéfano, donde logró empatar y demostrar que el respeto en Europa no se hereda: se gana.

    Este cruce no es casual. Es simbólico. El París F.C. representa esa nueva Europa que ya no se arrodilla ante los grandes nombres, que compite sin complejos y que entiende el fútbol desde la disciplina, la intensidad y la convicción colectiva.

    Para el Real Madrid, este enfrentamiento es mucho más que un trámite hacia los cuartos de final. Es una prueba de madurez. Es el momento de demostrar que el club blanco ya no está de paso por la Champions, que ha venido para quedarse, para discutir jerarquías y para mirar a los ojos a cualquiera.

    La ida se disputará el 11 o 12 de febrero. La vuelta, una semana después, el 18 o 19. Dos fechas marcadas en rojo en el calendario de Valdebebas. Dos noches que exigirán todo: talento, carácter, temple y memoria.

    Porque el Real Madrid sabe que, si supera este obstáculo, el premio no será amable.

    El sorteo no solo definió los octavos. También dibujó el cuadro completo, ese mapa que permite intuir futuros imposibles… o inevitables.

    Y en el mismo lado del cuadro aguarda el F.C. Barcelona. El campeón. El referente. El equipo que ha redefinido la Champions en los últimos años con fútbol, dominio y una identidad inconfundible.

    Si el Real Madrid logra imponerse al París F.C., el destino será cruel y fascinante a partes iguales: un enfrentamiento directo con el Barcelona en los cuartos de final. Un duelo que trasciende la competición, que conecta con la historia, con la rivalidad eterna, con la necesidad de medirse al mejor para saber quién eres realmente.

    No hay atajos. No hay rodeos. El camino blanco hacia la final pasa, casi con toda seguridad, por eliminar al rival que marca la era.

    Si el camino del Real Madrid es exigente, el del Atlético de Madrid es directamente una prueba de supervivencia emocional.

    Las colchoneras terminaron la fase de grupos en la 11ª posición, con 7 puntos, sufriendo, peleando, resistiendo. No fue un camino sencillo, pero el Atlético nunca ha entendido otra manera de competir. Este club se forja en la dificultad, en la resistencia, en la convicción de que cada partido es una batalla que se gana desde el compromiso.

    El sorteo deparó un enfrentamiento cargado de significado: Manchester United. Un rival ya conocido. Un gigante histórico del fútbol europeo que ya cayó en Alcalá, donde el Atlético firmó una victoria inolvidable por 0-1 que todavía resuena como una declaración de intenciones.

    Ese recuerdo no garantiza nada. Pero pesa. Y en eliminatorias así, la memoria también juega.

    El United es un equipo poderoso, con talento individual, con experiencia europea creciente y con una estructura diseñada para competir al máximo nivel. Pero el Atlético sabe lo que es enfrentarse a gigantes. Sabe lo que es sobrevivir cuando todo parece en contra.

    La ida, también el 11 o 12 de febrero. La vuelta, el 18 o 19. Dos partidos donde el margen de error será mínimo y donde cada detalle contará.
    Si el camino del Real Madrid es exigente, el del Atlético de Madrid es directamente una prueba de supervivencia emocional.

    Las colchoneras terminaron la fase de grupos en la 11ª posición, con 7 puntos, sufriendo, peleando, resistiendo. No fue un camino sencillo, pero el Atlético nunca ha entendido otra manera de competir. Este club se forja en la dificultad, en la resistencia, en la convicción de que cada partido es una batalla que se gana desde el compromiso.

    El sorteo deparó un enfrentamiento cargado de significado: Manchester United. Un rival ya conocido. Un gigante histórico del fútbol europeo que ya cayó en Alcalá, donde el Atlético firmó una victoria inolvidable por 0-1 que todavía resuena como una declaración de intenciones.

    Ese recuerdo no garantiza nada. Pero pesa. Y en eliminatorias así, la memoria también juega.

    El United es un equipo poderoso, con talento individual, con experiencia europea creciente y con una estructura diseñada para competir al máximo nivel. Pero el Atlético sabe lo que es enfrentarse a gigantes. Sabe lo que es sobrevivir cuando todo parece en contra.

    La ida, también el 11 o 12 de febrero. La vuelta, el 18 o 19. Dos partidos donde el margen de error será mínimo y donde cada detalle contará.

    Mientras Madrid mira su propio reflejo en el espejo europeo, el resto del continente también se prepara para batallas de alto voltaje.
    • OH Leuven – Arsenal: un cruce que enfrenta la frescura y el atrevimiento del fútbol belga con la tradición y la experiencia de uno de los grandes nombres del fútbol inglés.
    • Juventus – Wolfsburgo: dos proyectos sólidos, dos escuelas distintas, dos maneras de entender el fútbol europeo que chocarán sin concesiones.

    Los ganadores de estos cruces ya conocen su destino:
    • El vencedor del OH Leuven–Arsenal se medirá al Chelsea, otro de los grandes aspirantes al título.
    • El ganador del Juventus–Wolfsburgo tendrá que enfrentarse al Olympique Lyonnes, el club que convirtió la Champions en su territorio natural durante más de una década.

    Calendario |

    Octavos de final
    • Ida: 11–12 de febrero
    • Vuelta: 18–19 de febrero
    • Cuartos de final
    • Ida: 24–25 de marzo
    • Vuelta: 1–2 de abril
    • Semifinales
    • 25–26 de abril
    • Gran Final
    • 2–3 de mayo

    Fechas que ya no son números. Son promesas. Son amenazas. Son oportunidades únicas.
    Y ahora sí. Ahora empieza lo de verdad.

    Porque la Women’s Champions League no se juega solo con los pies. Se juega con la memoria, con el miedo, con la ambición, con la capacidad de levantarse cuando todo tiembla. Se juega en febrero, cuando el frío no perdona. Se juega en abril, cuando el cansancio pesa más que las piernas. Y se decide en mayo, cuando solo quedan los que han sabido resistir.

    Madrid está ante su destino. Dos caminos. Dos escudos. Dos maneras de entender el fútbol. Pero una misma certeza: nadie regala nada en Europa.

    Que empiece la noche, ruede el balón y hable la historia.

  • Oficial | La Asamblea General aprueba las cuentas de la temporada 24/25 y consolida un reparto económico de 17 millones entre los clubs de Liga F

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟨 Durante la reunión se expuso el crecimiento en audiencias, asistencias, el entorno digital, y el reconocimiento de Liga F a nivel internacional.

     

    Los Clubes de Liga F Moeve han celebrado este miércoles su Asamblea General Ordinaria y Extraordinaria, en la que se han aprobado, por una amplísima mayoría, las cuentas anuales correspondientes a la temporada 2024/2025. La aprobación refleja el elevado grado de consenso existente y la confianza de los Clubes en la gestión económica que se viene desarrollando desde la Asociación.

    Estas cuentas consolidan un reparto económico de 17 millones de euros entre los clubes en el pasado ejercicio, reafirmando el compromiso de Liga F con un modelo de crecimiento sostenible, orientado a reforzar la estabilidad financiera de las entidades y a seguir impulsando el desarrollo estructural del fútbol profesional femenino. Año tras año, la competición ha incrementado los recursos destinados a los Clubes, favoreciendo la sostenibilidad de sus presupuestos y una planificación sólida a medio y largo plazo

    La Liga F Moeve continúa evolucionando hacia un producto que mejora de forma constante una competición cada vez más atractiva y competitiva. La pasada temporada alcanzó una audiencia acumulada de 6,7 millones de espectadores, lo que supone un crecimiento cercano al 90% respecto a la temporada anterior, duplicando prácticamente los registros previos. 

    Estos datos confirman un crecimiento de audiencias equilibrado y una tendencia positiva en la temporada 2025/2026 que, tras la disputa de 13 jornadas, los datos ya reflejan un incremento del 9% en televisiones autonómicas, del 10% en DAZN España y del 13% en DAZN internacional, lo que evidencia un crecimiento sostenido tanto dentro como fuera de España, consolidando el posicionamiento internacional de la Primera División Femenina.

    En la misma línea, también se constata una evolución positiva de la experiencia presencial, con un crecimiento del 18% en la asistencia a los estadios en comparación con el mismo tramo de la temporada anterior, confirmando la importancia de mantener como tendencia al alza el mayor interés del público por vivir la competición en directo.

    En el entorno digital, Liga F se ha situado como primera liga europea en ratio de fan-engagement, superando los 900.000 seguidores, con más de 89 millones de impresiones y 190 millones de visualizaciones, lo que supone un crecimiento del 62% respecto a la campaña anterior. Esta fortaleza digital se consolida como una palanca clave para la visibilidad de los Clubes, el valor de marca de la competición y la atracción de patrocinadores y nuevas audiencias.

    Como colofón, se puso en valor el posicionamiento institucional de Liga F en el ámbito internacional, con una participación cada vez más activa en asociaciones como el World Leagues Forum y European Leagues.

    Más allá del crecimiento, Liga F comienza a consolidarse como referente. En los últimos meses, ligas e instituciones de países como China, Portugal, Turquía, Italia, Francia, Alemania, así como la Federación Paulista, se han acercado a Liga F para conocer su estructura y solicitar intercambios de formación y asesoramiento, interesados en su modelo de desarrollo .

    El comunicado de la patronal que preside Beatriz Álvarez Mesa, con maestría, deja muy a las claras que el fútbol femenino sí importa y cada vez resultado más atractivo, a pesar de quien hay quien insiste en negar la evidencia.

  • Reportaje | Viti, el arquitecto de la fe: 57 % de victorias, una idea innegociable y la convicción de que el fútbol femenino también se escribe con épica

    (Fuente: Liga F Moeve )

    🟨 Hay entrenadores que ganan partidos. Hay otros que ganan tiempo. Y hay muy pocos que ganan memoria. Víctor Martín —Viti para el fútbol— pertenece a esta última estirpe. La de los técnicos que no solo ordenan equipos, sino que dejan huella, cicatriz y relato. Desde su regreso a España para reconstruir al Madrid CFF hasta su actual travesía al frente del Atlético de Madrid Femenino, con un 57 % de victorias como cifra que resume pero no explica, Viti ha levantado un ideario futbolístico basado en la valentía, el rigor y la creencia radical en que ningún gigante es invencible si el plan es perfecto y el alma acompaña.

    Víctor Martín volvió a España con una maleta cargada de aprendizaje y una idea muy clara: el fútbol femenino no necesitaba salvadores, necesitaba entrenadores con método, con discurso y con el coraje suficiente para mirar a los ojos a cualquiera. El Madrid CFF fue su punto de partida, el laboratorio donde esa idea empezó a tomar forma definitiva. No era un proyecto cómodo ni protegido. Era un club acostumbrado a competir desde la trinchera, a sobrevivir en una liga cada vez más desigual, a construir identidad en medio del ruido. Y ahí, precisamente ahí, Viti encontró el terreno fértil para demostrar que el fútbol no entiende solo de presupuestos, sino de convicciones.

    Su nombre no necesitaba fuegos artificiales porque su currículum hablaba en un idioma que los despachos entienden y los vestuarios respetan: trabajo, conocimiento y coherencia.

    El Madrid CFF fue su punto de anclaje. Un club que no vive de la nostalgia ni del presupuesto, sino de la supervivencia diaria, del ingenio y del orgullo competitivo. Allí no había margen para el error ni para el romanticismo vacío. Cada punto contaba. Cada partido era una final. Y en ese contexto áspero, exigente, profundamente honesto, Víctor Martín encontró el escenario ideal para desarrollar una idea de fútbol que no se negocia: competir siempre, contra cualquiera, desde la inteligencia y la valentía.

    Su Madrid CFF no era un equipo reactivo. No esperaba acontecimientos. Los provocaba dentro de sus posibilidades. Defendía junto, atacaba con intención y, sobre todo, sabía exactamente quién era. Viti entendió desde el primer día que el verdadero lujo para un equipo humilde no es fichar estrellas, sino tener una identidad clara. Y eso fue lo primero que construyó. Una identidad reconocible incluso para el rival. Un equipo incómodo, intenso, tácticamente trabajado, emocionalmente preparado.

    Semana tras semana, el Madrid CFF fue creciendo. No siempre ganaba, pero siempre competía. No siempre dominaba, pero siempre sabía qué hacer cuando no dominaba. Viti convirtió a su equipo en una amenaza silenciosa. En uno de esos rivales que obligan a preparar el partido con respeto. Y el fútbol, que suele premiar la coherencia tarde o temprano, le tenía reservada una noche para la eternidad.

