
🟣 ¡Descúbrelo! El conjunto colchonero se mide al representantivo canario en uno de los encuentros más atractivos de la jornada.

Después de la “resaca” que nos ha dejado el triunfo colchonero en los Países Bajos (0-4) ante el Twente en la cuarta jornada de la Liga de Campeones Femenina, toca cambiar el chip y volver a conectar con la apasionante Liga F Moeve 2025-2026.
Uno de los platos fuertes de la duodécima jornada liguera lo van a protagonizar el Club Deportivo Tenerife Femenino (Costa Adeje Tenerife Egatesa) y el Atlético de Madrid en el majestuoso Estadio Heliodoro Rodríguez López.
En un fin de semana lleno de simbolismo, en el que la Primera División Femenina ha optado por sumarse a la campaña nacional: “El deporte contra la violencia machista”, las guerreras recibirán a las colchoneras en el feudo chicarrero este próximo domingo, 23 de noviembre de 2025, a partir de las 13:00 horario peninsular en DAZN.
Bajo una rivalidad marcada por el acero competitivo ambas entidades, que están en la parte alta de la tabla clasificatoria, quintas contra segundas, se van a batir el cobre el feudo insular en un partido que además la plataforma británica ha decidido retransmitir en abierto para aquellos usuarios que tengan una cuenta gratuita registrada en la OTT británica.
Después del empate (2-2) ante el Granada C.F. del pasado fin de semana, las blanquiazules encaran esta nueva cita con la ambición de lograr su primera victoria como locales en la presente temporada. El equipo dirigido por Eder Maestre se encuentra situado en una meritoria quinta posición, en plena pelea por los puestos altos de la tabla, y tendrá frente a sí a uno de los rivales más exigentes de la competición, un conjunto colchonero que ocupa la segunda plaza y que está firmando un gran arranque de curso.
En la previa del encuentro, el técnico blanquiazul, Eder Maestre, analizó las claves del duelo y el estilo del rival: “El Atlético es un equipo que domina a través del balón y que trata de someterte con mucha calidad por fuera, con un grado de individualidad muy alto. Tiene jugadoras resolutivas en el área. Para competir contra ellas debemos ser un equipo concentrado y solidario en todos los esfuerzos, que cuando el balón llega a zonas de riesgo cuente con las ayudas necesarias. Tenemos que ser más equipo que nunca, empoderarnos y creer en el plan.”
Maestre también habló sobre la trayectoria del equipo en casa y el deseo de lograr la primera victoria como locales: “Necesitamos desbloquear cuanto antes la victoria en casa. Cuando llegue la primera, seguramente vivamos el Heliodoro con una energía diferente.”
El técnico local profundizó en el peso emocional de las últimas jornadas, “a veces, por una serie de hechos, la moneda cae hacia un lado o hacia otro. El precedente te genera ansiedad cuando buscas un objetivo que crees merecer y no se da. Pero el mérito para ganar está ahí. Debemos confiar y seguir por ese camino.”
Sobre el apoyo de la afición, Maestre se mostró convencido de que será determinante: “Confiamos plenamente en que el apoyo de la afición siga siendo importante. El Atlético de Madrid es uno de los equipos que está arriba y seguro que la gente responderá como lo hace en el resto de partidos. El equipo tiene muchas ganas de ganar en el Heliodoro.”
El Atlético de Madrid aterriza en Tenerife como segundo clasificado, en una posición que da derecho a disputar la Champions League a final de temporada. Las rojiblancas, se encuentran a tan solo cuatro puntos de las tinerfeñas (24 puntos) y llegan a la cita tras vencer en casa al F.C. Badalona Women (2-0), y con un importante duelo en la Liga de Campeones Femenina que sacó adelante con una gran actuación de Amaiur Sarriegui en suelo neerlandés.
Las entradas para este compromiso continúan disponibles, en la web oficial del club y en Tomaticket, desde los 6€ de la grada de San Sebastián Baja a los 12€ de la grada de Tribuna Baja. El día del partido, las taquillas del Heliodoro Rodríguez López abrirán desde las 9:00 horas para todos aquellos aficionados que deseen adquirir sus localidades de manera presencial con precios de 7€ en San Sebastián Baja y 13€ en Tribuna Baja, informó en su página web el cuadro canario.
