
▶️ El conjunto madrileño venció por 1-0 a la Real Sociedad para recuperar la segunda posición de Liga F Moeve. Un gol de Ainhoa Moraza en propia puerta decidió el encuentro. Paula Fernández fue la MVP del duelo.
La previa |

El sábado 6 de diciembre, a las 19:00 horario peninsular, el Estadio Alfredo Di Stéfano se convertirá en el epicentro absoluto de la Liga F Moeve con el duelo entre el Real Madrid y la Real Sociedad, un partido que podrá seguirse en DAZN y Movistar+ y que se presenta como la gran cita del fin de semana.
El choque que cierra la jornada sabatina y que enfrenta al segundo contra el tercero del campeonato. Una de esas noches en las que el fútbol femenino español se siente grande, vibrante y decisivo. Después de doce jornadas, la Real Sociedad se ha ganado el derecho a ocupar el foco de la competición. Suma 27 puntos, está asentada en una meritoria segunda plaza a solo seis del liderato y luce un colchón de tres unidades respecto al cuarto clasificado. Ha perdido un solo encuentro y ha sido capaz de tumbar al, hasta entonces inexpugnable, FC Barcelona, en una exhibición que cambió por completo la percepción del equipo. La llegada del técnico madrileño Arturo Ruiz, la consolidación de jóvenes talentos y la irrupción goleadora de Edna Imade han impulsado un proyecto que amenaza con convertirse en uno de los más recordados de la historia reciente del club.
La mano del entrenador es evidente: la Real es más agresiva, más vertical y más decidida a ir siempre a por el gol. Sus seis incorporaciones veraniegas se han integrado con naturalidad, y la apuesta por la cantera no es un detalle menor, sino un rasgo estructural: Aiara Agirrezabala se ha asentado en el lateral izquierdo y Julia Arrula se ha adueñado de la portería, ambas convertidas en pilares, ambas ejemplos de una idea basada en el colectivo como fuerza fundacional del proyecto. La Real Sociedad es un equipo duro, competitivo y casi imbatible. En doce jornadas solo cayó ante el Costa Adeje Tenerife (1-2) y desde entonces encadena seis partidos sin perder, con cuatro victorias y dos empates. Es el cuarto equipo menos goleado del torneo, con 11 tantos encajados, y Arrula suma ya cinco porterías a cero. Lejos de casa se ha mostrado incluso más letal: 14 puntos como visitante, invictas, con cuatro victorias y dos empates. Y, además, con una virtud emocional que habla de carácter: los goles en el añadido ante el DUX Logroño (0-1) y el Athletic Club (1-1) confirman que este equipo cree hasta el último segundo,
Y ahora llega el desafío más exigente: visitar Valdebebas para un Real Madrid CF – Real Sociedad que, año tras año, garantiza espectáculo. Ambos equipos están inmersos en una pugna feroz por los puestos de Champions Femenina, una batalla que comparten con el Atlético de Madrid y el Tenerife. La historia dice que estos duelos suelen caer del lado blanco: 11 victorias del Real Madrid, un empate y tres triunfos donostiarras en sus 15 enfrentamientos en Primera División.
Pero la Real que llega a este partido no se parece en nada a las anteriores, y la sensación general es la de una cita abierta, equilibrada y trascendental. El Real Madrid aterriza en esta jornada tras vencer por 3-0 a la SD Eibar, en un encuentro en el que no pudieron estar Frohms, Antonia Silva, Sara Däbritz, Sandie Toletti, Tere Abelleira —que continúa recuperándose del cruzado—, Alba Redondo y Bruun, quien podría ser la gran novedad en la convocatoria. El conjunto blanco, pese a las bajas, sigue siendo un competidor temible, especialmente en su estadio, donde se ha acostumbrado a convertir las noches complicadas en testamentos de poder emocional y futbolístico. Antes del encuentro se rendirá un homenaje a las campeonas de la Nations League, un acto que añadirá emoción y simbolismo a una tarde que ya de por sí se anticipa intensa. Sobre el césped se cruzarán figuras llamadas a marcar el devenir de la liga: bajo palos, Misa Rodríguez y Julia Arrula, dos porteras en planos diferentes pero unidas por la determinación y la categoría; en el centro del campo, el duelo técnico y cerebral entre Sandie Toletti y Andreia Jacinto, equilibristas del fútbol moderno, generadoras de ritmo y sentido; y arriba, dos depredadoras del área: Alba Redondo, oportunismo puro, Pichichi implacable, y Edna Imade, la máxima realizadora de la Real Sociedad y tercera de la Liga F Moeve, autora de ocho goles en nueve partidos pese a haberse perdido las dos primeras jornadas por lesión. Su impacto ha sido tan grande que fue elegida Player of the Month en octubre y llegó a la Selección Española, con la que conquistó la Nations League ante Alemania en el Metropolitano luciendo el dorsal 12 en la espalda. El partido tiene el peso de una final anticipada. Ambos equipos están separados por solo un punto, y una victoria en Valdebebas puede alterar el equilibrio de la zona noble del campeonato. Ganar significa golpear directo hacia Europa; perder, complicarse la vida; empatar, dejar abiertas demasiadas incógnitas en un torneo donde no se puede fallar. Todo ello en un escenario, el Di Stéfano, que parece llamado a escenificar uno de los grandes capítulos de la temporada.