    Fuenlabrada. El lugar donde el tiempo se detuvo. El FC Barcelona llegaba con 719 días sin perder. Más de un año y medio de hegemonía absoluta. Un equipo que no solo ganaba, sino que dictaba las reglas del juego, que imponía su ley desde el primer minuto, que parecía invulnerable. En la previa, el relato estaba escrito: el Barcelona visitaba al Madrid CFF para seguir ampliando su leyenda. Pero Víctor Martín había escrito otro guión

    Aquel partido no se improvisó. Se diseñó. Se construyó en la pizarra, en la sala de vídeo, en cada entrenamiento previo. Viti entendió que para competir contra el Barcelona no bastaba con defender bien; había que saber cuándo y cómo atacar. Ajustó alturas, compactó líneas, cerró pasillos interiores y aceptó que habría fases largas de sufrimiento. Pero ese sufrimiento no era resignación, era parte del plan.

    El Madrid CFF defendió con orden, con disciplina, con una concentración feroz. Cada duelo era una final dentro del partido. Cada basculación, un acto de fe colectiva. Y cuando el balón cambiaba de dueño, el equipo no se desprendía de él por miedo. Salía. Atacaba. Corría con sentido. Golpeaba cuando el gigante dudaba.

    Y entonces apareció Rachael Kundananji. Potencia pura. Hambre desbordada. Dos goles. Dos latigazos que quebraron una racha histórica. El 2-1 final no fue una anécdota estadística. Fue una obra de autor. Fue la demostración de que incluso los imperios caen cuando el rival cree más que ellos.

    El Barcelona perdió tras 519 días. Y el fútbol femenino español ganó una certeza: el trabajo bien hecho todavía puede derribar muros.

    Aquel día, Víctor Martín dejó de ser solo un buen entrenador para convertirse en un nombre propio del campeonato. No por la sorpresa, sino por la manera. Porque nadie habló de fortuna ni de accidente. Se habló de plan. De lectura del partido. De ejecución. Se habló de entrenador.

    Ese partido fue una frontera. Un antes y un después. No solo para el Madrid CFF, sino para la carrera de Viti. Porque el fútbol, aunque a veces tarde, reconoce a quienes se atreven. Y el Atlético de Madrid llamó.

    El Atlético no buscaba un revolucionario sin red. Buscaba un constructor. Un técnico capaz de recoger una herencia pesada —años de títulos, de exigencia, de identidad ganadora— y transformarla sin romperla. Un entrenador que entendiera que el Atlético Femenino no necesitaba volver al pasado, sino encontrar una nueva manera de competir en el presente. Víctor Martín era ese perfil.

    (Fuente: RFEF)

    Su llegada no fue un golpe de efecto mediático. Fue una apuesta de fondo. Y desde el primer día, el Atlético empezó a parecerse a su entrenador. Un equipo intenso, organizado, flexible. Capaz de adaptarse a distintos contextos sin perder el alma. Capaz de competir contra cualquiera sin renunciar a sí mismo.

    La Copa de la Reina fue el primer gran termómetro. La final en Huesca ante el Barcelona no se ganó, pero se jugó. Y eso, en el contexto actual, es una declaración enorme. El Atlético no fue un espectador privilegiado. Fue un rival real. Hubo fases de dominio, momentos de valentía, tramos de fútbol en los que las colchoneras miraron al Barça de tú a tú. No fue una final asumida como destino inevitable. Fue una final disputada desde la convicción.

    Aquella final no dejó un título, pero dejó algo igual de valioso: autoestima competitiva. La sensación de que el Atlético podía volver a sentarse en la mesa de los grandes sin complejos. Y esa sensación es la base de todo lo que vino después.

    Alcalá de Henares se convirtió en el siguiente escenario simbólico. El BK Häcken, un equipo europeo serio, trabajado, con experiencia y colmillo, aparecía como un obstáculo real en el camino hacia la fase de liga de la UEFA Women’s Champions League. No era una eliminatoria para jugar con el nombre. Era una eliminatoria para jugar con la cabeza y el corazón.

    El Atlético ganó 2-1. Otra vez ese resultado que parece perseguir a Víctor Martín como una firma. El equipo supo sufrir, supo resistir y supo golpear cuando tocaba. No hubo ansiedad. No hubo miedo. Hubo plan. Alcalá fue una noche europea de verdad. De las que construyen vestuarios. De las que hacen que las jugadoras crean en lo que se está haciendo. De las que convierten una idea en realidad.

    La clasificación para la fase de liga de la Champions no fue un premio caído del cielo. Fue el resultado de un proceso. De una manera de trabajar. De una convicción compartida entre cuerpo técnico y plantilla.

    Y la Liga F confirmó la tendencia. Segunda jornada. Real Madrid enfrente. Otra vez 2-1. Otra vez un Atlético intenso, solidario, valiente. Ganar al Real Madrid siempre tiene un peso específico. No es solo una victoria. Es un mensaje. Es una reafirmación. Es decirle al campeonato que el Atlético de Víctor Martín no está aquí para transitar la temporada, sino para competirla.

    Los números acompañan, aunque nunca lo explican todo. Siete puntos. Undécimas en la tabla. Acceso a los playoffs de la Liga de Campeones Femenina. Un escenario complejo, pero favorable. Solo una concatenación extrema de resultados dejaría fuera a las colchoneras: una derrota abultada ante el Olympique de Lyon y una victoria del OH Leuven en Inglaterra ante el Arsenal que, además, tendría que servir para levantar una desventaja de diez goles. El fútbol permite soñar, pero también respeta la lógica. Y la lógica dice que el Atlético de Víctor Martín está compitiendo.

    Ese 57 % de victorias no es una cifra vacía. Es el resumen numérico de una idea sostenida en el tiempo. De una manera de entender el fútbol. De una capacidad notable para sacar rendimiento a los recursos disponibles. Viti no es un entrenador de discursos huecos. Es un técnico de detalle, de análisis, de trabajo invisible. Pero también es un líder emocional. Un gestor de vestuarios. Un convencido.

    Desde el Madrid CFF hasta el Atlético de Madrid, su trayectoria dibuja una línea clara. No hay contradicciones. Hay evolución. El entrenador que fue capaz de diseñar el plan perfecto para tumbar al Barcelona invicto es el mismo que hoy compite finales, clasifica a su equipo para Europa y mantiene al Atlético vivo en todos los frentes.

    El fútbol femenino necesita entrenadores así. Que entiendan el contexto. Que respeten la historia. Que no se escondan. Que apuesten por el juego y por la competición real. Víctor Martín no promete títulos inmediatos. Promete equipos preparados. Promete partidos disputados. Promete identidad.

    Y en un fútbol cada vez más dominado por la desigualdad económica, esa promesa es casi revolucionaria. Porque el mensaje de Viti es claro: se puede competir desde la idea, desde el trabajo, desde la fe. No siempre se gana. Pero siempre se pelea.

    Como dirían los entendidos en este deporte , el fútbol no siempre sonríe al que más tiene, sino al que mejor entiende el partido. Y Víctor Martín, desde hace tiempo, entiende el fútbol como una construcción colectiva, como un acto de resistencia y como un derecho: el derecho de creer.

    (Fuente: Liga F Moeve)
  • Oficial | El once del “The Best” sabe a Liga F Moeve

    (Fuente: UEFA)

    🟦 Cuando la Liga F se sentó en la mesa de las leyendas.

    Hay imágenes que no necesitan explicación. Basta una mirada para entender que algo extraordinario ha sucedido. Once rostros alineados sobre un fondo negro, como si la noche misma hubiese decidido rendirse ante la luz. Once nombres que ya no pertenecen solo a sus clubes, ni siquiera a sus países. Once jugadoras que, juntas, forman algo más grande que un equipo: una era.

    El FIFA Women’s 11 de 2025 no es únicamente el mejor once del año. Es un manifiesto. Una declaración de poder. Un punto y aparte en la historia del fútbol femenino. Y en el centro de todo, como un sol imposible de ocultar, la Liga F. La competición española fue la liga con más representantes en el equipo ideal del mundo. Y no solo eso: todas ellas pertenecen al FC Barcelona.

    Seis futbolistas. Seis piezas de un mismo engranaje. Seis nombres que explican por qué el Barça femenino ya no compite contra equipos, sino contra el tiempo y la memoria.

    Alexia Putellas, Aitana Bonmatí. Patri Guijarro, Claudia Pina, Irene Paredes y Ona Batlle son la representación gráfica de que la Primera División empieza a brillar más allá de nuestras fronteras y lo hace con fuerza, como un cometa.

    El once ideal de la FIFA 2025 se dibuja sobre el césped imaginario con una armonía casi perfecta:

    Portería
    • Hannah Hampton

    Defensa
    • Lucy Bronze
    • Irene Paredes
    • Millie Williamson
    • Ona Batlle

    Centro del campo
    • Patri Guijarro
    • Aitana Bonmatí

    Ataque
    • Claudia Pina
    • Alexia Putellas
    • Alessia Russo
    • Mariona Caldentey

    Un once internacional, diverso, poderoso. Pero con un corazón que late en catalán y se expresa en español. La Liga F Moeve no solo está representada: gobierna.

    Durante años, la Liga F fue vista como un proyecto en construcción. Una promesa. Un laboratorio. Hoy es una referencia. El campeonato que más jugadoras aporta al mejor once del planeta.

    Y lo hace desde un solo club, sí, pero con una trascendencia que va mucho más allá del escudo. Porque el FC Barcelona no se explica sin la Liga F, ni la Liga F puede entenderse sin el modelo Barça.

    Un modelo que apostó por la cantera cuando nadie lo hacía.
    Que creyó en el talento local cuando otros miraban fuera.
    Que convirtió el fútbol femenino en una identidad, no en una sección.

    Este once no es solo un premio, sino la prueba definitiva de que el camino era el correcto.
    No es una casualidad.
    No es una moda.
    Es una conquista.

    Hay centrales que mandan con la voz. Otras con el cuerpo. Irene Paredes manda con la historia.

    Capitana sin estridencias, líder sin necesidad de gestos teatrales. Irene es el punto de equilibrio entre la contundencia y la inteligencia. En el Barça, en la selección, en cualquier escenario, su figura impone respeto.

    En este once mundial, su presencia no se discute: es la central que da sentido al sistema, la que ordena, la que corrige, la que aparece cuando el partido parece romperse.

    Irene Paredes no defiende. Irene gobierna el espacio.

    Durante años se dijo que el lateral era un puesto secundario. Ona Batlle lo dinamitó todo.

    Velocidad, precisión, inteligencia táctica, capacidad para llegar y volver. Ona es un extremo cuando ataca y una defensa implacable cuando repliega. Su inclusión en el once FIFA no es un premio al recorrido: es un reconocimiento al impacto.

    Batlle simboliza la evolución del fútbol femenino moderno. Laterales que piensan. Que crean. Que deciden partidos.

    el fútbol tuviera sonido, Patri Guijarro sería el silencio que permite escuchar a los demás.

    No necesita focos. No reclama titulares. Pero cuando falta, todo se desordena. Patri es el metrónomo. El eje invisible. La futbolista que convierte el caos en estructura.

    En este once ideal, su presencia es casi obligatoria. No hay equipo campeón sin una Patri Guijarro.

    Hay futbolistas que juegan al fútbol.
    Aitana Bonmatí es fútbol.

    Balón de Oro, referente mundial, creadora incansable. Aitana no solo interpreta el juego: lo reinventa. Cada control orientado, cada giro, cada pase entre líneas es una obra de precisión quirúrgica.

    En este once, Aitana no está para acompañar. Está para liderar. Para marcar el ritmo emocional y competitivo del equipo. Es el cerebro, el pulso y el alma.

    Claudia Pina es la prueba de que el talento, cuando es auténtico, siempre encuentra su lugar.

    Desde la banda, desde dentro, llegando al área, golpeando desde fuera. Pina es imprevisible. Creativa. Valiente. Su inclusión en el once FIFA 2025 habla de una jugadora que ya no es promesa, sino presente absoluto.

    Hay historias que el fútbol solo concede a las elegidas.

    Alexia Putellas volvió. Y volvió para quedarse. Después de la lesión, después de la duda, después del silencio. Alexia regresó con la autoridad de quien sabe quién es.

    En este once ideal, su nombre no necesita explicación. Alexia es memoria, presente y legado. Es la capitana que representa una generación entera.

    Este once no es exclusivo. No es cerrado. El fútbol femenino es global y el equipo lo demuestra.

    Mariona Caldentey, con su inteligencia y su sacrificio.
    Alessia Russo, potencia y gol.
    Lucy Bronze, leyenda viva.
    Millie Williamson, solidez.
    Hannah Hampton, seguridad bajo palos.