La Liga F y sus clubes se unirán el próximo fin de semana, durante la celebración de la Jornada 12, a la campaña “El deporte contra la violencia machista”, impulsada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Secretaría de Estado de Igualdad con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemora cada 25 de noviembre.
La iniciativa busca movilizar a todo el deporte español para lanzar un mensaje colectivo contra la violencia machista, que este año se ha cobrado la vida de 38 mujeres en España, y que suma 1.333 víctimas desde que existen registros oficiales, según confirmó la Secretaría de Estado de Igualdad.
Durante los encuentros de la undécima jornada de Liga F, del 22 y 23 de noviembre de 2025, los clubes exhibirán en sus estadios una pancarta con el lema de la campaña y las futbolistas lucirán el brazalete conmemorativo. Además, en todos los partidos se guardará un minuto de silencio en memoria de las mujeres asesinadas.
Se trata de una acción coordinada que permitirá al fútbol femenino profesional formar parte de un gesto conjunto del deporte español, tal y como señaló el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, al recordar que el objetivo es “decir alto y claro que no hay lugar para la violencia contra las mujeres”.
Desde la propia Liga F Moeve se subraya la importancia de que el deporte, y especialmente el femenino, lidere mensajes de sensibilización y prevención. La campaña destaca el papel de las y los deportistas como referentes para miles de jóvenes, y los valores del deporte, que como incidió la Secretaría de Estado de Igualdad, deben contribuir a la construcción de una sociedad basada en la igualdad y los derechos humanos.
La Liga F refuerza así su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres y con la promoción de entornos seguros dentro y fuera del terreno de juego.
Además de las acciones en los estadios, Liga F y sus clubes difundirán contenido específico a través de sus canales oficiales, sumándose a la activación digital de la campaña mediante el hashtag #Deporte25N.
El deporte español volverá a mostrar, de forma conjunta, que es un espacio de igualdad, respeto y convivencia, y que trabaja para ser también un espacio libre de violencia machista, una lacra que aún está presente en nuestro país.
En lo estrictamente deportivo nos apresuramos a vivir un cara a cara que no va a defraudar al espectador neutral.
La rivalidad entre el Costa Adeje Tenerife Femenino y el Atlético de Madrid ya no es una casualidad, ni un espejismo, ni uno de esos episodios pasajeros que viven los clubes recién llegados a la élite. Es un fenómeno real, creciente, vibrante, construido a base de orgullo, heridas deportivas, noches inolvidables y un choque de identidades que explica por qué el fútbol femenino español vive un momento de madurez emocional: porque hay partidos que no solo se juegan, se sienten. Y pocos se sienten como este. El Costa Adeje Tenerife y el Atlético de Madrid han construido en tiempo récord un relato que combina la ambición del proyecto canario, la resiliencia que caracteriza a su gente, el poder de un equipo que se niega a que se lo califique como modesto, y la presencia de un gigante rojiblanco obligado siempre a ganar, a competir, a mostrarse como un peso pesado del fútbol nacional. Uno busca el reconocimiento. El otro, mantener el trono simbólico que tantos años de inversión, talento y cultura competitiva le han dado. Cuando esos dos mundos colisionan, el fútbol se convierte en magma.
La historia reciente entre ambos está plagada de partidos que dejaron cicatrices. El Tenerife pegó primero con aquella victoria inesperada que recorrió el país como un mensaje: en la isla hay fútbol, hay carácter y hay proyecto. El Atlético respondió con un golpe de autoridad meses después, recordando que la camiseta rojiblanca —en el femenino también— tiene un peso específico imposible de ignorar. Después llegaron encuentros de tensión, polémicas arbitrales discutidas durante semanas, goles al límite del descuento, remontadas que aceleraron pulsaciones y actuaciones individuales que aún se mencionan en tertulias y previas. Lo que comenzó como un simple cruce más en el calendario pasó a convertirse en una de esas citas marcadas en rojo: partido de orgullo, partido de declaración de intenciones, partido que construye temporada. La rivalidad se alimenta de estos duelos, y a día de hoy ya nadie discute que este emparejamiento ha crecido hasta convertirse en uno de los más emocionantes del panorama nacional.

