La crónica | La Real Sociedad es tercera antes de Navidad

(Fuente: Liga F Moeve)

⬛️ El conjunto txuri-urdin venció por 3-0 al Deportivo Abanca en Zubieta con los tantos de Lucia Pardo, que fue la MVP del encuentro, Emma Ramírez y Klára Cahynová. Las donostiarras se marchan al parón navideño en la tercera posición de Liga F Moeve, mientras que el cuadro gallego se queda en la zona baja con 13 puntos.

La previa |

(Fuente: Liga F Moeve)

El domingo 14 de diciembre, a las doce del mediodía, cuando el invierno empieza a apretar y el calendario se desliza sin remedio hacia su último giro antes del parón navideño, el fútbol femenino vuelve a reclamar su espacio con una de esas citas que, sin necesidad de estridencias, lo dicen todo. En Zubieta, en ese nuevo estadio que aún huele a futuro y a proyecto consolidado, la Real Sociedad recibe al Deportivo Abanca en un duelo que es mucho más que un simple partido de la Liga F Moeve. Es un cruce de trayectorias, de estados de ánimo, de expectativas muy distintas, pero igualmente urgentes.

El encuentro, que será retransmitido por DAZN, GolPlay, EITB, la TV Gallega y TEN, se presenta como uno de esos partidos multiventana que hablan del crecimiento del fútbol femenino en España, de su capacidad para ocupar espacios, para interesar a públicos diversos y para convertirse en relato compartido a lo largo y ancho del país. Pero, más allá de las cámaras y de la cobertura mediática, lo que late de verdad es lo que ocurre dentro del campo. Y ahí, las historias se entrecruzan.

La Real Sociedad llega a esta jornada instalada en la tercera posición de la clasificación, con 27 puntos, convertida ya no en revelación, sino en confirmación. El equipo de Arturo Ruiz ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad competitiva, sólida, reconocible. Un conjunto que sabe a lo que juega, que ha construido una identidad clara y que, incluso en la derrota, transmite una sensación de coherencia que no siempre se encuentra en esta Liga F tan exigente y cambiante.

No es casualidad que Arturo Ruiz, en la rueda de prensa previa al encuentro, haya mostrado un respeto absoluto por el rival. “Espero un partido muy claro porque el Deportivo viene en su mejor momento de forma en lo que va de temporada”, expresó el técnico madrileño, consciente de que en esta competición no existen los partidos cómodos ni los rivales previsibles. Sus palabras no son diplomacia vacía. Son la lectura de alguien que entiende el fútbol como un sistema de equilibrios frágiles, donde cualquier exceso de confianza se paga caro.

La Real llega a este choque después de caer por la mínima ante el Real Madrid CF (1-0), en un partido marcado por las ausencias. No estuvieron María Molina, Violeta Quiles —que continúa con su proceso de recuperación tras la grave lesión de cruzado—, Nerea Eizagirre, Elene Guridi, Maren Lezeta ni Edna Imade. Una lista de bajas que obligó a Arturo Ruiz a reajustar piezas y a confiar en una profundidad de plantilla que, aun así, sostuvo al equipo hasta el último minuto en Valdebebas.

Esa derrota, lejos de generar dudas, ha servido como recordatorio del nivel de exigencia que implica pelear en la zona alta. La Real no perdió su identidad. Compitió. Resistió. Y salió reforzada en términos de convicción interna. Porque hay derrotas que desgastan y otras que enseñan. Y el cuerpo técnico txuri-urdin sabe que este equipo ha aprendido.

Zubieta será ahora el escenario de la respuesta. El lugar donde la Real ha construido buena parte de su fortaleza esta temporada. Donde se siente cómoda, reconocible, arropada. Donde el juego fluye con mayor naturalidad y donde el plan de partido se ejecuta con una precisión que habla de horas de trabajo silencioso. El nuevo estadio no es solo un cambio de ubicación; es un símbolo de ambición estructural, de apuesta por el crecimiento sostenido del proyecto femenino dentro del club.

Enfrente estará un Deportivo Abanca que llega a San Sebastián en una dinámica positiva, con la moral reforzada tras su victoria por 2-0 ante el Granada CF en la última jornada. Un triunfo que no solo sumó tres puntos, sino que ofreció sensaciones. Que permitió al equipo de Fran Alonso respirar un poco más tranquilo en la clasificación y reafirmar la idea de que, cuando las piezas encajan, este Dépor tiene argumentos para competir.