    Todas ellas engrandecen el equipo. Pero incluso en esa diversidad, el epicentro sigue siendo la Liga F.
    Este equipo no solo gana premios. Gana tiempo. Gana espacio. Gana respeto.

    Es el once que verán las niñas en los pósters.
    El que estudiarán las jugadoras del mañana.
    El que recordaremos cuando hablemos de cómo empezó todo.

    Porque hubo un año —2025— en el que la FIFA miró al mundo y dijo:

    Este es el mejor equipo posible.
    Y el mundo tuvo que aceptar que hablaba en clave Liga F.

    Y como diría Manu, con la voz quebrada y el corazón lleno: “No es solo fútbol. Es identidad. Es memoria. Es futuro.

  • Oficial | Aitana Bonmatí es tres veces “The Best”

    (Fuente: FIFA)

    🟨 La Balón de Oro 2025 marca una época que lleva su nombre grabado a fuego.

    Por tercer año consecutivo, Aitana Bonmatí ha vuelto a conquistar el premio The Best a la mejor futbolista del mundo. Lo hace en 2025 para completar una secuencia histórica: tres The Best, tres Balones de Oro, tres dobletes consecutivos que no solo certifican su dominio individual, sino que explican una manera de entender el juego. Desde la pausa, desde el pase que ordena, desde la inteligencia que manda. Ausente en la gala de la FIFA en Doha por una grave lesión, Aitana estuvo presente en todo lo demás: en la memoria reciente del fútbol, en el respeto unánime del vestuario global y en esa sensación, cada vez más extendida, de que estamos ante una futbolista que no compite contra sus contemporáneas, sino contra el propio tiempo.

    El anuncio del tercer The Best consecutivo no necesitó redobles. Llegó con la naturalidad de lo inevitable. Aitana Bonmatí, centrocampista del FC Barcelona, volvió a ser elegida como la mejor jugadora del planeta por votación de entrenadoras, capitanas, periodistas y afición. “Muchas gracias por el premio a todos los que me han votado”, expresó la futbolista, con una serenidad que es marca de la casa, consciente de que el agradecimiento también es una forma de liderazgo.

    La gala se celebró en Doha, pero Aitana no pudo estar presente debido a una lesión grave. Y, aun así, estuvo. Porque su ausencia física no empañó la evidencia: el fútbol femenino vive bajo su influencia. El reconocimiento lo recogió desde el Camp Nou, acompañada por Jill Ellis, doble campeona del mundo y leyenda del fútbol estadounidense, en un gesto que simboliza el puente entre generaciones y continentes. “Gracias a las compañeras, entrenadores y aficionados que me han votado para poder ganar este premio. Es un gran honor para mí”, añadió Aitana. Palabras sencillas para un legado descomunal.

    dato ya es historia: tres The Best y tres Balones de Oro de manera consecutiva. No hay matices. No hay asteriscos. Es dominio puro. Es continuidad en la excelencia. Es sostener el nivel cuando el foco quema, cuando el cuerpo acusa, cuando el fútbol te persigue para descifrarte y tú, aun así, sigues encontrando respuestas nuevas.

    Aitana no gana por acumulación de goles ni por estadísticas vacías. Gana porque organiza el mundo cada vez que toca el balón. Porque decide cuándo acelerar y cuándo detener el partido. Porque entiende el juego como un idioma propio y lo traduce para todas. Porque convierte el caos en estructura y la estructura en ventaja.

    Si el fútbol es una conversación, Aitana Bonmatí siempre llega con la frase exacta. Su principal virtud no es la técnica —que la tiene— ni el disparo —que lo ejecuta con precisión quirúrgica—. Su don diferencial es la comprensión del juego. Aitana ve líneas donde otras ven espacios. Ve tiempos donde otras solo perciben urgencia.

    En el centro del campo, manda sin gritar. Gira la cabeza antes de recibir. Perfila el cuerpo para jugar a un toque. Elige el pase que no se celebra, pero que decide. Es una futbolista que piensa el partido como si lo escribiera: con introducción, nudo y desenlace. Y siempre con coherencia.

    Defensivamente, interpreta. Ofensivamente, rompe. Llega desde segunda línea con el sigilo de quien no necesita anunciarse. Su golpeo desde media distancia es una amenaza constante, pero su mayor peligro es invisible: la certeza. Con Aitana, el equipo sabe que el balón está a salvo.

    En una época de liderazgos ruidosos, Aitana representa otro modelo. Lidera desde el ejemplo, desde la exigencia diaria, desde la responsabilidad de quien no se esconde. No necesita brazalete para marcar el camino. Lo marca con cada control orientado, con cada retorno defensivo, con cada gesto de apoyo a una compañera.

    Su relación con el vestuario es horizontal, pero su influencia es vertical. Eleva el nivel de quienes la rodean. Hace mejores a las demás porque juega para todas. Y eso, en el fútbol de élite, es un privilegio.

    El 2025 también ha tenido su cara más dura. La grave lesión que le impidió asistir a la gala no es un punto final, sino un paréntesis. En el fútbol de Aitana no hay dramatismo impostado. Hay trabajo. Hay procesos. Hay regreso.

    Desde el Camp Nou, lejos de los focos de Doha, su imagen recogiendo el premio fue un símbolo: incluso parada, sigue avanzando. Porque su influencia no depende del minuto jugado, sino del impacto construido. Y porque el fútbol sabe —lo sabe bien— que cuando vuelva, volverá para mandar.

    Aitana Bonmatí no es solo una estrella del FC Barcelona. Es una figura global, un espejo para las nuevas generaciones y una referencia para el fútbol femenino en su conjunto. Su éxito no es individualista: es estructural. Representa una manera de hacer, de entrenar, de competir y de creer.

    Tres The Best consecutivos no son un premio más. Son una declaración de época. Y tres Balones de Oro consecutivos confirman que no estamos ante una racha, sino ante una hegemonía.

    Aitana Bonmatí no juega partidos. Los gobierna. No busca aplausos. Busca soluciones. No necesita épica. Construye verdad. Y en un fútbol cada vez más veloz y físico, ella demuestra que la inteligencia sigue siendo el atajo más corto hacia la grandeza.

    Hoy, el fútbol femenino tiene nombre propio. Y ese nombre no es solo presente. Es memoria futura.
    Aitana Bonmatí, The Best. Otra vez. Como siempre.

  • Oficial | El C.D. Tenerife y Eder Maestre separan sus caminos

    (Fuente: Costa Adeje Tenerife Egatesa)

    🟦 El preparador vasco pone fin a su era como azul y blanco por motivos de índole personal.

    Hay proyectos que no se miden únicamente en puntos. Hay entrenadores que no se explican solo desde las clasificaciones. Y hay equipos que, temporada tras temporada, construyen algo más valioso que una racha: una identidad reconocible, una manera de estar en el campo y en la competición. El Costa Adeje Tenerife Egatesa de Eder Maestre pertenece a esa estirpe. A la de los equipos que no hacen ruido, pero dejan huella. A la de los entrenadores que no venden promesas, sino procesos. A la de los clubes que han aprendido a sobrevivir y a competir en una Liga F cada vez más exigente sin perder su esencia.

    Desde la llegada de Eder Maestre al banquillo, el Costa Adeje Tenerife ha consolidado una idea clara: ser competitivo siempre, independientemente del rival, del presupuesto o del contexto. No ha sido un camino de fuegos artificiales ni de resultados inflados por momentos puntuales. Ha sido un recorrido sostenido, construido desde el orden, la convicción y el trabajo invisible, ese que no siempre ocupa titulares pero que sostiene a los equipos cuando llegan las curvas.

    El rendimiento del Tenerife bajo la dirección de Maestre se explica desde una premisa fundamental: saber quién eres antes de intentar ser algo más. El equipo canario ha asumido desde el inicio su realidad estructural dentro de la Liga F, pero lejos de resignarse, ha convertido esa realidad en una fortaleza. Plantillas equilibradas, sin grandes nombres mediáticos pero con futbolistas comprometidas, bien trabajadas y adaptadas a un modelo que prioriza el colectivo por encima del individualismo.

    En lo táctico, el Costa Adeje Tenerife de Eder Maestre ha sido, temporada tras temporada, uno de los equipos más incómodos de la competición. Un bloque compacto, solidario, con líneas juntas y una lectura del partido madura, capaz de alternar momentos de repliegue con fases de presión organizada. No es un equipo que regale espacios ni que se descomponga con facilidad. Defiende como unidad y ataca con sentido, entendiendo que cada acción debe tener un porqué.

    Ese orden defensivo ha sido una de las grandes señas de identidad del proyecto. El Tenerife no se caracteriza por marcadores desbocados ni por partidos caóticos. Al contrario: controla el ritmo, reduce los errores no forzados y obliga al rival a ganar cada metro del campo. En una Liga F donde muchos partidos se deciden por detalles, esa capacidad para sostenerse ha sido clave para sumar puntos ante rivales teóricamente superiores y para no fallar en los encuentros marcados en rojo.

    Pero reducir el trabajo de Maestre a la pizarra sería injusto. El verdadero valor de su etapa en el Costa Adeje Tenerife está en la gestión del grupo y la continuidad del proyecto. En un contexto donde la rotación de entrenadores es constante y donde muchos equipos viven al día, el Tenerife ha apostado por la estabilidad. Y esa estabilidad se ha traducido en una plantilla que cree en lo que hace, que compite sin complejos y que entiende perfectamente qué se le pide en cada partido.

    El rendimiento clasificatorio del equipo ha sido coherente con esa filosofía. Lejos de pelear por títulos, pero también lejos de los puestos de peligro, el Costa Adeje Tenerife se ha instalado en una zona media-alta de la tabla, con temporadas tranquilas en lo clasificatorio y exigentes en lo competitivo. No ha sido un equipo de rachas extremas, sino de regularidad. Y en una liga cada vez más polarizada entre los grandes proyectos y los que luchan por sobrevivir, esa regularidad es un logro en sí mismo.

    Uno de los grandes méritos de Eder Maestre ha sido potenciar perfiles y sacar rendimiento a futbolistas que, en otros contextos, podrían haber pasado desapercibidas. El Tenerife ha funcionado como un ecosistema donde las jugadoras crecen, se revalorizan y encuentran continuidad. Muchas han dado pasos adelante en su carrera gracias a un entorno estable, a una idea clara y a una confianza sostenida desde el cuerpo técnico.

    El equipo, además, ha sabido adaptarse a los cambios de la Liga F. El crecimiento mediático, la profesionalización acelerada, la llegada de inversiones y la subida del nivel competitivo no han desnaturalizado al Tenerife. Al contrario: el club ha entendido que su supervivencia pasaba por seguir siendo fiel a su modelo, ajustando piezas sin romper la estructura. Maestre ha sido clave en esa transición, actuando como nexo entre el proyecto deportivo y la realidad cambiante del fútbol femenino español.

    En los grandes escenarios, el Costa Adeje Tenerife ha mostrado su mejor versión. Partidos ante los grandes de la liga donde el equipo ha sabido competir, incomodar y, en muchos casos, arrancar puntos o dejar sensaciones de equipo grande. No siempre se traduce en victorias, pero sí en respeto. Y en el fútbol, el respeto se gana compitiendo.

    Hay algo profundamente reconocible en este Tenerife: la sensación de que nunca se cae del partido. Puede perder, pero rara vez se entrega. Puede verse superado, pero casi nunca desbordado. Esa resistencia emocional es uno de los mayores legados del trabajo de Maestre. Un equipo que cree hasta el final, que no se desconecta y que entiende que cada partido es una oportunidad para reafirmarse.

    Desde el punto de vista institucional, el rendimiento deportivo ha ido acompañado de una imagen sólida del club. El Costa Adeje Tenerife Egatesa se ha consolidado como uno de los proyectos más serios y respetados del fútbol femenino español, con una identidad clara y un discurso coherente. Maestre ha sido parte activa de esa construcción, no solo como entrenador, sino como figura representativa del modelo.

    En una Liga F donde la brecha económica y deportiva es cada vez más visible, el Tenerife de Eder Maestre representa otra manera de competir. No desde la urgencia ni desde el golpe de efecto, sino desde el trabajo constante, la paciencia y la convicción. Su rendimiento no se mide en titulares espectaculares, sino en la sensación permanente de que el equipo está donde debe estar.

    Eder Maestre no ha construido un equipo de moda. Ha construido un equipo fiable. Y eso, en el fútbol moderno, es casi revolucionario. El Costa Adeje Tenerife Egatesa no vive de promesas ni de discursos grandilocuentes. Vive de entrenamientos bien hechos, de partidos bien preparados y de una idea que se repite semana tras semana hasta convertirse en costumbre.

