
📌 Luany: la ascensión imparable de una estrella — de promesa en el Madrid CFF a reina rojiblanca del Atlético de Madrid.

En un fútbol femenino español que cada día escribe páginas más ambiciosas, pocas historias resultan tan potentes y simbólicas como la de Luany Cordeiro, la atacante brasileña que ha pasado de ser una joven promesa con talento por pulir en el Madrid CFF a convertirse, en apenas dos años, en la gran figura del Atlético de Madrid Femenino y la mejor jugadora de la Liga F Moeve en septiembre de 2025.
Su recorrido no es solo una historia de crecimiento deportivo; es un relato de carácter, resiliencia y evolución. Un viaje de sur a norte, de la inspiración callejera brasileña al rigor táctico europeo, del anonimato a la consagración.
Luany aterrizó en el Madrid CFF con la mezcla de inocencia y hambre que define a las futbolistas que llegan a Europa buscando su destino. Tenía velocidad, desborde y una técnica natural que recordaba a las grandes dribladoras de su país, pero su fútbol aún carecía de estructura. En un entorno que ha servido de trampolín para tantas estrellas del fútbol femenino, encontró su primera escuela de madurez.
En el equipo madrileño aprendió los fundamentos de la Liga F Moeve: la exigencia táctica, la lectura de espacios, el sacrificio defensivo y la constancia. Su primera temporada fue de adaptación, con chispazos que despertaban interés. Pero en la segunda, el talento se consolidó: Luany empezó a entender el ritmo del fútbol español, los duelos en banda, el juego entre líneas y, sobre todo, el valor de la pausa.
Aquel Madrid CFF de 2023-2024 la vio crecer. Pero el salto estaba escrito: el Atlético de Madrid Femenino llamó a su puerta, entonces Luany no dudó y se mudó de Fuenlabrada a Alcalá de Henares.

Desde su llegada al Atlético, la transformación ha sido absoluta. Bajo la dirección de un cuerpo técnico que apostó por potenciar su creatividad sin cortarle las alas, Luany ha pasado de ser una futbolista vertical e impredecible a una jugadora total, capaz de decidir partidos con inteligencia y determinación.

Su irrupción en el inicio de la temporada 2025-2026 ha sido simplemente espectacular: goles, asistencias, liderazgo y un impacto en el juego que la ha convertido en la pieza más influyente del sistema ofensivo colchonero. El reconocimiento como Mejor Jugadora de la Liga F Moeve en septiembre no fue casualidad: fue la consecuencia natural de un rendimiento brillante y sostenido.
El fútbol de Luany se explica a través del instinto, pero también de una evolución consciente. Si en el Madrid CFF era una futbolista de impulsos, hoy es una estratega del desequilibrio.
El reconocimiento como Mejor Jugadora de la Liga F Moeve en septiembre es más que un premio individual. Es un símbolo de lo que representa su evolución: la confirmación de que el talento extranjero, cuando se funde con el rigor y la estructura del fútbol español, puede alcanzar una dimensión superior.
Luany no es ya una promesa. Es una líder. Y su historia refleja la metamorfosis de la propia Liga F Moeve, una competición que se ha convertido en epicentro del talento mundial.
Hoy, cada toque suyo parece un guiño a su pasado. A las tardes en el Madrid CFF, donde aprendió a pensar su juego. A los entrenamientos solitarios donde practicaba su cambio de ritmo. Y al presente rojiblanco donde su nombre se corea como el de una estrella.

Si septiembre fue el mes de su consagración, lo que viene promete aún más. El Atlético de Madrid ha encontrado en ella su faro ofensivo, y el fútbol español, una nueva bandera. Los analistas internacionales ya la señalan como una de las jugadoras a seguir de cara a la próxima UEFA Women’s Champions League, donde su estilo puede brillar aún más frente a rivales europeos.
Y en el horizonte, una certeza: Luany ha llegado para quedarse.Su fútbol no es una moda pasajera ni una explosión temporal. Es el resultado de años de aprendizaje, adaptación y ambición. Una carrera en ascenso que, a día de hoy, parece no tener techo.
Luany juega como si el mundo fuera una coreografía invisible.
Sus botas parecen escribir frases en el césped: comas, puntos, exclamaciones.
El primer paso es un trueno.
El segundo, una ráfaga.
Y el tercero, una sentencia.
Donde antes había precipitación, hoy hay cadencia; donde antes corría, ahora flota. Cuando encara, no dribla solo cuerpos: dribla el tiempo. Engaña la dirección, acaricia el balón con la zurda y cambia de ritmo con un golpe de viento.
Tiene la mirada de las que ven antes de que pase, y un último pase que parece salido de un lienzo, no de un entrenamiento. A veces lanza una diagonal al vacío, como si supiera que alguien llegará. Y llega.
Su golpeo, ahora templado, ha ganado la calma del cazador: elige el rincón, no la fuerza. Y cuando el balón besa la red, levanta el puño, no con arrogancia, sino con gratitud.
Presiona, corre, se deja la piel. Su fútbol no es solo espectáculo; es compromiso. Se agacha para recuperar, grita para ordenar, sonríe para creer. Y cuando el Atlético sufre, ella no se esconde.
Pide la pelota. Siempre.
En ella, la imprevisibilidad se ha vuelto ciencia, la intuición se ha hecho método, la magia se ha convertido en responsabilidad.
Cada vez que Luany toca el balón, algo se mueve en las gradas. No es solo expectativa, es fe.
El público siente que algo puede suceder, como si cada regate suyo abriera una puerta al milagro.
Su nombre ya suena entre las grandes figuras del club, y su conexión con la hinchada tiene ese aire de electricidad pura que solo las jugadoras diferenciales generan. Luany representa el espíritu rojiblanco en su forma más contemporánea: lucha, pasión y belleza.

En un equipo que ha aprendido a convivir con la exigencia, ella aporta el imprevisto. Es la nota de jazz en una sinfonía militar. El trueno en medio del plan.
Hoy, su figura trasciende camisetas. Representa la posibilidad de crecer sin traicionar la esencia.
De convertir el vértigo en método.
De unir el alma brasileña con el corazón madrileño.
Hoy, su figura trasciende camisetas. Representa la posibilidad de crecer sin traicionar la esencia.
De convertir el vértigo en método.
De unir el alma brasileña con el corazón madrileño.
Fue en el Madrid CFF, donde aprendió a pensar, al Atlético, donde aprendió a liderar, Luany ha recorrido un camino que define lo que hoy es la Liga F Moeve: talento, crecimiento, valentía.
Ahora, cada vez que pisa el césped, se siente la sensación de que algo grande está por suceder.
Porque Luany no solo juega al fútbol: lo eleva.
Es la artista del desequilibrio, la trabajadora incansable, la heredera del fuego rojiblanco.
Y en esta nueva etapa, con Gio fuera y el equipo buscando una nueva voz, ella es el faro que no deja que el barco se hunda.

Su historia, todavía en pleno vuelo, ya tiene algo de mito:
una brasileña que convirtió la promesa en certeza,
la velocidad en sabiduría,
y el talento en liderazgo.
Luany, la reina del otoño rojiblanco, la luz que brilla cuando la noche parece más oscura.

