Las gallegas ocupan actualmente la decimotercera posición con 13 puntos, ocho por encima de los puestos de descenso. Una renta que no invita a la relajación, pero sí concede un pequeño margen de maniobra. El objetivo del Deportivo esta temporada es claro: consolidarse en la categoría, evitar sobresaltos innecesarios y sentar las bases de un proyecto que necesita continuidad. Cada partido, en ese sentido, es una prueba de madurez.

Fran Alonso ha tenido que gestionar una plantilla marcada por las ausencias. En la pasada jornada no estuvieron Cristina Martínez, baja por maternidad, ni Paula Monteagudo, Carlota Sánchez, Henar Muiña, Bárbara Latorre y Esperanza Pizarro. Una lista que condiciona las rotaciones y obliga a exprimir al máximo a las jugadoras disponibles. Pero también ha servido para descubrir recursos, para exigir compromiso colectivo y para fortalecer el grupo desde la adversidad.

El Deportivo Abanca que llega a Zubieta no es el mismo que arrancó la temporada entre dudas y ajustes. Es un equipo que ha ido encontrando su tono competitivo, que defiende mejor, que entiende cuándo acelerar y cuándo pausar, y que ha aprendido a convivir con partidos largos, de resistencia, de paciencia. Su mejor versión no es la del intercambio de golpes, sino la del orden, la concentración y la eficacia en momentos clave.

Y ahí reside uno de los grandes atractivos del partido. El choque de estilos. La Real Sociedad buscará imponer su ritmo, su dominio territorial, su capacidad para instalarse en campo rival y generar peligro a través de la amplitud y la llegada desde segunda línea. El Deportivo, por su parte, tratará de cerrar espacios, de proteger su área y de aprovechar cualquier transición que le permita castigar la espalda de la defensa local.

Será también un duelo de entrenadores. Arturo Ruiz, uno de los técnicos más valorados del campeonato por su capacidad para dotar de sentido colectivo a sus equipos, frente a un Fran Alonso que conoce bien las dificultades de la categoría y que ha demostrado, en diferentes contextos, su habilidad para competir con recursos limitados. Dos miradas distintas, dos trayectorias, dos maneras de entender el proceso.

El estado físico y mental será determinante. La Real llega con la necesidad de reencontrarse con la victoria tras la derrota ante el Real Madrid, pero sin la presión de quien se siente cuestionado. Es una necesidad sana, competitiva. De las que empujan hacia adelante. El Deportivo llega con la ilusión de prolongar su buena dinámica, de demostrar que el triunfo ante el Granada no fue un hecho aislado, sino el inicio de una fase más estable.

La clasificación, como siempre, añade capas de significado. La Real, con 27 puntos, mira hacia arriba, consciente de que cada jornada puede redefinir la lucha por las plazas europeas y por el prestigio competitivo dentro de la Liga F Moeve. El Deportivo, con 13, mira hacia atrás de reojo, sabiendo que el colchón actual no es definitivo y que cualquier racha negativa puede volver a comprimir la zona baja.

Pero el fútbol no entiende solo de números. Entiende de momentos. Y este partido llega en un momento clave para ambos. Para la Real, como examen de madurez tras una derrota. Para el Deportivo, como test de credibilidad en su mejor fase del curso.

Zubieta será testigo de ese cruce de caminos. De un mediodía de invierno en el que el balón dictará sentencia. Las cámaras recogerán cada gesto, cada carrera, cada choque. Las palabras previas quedarán atrás. Y entonces, solo entonces, aparecerá la verdad del juego.

Porque hay partidos que no necesitan artificios para ser importantes. Les basta con existir en el momento adecuado. Y este Real Sociedad – Deportivo Abanca lo es. Por contexto, por protagonistas, por lo que hay en juego y por todo lo que todavía está por escribirse en esta Liga F Moeve que no concede treguas.

El domingo, a las doce. En Zubieta. El fútbol femenino vuelve a hablar. Y lo hará, como siempre, en el único idioma que nunca miente: el del césped.