    Al final, cuando pase el tiempo y se analicen estas temporadas con perspectiva, el rendimiento de Maestre y su Tenerife no se recordará por una clasificación concreta, sino por algo más difícil de lograr: haber sostenido un proyecto competitivo, reconocible y respetado en una de las etapas de mayor crecimiento del fútbol femenino español. Y eso, en un deporte que no siempre premia la coherencia, es una victoria silenciosa.

    temporada 2024/2025 quedará inscrita con letras firmes en la historia reciente del Costa Adeje Tenerife Egatesa. No solo por los números, que ya de por sí hablan de crecimiento, madurez y ambición, sino por el contexto, por el simbolismo y por la sensación de haber alcanzado un punto de inflexión en la consolidación del proyecto deportivo. Fue el curso en el que Maestre afrontó su primera experiencia como primer entrenador en una liga profesional, asumiendo el liderazgo del equipo en un año especialmente significativo para la entidad, marcado por el décimo aniversario consecutivo del club en la élite del fútbol femenino nacional y por la reafirmación del Costa Adeje como una estructura sólida, estable y reconocible dentro de la Liga F.

    Lejos de ser una temporada de transición, el equipo respondió con personalidad, carácter competitivo y una identidad clara. Bajo la dirección de Maestre, el conjunto tinerfeño disputó un total de 46 partidos oficiales entre Liga F y Copa de la Reina, firmando un balance notable de 18 victorias, 15 empates y 13 derrotas. Más allá del reparto de resultados, el equipo mostró una evolución constante, una solidez colectiva creciente y una capacidad para competir cada encuentro desde el rigor táctico y el compromiso grupal. La temporada concluyó con una meritoria sexta posición y 42 puntos, superando los registros de campañas anteriores y reafirmando al Costa Adeje Tenerife Egatesa como uno de los equipos más fiables y competitivos del campeonato.

    Ese sexto puesto no fue casualidad, sino la consecuencia directa de una propuesta clara: un equipo correoso, difícil de superar, solidario en el esfuerzo y muy disciplinado en lo defensivo. Los números lo confirman: diez partidos sin encajar gol a lo largo de la temporada, un dato que refleja no solo el trabajo de la línea defensiva y la portería, sino la implicación colectiva de todo el bloque. El Costa Adeje dejó de ser únicamente un rival incómodo para convertirse en un conjunto con una identidad reconocible en toda la Liga F, capaz de competir con cualquiera desde la organización, la concentración y la fe en el plan de partido.

    Lejos de conformarse, la temporada 2025/2026 ha supuesto un nuevo paso adelante en la evolución del proyecto. Maestre ha profundizado en los cimientos construidos el curso anterior y ha dotado al equipo de una mayor madurez competitiva. Tras 14 encuentros oficiales disputados, el Costa Adeje Tenerife Egatesa ocupa la quinta plaza en la Liga F Moeve con 24 puntos, fruto de seis victorias, seis empates y tan solo dos derrotas. Una trayectoria que confirma la estabilidad del equipo en la zona alta de la clasificación y su capacidad para sostener el rendimiento en el tiempo.

    El rendimiento del conjunto tinerfeño ha sido especialmente destacado lejos de casa, llegando a convertirse, por momentos, en el mejor equipo de la categoría como visitante. Una muestra inequívoca de personalidad, concentración y competitividad en escenarios exigentes. A ello se suma una fiabilidad defensiva que vuelve a ser seña de identidad: el Costa Adeje es el tercer conjunto menos goleado del campeonato, un dato que subraya la continuidad del modelo y la excelencia en el trabajo táctico.

    Pero si algo ha definido este inicio de temporada es la capacidad del equipo para competir de tú a tú ante los grandes del fútbol femenino español. El Costa Adeje Tenerife Egatesa ha plantado cara al FC Barcelona, ha logrado empatar frente al Real Madrid y ha sido capaz de vencer al Atlético de Madrid, demostrando que su crecimiento no es solo estadístico, sino también competitivo y mental. El equipo ya no se limita a resistir: compite, propone y cree.

    Este arranque de la temporada 2025/26 ya es, objetivamente, uno de los mejores de la historia del club desde su ascenso a Primera División en 2015. Los datos de las primeras 14 jornadas lo avalan con rotundidad: seis partidos sin encajar gol, cinco encuentros consecutivos sin recibir un solo tanto al inicio del campeonato y la mejor diferencia de goles general a estas alturas (+11). Cifras que no solo hablan de resultados, sino de equilibrio, eficacia y crecimiento sostenido.

    El Costa Adeje Tenerife Egatesa vive un momento de plenitud deportiva. Un proyecto que ha sabido construir desde la paciencia, la coherencia y el trabajo diario, y que hoy se refleja en un equipo competitivo, fiable y respetado. Bajo la dirección de Maestre, el conjunto tinerfeño ha dado forma a una identidad sólida, reconocible y ambiciosa, que honra la historia reciente del club y abre la puerta a nuevos horizontes. Diez años en la élite no son una meta, sino el punto de partida de una trayectoria que sigue escribiéndose partido a partido, con convicción, humildad y la firme voluntad de seguir creciendo entre los mejores del fútbol femenino nacional.

    El Club Deportivo Tenerife afronta un momento clave en su proyecto dentro de la Liga F Moeve. La quinta posición actual en la clasificación no es un accidente ni una coyuntura pasajera: es la consecuencia directa de una filosofía de trabajo bien definida, de una estructura deportiva estable y de un equipo que ha sabido competir desde la coherencia, el esfuerzo colectivo y la solidez como rasgos diferenciales. El representativo canario se ha consolidado como un bloque fiable, incómodo para cualquier rival, capaz de sostener el ritmo competitivo a lo largo de la temporada y de mirar a la zona alta de la tabla con naturalidad y ambición contenida. En ese contexto, la elección del perfil adecuado para el banquillo no es solo una cuestión de nombres, sino de encaje profundo con la identidad del club y con el momento deportivo que atraviesa la entidad.

    En el actual escenario, con entrenadores de primer nivel que se encuentran sin equipo, surgen varios perfiles de alto valor estratégico: Montse Tomé, Juanjo Vila, Alberto Toril y José Luis Sánchez Vera. Cuatro trayectorias contrastadas, cuatro miradas distintas sobre el fútbol y cuatro maneras de entender la gestión de un vestuario profesional. Sin embargo, no todos los caminos conducen al mismo destino, ni todas las filosofías dialogan de igual forma con la realidad del CD Tenerife.

    Montse Tomé representa un modelo de excelencia ligado al máximo nivel competitivo. Su experiencia como seleccionadora nacional y su paso por el núcleo duro de la etapa más exitosa de la selección española la sitúan como una entrenadora profundamente asociada al fútbol de posesión, al dominio territorial y a contextos donde el talento diferencial marca el ritmo de los partidos. Su perfil encaja de manera natural en estructuras diseñadas para gobernar los encuentros desde el balón y desde una superioridad técnica sostenida. En el caso del CD Tenerife, cuya fortaleza se ha construido desde la solidez colectiva, la fiabilidad defensiva y la optimización de recursos, el encaje exigiría una transformación profunda del modelo, con un periodo de adaptación que podría comprometer la estabilidad competitiva actual. No sería un proyecto imposible, pero sí uno de ruptura más que de continuidad.

    Juanjo Vila, por su parte, simboliza el desarrollo, la formación y la construcción a medio y largo plazo. Su trabajo en categorías inferiores y su capacidad para potenciar talento joven lo convierten en un perfil especialmente valioso para clubes que desean cimentar una identidad desde la base y apostar por procesos evolutivos sostenidos. Su mirada pedagógica y su sensibilidad táctica encajan con proyectos en crecimiento estructural. Sin embargo, el CD Tenerife ya ha superado la fase de mera consolidación: hoy compite por objetivos ambiciosos y se encuentra instalado en la parte alta de la tabla. En ese contexto, la apuesta por un perfil eminentemente formativo podría quedarse corta en términos de impacto inmediato y de gestión de la exigencia competitiva que implica pelear semana a semana por Europa.

    Alberto Toril ofrece una propuesta distinta: experiencia en grandes escenarios, conocimiento del alto rendimiento y una trayectoria marcada por la gestión de vestuarios con presión constante. Su paso por el Real Madrid Femenino lo acredita como un técnico capaz de competir en la élite, con un enfoque pragmático y una atención especial al equilibrio entre fases del juego. Sin embargo, su perfil está íntimamente ligado a estructuras con una exigencia de dominio ofensivo constante y con plantillas diseñadas para llevar el peso del partido. En un club como el CD Tenerife, donde la fortaleza nace del bloque, del orden y de la competitividad colectiva, el encaje sería posible, pero requeriría un reajuste significativo del ecosistema deportivo y de las expectativas del entorno.

    Es en ese análisis donde emerge con especial claridad la figura de José Luis Sánchez Vera como el perfil que mejor dialoga con la realidad actual del representativo canario. Sánchez Vera es, por trayectoria y por convicción, un entrenador profundamente alineado con proyectos que crecen desde la solidez, el rigor táctico y la competitividad como valores irrenunciables. Campeón de Liga, de Copa y de Supercopa, su carrera está marcada por la capacidad de construir equipos fiables, mentalmente fuertes y extraordinariamente difíciles de batir. No es un técnico de fuegos artificiales ni de revoluciones innecesarias; es un arquitecto del rendimiento sostenido.

    Su filosofía encaja de manera casi natural con el CD Tenerife que hoy ocupa la quinta plaza de la Liga F Moeve. Un equipo que ha sabido competir desde el orden, que ha hecho de la fiabilidad defensiva una seña de identidad y que ha demostrado que se puede mirar a los grandes de tú a tú sin renunciar a la propia esencia. Sánchez Vera entiende como pocos la importancia del bloque, la gestión de los tiempos del partido y la lectura emocional de una temporada larga y exigente. Su experiencia en clubes que han crecido desde posiciones intermedias hasta convertirse en referentes competitivos es un valor diferencial para una entidad que quiere seguir dando pasos firmes sin perder el equilibrio.

    Además, su capacidad para maximizar el rendimiento de plantillas sin necesidad de grandes alardes encaja con la realidad presupuestaria y estructural del CD Tenerife. Sánchez Vera no exige contextos ideales para competir: los construye. Y en un club que ha hecho de la coherencia y la estabilidad su principal fortaleza, esa virtud resulta especialmente relevante. Su llegada no supondría una ruptura, sino una evolución natural del proyecto, una capa más de experiencia y ambición sobre unos cimientos ya sólidos.

    En un momento en el que el CD Tenerife no necesita reinventarse, sino reforzar su identidad y consolidar su posición entre los mejores, la elección del banquillo debe responder más al “quiénes somos” que al “quién suena más”. Montse Tomé, Juanjo Vila y Alberto Toril representan proyectos legítimos y valiosos, pero es José Luis Sánchez Vera quien mejor encaja con la filosofía, el presente competitivo y la ambición realista del representativo canario. Un entrenador de estructura, de detalle y de resultados sostenidos para un club que ha demostrado que su crecimiento no es una moda, sino una convicción.

    Costa Adeje Tenerife Egatesa se encuentra en un momento crucial de su temporada 2025/26. Tras la salida de Eder Maestre, que ha dejado una huella imborrable en la entidad, la directiva trabaja intensamente en la elección de su sustituto, un nombramiento que será decisivo de cara a los próximos compromisos deportivos y, muy especialmente, para afrontar con garantías la eliminatoria de la Copa de la Reina Iberdrola ante el Sevilla Fútbol Club en Nervión. Este encuentro, de alto nivel competitivo y carga histórica, marcará el inicio de una nueva etapa en el banquillo del conjunto tinerfeño y exigirá un liderazgo sólido, experiencia táctica y una conexión profunda con la identidad del equipo.

    Al frente de este proceso se encuentra D. Sergio Batista, presidente del Costa Adeje Tenerife Egatesa, cuya dedicación y compromiso con el club y con las guerreras han quedado patentes a lo largo de toda su gestión. Bajo su presidencia, la entidad ha consolidado un proyecto deportivo que combina ambición competitiva, estabilidad estructural y valores humanos. Batista no solo ha guiado al club en el plano institucional, sino que ha sido un impulsor de la cultura de trabajo, la cohesión del equipo y la proyección de las jugadoras más allá del terreno de juego, fomentando un ecosistema en el que las futbolistas se sienten respaldadas y motivadas para superar desafíos.