El choque no solo es deportivo; es cultural. El Costa Adeje Tenerife compite con la fuerza del «somos de aquí», con la energía de un equipo que lleva a la isla en el pecho, que sabe que cada punto vale el doble porque se juega contra los prejuicios, contra la distancia, contra el silencio mediático que históricamente ha rodeado a los clubes periféricos. El Atlético compite con la responsabilidad de un grande: el peso del escudo, la exigencia del aficionado, la necesidad de ganar siempre, incluso cuando la temporada se tuerce. Uno representa la ilusión. El otro, la obligación. Y ahí, precisamente ahí, es donde la rivalidad encuentra su alma.
En lo futbolístico , los estilos chocan como dos mares opuestos. El Tenerife ha construido una identidad reconocible: intensidad como dogma, transiciones endiabladas que convierten cada recuperación en peligro real, centros laterales que no requieren demasiada posesión previa, valentía para presionar arriba cuando el rival sufre y sentido del sacrificio en el bloque medio cuando toca defender. El Atlético, fiel a su idiosincrasia, mezcla orden y talento, equilibrio y creatividad, banda y pausa, con futbolistas que entienden el juego asociativo pero también están preparadas para la batalla física. Si el Tenerife es un martillo que golpea hasta abrir una grieta, el Atleti es un bisturí que busca la incisión perfecta. Y cuando martillo y bisturí coinciden en el mismo césped, el espectáculo está garantizado.
Pero si algo eleva este partido por encima de la media, es el escenario: el Heliodoro Rodríguez López. No es un campo. Es un templo. Un estadio que conoce ascensos, lágrimas, regresos, tardes de éxtasis y noches de épica. Un estadio que huele a identidad, a memoria colectiva, a fútbol vivido sin filtros. Cuando el Tenerife juega allí, no son solo once jugadoras: es una isla entera latiendo al ritmo del partido.
El Heliodoro tiene la capacidad de transformarse según el momento: puede rugir como un volcán cuando una futbolista local roba un balón, puede tensarse en silencio cuando la jugada lo exige, puede convertirse en una ola que recorre la grada empujando a su equipo hacia adelante. Aquí, un simple robo vale como un gol; una internada por banda levanta a la gente de sus asientos; un disparo desde la frontal se vive como un latido común. El Atlético lo sabe. Sabe que viajar a Tenerife no es solo enfrentarse a un rival incómodo: es enfrentarse a un ambiente que multiplica cada detalle. No es el mismo aire. No es el mismo ritmo. No es la misma energía. Es un partido que se juega en otra frecuencia emocional.

Y es esa mezcla —la identidad tinerfeña, la grandeza rojiblanca, las cicatrices recientes, las ganas de demostrar, la ambición de crecer y la obligación de ganar— lo que convierte este duelo en una cita imprescindible incluso para quien no tiene camiseta. El espectador neutral encontrará aquí todo lo que convierte al fútbol en un espectáculo universal: tensión, ritmo, talento, duelos individuales que pueden decidir un partido, entrenadoras que perfilan planes tácticos casi quirúrgicos, fallos que cambian rachas, jugadoras capaces de convertir un detalle técnico en un instante eterno. Es el tipo de partido que sirve para explicar por qué el fútbol femenino engancha, emociona y enamora.