El duelo entre blanquiazules |

Los XI |

🏆 Liga F Moeve 2025-2026

🔥 Real Sociedad 🆚 Deportivo Abanca 🔥

⚔️ Decimocuarta jornada ⚔️

📅 Domingo, 14 de enero de 2025

⏰ 12:00 horario peninsular

📺 TEN TV

🏟️ Estadio de Zubieta, San Sebastián

#LigaFMoeve | #RealSociedadDéporABANCA

El fútbol, quizá como la vida, es cuestión de rachas. De inercias que se construyen sin hacer ruido y de derrumbes que llegan sin previo aviso. En ese territorio invisible, donde el resultado es solo la última consecuencia de algo que viene gestándose mucho antes, la Real Sociedad de Fútbol Femenino atraviesa en este tramo final de 2025 uno de esos momentos de plenitud que no siempre se saben explicar, pero que se reconocen al primer toque, al primer desmarque, a la primera presión coordinada. Un estado de gracia que tiene nombre propio en el banquillo, Arturo Ruiz, pero que se expresa de manera coral sobre el césped, con un equipo que ha aprendido a creer en lo que hace incluso antes de que el marcador le dé la razón.

Zubieta, que ya no es solo una ciudad deportiva sino un estadio con identidad propia, acogía un partido cargado de subtexto. No era únicamente la visita de un Deportivo Abanca necesitado de puntos y certezas. Era también la oportunidad de la Real de enviar un mensaje al resto de la Liga F, justo en una jornada en la que el Atlético de Madrid, rival directo en la zona noble, volvía a dejar dudas al empatar (2-2) en Ipurúa ante una SD Eibar competitiva y sin complejos. El campeonato, como tantas veces ocurre, no se decide solo en los duelos directos, sino en la capacidad de aprovechar los tropiezos ajenos. Y ahí, la Real no falló.

Pero antes del fútbol, antes del análisis y de los números, hubo un instante de memoria. Lucía Rodríguez, una de esas futbolistas que han crecido con el club y para el club, recibió una camiseta conmemorativa por sus 100 partidos con la Real Sociedad. No fue un acto protocolario más. Fue un recordatorio de lo que significa pertenecer. De lo que supone sostener un proyecto durante años, atravesar cambios de entrenadores, de plantillas, de expectativas, y seguir ahí, siendo parte esencial del relato. Zubieta la aplaudió con respeto y cariño, sin saber todavía que ese homenaje sería apenas el prólogo de una tarde en la que la Real escribiría una de sus actuaciones más dominantes del curso.

Desde el pitido inicial, el partido se inclinó sin disimulo hacia un solo lado. La Real Sociedad se adueñó del balón, del territorio y del tiempo. Instaló el encuentro en campo rival y empezó a construir, con paciencia y determinación, una superioridad que no tardó en hacerse evidente. Las donostiarras abrieron el campo, cargaron las bandas y comenzaron a bombardear el área de Inês Pereira con centros laterales constantes, buscando la potencia aérea de Edna Imade y la llegada desde segunda línea de futbolistas como Lucía Rodríguez o Emma.

El Deportivo Abanca, dirigido por Fran Alonso, quedó pronto reducido a un ejercicio de resistencia. El plan gallego era claro: bloque bajo, líneas juntas, minimizar espacios y esperar alguna transición aislada que permitiera sorprender. Y durante algunos minutos, incluso, ese plan estuvo a punto de dar rédito. La ocasión más peligrosa del arranque fue, de hecho, para el Dépor. Una contra por el costado izquierdo terminó con un centro muy cerrado de Vera que se estrelló en el palo, en una acción que pilló a la guardameta realista algo confiada. Fue un aviso aislado, casi anecdótico, pero suficiente para recordar que el fútbol castiga cualquier despiste.

Aquella jugada sería, prácticamente, la única llegada clara del Deportivo en toda la primera mitad. El equipo gallego, que vestía de rojo, venía tocado anímicamente tras la derrota por 2-0 ante el Granada en Riazor. Un resultado que había vuelto a encender las dudas sobre un proyecto que ya había dejado sensaciones contradictorias durante la pretemporada, especialmente en su participación en el Trofeo Teide frente al Costa Adeje Tenerife Egatesa. Las señales de alarma no eran nuevas, pero en Zubieta encontraron un escenario especialmente exigente para intentar silenciarlas.