    El compromiso del presidente con el Costa Adeje Tenerife Egatesa y con sus guerreras se ha plasmado además en la narrativa documental de la entidad, disponible en Amazon Prime Video, donde se aprecia el rigor, la pasión y la cercanía de Batista con cada faceta del club. Desde la planificación estratégica hasta la gestión emocional del equipo, el documental refleja cómo su liderazgo ha sido un factor decisivo en la construcción de una identidad sólida, que combina competitividad, profesionalidad y arraigo social. No es un presidente al margen de la acción: es un referente presente, cercano y profundamente involucrado en cada victoria, cada dificultad y cada paso que da el equipo hacia sus objetivos.

    La elección del nuevo entrenador no será una mera decisión técnica, sino una prolongación de la visión de Batista: encontrar un perfil capaz de mantener la coherencia del proyecto, de inspirar a las jugadoras y de garantizar que el Costa Adeje Tenerife Egatesa continúe creciendo como un equipo competitivo y ejemplar dentro de la Liga F Moeve y en competiciones nacionales como la Copa de la Reina.

    El desafío es mayúsculo, y la responsabilidad recae en un presidente que ha demostrado, temporada tras temporada, que el compromiso con las guerreras va más allá de los resultados: es una cuestión de principios, de identidad y de legado.

    Con la experiencia acumulada en las últimas campañas, donde el equipo ha alcanzado su mejor rendimiento histórico y ha mostrado una capacidad extraordinaria para competir ante los grandes del fútbol femenino español, la elección del sustituto de Maestre será determinante.

    No solo por el reto inmediato de la eliminatoria frente al Sevilla, sino por la continuidad del proyecto que Batista ha cimentado desde su llegada: un proyecto basado en la solidez colectiva, la fiabilidad defensiva, la competitividad y la ambición sin estridencias.

    El Costa Adeje Tenerife Egatesa, bajo la mirada atenta y estratégica de Sergio Batista, se prepara para este nuevo capítulo con la misma determinación que ha caracterizado al club desde su ascenso a la élite. La pasión, el compromiso y la profesionalidad de su presidente serán, una vez más, los pilares que sostendrán a las guerreras en el camino hacia nuevos retos, dejando patente que en el Costa Adeje Tenerife Egatesa cada decisión se toma con corazón, visión y respeto por la historia y la identidad de la entidad.

  • Oficial | La Real Sociedad se asienta en los puestos europeos tras la decimocuarta jornada

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟧 El conjunto txuri-urdin venció por 3-0 al Deportivo Abanca para mantener la distancia en la tercera posición de Liga F Moeve. 

    La decimocuarta jornada de la Liga F Moeve no fue una más. No lo fue por el volumen de partidos, ni por la coincidencia de horarios, ni siquiera por los resultados en sí mismos, sino porque marcó el cierre competitivo antes del parón navideño y dejó una fotografía bastante nítida del momento emocional, futbolístico y clasificatorio de la competición. Un fin de semana completo, intenso, lleno de homenajes, goles anulados, decisiones arbitrales discutidas, MVPs determinantes y sensaciones contrapuestas entre equipos que miran hacia arriba con ambición europea y otros que resisten, sobreviven o se aferran a pequeños puntos de esperanza. Todo comenzó el sábado 13 de diciembre al mediodía, con dos encuentros simultáneos que ya anunciaban que la jornada no iba a conceder tregua.

    En el estadio Nuevo Los Cármenes, el Granada CF recibía al Real Madrid CF en un ambiente especial, cargado de emoción antes incluso de que rodara el balón. El club nazarí rindió homenaje a Andrea Romero y Marta Carrasco, dos nombres propios de su historia reciente, en un gesto que recordó que el fútbol femenino también se construye desde la memoria y el reconocimiento. Sobre el césped, el partido arrancó con intensidad y con un primer momento clave cuando la colegiada anuló un gol a Yoli Sierra por una falta previa de Postigo sobre la guardameta blanca, una acción que enfrió momentáneamente la ilusión local. A partir de ahí, el Real Madrid fue creciendo con paciencia y control hasta encontrar el primer golpe a la media hora de juego: Athenea del Castillo filtró un pase preciso al segundo palo y Pau Comendador, llegando desde atrás, abrió el marcador con determinación. El golpe fue duro para el Granada, pero aún más lo sería lo que estaba por venir antes del descanso. Alba Redondo, siempre en el lugar adecuado, aprovechó primero un envío medido de Sara Däbritz al punto de penalti para ampliar la ventaja y, apenas unos minutos después, recogió un rechace tras una acción defensiva para firmar su doblete y sentenciar prácticamente el choque antes del intermedio. La segunda mitad fue un ejercicio de resistencia por parte del conjunto nazarí, que se vino arriba empujado por su gente y llegó a rozar el gol con un disparo que se estrelló en el palo, mientras Iris Ashley estuvo cerca de ampliar la ventaja blanca, pero la guardameta local salvó el esférico sobre la línea. El 0-3 final dejó al Real Madrid asentado en la segunda plaza, confirmando su solidez antes del parón y reafirmando a Alba Redondo como una de las jugadoras más determinantes del campeonato.

    A la misma hora, en Buñol, el Levante UD y el RCD Espanyol protagonizaban un duelo de necesidades, de esos que pesan más en la clasificación de lo que parece a simple vista. Antes del inicio, el reconocimiento a Alharilla con el premio MARCA al mejor gol de la temporada pasada puso el acento en la memoria reciente, pero el partido pronto se encargó de devolver a ambos equipos al presente. Paula Arana lanzó el primer aviso con una volea espectacular que se estrelló en el palo antes de entrar, aunque la colegiada anuló la acción por una falta previa. El Levante respondió con una llegada de Érika González, también invalidada por fuera de juego, en un primer tramo de partido marcado por la intensidad y las interrupciones. Alharilla estuvo muy cerca de marcar antes del descanso, pero entre Júlia Guerra y el larguero evitaron el tanto. La segunda parte cambió el guion a los seis minutos, cuando una falta botada por Lucía Vallejo encontró la cabeza de Ángeles del Álamo, que sorprendió a Andrea Tarazona para marcar el único gol del encuentro. La delantera, MVP del partido, dedicó el tanto a Laura Martínez, lesionada del cruzado, en una imagen que recordó la dimensión humana del fútbol. El Levante lo intentó hasta el final, pero el Espanyol supo resistir y sumar tres puntos de oro que le permiten seguir alejándose del descenso.

    La tarde del sábado trajo consigo uno de los grandes focos mediáticos de la jornada: el derbi catalán entre el FC Badalona Women y el FC Barcelona, disputado en Palamós. El encuentro arrancó con un ritmo alto y con el Barça golpeando pronto, cuando un centro medido de Caroline Graham Hansen fue rematado de primeras por Ewa Pajor para abrir el marcador a los seis minutos. Lejos de venirse abajo, el Badalona reaccionó con personalidad y encontró el empate gracias a Lorena Navarro, que culminó una gran acción individual de Elena Julve para devolver las tablas al electrónico. El partido entró entonces en una fase de equilibrio hasta que, antes del descanso, apareció el talento diferencial. Mapi León filtró un balón que Claudia Pina convirtió en una obra de arte, inventándose un golazo directo a la escuadra que volvió a inclinar el partido del lado blaugrana. En la segunda mitad, el Barcelona terminó de imponer su superioridad. Aïcha Camara colgó un centro preciso y Carla Julià, exjugadora del Badalona, cabeceó con potencia para marcar el tercero y cumplir la ley del ex, en una acción que además le valió el MVP del encuentro. El cuarto tanto llegó en el minuto 76, obra de Vicky López, y ya en el añadido Esmee Brugts culminó la manita tras recibir un pase de Sydney Schertenleib. El 1-5 final dejó claro el dominio del Barça, pero también el orgullo de un Badalona que compitió con valentía durante buena parte del choque.

    A las 17:00 horas, el foco se trasladó al Sánchez-Pizjuán, donde el Sevilla FC recibía al Alhama CF ElPozo con el objetivo de seguir alargando su buena dinámica. El encuentro tuvo un componente emotivo con el homenaje a Eva Llamas por sus 100 partidos con la camiseta sevillista. Sobre el césped, el Sevilla golpeó primero a los veinte minutos tras una acción coral iniciada por un robo de Rosa Márquez, continuada por Inma Gabarro y culminada por Chantal Hagel con un zurdazo certero tras el pase atrás de Raquel Morcillo. El partido dio un giro pasada la media hora con la expulsión de Judith Caravaca por una entrada sobre Inma Gabarro, que acabaría siendo la MVP del choque. A pesar de la inferioridad numérica, el Alhama no se rindió y encontró el empate nada más arrancar la segunda mitad gracias a un gol de Yiyi. El Sevilla insistió, empujó y encontró su premio en el minuto 72, cuando un centro de Inma Gabarro fue rematado por Alba Cerrato para sellar una victoria que permite a las hispalenses marcharse al parón con seis partidos consecutivos sin perder, una racha que habla de estabilidad y crecimiento.

    La jornada sabatina se cerró en el estadio Fernando Torres con el duelo entre Madrid CFF y Athletic Club. El partido comenzó con una ocasión clara para las locales, un cabezazo de Malou Marcetto que obligó a Nanclares a firmar una intervención espectacular. Ángela Sosa también probó fortuna, pero la guardameta visitante volvió a responder. El Athletic fue creciendo con el paso de los minutos y antes del descanso Daniela Agote estrelló un disparo en el palo. Poco después, Elene Gurtubay se adelantó a la defensa madrileña y sorprendió a Paola Ulloa, que dudó en la salida, para abrir el marcador. Tras el descanso, el Madrid CFF intentó reaccionar, pero la expulsión de Esther Laborde pasada la hora de juego terminó de inclinar el partido. Con superioridad numérica, el Athletic se mostró cómodo y Daniela Agote, MVP del encuentro, sentenció con un golazo desde dentro del área que certificó una victoria trabajada y contundente.

    El domingo 14 de diciembre mantuvo el pulso competitivo desde primera hora. En Ipurua, la SD Eibar y el Atlético de Madrid firmaron uno de los partidos más vibrantes de la jornada. Antes del inicio, Eunate Astralaga recibió el reconocimiento de una peña como mejor jugadora de la temporada pasada, en un gesto que subrayó la conexión entre afición y futbolistas. El Atlético golpeó pronto con un gol de Synne Jensen tras una gran jugada individual, pero el Eibar reaccionó con rapidez y empató gracias a un cabezazo de Carla Andrés, MVP del choque, tras un centro de Sara Martín. Las armeras tenían claro su plan: esperar, resistir y salir rápido al contragolpe. Así llegó el segundo gol local, obra de Emma Moreno, cedida por el propio Atlético, culminando una transición perfecta. Las rojiblancas no lograron reaccionar antes del descanso, pero sí tras la reanudación, cuando una mano de Amaia Iribarren dentro del área fue castigada con penalti. Boe Risa transformó la pena máxima para poner el 2-2 definitivo. El tramo final fue una auténtica locura, con ocasiones en ambas áreas, pero el marcador no se movió y el reparto de puntos dejó sensaciones encontradas para ambos conjuntos.

    También a las 12:00 horas, la Real Sociedad recibía al Deportivo Abanca en Zubieta con la posibilidad de afianzarse en la zona alta. Antes del inicio, Lucía Rodríguez fue homenajeada con una camiseta conmemorativa por sus 100 partidos como txuri-urdin. La primera parte fue un asedio constante del conjunto donostiarra, que se topó una y otra vez con los postes y con una inspiradísima Inês Pereira bajo palos. El premio llegó nada más comenzar la segunda mitad, cuando Lucía Pardo, MVP del encuentro, empujó al fondo de la red un gran envío de Aiara Agirrezabala. A partir de ahí, la Real jugó con confianza y terminó de cerrar el partido con dos acciones de mucho talento. Andreia Jacinto puso un centro medido que Emma Ramírez remató de primeras para el 2-0, y Klára Cahynová aprovechó un balón suelto en el área para firmar el tercero. El 3-0 permitió a la Real Sociedad marcharse al parón en la tercera posición con 30 puntos, confirmando su candidatura a todo.

    En el Heliodoro Rodríguez López, el Costa Adeje Tenerife y el DUX Logroño cerraron la jornada con un duelo cargado de tensión y necesidad. El conjunto tinerfeño se adelantó pronto con un disparo de Natalia Ramos, MVP del partido, y tuvo ocasiones para ampliar la ventaja antes del descanso, con intentos de Sandra Castelló e Isina. Tras el paso por vestuarios, el DUX lo intentó, pidió un penalti por una acción sobre Sakina Diki que no fue concedido y terminó encontrando el empate a falta de trece minutos para el final, cuando Laura Martínez puso un centro que Paula Rubio convirtió en gol. El Tenerife aún tuvo la victoria en el tramo final con un disparo de Sakina Diki al palo y volvió a reclamar una pena máxima que tampoco llegó. El empate dejó al DUX sin conocer la victoria, pero con un punto de enorme valor emocional.