Lo que está en juego va más allá de los tres puntos. Este enfrentamiento ya es un termómetro emocional, un duelo que mide aspiraciones, que marca estados de temporada, que fabrica titulares, que deja frases memorables y que alimenta narrativas que luego recorren semanas enteras en la Liga F. El Tenerife busca consolidar su lugar entre los grandes, demostrar que no necesita excusas para competir contra los escudos más pesados del campeonato. El Atlético busca reafirmar que sigue siendo un gigante, que su historia no pertenece al pasado, que cada año vuelve a empezar con la obligación de mirar a la parte alta de la tabla. Cada equipo llega con una verdad que defender y una herida que evitar.
El Heliodoro, mientras tanto, ya espera. Las gradas sienten que puede ser una de esas noches que se recuerdan años después. Una de esas noches en las que el estadio respira como uno solo, en las que los pequeños detalles marcan enormes diferencias, en las que la rivalidad se enciende un poco más y deja a todos con ganas de que llegue el siguiente capítulo. Una de esas noches que hacen grande al fútbol femenino español.
Quien ame el fútbol, quien busque emoción sin filtro, quien quiera ver un duelo con alma, tiene aquí una cita ineludible.
Porque cuando el Costa Adeje Tenerife y el Atlético de Madrid se encuentran, cuando el estadio se convierte en un pulso colectivo, cuando el partido se juega a vida emocional por minuto, siempre pasa algo. Y lo que pase en esta noche en el Heliodoro Rodríguez López puede ser otro capítulo inolvidable de una rivalidad que ya ha dejado de crecer: ahora, simplemente, se expande.
Cuando el árbitro pite el inicio, no serán solo once contra once.
Será el empuje de un estadio contra la ambición de un gigante.
Será la emoción de un club que se hizo a sí mismo contra la tradición de uno acostumbrado a competir por todo.
Será Tenerife soñando y el Atlético defendiendo su territorio emocional lejos de casa.
Una rivalidad joven.
Un duelo con alma.
Un escenario majestuoso.
Un partido que huele a algo grande.
Si te gusta el fútbol, no puedes perderte este Costa Adeje Tenerife vs Atlético de Madrid Femenino, en un nuevo capítulo de rivalidad entre dos equipos cuya seña de identidad común es la resiliencia.

Con esa tensión entre ilusión y obligación, entre orgullo territorial y exigencia histórica, entre hambre emergente y tradición consolidada, crece una rivalidad vibrante. Y crece porque los partidos entre ambos equipos han sido auténticos nudos narrativos, encuentros que dejan huella y abren heridas deportivas. El primer golpe lo dio el Tenerife, en un partido que cambió percepciones y abrió interrogantes. El Atlético respondió con autoridad meses después, recordando que los gigantes pueden tropezar, pero también saben levantarse con la furia de los equipos grandes. Luego vinieron los choques llenos de tensión: goles en los últimos minutos, decisiones arbitrales que encendieron debates que todavía sobreviven en redes y tertulias, actuaciones individuales que parecían destinadas a definir trayectorias.
Cada partido dejó un recuerdo. Cada recuerdo dejó una cicatriz. Cada cicatriz hizo crecer la rivalidad.
La parte futbolística explica buena parte de este magnetismo. El Tenerife ha encontrado un estilo propio, reconocible, que no pide permiso para incomodar a los grandes. Es un equipo que entiende el sacrificio como virtud, que domina el arte de la transición rápida, que convierte cada recuperación en una acción de peligro real. Su presión coordinada, su capacidad para romper ritmo, su lectura para alternar entre bloque medio y presión agresiva lo convierten en un rival incómodo para cualquiera. El Atleti, en cambio, presenta un fútbol más estructurado, más técnico, más ligado a la tradición rojiblanca: verticalidad cuando toca, posesión cuando conviene, amplitud de bandas y jugadoras con técnica suficiente para cambiar un partido en una sola acción. En cada duelo entre ambos parece que chocan dos filosofías que hablan idiomas distintos del mismo deporte, como si uno representara el impulso y el otro el cálculo. Y cuando impulso y cálculo se encuentran, la tensión produce espectáculo.