La Real Sociedad , mientras tanto, no dejó de insistir. Y empezó su particular duelo con la madera. Cuando estaba a punto de cumplirse la media hora de juego, Edna Imade conectó un poderoso cabezazo tras uno de los innumerables centros laterales y el balón se estrelló contra el poste cuando ya volaba lejos del alcance de Inês Pereira. Fue el primer gran aviso de lo que estaba por venir. El inicio de una secuencia casi surrealista en la que el gol parecía negarse a llegar por pura obstinación del destino.

La guardameta portuguesa también respiró aliviada cuando vio cómo un disparo de Lucía Rodríguez se marchaba fuera por centímetros. Las donostiarras seguían a lo suyo, acumulando ocasiones, sumando llegadas, encajonando a un Deportivo que defendía como podía. El palo volvió a salvar al conjunto gallego en un nuevo cabezazo de Edna Imade desde dentro del área. Y, apenas unos minutos después, Lucía Rodríguez volvió a perdonar en una acción franca. El 0-0 empezaba a adquirir tintes de injusticia flagrante.

El Dépor sobrevivía como podía a las embestidas realistas, incluso a una llegada triple en el minuto 38 que parecía destinada a romper definitivamente el empate. Primero Paula, con un disparo repelido por la zaga. Después Emma, que desde el área pequeña se encontró con el larguero cuando parecía imposible no marcar. Y, en la continuación de la jugada, otro centro más que volvió a estrellarse en el travesaño. Zubieta asistía atónita a una acumulación de ocasiones fallidas que empezaban a desafiar la lógica.

Y aún habría tiempo para una más antes del descanso. En el minuto 41, Edna Imade volvió a rematar de cabeza y, otra vez, la madera repelió el balón. Cuatro palos, un larguero, ocasiones incontables y un marcador que seguía inmóvil. El descanso llegó con un 0-0 difícilmente explicable para las locales y que permitía respirar, casi sin merecerlo, a las visitantes.

Ese resultado parcial era un pequeño alivio para un Atlético de Madrid que se marchaba al entretiempo perdiendo 2-1 ante el Eibar en Ipurúa. También era una buena señal para un Tenerife que vencía por 0-1 al DUX Logroño. Y servía de bálsamo momentáneo para un Real Madrid que ya había hecho los deberes el sábado con una victoria por 0-3 ante el Granada, en plena batalla por las posiciones de privilegio del campeonato. La Liga F, como tantas veces, se movía en varios frentes al mismo tiempo.

Pero si algo había quedado claro en los primeros 45 minutos era que, de mantenerse el guion, el gol de la Real acabaría llegando. Y lo hizo casi sin dar tiempo a que nadie volviera a sentarse tras el descanso. Apenas había pasado un minuto de la reanudación cuando la puntería que había faltado durante toda la primera mitad apareció de golpe. Aiara Agirrezabala puso un centro raso, tenso, preciso, y Lucía Pardo, la futbolista que acabaría siendo elegida MVP del encuentro, solo tuvo que empujar el balón desde dentro del área. Un pase a la red sencillo, casi humilde, pero cargado de significado. Inês Pereira no pudo hacer nada. El 10 hacía justicia por fin a lo que estaba sucediendo sobre el césped.

El gol obligó al Deportivo Abanca a abandonar, al menos parcialmente, su refugio defensivo. Ya no bastaba con resistir. Había que proponer algo más. Pero ese paso adelante no encontró respuesta. La Real Sociedad de Fútbol , lejos de relajarse, interpretó el tanto como una liberación. El equipo ganó aún más confianza, movió el balón con mayor fluidez y empezó a encontrar espacios con mayor facilidad.

En el minuto 63 llegó el segundo, y con él, la sensación de sentencia. Emma, una de las futbolistas más insistentes durante toda la tarde, recibió un centro en el corazón del área y, al primer toque, dobló la renta realista hasta el 20. Era el premio a la perseverancia, al trabajo constante, a no rendirse ni siquiera cuando el gol parecía empeñado en no llegar. Quedaba todavía más de media hora por jugarse, pero el partido ya había cambiado de naturaleza.