    Todos los encuentros de esta decimocuarta jornada pudieron seguirse a través de DAZN, con una cobertura que volvió a demostrar la consolidación audiovisual de la Liga F Moeve, mientras que el Real Sociedad–Deportivo Abanca contó además con emisión en Gol Play, TEN, EITB y TV Gallega, ampliando el alcance del fútbol femenino en abierto. Una jornada completa, intensa, cargada de relatos cruzados, que cerró el año competitivo dejando certezas, dudas y muchas historias abiertas. Porque en la Liga F Moeve, cada partido no es solo un resultado: es un capítulo más de una competición que sigue creciendo, partido a partido, emoción a emoción, como solo el fútbol femenino sabe hacerlo.

  • Oficial | Claudia Pina vestirá de azulgrana hasta 2029

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🚨 ¡Amplía su vínculo! La exjugadora del Sevilla Fútbol seguirá brillando en el Johan Cruyff durante cuatro temporadas más.

    El Fútbol Club Barcelona, líder indiscutible de la Liga F Moeve 2025-2026, ha anunciado oficialmente que alcanzó un acuerdo en firme con Claudia Pina Medina para renovar su contrato.

    La operación era una de las cuentas pendientes que se tenían en Cataluña dado que la internacional española en categoría absoluta quedaba libre a final de curso y ahora estará unida al campeón de la Supercopa de España hasta el próximo 30 de junio de 2029, como mínimo.

    La M.V.P. de la última gran final de la Copa de la Reina Iberdrola que las blaugranas levantaron en Huesca frente al Atlético de Madrid tiene 24 años de edad (12 de agosto de 2001) y ya desde que jugaba en categorías inferiores de “La Roja” a las órdenes de Toña Is ya apuntaba maneras, recordando su gran actuación en el Mundial de Uruguay en 2018.

    La de Moncada y Reixach fue cedida al Sevilla Fútbol Club en la temporada 2022-2023 y Nervión dio un salto de calidad muy notable al jugar 32 partidos oficiales, anotar 10 dianas y concediendo 7 asistencias a sus compañeras.

    En su retomo a la Ciudad Condal terminó de explotar y cuenta ya con 183 partidos vistiendo la azulgrana y habiendo marcado 96 goles hasta la fecha de esta publicación.

    Uno de los rasgos más destacados de Pina es su capacidad para jugar en varias posiciones de ataque. Puede actuar tanto en bandas como en la mediapunta, adaptándose a diferentes sistemas tácticos sin perder eficacia.

    Su inteligencia para leer los espacios y su movilidad constante la convierten en una amenaza constante para las defensas rivales.

    Claudia posee un dominio del balón exquisito, con regate y conducción que le permiten superar rivales en situaciones de uno contra uno. Su habilidad para recibir el balón en espacios reducidos y mantener la posesión es clave en la transición ofensiva del equipo. La calidad de su toque y su precisión en pases cortos y largos permiten conectar líneas y generar ocasiones de gol de manera fluida.

    Otra virtud fundamental de Pina es su capacidad para crear juego y generar peligro desde la mediapunta. Su visión periférica y rapidez mental le permiten detectar desmarques y anticipar movimientos, facilitando asistencias decisivas y combinaciones rápidas en el último tercio del campo. Es una jugadora que no solo interpreta el juego, sino que lo mejora con su creatividad.

    Aunque su rol puede ser creativo, Claudia también destaca por su instinto ofensivo. Posee una buena capacidad rematadora tanto con el pie como de cabeza, y su llegada desde segunda línea es una de sus armas más peligrosas.

    Esta combinación de creatividad y gol la hace indispensable en el entramado ofensivo del Barcelona.

    Más allá de lo técnico, Claudia Pina ha demostrado una mentalidad competitiva sobresaliente. Su capacidad para mantener la calma bajo presión, su determinación en partidos clave y su entrega en cada entrenamiento reflejan una profesionalidad que la sitúa como ejemplo dentro del vestuario.

    En definitiva, Claudia Pina no solo aporta goles y asistencias, sino también inteligencia táctica, versatilidad y liderazgo silencioso. Su proyección apunta a seguir siendo una referencia en la Liga F y en la Selección Española durante los próximos años, consolidando su nombre entre las grandes figuras del fútbol femenino.

    La nueve ha consolidado como una de las figuras más brillantes del fútbol femenino español y europeo. Su carrera, construida desde la cantera del F.C. Barcelona hasta la élite mundial, está salpicada de títulos colectivos y reconocimientos individuales que avalan su impacto dentro y fuera del campo.

    Desde su debut en el primer equipo del FC Barcelona Femení en 2018, Pina ha formado parte de una generación dorada que ha dominado tanto en España como en Europa. Con el Barcelona ha conquistado cinco Ligas F (2019‑20, 2021‑22, 2022‑23, 2023‑24 y 2024‑25), cuatro Copas de la Reina (2019‑20, 2021‑22, 2023‑24 y 2024‑25) y cinco Supercopas de España Femeninas (2019‑20, 2021‑22, 2022‑23, 2023‑24 y 2024‑25), además de dos UEFA Women’s Champions League (2022‑23 y 2023‑24), consolidando al club como potencia indiscutible del fútbol femenino europeo. Antes de brillar en el primer equipo, ya había logrado con el filial del Barça la Segunda División Española (Grupo III) en la temporada 2016‑2017.

    Con la selección española, Pina también ha dejado su huella: fue campeona del mundo sub‑17 en 2018 y logró un tercer puesto en 2016, subcampeona de la UEFA Women’s Under‑17 Championship en 2017, subcampeona del Mundial sub‑20 en 2018 y subcampeona de la Eurocopa femenina 2025 con la absoluta, mostrando un crecimiento constante en todas las categorías de la selección.

    Su talento individual ha sido reconocido con distinciones como la Golden Ball y la Silver Boot del Mundial sub‑17 de 2018, el premio a máxima goleadora de la UEFA Women’s Champions League 2024‑2025 y el Barça Players Award 2025, un reconocimiento otorgado por sus compañeras por su liderazgo y rendimiento.

    (Fuente: Liga F Moeve)

    De la década de los dos mil , Clàudia Pina ya posee un palmarés impresionante que combina títulos nacionales, europeos y logros internacionales con la selección, junto a galardones individuales que reflejan su calidad, polivalencia y proyección. Su carrera sigue en expansión, consolidándola como una de las grandes referentes del fútbol femenino moderno y prometiendo nuevas conquistas para los próximos años.

    La Player of the Month de la Liga F Moeve en el mes de noviembre firmó su nuevo contrato en las oficinas del Camp Nou presencia del presidente, Joan Laporta, el directivo responsable del femenino, Xavi Puig, y el director deportivo, Marc Vivés.

    La continuidad de la delantera catalana, que el curso pasado anotó 24 tantos y fue la máxima goleadora de la pasada Liga de Campeones con diez dianas, es crucial en el conjunto de Pere Romeu, que valora su polivalencia partiendo de la banda izquierda y que promete un futuro dorado ya que recientemente levantó su primer título absoluto con las campeonas del mundo en el Metropolitano al levantar la Liga de Naciones por 3-0 ante Alemania, con un doblete que fue histórico para las pupilas de Sonia Bermúdez.

    (Fuente: RFEF)
  • Reportaje | Marta Corredera, mito colchonero de la Liga Iberdrola

    (Fuente: Laliga)

    🟦 La lateral de Tarrasa fue clave en los éxitos rojiblancos cuando los focos aún no alumbraban la Primera División Femenina y conviene no olvidarse de ella.

    (Fuente: Laliga)

    Hay nombres que explican títulos. Y hay nombres que explican procesos, transformaciones, cambios de mentalidad. Marta Corredera pertenece a esa segunda categoría, mucho más difícil de medir y, por eso mismo, infinitamente más valiosa. Su paso por el Atlético de Madrid Femenino no puede resumirse en partidos jugados ni en trofeos levantados. Corredera fue estructura, fue cultura competitiva, fue ejemplo diario. Fue una de las futbolistas que ayudó a que el Atlético dejara de preguntarse si podía ganar y empezara a preguntarse cómo iba a hacerlo. Este reportaje no es una cronología fría: es una reivindicación. Una mirada larga, profunda y épica al legado de una futbolista imprescindible en la historia rojiblanca.

    Para entender la importancia de Marta Corredera hay que retroceder a un tiempo en el que el Atlético de Madrid Femenino todavía estaba construyéndose a sí mismo. No desde la precariedad, sino desde la ambición emergente. Era un equipo con talento, con energía, con identidad por definir. Un club que había decidido apostar, pero que necesitaba algo más que intención: necesitaba convicción.

    En ese escenario aparece Corredera. Y su llegada no fue una incorporación más. Fue una declaración de intenciones. El Atlético fichaba a una futbolista hecha, madura, internacional, campeona, acostumbrada a convivir con la exigencia diaria. Una jugadora que no venía a aprender qué era ganar, sino a enseñar cómo se gana.

    Corredera llegó cuando el proyecto todavía estaba escribiendo sus primeras páginas doradas. Y eso la convierte, inevitablemente, en jugadora fundacional de una era.

    Definir a Marta Corredera solo por su posición sería quedarse en la superficie. Lateral derecha, carrilera, interior, extremo ocasional. Todo eso fue. Pero, por encima de todo, fue una futbolista total, una de esas piezas que elevan al colectivo porque entienden el juego más allá de su zona.

    Corredera era táctica, disciplinada, agresiva cuando tocaba y serena cuando el partido pedía cabeza. Tenía recorrido, lectura defensiva y una capacidad notable para elegir bien en los momentos clave. Nunca fue una jugadora anárquica. Siempre fue funcional al equipo.

    En un Atlético que empezaba a construir su identidad sobre el orden, la intensidad y el compromiso colectivo, Corredera encajó como si hubiera nacido para vestir de rojiblanco.

    Los grandes equipos no se construyen solo con genialidades. Se construyen con fiabilidad. Con futbolistas que garantizan un nivel alto partido tras partido. Corredera fue exactamente eso para el Atlético.

    Su banda era territorio seguro. No regalaba ventajas. No se desconectaba. Y cuando el equipo necesitaba empuje, lo daba. Cuando tocaba cerrar filas, estaba. Esa regularidad fue una de las bases sobre las que el Atlético empezó a competir de tú a tú con cualquiera.

    Corredera no necesitaba firmar portadas para ser decisiva. Su importancia estaba en el día a día, en la constancia, en el trabajo silencioso que sostiene a los proyectos ganadores.

    No todas las líderes llevan brazalete. Algunas lideran desde el ejemplo. Marta Corredera fue una de ellas. Su liderazgo no era estridente, pero sí profundo. Se notaba en los entrenamientos, en la manera de competir, en la exigencia consigo misma y con el entorno.

    Para las futbolistas más jóvenes, Corredera fue una referencia. Una demostración de lo que significa ser profesional de alto nivel. De cómo se entrena. De cómo se compite incluso cuando el cuerpo no acompaña. De cómo se respeta el escudo cada día.

    Ese tipo de liderazgo no se ve en las estadísticas, pero se queda en los vestuarios para siempre.

    Atlético de Madrid Femenino empezó a ganar títulos. Y ganar cambia todo. Cambia la percepción externa y, sobre todo, cambia la percepción interna. Defender un título es más difícil que conquistarlo. Y ahí, futbolistas como Corredera fueron fundamentales.

    Porque ganar exige algo más que talento. Exige carácter. Exige resistencia emocional. Exige saber gestionar la presión. Corredera ya había estado ahí. Ya sabía lo que significaba competir con la obligación de vencer. Y trasladó esa experiencia al grupo.

    El Atlético dejó de sentirse invitado en la élite y empezó a instalarse en ella. Y ese salto no se entiende sin la aportación de futbolistas que sabían cómo convivir con la exigencia permanente.

    La Champions fue el escenario donde el Atlético se midió a sí mismo. Donde descubrió qué le faltaba y qué ya tenía. Y Corredera fue una de las futbolistas que mejor representó esa madurez competitiva.

    En Europa, cada error pesa más. Cada desajuste se paga. Y Corredera aportó equilibrio, lectura y experiencia. No se aceleraba. No se escondía. Entendía el ritmo del partido y ayudaba al equipo a mantenerse con vida en contextos hostiles.

    Europa no perdona la ingenuidad. Corredera nunca fue ingenua y eso lo sabemos los que seguimos el fútbol femenino desde antes de que se considerase profesional a la lleva de Beatriz Álvarez a la presidencia de la patronal.