Por historia, por contexto, por clasificación, por narrativa y por nivel individual y colectivo, este Real Madrid CF – Real Sociedad no es solo un partido: es una cita imprescindible. Un choque de altos vuelos entre dos proyectos ambiciosos que representan el presente y el futuro de la Liga F Moeve.
Un partido que no se explica: se vive. El sábado a las 19:00h, en DAZN y Movistar+, Valdebebas será el escenario de un pulso que nadie debería perderse. Porque hay partidos que definen jornadas, otros que definen temporadas… y después están los que definen destinos. Este es uno de ellos.
Los onces |
El duelo al detalle |

🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀
🏆 Liga F Moeve
🤍 Temporada 2025-2026
🩵 Matchday 13 | Día de partido
🔥 Real Madrid C.F. 🆚 Real Sociedad de Fútbol 🔥
📅 Sábado, 6 de diciembre de 2025
⏰ 19:00 horario peninsular
📺 DAZN 2 | Partido en abierto en la aplicación sin registro
🏟️ Estadio Alfredo Di Stéfano, Valdebebas
#LigaFMoeve| #RealMadridRealSociedad
Había tardes en el calendario que parecían llevar escritas, desde días antes, un aura especial, una especie de llamada interior que anunciaba que el fútbol iba a narrarse a sí mismo a través de quienes lo sienten. Y la vuelta del Real Madrid tras el parón de selecciones no fue solo un regreso competitivo: fue una celebración, una memoria viva y un homenaje al poder de un deporte que no descansa ni cuando se detienen las liga.
España venía de bordar con hilo de oro un triunfo inolvidable en la Liga de Naciones, conquistando el título ante Alemania por un contundente y simbólico 3-0 en el Metropolitano, un marcador que evocó autoridad, madurez y la confirmación de que el fútbol femenino español vive su mejor era. En aquella convocatoria, cuatro jugadoras del Real Madrid —María Méndez, Eva Navarro, Athenea del Castillo y Alba Redondo— habían sido protagonistas de la gesta. Y esas cuatro heroínas, recién llegadas con el brillo del oro aún húmedo, pisaron Valdebebas envueltas en un aplauso que casi parecía un abrazo colectivo.
Incluso Edna Imade, campeona con la selección, recibió el calor del público en una ceremonia íntima, sincera, de esas que resuenan en la memoria y hacen que el fútbol se sienta como un hogar. Y en ese momento, antes del pitido inicial, el estadio pudo respirar algo más que aire: respiró orgullo.
Una vez el balón corrió sobre el césped, el Real Madrid impuso su voluntad en los primeros compases. Linda Caicedo, reinventada hoy como mediapunta, empezó a tejer su propio lenguaje: una pisada, un regate, un ligero desequilibrio sobre Lucía Rodríguez en el área, y un disparo que se marchó alto, pero que sirvió para avisar de que la colombiana quería firmar su nombre desde el primer capítulo.
Minutos después, Alba Redondo, otra campeona, tuvo en su cabeza la ocasión más clara del arranque, conectando sin la precisión deseada un centro magnífico de Eva Navarro desde la derecha. El balón se marchó fuera, pero Valdebebas sintió que el encuentro vibraba en manos del equipo blanco.
Este despertar de ambición obligó a la Real Sociedad a activarse. Y lo hizo con autoridad. Poco a poco, como si la marea cambiara de dirección, las txuri-urdin se adueñaron del balón, del ritmo y de la narrativa. Mirari remató un centro de Lucía Rodríguez tras ganar la espalda a la defensa, rozando un poste que hizo suspirar colectivamente a la grada.
Aiara, insistente, valiente, primero erró un remate claro y después probó a Misa con un centro envenenado que bien pudo convertirse en gol. Era la confirmación de que la Real quería discutir cada centímetro del campo. Una ambición notable considerando que el equipo vasco, hoy sin Edna en el once, perdía una pieza capital de su identidad ofensiva.
Cuando el pulso parecía teñirse de azul y blanco, Athenea decidió levantar la mano, reclamar la pelota y cambiar el guion. Su reacción fue más que futbolística: fue emocional. La cántabra se inventó una jugada individual maravillosa, un desborde que terminó en un centro que nadie supo rematar, pero que devolvió al Madrid su esencia. Minutos después, Alba Redondo volvió a amenazar con un cabezazo alto, e incluso Linda probó una conducción eléctrica a campo abierto, abortada por una Real Sociedad muy seria, muy concentrada.
Y entonces llegó el gol.Uno de esos goles que, por su imprevisibilidad, por su naturaleza casi poética, quedan grabados en la memoria.
Moraza, en un córner botado por Däbritz en el que la exjugadora del Atlético de Madrid, Ainhoa Vicente Moraza, quiso despejar en el salto, pero la veterana defensa acabó por enviar un testarazo en dirección hacia su arco y cogió por sorpresa a la guardameta visitante y el esférico acabó en la jaula para poner el 1–0 que abría la lata en el minuto 43 de una primera parte que fue más táctica que vistosa.