Fran Alonso intentó reaccionar desde el banquillo. Movió piezas, buscó soluciones, trató de activar a futbolistas como Millene o Ainhoa para encontrar algo de profundidad. Pero nada surtió efecto. El Deportivo no logró meterse de verdad en el partido. La Real gestionó los tiempos con madurez, bajó ligeramente la intensidad cuando fue necesario y no concedió apenas opciones claras a su rival.

Y aún hubo tiempo para el tercero. En los últimos minutos, cuando el encuentro ya caminaba hacia su desenlace, una nueva acción a balón colgado acabó en una jugada embarullada dentro del área. El balón quedó suelto y ahí apareció Cahynová, atenta, decidida, para sumarse a la lista de goleadoras y firmar el 30 en torno al minuto 87. Fue el broche perfecto a una tarde que no dio mucho más de sí misma antes del pitido final.

La victoria fue tan plácida como contundente. La Real Sociedad de Fútbol sacó rédito del tropiezo colchonero en Ipurúa y alcanzó las 30 unidades en su casillero particular. Un botín que la consolida en la zona alta de la tabla y que le permite mirar con ambición el calendario inmediato. Su próximo rival en la Liga Profesional de Fútbol Femenino será el equipo dirigido por Víctor Martín, en un duelo que promete emociones fuertes. Pero antes de que Zubieta se vista definitivamente de Navidad, las de Arturo Ruiz afrontarán una eliminatoria de Copa de la Reina precisamente ante este mismo Deportivo Abanca.

Habrá cambio de escenario. Riazor será el juez del siguiente capítulo. Un estadio histórico, cargado de simbolismo, donde las gallegas intentarán encontrar una revancha que ahora mismo parece lejana. Mucho tendrá que cambiar el panorama para que el Deportivo logre seguir vivo en la Copa de la Reina. Porque las sensaciones que deja este final de 2025 son preocupantes.

Las gallegas se marchan sin sumar puntos en la última jornada del año y empiezan a verse en una situación clasificatoria delicada. Decimoterceras, con solo 13 puntos en el zurrón, miran de reojo una zona baja que no perdona despistes. La Liga F les ofrecerá una nueva oportunidad el fin de semana del 10 y 11 de enero de 2026, cuando reciban en Riazor a las guerreras de Tenerife, como reza el título del documental de Amazon Prime Video. Será entonces cuando el calendario les exija una reacción.

Mientras tanto, la Real Sociedad se permite algo que no siempre está al alcance de todos: disfrutar del camino. De un equipo que sabe quién es, que sabe a qué juega y que ha encontrado en Arturo Ruiz un guía capaz de dotar de sentido colectivo a cada decisión individual. En Zubieta, una tarde fría de final de año, el fútbol dejó de ser duda para convertirse en certeza. Y cuando eso ocurre, el resultado es solo la última línea de una historia mucho más grande.

(Fuente: Liga F Moeve)

📋 Ficha técnica |

Real Sociedad: Estensoro; Lucía Rodríguez, Apari, Moraza, Aiara; Emma Ramírez (Arola Aparicio, m.73), Paula Fernández, Andreia Jacinto (Cahynová, m.83), Intza (Guridi, m.83); Lucía Pardo (Nerea Eizagirre, m.73), Edna Imade (Mirari, m.89).

Deportivo: Inês Pereira; Vera, Raquel, Barth, Samara; Lucía Martínez (Lucía Rivas, m.76), Paula Gutiérrez, Redru (Marina Artero, m.61); Olaya (Lía, m.83), Ainhoa Marín, Millene (Bárbara, m.76).

Árbitra: Paola Cebollada (c. aragonés). Amonestó con tarjeta amarilla a Redru (m.45+1) y a Lucía Martínez (m.45+1) del Deportivo y a Arola Aparicio (m.90+5), de la Real Sociedad.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 14 de Liga F Moeve 2025-2026, disputado en las instalaciones de Zubieta que han jugado la Real Sociedad y el Deportivo Abanca sobre una superficie de hierba natural.

Goles |

1-0 Lucía Pardo 47’ ⚽️
2-0 Emma Ramírez 64’ ⚽️
3-0 Cahynová 87’ ⚽️

Vídeo |

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