    Con el paso del tiempo, la figura de Marta Corredera se agranda. Porque la historia se entiende mejor con distancia. Porque se valora más lo que fue esencial. Corredera fue una de las futbolistas que cambió el destino competitivo del Atlético de Madrid Femenino.

    No fue una jugadora de transición. Fue una jugadora estructural. Parte de un núcleo que convirtió al Atlético en campeón. Que enseñó al equipo a resistir, a competir, a creer.
    Hoy el Atlético de Madrid Femenino es un club respetado, temido y reconocido. Pero nada de eso nació de la nada. Se construyó. Partido a partido. Entrenamiento a entrenamiento. Con futbolistas como Marta Corredera.

    Recordarla no es nostalgia. Es memoria histórica. Es entender que el ADN campeón del Atlético se forjó con esfuerzo, con compromiso y con futbolistas que entendieron el escudo antes incluso de que el escudo supiera lo grande que podía llegar a ser.

    Marta Corredera no solo pasó por el Atlético de Madrid y ayudó a definirlo.

    La exjugadora del Barcelona pasó de forjar el carácter rojiblanco a sobrevivir a una salida injusta en el Real Madrid; de la banda al micrófono de RTVE, su voz ahora añade memoria y verdad al relato del fútbol femenino.

    Hay trayectorias que solo se comprenden si se cuentan sin cortes: lo que se hizo, lo que se sufrió y lo que se convierte en enseñanza. Marta Corredera es una de esas trayectorias. Fue pieza clave en la construcción del Atlético de Madrid femenino; siguió demostrando su jerarquía en el Levante; vivió una despedida del Real Madrid que muchos juzgaron fría y poco digna para quien tanto había dado al fútbol español; y hoy transforma esa experiencia en autoridad periodística desde RTVE. Este reportaje es una defensa apasionada: sí, Marta fue jugadora; sí, sufrió; y hoy, más que nunca, merece reconocimiento —por lo que hizo en el campo, por cómo respondió a la adversidad y por la nueva dimensión pública que ejerce con honestidad y conocimiento de causa.

    El traslado al Levante U.D. no fue un paso hacia atrás: fue otro capítulo de validación. En un club con otra idiosincrasia, con retos diferentes, Marta demostró que su fútbol no dependía del nombre en la camiseta sino de sus principios profesionales. Allí volvió a ser referente, a poner orden y a aplicar la experiencia adquirida. Jugadoras como ella no solo suman rendimiento, también elevan los estándares del día a día: imponen rutinas, transmiten hábitos, contagian profesionalidad. Son piezas que endurecen el grupo sin renunciar a la sensibilidad del juego.

    Y después llegó el Real Madrid, una etapa que terminó siendo, para ella, dolorosa. Su salida del club blanco fue gestionada con frialdad, con matices de incomprensión y, para muchos, con falta de la gratitud que su carrera merecía. No hablamos aquí de estadísticas; hablamos de trato humano. Cuando una jugadora que dio tanto al fútbol español se marcha entre sombras administrativas o sin el reconocimiento público acorde a su trayectoria, no es un simple movimiento de mercado: es una noticia que revela carencias del fútbol respecto a sus protagonistas. En este punto debemos posicionarnos. Apoyo incondicional a la futbolista que sufrió una despedida que no estuvo a la altura de su carrera. Defender a Marta en este episodio no es tomar partido gratuitamente; es recordar que el fútbol —y quienes lo dirigen— tiene la obligación moral de cuidar la memoria de quienes lo construyen.

    (Fuente: Real Madrid)

    Esa mala salida pudo ser un punto final devastador. Para muchas habría significado silencio y retirada dolorosa; para Marta fue combustible para insistir en su dignidad. Porque la grandeza se mide también por la respuesta a la injusticia porque en Valdebebas no la supieron valorar tras su embarazo.

    Marta Corredera ha querido alzar la voz para contar su historia de como pasó el tiempo en el Real Madrid mientras estaba embarazada. La que fuera lateral del equipo blanco cuenta en El Periódico cómo vivió su maternidad, además de hablar del abandono que sintió por parte del club. La catalana anunció su embarazo en enero de 2022 y, después de un parto complicado con cesárea, Marta Corredera no pudo volver a jugar y se despidió del equipo blanco el 30 de junio de 2023. «Contar mi historia ha sido difícil. He pensado mucho en si debería hacerlo o no, pero creo que todas las mujeres se merecen ser cuidadas y respetadas», escribió en su twitter. Corredera tuvo un embarazo complicado (vómitos, náuseas y mareos, cogió la baja médica) y después sufrió también las secuelas de la cesárea. «Por parte del club yo no tuve ningún tipo de ayuda en ese sentido. A mí en ningún momento me llamaron para preguntarme cómo estaba o si necesitaba algo en cuanto a condición física», comenzó diciendo.

    ‘ Dejé de jugar porque obviamente la doctora me dijo que no tenía ningún sentido correr riesgos. En enero (2022) vuelvo a Madrid (se marchó a Barcelona con su familia en diciembre de 2021) a contárselo a Ana Rossell (directora de la sección femenina). Me entran muchas dudas, porque es un momento de vértigo. Hablé con el club, me volví para acá y cogí la baja médica. No se ponen medidas específicas sobre la mesa para mi caso. Me llaman del club, no me llama ni Ana Rossell ni el responsable del femenino, no sé si era del departamento de integridad. Me propusieron que, como yo no podía ejercer mi actividad laboral normal, debía ir a ayudar a los equipos femeninos por las tardes a Valdebebas a no sé a qué, estar allí desde las 19 horas de la tarde hasta las 21 h de la noche, para cumplir mi contrato. Yo en ese momento me quedé en shock porque mi contrato es de jugadora profesional y yo entiendo que para esta casuística tiene que haber un protocolo o algo que me ampare, ¿no? Que me proteja. Lo último que necesitaba en ese momento es que se me apartase del equipo y se me mandase con la cantera, porque yo creo que no es ni lógico ni ético», desveló. Y no solo por parte del club, sino incluso de algunas de sus compañeras que le dieron la espalda en estos duros momentos. «Estaba en el grupo del equipo y pongo que ya había nacido mi hija. Les mandé una foto. Por ahí recibo felicitaciones de la mayoría de la plantilla, pero no de todas. Hay gente que decidió no felicitarme. A partir de ahí yo me siento muy abandonada porque no dejo de ser una jugadora de la plantilla, que es verdad que estoy de baja por maternidad, pero que en teoría en algún momento de un futuro próximo me tenía que reincorporar a la actividad. Desde el momento que yo doy a luz me siento muy abandonada porque no tengo ningún tipo de contacto con el club, ni con los fisios, ni con el preparador, ni con un médico. Para mí mentalmente no fue nada fácil. Yo sabía que las deportistas éramos cromos, pero estamos hablando de una situación que antes de la de la futbolista va a la persona. Y en ese momento la Marta persona se sintió muy abandonada. Es verdad que yo estoy en Barcelona y estoy de baja, pero eso no significa que se tengan que olvidar de mí o que no me puedan ayudar», finalizó Marta.

    Su paso al periodismo deportivo, y muy especialmente su trabajo en RTVE, debe leerse en clave de reparación y de valor añadido. En un país donde el discurso sobre el fútbol femenino a menudo ha sido superficial o paternalista, la presencia de alguien que ha vivido vestuarios, competiciones internacionales, presión por títulos y la amargura de una salida mal resuelta es un activo incalculable. Marta aporta empatía, contexto y una mirada que no se limita a describir jugadas: contextualiza decisiones tácticas, entiende los matices de los estados anímicos en los vestuarios y rescata la humanidad detrás del rendimiento. En RTVE no es solo comentarista; es puente entre lo que se ve en la tele y lo que realmente ocurre detrás de la camiseta.

    Su labor en antena equivale a pedagogía. Habla a quien disfruta del fútbol y a quien lo analiza desde la distancia; traduce complejidades tácticas con palabras accesibles sin renunciar al rigor; reivindica la voz de las futbolistas con el peso de quien también fue protagonista; y aporta memoria en un medio masivo: recuerda procesos, visibiliza deudas históricas y obliga a la audiencia a entender que el fútbol femenino no es una moda, sino una realidad que tiene raíces y protagonistas concretos.

    Todo ello, además, lo hace con honestidad: no busca réditos personales sino explicar el juego y, cuando toca, denunciar o apoyar con argumentos.

    Apoyar a Corredera en la narrativa pública no significa idealizarla. Significa reconocer que su trayectoria merece defensa porque reúne talento, entrega y la dignidad de quien afrontó una salida mal gestionada con elegancia y con firmeza. Significa poner en valor su papel como transmisora de conocimiento y memoria en RTVE, una función que beneficia al deporte y a la sociedad que lo consume. Marta hoy es testigo y maestra; su micrófono permite que las historias mal contadas vuelvan a tener voz propia.

    La huella que dejó en el Atlético es indeleble. Fue pieza activa en la configuración de una mentalidad ganadora: no la de los fuegos de artificio, sino la del trabajo cotidiano, la del sacrificio colectivo que acaba derivando en títulos y en respeto. Esa huella se combina con la experiencia en Levante y con la amarga lección del Real Madrid para ofrecer un retrato completo de una futbolista que se forjó en el terreno y que, tras el golpe, eligió también iluminarlo desde la comunicación.

    Decir que Marta Corredera es importante para la historia del fútbol femenino español no es retórica: es realidad. Fue parte de procesos de consolidación, acompañó generaciones, ordenó dinámicas y hoy, desde RTVE, explica por qué esos procesos importan. Su voz reivindica a quienes construyen lejos de los focos y exige mejores maneras de despedir a los que dieron tanto. Es la voz que recuerda que la dignidad profesional no caduca con una cláusula contractual ni se borra con el cambio de una camiseta.

    En el balance final, su relato completo —la formación de carácter en el Atlético, la confirmación en el Levante, la herida abierta en el Real Madrid y la consagración comunicativa en RTVE— constituye una lección: que las carreras tienen capítulos dulces y amargos, y que la medida de una jugadora también está en cómo traduce esas experiencias para el bien común. Marta Corredera eligió no callar ni esconderse; eligió hablar, enseñar y sostener la memoria del fútbol femenino. Por eso su figura merece más que un recuerdo efímero: merece defensa, reconocimiento y, sobre todo, escucha.

    Corredera no dejó que la narrativa dominante la redujera. Al contrario: transformó la experiencia en aprendizaje, y a ese aprendizaje le añadió una nueva faceta pública: la de analista y comentarista en RTVE.

    palmarés de Marta Corredera refleja mucho más que títulos; es un testimonio de consistencia, profesionalidad y liderazgo a lo largo de toda su carrera. Con el Atlético de Madrid Femenino se convirtió en pieza clave para la conquista de la Liga española en varias temporadas, además de participar de manera destacada en competiciones europeas, dejando su sello en el crecimiento y la consolidación del equipo. Posteriormente, en el Levante UD, aportó su experiencia y liderazgo, contribuyendo al nivel competitivo de un equipo emergente en la primera división y demostrando que su valor no dependía del nombre de la camiseta. Su etapa en el Real Madrid Femenino, aunque breve, estuvo marcada por la profesionalidad y entrega, dejando constancia de su compromiso incluso en un contexto complejo. A nivel internacional, Corredera se consolidó como referente polivalente de la selección española absoluta, participando en torneos europeos y mundiales y sumando experiencia que reforzó su autoridad dentro y fuera del campo. En conjunto, su trayectoria demuestra que su legado no se mide solo en trofeos, sino en ejemplo, constancia y liderazgo dentro del fútbol femenino español.

    Palmarés |


    El palmarés de Marta Corredera es impresionante, destacando seis Ligas españolas, cinco Copas de la Reina y una Copa de la Liga con clubes como el FC Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid, además de logros con la selección española (Cyprus Women’s Cup, Algarve Cup), consolidándose como un referente del fútbol femenino con una carrera llena de títulos nacionales e internacionales.

    Con Clubes (España):
    Liga F / Primera División: 6 veces campeona (principalmente con Barcelona y Atlético de Madrid).
    Copa de la Reina: 5 veces campeona (con Barcelona y Atlético de Madrid).
    Copa de la Liga: 1 vez campeona.
    Con la Selección Española:
    Cyprus Women’s Cup: 1 título (2018).
    Algarve Cup: 1 título (2017).
    Participación en Mundiales (Canadá 2015, Francia 2019) y Eurocopas.
    Reconocimientos Individuales:
    Premiada como mejor deportista del año en Tarrasa, su ciudad natal.
    Ha sido un pilar en la selección y en los grandes clubes españoles como el Barcelona (donde pasó 5 temporadas).

    En resumen, Marta Corredera acumuló un palmarés envidiable, siendo una de las pioneras y jugadoras más laureadas del fútbol femenino español y europeo.