Las 22 protagonistas ganaron el túnel de vestuarios con una mínima diferencia a favor de las finalistas de la Copa de la Reina en 2023, quien estaba a tan solo cuarenta y cinco minutos de aprovechar que el Atlético de Madrid no fue capaz de imponerse al Sevilla Fútbol Club (2-2) en Alcalá de Henares y que unas horas después, el Barcelona no hizo priosioneras ante el Club Deportivo Tenerife (2-0) en Cataluña.
En un campeonato donde cada punto vale oro y donde los márgenes de la carrera por Europa se estrechan en cada fin de semana, el Real Madrid sabía que tenía ante sí una oportunidad mayúscula. Y también la Real Sociedad, que pelea en ese mismo territorio de ambiciones legítimas.
Porque aunque la temporada apenas empieza, en la Liga F Moeve cada jornada puede escribirse con tinta indeleble.
El segundo acto comenzó igual que el primero: con un Real Madrid decidido a poner tierra de por medio. Athenea, en una jugada que parecía destinada a ser gol, recibió un pase profundo de Däbritz y se encontró dos veces consecutivas con Arrula, la guardameta visitante, que firmó dos intervenciones de mérito puro, puro de ese que silencia estadios.
La ovación volvió a anticiparse unos minutos después: Edna ingresaba al terreno de juego. Y con ella entraba también un cambio emocional, un recordatorio de su peso en Zubieta y en la Liga.
No tardó la Real en encontrar un resquicio y, por un instante, el empate fue una realidad. Lucía Rodríguez remató a gol tras una jugada polémica, pero Planes Terol anuló la acción por falta previa de Emma Ramírez sobre Misa. Una decisión discutida, analizada, protestada… y que no sería la última.
Intza y Arola, recién ingresadas, generaron una ocasión magnífica que no logró culminar en gol por milímetros. El Madrid respondió con cambios ofensivos y un guiño al futuro: Iris Ashley, Irune y Silvia Cristóbal saltaron al césped para sostener el triunfo con juventud y con
Un balón tocó en la mano de Feller, generando protestas airadas de Arturo Ruiz y su banquillo. Planes Terol revisó la jugada en el FVS, el estadio contuvo la respiración… y finalmente no señaló penalti. El suspense era una carga eléctrica en el aire.
En el descuento, Athenea tuvo el 2-0. Un mano a mano clarísimo que la cántabra no pudo convertir. Y en la última acción del encuentro, Misa voló, literalmente voló, para evitar el empate de Lucía Pardo. Una parada que valió tres puntos y que cerró la tarde con la épica que había reclamado el partido desde el primer minuto.
El pitido final certificó la realidad:El Real Madrid asalta la segunda plaza, aprovechando el tropiezo del Atlético y manteniendo vivo su pulso con la élite. Y lo hace justo antes de una cita monumental:Champions League · Martes 9 · 21:00 · Estadio Alfredo Di Stéfano · Real Madrid – Wolfsburgo.
El sábado 13, a las 12:00, llegará el último partido liguero del año ante el Granada, un duelo que pondrá el broche al calendario de 2025.
Para la Real Sociedad, la derrota duele, pero no hiere el orgullo. Este mismo equipo es el que tuvo el valor y el carácter de derrotar al Barcelona semanas atrás (1-0), con un penalti transformado por Edna Imade, una de las gestas más resonantes del curso.
Pero ahora el aliento del Atlético de Madrid se siente cerca. El equipo de Arturo Ruiz se mantiene en posición Champions con 27 puntos, los mismos con los que llegó al parón internacional. Y en dos semanas visitarán el Cerro del Espino en un duelo que puede definir tramos enteros de temporada.
Antes, eso sí, recibirán en Zubieta al Granada, consciente de que en esta Liga F Moeve, cada partido es un nuevo capítulo y cada capítulo exige una respuesta.

📋 Ficha técnica |
Real Madrid (1): Misa; Shei (Silvia Cristóbal 90+2′) María Méndez, Lakrar, Yasmim (Holmagaard 46′); Däbritz (Irune 80′), Angeldahl; Eva Navarro (Feller 62′), Linda Caicedo, Athenea; Alba Redondo (Iris Ashley 80′).
Real Sociedad (0): Arrula; Lucía, Nahia Aparicio, Claudia Florentino (Lavogez 86′), Moraza, Aiara; Emma (Arola Aparicio 76′), Paula Fernández (Lucía Pardo 86′), Cahynová, Andreia Jacinto (Intza 76′); Mirari (Edna 57′).
Árbitra: Maria Planes Terol (Comité Murciano). Amonestó a Edna (minuto 72), Intza (minuto 82), Arola Aparicio (minuto 86) y Shei (minuto 90+2) con amarilla.
Incidencias | Partido correspondiente a la decimotercera fecha de la Liga F Moeve 2025–2026 que han disputado el Real Madrid y la Real Sociedad de Fútbol ante 1.604 espectadores sobre una superficie de hierba natural.
Vídeo |
