Ese espectáculo se eleva todavía más cuando el escenario es el Heliodoro Rodríguez López. Pocos estadios en España tienen un aura tan palpable. El Heliodoro no solo acoge un partido: lo envuelve. Respira. Acompaña. Empuja. Es un estadio que ha visto demasiadas noches grandes como para sorprenderse, pero que sigue siendo capaz de vestir cada gran partido con solemnidad. Cuando juega el Tenerife, el sonido del estadio cambia; hay algo distinto en el aire. Los duelos se celebran como goles, las carreras por banda levantan olas en la grada, los silencios tensos se sienten como una presión ambiental que cae sobre el rival. Para el Atlético, el viaje a la isla no es una simple salida liguera: es un ritual. Un examen mental tanto como futbolístico. Un recordatorio de que hay estadios que pueden alterar estados de ánimo, confianza y ritmo. Que pueden elevar a un equipo y empequeñecer a otro según la energía del momento.

Todo esto convierte el enfrentamiento entre Tenerife y Atlético de Madrid en una cita imperdible incluso para quien no lleva ninguna de las dos camisetas. Es un partido que habla el lenguaje universal del fútbol: emoción, ritmo, personalidad, talento, sacrificio, identidad. Hay duelos individuales que merecen un foco propio. Hay decisiones tácticas que pueden cambiar el rumbo del encuentro. Hay líderes silenciosas que tiran del equipo en los momentos de tensión. Hay jugadoras capaces de transformar un detalle técnico en un instante eterno. Es el tipo de partido que demuestra por qué el fútbol femenino en España ha dado un salto cualitativo tan evidente: porque tiene alma, tiene historia reciente, tiene rivalidades vivas y tiene estadios como el Heliodoro para convertir cada jornada en un acontecimiento.

Los puntos en juego importan, sí, pero lo que está en disputa va más allá. Se encuentra el orgullo de una isla que no quiere ser espectadora; el pulso de un club que reclama su lugar entre los grandes; la presión de un gigante que necesita demostrar que su jerarquía no es cosa del pasado; el deseo de dos equipos de escribir un capítulo más en una historia que no deja de expandirse. Los cuerpos técnicos llegan con planes minuciosos. Las jugadoras llegan con motivación máxima. Las aficiones llegan con el corazón preparado para sufrir y celebrar. Todo se alinea para que esta noche se convierta en una de esas que se recuerdan durante años.

El Heliodoro parece saberlo. La isla parece saberlo. El fútbol femenino español parece saberlo. El partido no será uno más. Será un capítulo que definirá estados de forma, que alimentará posteriormente narrativas, que abrirá conversaciones, que dejará imágenes que se compartirán durante días. Habrá tensión, habrá épica, habrá momentos de brillantez y otros de resistencia pura. Todo lo necesario para que esta rivalidad siga creciendo, siga latiendo, siga agrandándose.
Y como corresponde a una cita de esta magnitud, su retransmisión estará a la altura del evento. El partido será producido por DAZN, con una realización especial que recogerá cada detalle, cada gesto, cada duelo y cada vibración del Heliodoro. La emisión llegará a los hogares españoles a través de DAZN 2 en Movistar (Dial 71), integrado dentro de la oferta de televisión para que ningún aficionado se pierda lo que promete ser uno de los duelos más intensos del curso. Además, la señal se compartirá con Movistar Ellas Vamos (Dial 66), el canal temático dedicado al deporte femenino, ofreciendo una cobertura conjunta que refuerza la importancia simbólica y competitiva de este encuentro.

Una rivalidad de altura, un estadio legendario, dos equipos en combustión emocional y una retransmisión en directo pensada para que todos vivan la magnitud de una matinal en la que, gane quien gane, ya está destinada a ser inolvidable.

🔜 𝙉𝙀𝙓𝙏 𝙂𝘼𝙈𝙀
🏆 Liga F Moeve
🤍 Temporada 2025-2026
🩷 Matchday 11 | Día de partido
🔥 Club Deportivo Tenerife Femenino 🆚 Club Atlético de Madrid 🔥
🗓️ Domingo, 23 de noviembre de 2025
⏰ 13:00 horario peninsular
📺 DAZN 2
🏟️ Estadio Heliodoro Rodríguez López, Santa Cruz de Tenerife
Deja un comentario