    (Fuente: Liga Iberdrola)

  • La crónica | El Atlético sigue sumando, esta vez en Ipurúa

    (Fuente: Liga F Moeve)

    🟦El cuadro armero logró empatar (2-2) ante el Atlético de Madrid en el estadio de Ipurua. Synne Jensen adelantó a las visitantes, pero Carla Andrés, que fue la MVP del choque, y Emma Moreno, le dieron la vuelta al marcador. En la segunda parte, Vilde Bøe Risa, desde el punto de penalti, terminó colocando las tablas finales.

    La previa |

    #LigaFMoeve | #EibarAtleti

    (Fuente: Getty imágenes)

    Hay estadios que no se explican con metros cuadrados ni con aforo. Ipurua es uno de ellos. Un campo que aprieta, que encoge el tiempo y que exige respuestas inmediatas. Allí llega la SD Eibar con la confianza que otorga el trabajo bien hecho: ocho puntos de colchón sobre el descenso y la sensación de equipo que compite cada jornada con una idea clara y un compromiso innegociable.
    El triunfo en Las Gaunas ante el DUX Logroño (0-1) no fue solo un resultado; fue una declaración de intenciones. Ganar fuera, sufrir cuando toca y sostenerse desde el bloque. Un partido marcado, además, por las ausencias de Patri Ojeda, golpeada por la pérdida de su hermana, y Garazi Facila, dos nombres propios que hoy vuelven a sobrevolar la previa desde el respeto y la emoción. El Eibar juega también por ellas.

    Enfrente, un Atlético de Madrid que llega con 25 puntos, a solo dos de los puestos europeos, pero con una mochila cargada de interrogantes. El empate ante el Bayern de Múnich (2-2) en la Champions fue una noche de carácter y jerarquía continental, una demostración de que este equipo sabe competir en escenarios mayores. Sin embargo, la Liga se le resiste: tres partidos consecutivos sin ganar han encendido las alarmas y han puesto el foco en la necesidad de reencontrar continuidad y eficacia.
    Las bajas pesan. Ana Vitória, Gio Queiroz y Sheila Guijarro no estarán en Ipurua, y eso obliga a reajustes, a asumir responsabilidades nuevas y a mirar el partido desde la madurez colectiva. Porque el Atlético, cuando no puede ganar desde el brillo, debe hacerlo desde el oficio.
    El partido se anuncia como un choque de voluntades. El Eibar, fiel a su libreto, buscará minimizar errores, cerrar espacios y convertir cada transición en una amenaza real. Equipo corto, solidario, con la convicción de que cada duelo cuenta. En casa, además, el primer golpe siempre pesa el doble.
    El Atlético, por su parte, necesita ritmo, precisión y profundidad. Encontrar ventajas entre líneas, sostener la posesión con sentido y no desesperar si el gol no llega pronto. Ipurua castiga la impaciencia. Aquí, cada pérdida se paga y cada balón dividido es una final.

    Los números cuentan historias, pero también advierten. Ocho enfrentamientos entre ambos equipos con un balance favorable a las colchoneras: seis victorias y dos empates.
    Sin embargo, el pasado reciente deja una señal clara: la temporada pasada, el Eibar fue capaz de sacar un punto (1-1) en Alcalá, rompiendo pronósticos y recordando que este duelo ya no se juega desde la jerarquía, sino desde la igualdad competitiva.


    Hoy, en Ipurua, ese precedente cobra más valor que nunca.
    Para el Eibar, ganar sería consolidar la tranquilidad y mirar la temporada con ambición serena. Para el Atlético, vencer es casi una necesidad emocional: cortar la racha, reafirmar el camino y volver a creer desde la Liga. Dos objetivos distintos, una misma urgencia: competir.
    El mediodía dictará sentencia. El césped, frío y exigente, pondrá a prueba piernas y cabezas. Y el público, cercano y entregado, empujará como solo sabe hacerlo Ipurúa.
    Porque hay partidos que no se ganan solo con fútbol. Se ganan con alma, con paciencia y con la convicción de que cada minuto importa. Ipurua no perdona a quien duda, pero recompensa a quien cree.

    El Eibar defenderá su casa como quien defiende su historia reciente. El Atlético saldrá a buscarse a sí mismo, a recordar quién es y por qué pelea.
    A las doce, el balón echará a rodar. Y entonces, como siempre, hablará el fútbol. El de verdad. El que no entiende de excusas. El que, en días como este, se escribe con letras épicas.

    🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀

    🏆 Liga F Moeve 2025-2026

    🔥 Sociedad Deportiva Eibar 🆚 Atlético de Madrid 🔥

    ♥️ Jornada catorce

    🗓️ Domingo, 14 de diciembre de 2025

    ⏰ 12:00 horario peninsular

    📺 DAZN 1 (Dial 70 de Movistar Plus)

    🏟️ Estadio Municipal de Ipurúa

    Los onces |

    Once de la S.D. Eibar:

    Astralaga

    Garazi

    Carla (C)

    Iribarren

    L. Camino

    A. Belem

    Carmen Á.

    Adela

    Sara M.

    Mireia

    Emma Moreno

    Once del Atlético de Madrid:

    Larqué

    Xènia

    Menayo (C)

    Rosa Otermín

    Silvia Lloris

    Bøe Risa

    Gaby García

    Jensen

    J. Bartel

    Luany

    Celia

    El duelo al detalle |

    (Fuente: “El Partido de Manu”€

    El elenco de Víctor Martín igualó (2-2) ante un Eibar muy combativo y se mantiene en la cuarta plaza liguera.

    Un empate que no cura heridas, que no acerca sueños y que deja al Atlético de Madrid Femenino mirando más al retrovisor que al horizonte. Un punto que sabe a poco, que pesa demasiado y que confirma que la Liga F Moeve no espera a nadie, ni siquiera a un tricampeón que vive atrapado entre el desgaste europeo y la exigencia doméstica.

    El encuentro comenzó con buenas sensaciones para el equipo rojiblanco, agitado desde el banquillo por un Víctor Martín que entendió que el esfuerzo del miércoles exigía retoques, piernas frescas y una vuelta de tuerca al plan. Medina, Lauren y Fiamma aguardaban su momento desde el banquillo. Celia Gómez, por su parte, asumía galones y debutaba como titular ante la ausencia de Amaiur Sarriegi, en una apuesta valiente y necesaria.

    El contexto no permitía errores. El Atlético llegaba a Ipurua tras dos jornadas sin ganar, relegado a una cuarta posición incómoda, con el Barcelona ya escapado a 14 puntos, el Real Madrid segundo a siete tras cumplir el sábado, y una Real Sociedad sólida, tercera, dos puntos por encima. Ganar no era solo una opción: era una obligación competitiva.

    Y el Atlético respondió desde el inicio. Con personalidad, con ritmo y con ese punto de colmillo que tantas veces ha definido su identidad. Apenas habían pasado diez minutos cuando llegó el golpe. Boe Risa filtró un pase en profundidad de los que rompen líneas y abren partidos. Jensen atacó el espacio, armó el disparo y el balón, caprichoso, se coló entre las piernas de la guardameta local para abrir la lata con el 01 en el minuto 10 de juego.

    Pero Ipurua no es un estadio dócil. Y el Eibar tampoco es un equipo resignado. Todo lo contrario. El gol no hundió a las armeras, las empoderó. Cuatro minutos después, en una acción a balón parado, Carla apareció libre de marca para igualar el encuentro. Un desajuste defensivo, una milésima de duda, y el 11 devolvía el partido al punto de partida cuando al Atlético aún no le había dado tiempo a paladear su ventaja.

    Y lo peor estaba por llegar. Porque el fútbol, cuando quiere ser cruel, elige nombres propios. Emma Moreno, vieja conocida, delantera cedida por Lola Romero al conjunto vasco, castigó a su club de origen. Un contragolpe bien ejecutado, una transición rápida, y un disparo certero que batió a Larqué en el minuto 20, era el 21 en el que Emma pidió perdón por marcar al equipo de su corazón. El Atlético encajó el golpe y no se tumbó en la lona.

    A partir de ahí, el partido se convirtió en una lucha constante contra el reloj, contra la ansiedad y contra la falta de puntería. Intensidad no faltó. Ni orgullo. Gaby García rozó el larguero en el 24’, y ya en el descuento de la primera mitad, Carla evitó sobre la línea el gol de Celia Gómez, que había olido su estreno soñado como titular. Las ocasiones se acumulaban, pero el acierto no llegaba a transformarse en la igualada, había nervios en el bando rojiblanco.

    El descanso llegó como un respiro necesario, pero también como una amenaza silenciosa. En ese momento, la desventaja condenaba provisionalmente al Atlético a la quinta posición, con el Tenerife ganando por 0-1 en Riazor y el margen de error reducido a la mínima expresión.

    En la segunda mitad, las rojiblancas empezaron mejor, y en el minuto 55, un centro desde la banda de Andrea Medina lo terminó tocando Amaia Iribarren con la mano dentro del área, Tras la revisión en el Football Video Support, la colegiada terminó concediendo la pena máxima.

    Vllde Bøe Risa asumió la responsabilidad. La dorsal número 6 que ya había sido decisiva en Europa entre semana. No tembló. Empate y 22 en el tanteador con más de media hora por delante y el partido estaba abierto de nuevo.

    Jensen estuvo a punto de firmar su doblete en lo que sería su última acción del encuentro. Su disparo se marchó rozando el palo, como si el destino se negara a concederle el premio. Poco después dejó su lugar a Ana Vitoria.

    Andrea Medina pudo completar la remontada, pero su remate con la zurda se perdió fuera. Fiamma Benítez lo intentaba en campo rival, mientras que, Alexia Fernández se animaba con velocidad por banda. Ya en los últimos minutos, el Atlético de Madrid pidió un posible penalti, que la colegiada no concedió. También el Eibar, pero la árbitra tampoco lo pitó. Las armeras, que pudieron ganar con un remate de Opa Clement, que la delantera no llegó a cazar.

    El Atlético lo intentó, pero no terminó de generar el caudal ofensivo necesario para romper el empate. El empuje fue más emocional que estructural. Más voluntad que claridad, pero la Sociedad Deportiva Eibar resistió hasta el término del compromiso.

    El pitido final dejó una sensación amarga. Un empate que no sirve de mucho. El Tenerife acabó empatando en Riazor y el Atlético se mantiene cuarto, con 26 puntos, viendo cómo la cabeza se aleja y cómo la exigencia no afloja.

    Pero el calendario no concede treguas. Próxima estación: Lyon. Europa vuelve a llamar, con más de pie y medio en la siguiente ronda, y después llegará el momento de pensar en la Copa de la Reina, con viaje a Murcia para medirse al Alhama ElPozo.

    Ipurúa fue un aviso y un recordatorio de que la grandeza no se hereda, se defiende cada fin de semana.

    Y de que este Atlético, herido pero vivo, aún tiene capítulos por escribir que pueden agrandar la leyenda de un equipo que todavía no ha dicho su última palabra y seguirá derrochando coraje y corazón.

    📋 Ficha técnica |

    SD Eibar: Eunate Astralaga; Garazi Fácila, Carla Andrés, Alimata Bélem, Mireia Masegur, Laura Camino; Emma Moreno (min 88. Iara), Adela Rico, Amaia Iribarren (min 73. Arene Altonaga), Sara Martín (min 96. Pachu); Carmen Álvarez (min 88. Opah Clement)

    Atletico de Madrid: Patricia Larqué; Rosa Otermín (min 46. Andrea Medina), Carmen Menayo (min 46. Lauren), Silvia Lloris, Xénia Pérez (min 46. Alexia Fernández); Vilde Bøe Risa, Gabriela García (min 46. Fiamma Benítez); Celia Gómez, Júlia Bartel, Lunay; Synne Jensen (min 83. Ana Vitória)

    Árbitra: Beatriz Cuesta Arribas que amonestó con tarjeta amarilla a Silvia Lloris (min. 28), Gabriela García (min. 38), Amaia Iribarren (min. 58), Luany (min. 72), Laura Camino (min. 74) y Opah Clement (min. 92)

    Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de la Liga F Moeve 2025-2026 que han jugado la Sociedad Deportiva Eibar y el Atlético de Madrid sobre una superficie de hierba natural.

    Goles :

    0-1 Jensen 10’ ⚽️

    1-1 Carla Andrés 14’ ⚽️

    2-1 Emma Moreno 20’ ⚽️

    2-2 Vilde Bøe Risa (P.) 59’ ⚽️

    Vídeo |

    https://youtu.be/DnRMkc647To?si=Hg9BtyNSdKN7vmtE